La sociedad del no pensamiento

La sociedad tecnológica adquiere en la actualidad una nueva dimensión  que es necesario analizar. No nos damos cuenta que estamos inmersos en un proceso de tecnificación del pensamiento.

Hasta ahora, a lo largo de la historia la humanidad, la sociedad ha avanzado mediante el impulso de nuevas ideas, los grandes progresos en el conocimiento y las nuevas formas de pensar. Pero a la vez  el Poder, como estructura de dominación, ha combatido las nuevas ideas y la capacidad de pensar por uno mismo mediante inquisiciones, la censura, quema de libros, prohibir la libertad de expresión.


El devenir histórico ha sucedido mediante una tensión cargada de dramatismo entre la libertad de pensamiento y el control del individuo.


El poder ha combatido el pensamiento, precisamente para poder someter a las personas a sus intereses.


Con las nuevas tecnologías, con la experiencia histórica sobre la lucha por la libertad el Poder actual  ha establecido un nuevo mecanismo acorde a los avances materiales de la sociedad.


Ya no hace falta rechazar el pensamiento, ni combatirlo, ni eliminarlo lo más posible, sino que se arrincona, se desactiva en la misma conciencia del sujeto,  concebido éste como un usuario y consumidor. La dimensión del pensamiento queda anulada.


Cuando usamos un ordenador, o un teléfono móvil o cualquier otro aparato nos guían todos estos aparatos para poderlos utilizar. Dé a este tecla, «siguiente», marque esto o aquello, «continuar»…. ¡Y funciona!.


De la misma manera la técnica del pensamiento social nos va marcando los pasos para indicar qué pensar, lo cual asumimos como nuestra propia conciencia. Los medios de comunicación ya no contrastan ideas, sino que fabrican opinión pública de manera industrial. Producen masas de opinión. Se pone un cebo con la necesitad de un empleo, lo cual genera ansiedad y a su vez una dependencia del Poder que es quien lo promete. Y mantiene este estado de necesidad-condicionamiento.


No hace falta pensar porque ya tenemos unas ideas con las que funcionamos.  Además las ideas dadas y preconcebidas se adaptan a la realidad. Funcionan. Por lo tanto sin formas de pensar diferentes tampoco hay nada que combatir.


En la enseñanza se adiestra al alumno a adquirir conocimientos en función a unos resultados, ya sean exámenes o un futuro trabajo. Con el plan Bolonia todavía se tecnifica mas estudiar en la universidad en función a unos resultados,  con la medida de la eficiencia productiva como objetivo, lo cual queda completamente fuera del pensamiento.


El pensamiento engloba procesar  sensaciones,  sentimientos,  ideas y relacionar todo ello. Todo lo cual cada vez nos viene dado más desde fuera, bajo control.  Incluso cada vez se separa más la vida profesional,de la vida privada y de la familiar, así como  del entorno de amistades.


La sociedad occidental se ha colocado un burka mental, que no le permite ver la necesidad de la tolerancia en una sociedad global, porque en lugar de pensar las consecuencias y las causas de sus decisiones se dedica a aplicar mecánicamente unos criterios en función de la presión mediática. Es decir se actúa sin conciencia, y se hace por un acto reflejo en el que se responde de manera automática a un estímulo.


El pensamiento técnico atrofia la razón de pensar y el pensamiento de la razón. No es que se prohíba, es que no se utiliza.Para entenderlo veamos un ejemplo. Si a alguien se le quiere callar se le tapa la boca, porque puede y quiere gritar. Pero si alguien es mudo no hace falta taparle la boca, porque no puede gritar. Hoy nos hemos quedado mudos de pensamiento.


Todo lo cual afecta a la política, donde no hay diferencia de pensamientos, sino programas que vienen dados por empresas de estrategia publicitaria, de diseño de mercados que se fijan en la captación de votos. De esta manera todos los partidos coinciden en defender el pleno empleo, lo cual no es posible y además es altamente perjudicial para un desarrollo sostenible y para el avance de la sociedad. Se refuerza de esta manera la dictadura del bipartidismo.


Ideas en relación a la Renta Básica, por ejemplo, establecen un mecanismo económico para adaptar la economía a la nueva realidad basada ésta en la globalización, el progreso tecnológico, la preponderancia de la economía financiera y la necesidad ineludible de lograr un desarrollo sostenible.


