Globalización y Renta Básica

Los términos cada vez tienen un significado más valorativo que descriptivo. Es el caso, en lo que nos concierne de palabras como «globalización» y «neoliberalismo». Se entiende la globalización como un fenómeno económico de dimensiones mundiales.   Pero la economía no es la única causa sobre la que se define la globalización. Se trata de la consecuencia de un proceso que abarca el total de la realidad, porque se transforma en lo real del mundo, como lo es la aplicación científica, pero también  los modos de vida más cotidianos y el sistema productivo.

 

La tecnología se convierte en la nueva naturaleza social. A ella se adapta la economía. Es en este contexto en el que aparece la idea de establecer una Renta Básica. Parte, evidentemente, ante la imposibilidad de abordar cualquier política económica seria que garantice el pleno empleo real, pues los avances tecnológicos, el efecto globalizador de la economía y los mecanismos de inversiones estratégicas (fusiones, etc) permiten la obtención de grandes beneficios independientemente de un incremento proporcional de mano de obra. Lo cual cada vez se agudiza más.

 

Incluso cuando se aportan subvenciones para generar empleo se pierden en gran medida porque no es posible. Un ejemplo reciente es el resultado del Plan del carbón, en León, del año 1998, que tres años después ha supuesto la pérdida de un 51% de la subvención en fomentar el empleo.


Ante lo cual se debería tener en cuenta lo que sigue:


No se trata, la Renta Básica, de una medida social o de justicia social, sino de una medida económica, que pone en movimiento una parte del dinero como alternativa  a variar el valor de los tipos de interés, cuyo objetivo es modular las inversiones y desde estas activar o enfriar la economía. La Renta Básica incide en la competencia entre capitales y abarata su valor, pero garantizando una base distributiva a todos los ciudadanos. Sirve de elemento de equilibrio para la inflación de la economía productiva y cotidiana.


No es posible ofrecer la Renta Básica de repente, pues crearía un colapso en la economía, sino más bien ha de establecerse en varias fases,: a) Parados que no cobran prestaciones y aquellos cuyas pensiones no superan la medida de la Renta Básica, el umbral de la pobreza. b) Amas de casas y estudiantes. c) Universal, para todo el mundo. No llegar a la tercera fase sería establecer un Salario Social que no resolvería el problema económico, sino que lo agravaría y sería coyuntural y a costa de aumentar el déficit público.


No es posible financiar la Renta Básica desde la fiscalidad sin poner en peligro el gasto público en sanidad, educación y obras públicas. Se trata de aplicar lo que se ha venido en considerar la tasa Tobin , pero no sólo en la economía especulativa o movimiento de capitales, sino de una manera generalizada, lo que  afecta especialmente a las inversiones especulativas, que apenas pagan impuestos porque estos recaen sobre las ganancias.

 

Se trata de gravar los beneficios, en un 10%, para lograr una rentabilidad social que permite garantizar la RB. Mientras que socializar los medios de producción interfiere en la economía de mercado, socializar una parte de las ganancias fue el fundamento del keynesianismo. Lo que requiere una nueva política económica es socializar una parte de los beneficios. Una parte de lo que produce la tecnología irá a parar directamente a una proporción  de mano de obra semejante a la que desplaza. Se permite la libertad de mercado como dinámica económica y al mismo tiempo la libertad individual. De ahí que se pueda hablar de liberalismo libertador (más que libertario que tiene otras connotaciones.


El tema de los menores de 18 años es controvertido. Se puede plantear dotarles de media Renta Básica, pues los gastos bases se cubren con a que reciban sus padres o tutores. Y por otra parte se debe fijar un control  que evite negociar con los nacimientos. Además va a facilitar algo de tremenda necesidad que es repartir la población hacia el medio rural, donde la vida es más barata y se pueden desarrollar trabajos de utilidad social y económica, que por no ser de gran rentabilidad no se realizan en el actual modelo económico, mas que  a muy pequeña escala. La Renta Básica no es Jauja, es la manera científica de desarrollar la nueva economía.


La Renta Básica no puede circunscribirse a un territorio, sino que al tratarse de una medida económica se debe proyectar a una zona monetaria. De ahí lo importante de esta medida para la construcción de Europa y la implantación del euro. Pudiéndose hablar de establecer unos fondos de cohesión individualizados, en lugar de otros cuyo elemento de reparto es mediante la inversión. Con la Renta Básica se encuentra el equilibrio entre la globalización de los capitales y la economía cotidiana.


La Renta Básica desarrolla el liberalismo necesario, necesario para crear riqueza y el socialismo posible, posible para distribuir económicamente una parte de esa riqueza. Lo contrario es lo que sucede en la política neoliberal: el liberalismo posible, que esquilma la naturaleza y excluye y margina a una parte de la población. Y el socialismo necesario, según un criterio más ideológico que económico, lo cual entorpece el desarrollo  y progreso económico. La socialdemocracia ha desarrollado un modelo de oportunismo político para acceder al poder convertida su acción política en un modelo neoliberal, disfrazado con publicidad de políticas sociales sin apenas contenido.