Una sociedad idiota.

Hay un libro que me parece interesante recordar, “Líneas de fuga. Filosofía contra la sociedad idiota” (2002), de Juan Manuel Aragües, profesor de filosofía. Idiotes quiere decir “hombre privado o particular”; “ignorante que no puede comprender lo ajeno”. Lo cual es el fondo de lo que sucede en nuestra sociedad.

 

Podemos decir que nos han idiotizado, sin entenderlo como un insulto, sino que se ha llegado a un extremo en el que cada cual va a lo suyo. Incluso las organizaciones nacidas para ejercer la solidaridad y defender los derechos colectivos se han enquistado en sus estructura y no ven nada fuera de sus intereses corporativos.

 

Los dos grandes sindicatos de España se reúnen con el gobierno para ver si hacen o no una huelga general en función de ampliar la edad de jubilación, como si fuera el único o más esencial problema de la clase obrera, de la cual cuatro millones está en paro y dos de ellos sin cobrar prestaciones. Se ha suprimido la prorroga para medio millón de estos últimos, luego se les reducen 100 euros  para vivir una familia con 350 euros y obligar a que trabajen gratis en prácticas  de unos cursos por los que cobran los sindicatos CCOO y UGT. Y no se hace ninguna acción, por los parados, ninguna huelga para que no haya nadie sin prestaciones. No comprenden lo ajeno, al parado.

 

La obra “Línea de fuga” explica desde esta perspectiva el conformismo en favor del sistema, porque la ciudadanía ha perdido su sentido crítico y  somos incapaces de hacer análisis de la realidad más allá de nuestra situación personal.  La sociedad se ve desarmada para  reaccionar ante las imposiciones de los poderosos. Y los grupos de izquierdas siguen enquistados en ellos mismos discutiendo si son galgos o podencos.

 

Si no hay una reflexión colectiva, si no nos ponemos en el lugar del otro no hay lucha social. A esto se ha llegado y es necesario reaccionar desde el pensamiento, ser conscientes de esta situación, pues el problema más grave es que esta situación de inmovilidad social se ve normal y hasta la comprensión y aceptar las condiciones del Poder se impone como lo «normal» y «necesario», en una sociedad de idiotas.

 

El criterio subjetivo se une al objetivo, ante la falta de criterio, pues como dice Aragüesel sujeto posmoderno está constituido desde el exterior”. La publicidad se ha convertido en un medio de adoctrinamiento en el capitalismo de consumo, lo cual, cita a Baudrillard, “sucede el asesinato de la realidad por parte de los medios de comunicación”.

 

Han hecho que seamos idiotas, pero podemos dejar de serlo. Como dijo Ernesto Cardenal “solidaridad” no es una palabra. O como diría Eduardo Punset (9 – I – 2010) «hay que dedicar menos tiempo a uno mismo y más a los demás», si queremos que nuestra vida y la vida en común funcione mejor. O simplemente que funciona para todos.

3 comentarios en “Una sociedad idiota.

  1. Como dijo el filósofo Homer Simpson: «Para eso tenemos a los políticos, para que piensen por nosotros.»

    Y aquí, por si fuera poco, también tenemos a los sindicalistas: para que cobren por nosotros.

    Hala, vamos al bar a tomar otra cerveza.

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