Parece que se cumple lo que hace un siglo previó Fiódor Dostoievski en su novela «Los hermanos Karamázov» sobre que una minoría de individuos logrará dominar a los demás: «Asegurarán a las masas una vida alegre, las organizarán para que trabajen y para que se diviertan, les permitirán incluso que pequen. Lo único que no les tolerarán será que se insubordinen».  Tras más de un siglo desde que lo dijo parece que se cumple no sólo en la sociedad comunista que acaparó Rusia durante gran parte del s. XX, sino en la sociedad industrial cuyo control del individuo ha desembocado en la sociedad del no pensamiento.


La crisis actual, si se pensara un poco, fes decir analizarla fuera del no pensamiento se vería que es una crisis de empleo fundamentalmente y no se puede solucionar con políticas que buscan la creación de puestos de trabajo, porque lo que hacen es agravar más la crisis. Pero lo que funciona son mensajes técnicos, sin más. Aunque no solucionen nada funcionan en tanto que activan la resignación, aceptar sin más la crisis y se evita toda contestación social, se anula toda lucha contra el poder. No es casualidad que la respuesta a nivel mundial a esta crisis venga de la cuna de la filosofía y del pensamiento lógico occidental, Grecia.


Un político puede prometer y hacer bandera de las palabras “pleno empleo” y aumentar el paro de manera estrepitosa. Y no pasa nada porque no se piensa sobre la democracia como tal, simplemente se aplican funciones para que funcionen las instituciones, mal que bien, pero fuera del pensamiento, es decir desde el no pensamiento.


Lo mismo con el arte, que no da opción pensar, a dejar que se elaboren creaciones fuera de la sociedad del espectáculo. Se aplica  la técnica social de producir una obra de arte que se convierte, mediante la visión técnica en un producto. Su función de comunicar queda anulada.

Desde las instancias del Poder no se abre el cauce de nuevas creaciones fuera de lo que sean imágenes vacías que se llenan de un discurso elaborado para que lo reciba el espectador sin más. Lo que cuenta en el arte contemporáneo es su efectividad a través de los medios de comunicación, su funcionamiento en el mercado, lo cual funciona en el no pensamiento.El arte queda fuera de la sociedad porque no se puede comunicar.


La razón técnica funciona en la inmediatez, sin ver las consecuencias de los actos y de las ideas a largo plazo. Ya no se destruye el pensamiento, se obvia, se desplaza de la sociedad y de la conciencia personal y llega un momento en que no lo podemos ver. Se sabe, por ejemplo, que la combustión del carbón afecta al cambio climático, sin embargo se insiste en mantener su producción y consumo a pesar del peligro que ello supone para la sociedad. Las medidas tomadas en Europa se han implantado demasiado tarde. En lugar de pensar lo que suponía, una vez se tuvieron los datos se actúa de manera urgente cuando se llega al umbral de la emisión de CO2, es decir cuando hay un estímulo que provoca una respuesta necesaria.


La sociedad es incapaz de imaginarse a sí misma de otra manera. Muchas personas no conciben otras formas de vivir, se conforman con que hay gente y sociedades que viven peor.En la sociedad del no pensamiento no cabe la imaginación, la cual abre las posibilidades de pensar.


Este no pensamiento empieza a afectar a la conducta. Pondré un ejemplo, que no es un caso único. Hay situaciones extremas que tienen la misma base, lo cual se puede agravar si no tomamos conciencia de este problema.


Participé en una comisión de convivencia de un colegio en el que un grupo de chicos pegó de manera colectiva a un compañero. Todo empezó por una broma, sin importancia, pero se si se quitaron una cosa, que si es mío, que si es tuyo y fueron llegando otros que se pusieron a pegar a uno de ellos, algunos siendo amigos de él, sin tener nada en contra. Al ser preguntados dijeron que no sabían por qué le habían empezado a pegar. Tres chicas que lo vieron pensaron que estaban jugando. No fue una conducta  no se piensa, por acto reflejo, sino efectuada desde el no pensamiento, el dejarse llevar, sin más. Si lo pensamos vemos que es la manera que funciona nuestra sociedad en otros ámbitos.


El no pensamiento lleva al no movimiento social, a la apatía y sumisión generalizada. ¿Que funciona?., el estímulo mediático. De esta manera se movilizan masas de personas, a la opinión pública, por ejemplo para estimular determinados usos de consumo, viajes, o productos, o determinados acontecimientos que se repiten en los medios de comunicación.


