El Tratado para una Constitución para Europa en el artículo I-3,3 que se refiere a la definición y objetivos de la Unión Europea establece que obrará en favor del desarrollo sostenible basado en una economía social de mercado. Pretende hacer compatible el progreso social con la calidad del medio ambiente, la competitividad y la estabilidad de los precios. En su preámbulo señala que se propone avanzar en la senda del progreso y la prosperidad por el bien de sus habitantes, sin olvidar a los más débiles y desfavorecidos. En la actualidad el desarrollo sostenible es un problema de índole económico.
Intervención en la Escuela Básica de Córdoba, julio 2019:
Enlace sobre ECOlogía y ECOnomía = Renta Básica
Para lograr estas metas se establecen una serie de disposiciones que pueden quedar en mera retórica si no se ponen unos fundamentos económicos que hagan posible este marco de buenas intenciones. Durante el año 1997 se redactó el protocolo de Kyoto sobre las emisiones de CO2, con el fin de proponer medidas que disminuyan dichas emisiones contaminantes, con efectos peligrosos ante un previsible cambio climático. En La Haya se celebró, en Noviembre de 2000, la Cumbre sobre cambio climático advirtiendo de la gravedad del problema. Se constató la falta de un punto de vista global, ante la prioridad de intereses nacionales y económicos. En la reunión de Marruecos (Noviembre 2001) se logró el consenso de 180 países para la reducción de emisiones de carbono, en un 8% para la Unión Europea, entre los años 2008 y 2012. Pero en la misma solución se vician los resultados. Por ejemplo se permite la compra de derechos de emisión contaminantes, a cambio de deuda externa. De esta manera se mantienen las cotas de contaminación de los países desarrollados y se priva de la posibilidad de progreso a naciones de escasos recursos.
Debemos darnos cuenta que el problema medioambiental y el proceso de un desarrollo sostenible ya no es un problema de conciencia social ni jurídico, lo cual se ha logrado después de muchos años de movilizaciones y de concienciación por parte de grupos minoritarios. En la actualidad es un problema de índole económico y es en la economía donde hay que incidir para hacer posible el desarrollo sostenible.

Una de las conclusiones de la Cumbre de Johannesburgo fue que se supriman las subvenciones que los gobiernos de los países ricos dan a los agricultores, porque distorsionan el comercio internacional e impide el consumo y la producción en los países pobres por carecer de un mercado rentable. Ningún gobierno de los países desarrollados económicamente acepta tal condición, la cual es indispensable para poder progresar en el Tercer Mundo. Cuestión primordial y base de todo lo demás.
No se puede aplicar sin establecer en los países ricos otro modelo que haga posible la supresión de las ayudas agrarias, las cuales hacen que a la reina de Gran Bretaña, Isabel II, y al Príncipe de Gales les suponga en el año 2004 ingresar en su cuenta tres millones de euros como subvención.
Al mismo tiempo se ha llegado a un nivel de riqueza y bienestar satisfactorio en amplios sectores de las sociedades ricas. Pero mantener este nivel de desarrollo ya no va a depender del empleo y la inversión, sino de lograr la sostenibilidad del modelo y su expansión global, pero se ve bloqueado por mantener criterios, objetivos y métodos de etapas económicas que han sido superadas.
Por otra parte se ha creado una economía financiera que produce dinero, fuera del cauce de la economía productiva, lo cual permite establecer la Renta Básica con el fin de adecuar la economía a la realidad. De ser una idea social, ética y voluntarista, se convierte en un principio económico, al ser el resultado de la evolución de la economía de mercado, cuyo contenido social se amparó en el modelo keynesiano, en cuanto que las instituciones públicas incentivaran la inversión con dinero público, de manera que el Estado interviniese en el mercado, pero sin inferir en él, como en los modelos de planificación.
Tal modelo de economía social se desmantela con las crecientes privatizaciones, el empleo precario y temporal dada las características de la nueva economía. Sin embargo surgen problemas cada vez más contradictorios y que no puede solucionar el mercado por sí mismo, pero porque no funciona la política económica en la realidad, al haber cambiado ésta.
La tecnología ha creado un nuevo universo en el proceso económico. La Renta Básica es el punto de apoyo de un cambio que permite adaptar la economía a las nuevas variables del mundo de hoy. La Renta Básica cubre los gastos mínimos. Se cuantifica según el umbral de la pobreza, cuya media en la UE puede significar 421 euros mensuales. Es para todas las personas. No es a cambio de hacer trabajos o cursos obligatorios. Es personal, no familiar. Se propone como un derecho, no como una asistencia social. Significa que es para quien trabaja y para el desempleado. Para el rico y para el pobre, como derecho de ciudadanía. Es una medida estrictamente económica. Lo mismo que Einstein encontró su teoría de la relatividad al cambiar el modelo de pensamiento sobre el tiempo, que de considerarse absoluto, lo vio como una realidad relativa, así en economía hace falta un cambio de paradigma para adecuarnos a la realidad de los nuevos tiempos y entender el empleo como algo relativo.
.