Vuelve el debate sobre el tema de dejar que alumnas musulmanas puedan llevar el velo puesto a las clases. Pienso que se está encasillando el debate y se está perdiendo la visión pedagógica del tema, y sobre todo de ejercer la democracia, desde la razón en los centros de en-se-ñan-za.
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Todo acto colectivo debe ser ajeno a cualquier símbolo. Desde mi punto de vista no deben aparecer símbolos religiosos en las escuelas, ni en los juzgados, ni en hospitales, ni en ceremonias oficiales, pues el Estado carece de conciencia porque es un espacio de convivencia colectiva que no tiene que imponer o representar a ninguna religión, ya que hacerlo puede afectar a la libertad individual. Una persona debe elegir su manera de vestir, sus prendas, expresar su manera de ser con ellas … y más en un centro de enseñanza en donde debe aprender conocimientos y a socializarse.
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Las normas de los centros se hacen muchas veces sin tener en cuenta nuevos problemas. Cuando se prohíbe a alguien ir con velo a la escuela se está perdiendo la oportunidad de dialogar con el alumnado sobre este tema, de que vean la juventud el mundo desde el punto de vista de la tolerancia y aprenda a ejercerla.
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No se puede imponer desde el laicismo un criterio, y menos en algo tan complejo como son las creencias personales, porque el laicismo debe desarrollarse desde la razón y desde el razonamiento colectivo. Al menos debería hacerse un referéndum en los centros escolares, dejando que se debata el tema y ejercer la democracia, participando la comunidad educativa en estos debates. Pues el mismo proceso de valorarlo y votar da lugar a la reflexión. Lo cual sería ejercer la ciudadanía y no impartir una asignatura, la cual se ha puesto para crear otro falso debate ante el incumplimiento del PsoeZ de quitar la asignatura de religión de los centros escolares.
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Es absurdo que en los institutos en los que se imparte la asignatura de religión como adoctrinamiento, no como cultura, lo cual se da en las asignaturas de historia, conocimiento del medio, música, etc… Se puede estar haciendo propaganda de las religiones y enseñarla en el instituto a esa niña que se le enseña que tiene que llevar un velo puesto, como exige su religión, pero luego no lo puede llevar. Es un sin sentido.
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No puede resolverse este tipo de planteamientos como una pugna de poder, a ver quién impone su criterio, porque el laicismo, es respeto, es razonar, no una religión con dogmas. Es un baluarte de la tolerancia, de respeto a las minorías, a otras formas de pensar, ¿y cómo se puede hacer desde la prohibición?.
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Cierto que a las alumnas y alumnos de los centros se les prohíbe ir con gorra, por una cuestión de respeto, educación, pero ¿se puede prohibir llevar pantalones vaqueros, o tatuajes?. Cuando en el instituto de mis hijos se prohibió entrar en las clases con una gorra, ¿cómo reaccionaron algunos chavales y chicas?, cortándose el pelo al celo o llevando cresta, ¿se puede prohibir esto?. ¿Y los pantalones bajados?. O los pendientes, o que las chicas lleven pantalones como se prohibió antaño…. O prohibir las corbatas. Con la prohibición del velo partimos de un argumento absurdo que se convierte en la mentalidad que transmitimos a las alumnas y alumnos, para llegar a un modelo totalitario.
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Demos educación en libertad, enseñemos a comprender la etapa evolutiva y de madurez de los jóvenes. Aportemos argumentos, no prohibiciones.
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Precisamente la labor de quienes enseñan y de quienes los educamos en casa es hacerles pensar en estas cosas a las jóvenes y a los jóvenes, para que sepan porque deciden su manera de vestir, que se informen de la presión de grupo y otras cuestiones que les afectan y e influyen en sus decisiones y manera de pensar.
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En definitiva que dialoguemos con ellos, también con quienes llevan velos. Porque quitárselo por la fuerza puede que en realidad sea por llevar un velo puesto en los ojos que no nos deja ver más allá, más allá de nuestra intransigencia.
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