Nadie se ha movilizado por el campeonato del mundo de canicas, porque no ha salido en la televisión.  Es emocionante, tiene mucho mérito y es algo impresionante que también representa en la misma medida que otros espectáculos deportivos, al país que se representa. Sin embargo se sigue a quien da pedaladas en la bici ante una pantalla, o da patadas a un balón en un fenómeno que nada tiene de deportivo, sino que es un espectáculo televisivo y un gran negocio.


De esta manera se controla y funciona la sociedad del no pensamiento. Lo que potencia el pensamiento técnico es la cohesión mediática para lo cual reducen los actos a símbolos vinculados a conceptos de Estado, de patria, de exhibición de banderas. El pensamiento técnico es la creación de estímulos, nuevos y llamativos, para provocar una respuesta automática, no pensada.


El fanatismo ideológico o religiosos anula el pensamiento y  convierte en un esquema fijo pensar que se une a una moral establecida por el poder, la cual necesariamente tiene que imponer. Desde el fanatismo se actúa ciegamente, la violencia es un medio que se justifica desde lo irracional ante unos fines determinados, lo cual es propio de modelos totalitarios.


El modelo actual se disfraza con palabras, no necesita de la violencia porque ciega, hace ver lo que desde el poder se deja ver y nada más. Se pierde la referencia del pensamiento, por lo cual se convierte en «pensar», creemos que pensamos porque se considera que sí lo es. Se construyen estímulos que anulan las decisiones personales, es decir las que hay que tomar desde la conciencia. Cuando se dice que no hay conciencia de clase es que no hay conciencia propiamente dicha.


Asistimos a la parálisis del desarrollo social, cuyo estancamiento anula a las personas como sujeto. Ciertamente a lo largo de la historia y de la evolución de la especie humana no ha habido sujeto propiamente dicho, surgieron casos aislados que han sido reprimidos siempre. Pero hubo un proceso que se encaminaba a su surgimiento. En la actualidad el Poder se ejerce desnudo, los modelos ideológicos o religiosos han sido superados. Incluso el modelo publicitario de consumo a quedado atrás como medio de control. El Poder se ejerce dirigiendo a los individuos desde el no pensamiento.


Michael Foucault comentaba respecto al Poder que se ejerce desde nuestra propia conciencia, a partir de nuestro entorno más inmediato, lo que llamó la “capilaridad del Poder”. Y en el proceso de respuesta a dicho poder surgiría el sujeto por primera vez en la historia. Algo que en los años 80 la Internacional Juvenil llamó el egosurgo.


Este filósofo-político observa que los individuos deben luchar contra este poder despersonalizador convirtiéndose en máquinas de interrogar al poder, preguntar en cada momento y actuar desde la conciencia personal. Pensar, lo cual es difícil en la sociedad del no pensamiento.


Por tal motivo desde internet se debe abrir un nuevo cauce a la reflexión, no sólo la comunicación de apretar a una tecla. Y combinar su uso con otros medios de la palabra, como son la lectura, escribir, escribir cartas, conversar, según lo que Stefan Zweig llama el arte de conversar, y el arte de pensar, algo que se pierde. … que se consideran cada vez más practicas inútiles, lo mismo que perder el tiempo paseando.


La sociedad industrial se debatió entre dos grandes modelos, el comunista y el capitalista cuyo resultado ha sido la sociedad tecnológica en la cual ambos modelos confluyen en el no pensamiento.


De esta sociedad actual surgen dos grandes corrientes: la mediática del consumo de masas y por otra parte la de la reflexión, aislada en la individualidad que todavía carece de proyección social, pero de cuyo equilibrio dependerá la nueva sociedad que será emergente: la sociedad del arte. Y es adonde deberemos apuntar colectivamente sobre todo desde el punto de vista personal para nuestro propio desarrollo.

3 comentarios en “La sociedad del no pensamiento

  1. Tú prueba a prohibir el futbol o a eliminar la conexión a internet de los hogares, ya verás si la gente se moviliza.

    Es increible que en este país por ganar un mundial de fútbol se echen 2.000.000 de personas a la calle para celebrarlo y no se muevan ni 50.000 para protestar por la reciente reforma laboral.

    En este país la gente es así de borrega.

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