Todos los modelos totalitarios necesitan un punto de fuga para justificar sus medidas y también buscar la cohesión de quienes son su base social. Para ello establecen un chivo expiatorio que sufrirá desde su exterminio a la precariedad económica, como ejemplo para los demás colectivos sociales que se verán gratificados de quedar fuera quienes son perseguidos o arrinconados en guetos económicos y sociales. Hoy el parado es quien cumple este papel.
El modelo económico actual evoluciona a un modelo totalitario, que se ejerce desde el mercado laboral. Para su construcción requiere un colectivo que purgue sus culpas y al que sacrificar como acción purificadora, lo cual es la función del chivo expiatorio.
A lo largo de la Historia podemos ver cómo se crea el chivo expiatorio en una sociedad y cómo se actúa contra él, de manera que sea posible ver la similitud en relación con los parados en la actualidad.
A quienes se puso en el punto de mira de la persecución se les culpó sistemáticamente de cosas, muchas veces imaginarias, que en forma de bulos se convirtieron en una opinión colectiva, tomada como cierta, lo cual justificó la actuación contra ellos. Los judíos en Alemania, se dijo que fueron quienes estaban arruinando al país, usureros y que creaban un poder paralelo, culpables de los males del país, por lo cual se les quiso exterminar. Ya antes en España, Rusia, Italia, Gran Bretaña se les expulsó y persiguió en diversas épocas.
Los nazis convirtieron la eliminación de los judíos en un auténtico sacrificio ritual de masas, pues cuando empezaron a perder la guerra consideraron, desde análisis esotéricos y de su ideología racial que fue por no cumplir con su destino y para ganar ofrecieron a sus víctimas en un sacrificio de masas, el holocausto, que supuso el asesinato de seis millones de judíos. Se quiso que ellos purgaran los males de Alemania primero y de la guerra después.
Desde el modelo totalitario estalinista el chivo expiatorio fue la burguesía, a quienes acusaron de los males de la revolución y fueron exterminados en masa. En la actualidad se hace ver, y creer, que los que amenazan al mundo occidental son los fanáticos musulmanes de la red , Al Qaeda, de Bin Laden, lo que justifica intervenir y atentar en países a los que acusan de apoyar el terrorismo internacional. Por contra los países teocráticos ven en el occidental y el sionismo internacional el culpable de todos sus males, lo que les justifica atacar sus intereses.
Da lo mismo que se a verdad o no las acusaciones sobre el colectivo que se elige para expiar las culpas, para sacar los problemas fuera de la responsabilidad del Poder, el caso es que se haga creer a una mayoría de la población, con cuya complicidad se ejerce la tiranía, hoy tiranía económica. El chivo expiatorio es quien sufre el efecto de una serie de problemas, sin embargo se le acaba convirtiendo en la causa de los mismos.
Llega un momento en que la sociedad considera, cree, que es necesario eliminar o controlar a quien hace de chivo expiatorio, porque son la causa de sus males y sobre todo su sufrimiento evitará que sufra el resto de la sociedad.
Esto mismo sucede en la actualidad con los parados. Mientras que se fragua un modelo económico feudal se convierte al parado en un chivo expiatorio. Todo tipo de acusaciones se ciernen sobre él: que no quieren trabajar, que tienen mucho en la economía sumergida, lo que hace que mucha gente esté en contra de que se les dé una cobertura para que puedan sobrevivir. Muchos cuentan casos concretos que conocen de quien cobra en dinero negro, pero nunca pueden concretar, porque se cuenta como algo cierto cuando no lo es en la inmensa mayoría de los casos.
Se culpa al parado de su situación, se le exige que estudie, que haga cursos, cuando no hay cabida para más empleo. De esta manera se le hace sentir culpable y a la vez se le convierte en un chivo expiatorio, lo cual llega a afectar a la víctima que piensa que podría haber estudiado más, buscado otro empleo y no se relaciona el desempleo con quien le ha echado y menos con la responsabilidad social del Estado de garantizar la supervivencia de cada persona al margen del empleo.
Se activan factores psicológicos impiden que el colectivo de parados se movilice por esa carga de sentimiento de culpabilidad, de sentirse un fracasado, incapaz de hacer visible su problema y buscar solamente una solución para él, la que sea, muchas veces desesperadamente.
Escribe Noam Chomsky que una de las técnicas de manipulación que se ejercen en la sociedad es el sentimiento de culpa, lo cual sucede tal cual en el colectivo de parados: «Hacer creer al individuo que solamente él es el culpable de su desgracia, por su falta de esfuerzo o por carecer de capacidades que sí tienen otros. En lugar de rebelarse contra el sistema económico el sujeto se minusvalora, se desprecia y autodestruye, lo cual genera un estado depresivo, uno de cuyos efectos es inhibirle de actuar. Y sin acción no hay revolución«.
Los sindicatos no se mueven por los parados y les obligan a hacer cursos en los que se explota al desempleado con muchas horas de trabajo gratuito. Les acusan de trabajar en la economía sumergida, cuando hay millones de trabajadores con empleo que no paran de hacer horas extras y no dicen nada. Pero la culpa se busca e inventa, la mayoría de las veces, sobre quien ha sido convertido en un chivo expiatorio.
A los bancos y Cajas de Ahorro se les inyecta dinero público, para que puedan seguir funcionando, pero no a los parados, a quienes el gobierno sacrifica, para dirigir la crisis contra ellos, sirviendo entonces de expiación del resto de la sociedad, porque ellos pagan la culpa y a ellos se les quitan las prestaciones. No se presenta como una acto totalitario, brutal, sino como una estrategia benefactora que hará que busquen un empleo y acepten cualquier condición, lo cual va a permitir el crecimiento económico.
Toda la ayuda consiste en llevar a quien padece la crisis con el desempleo a la pobreza absoluta, para entonces ejercer la caridad con ellos y de esta forma dar una imagen positiva del poder, caritativo y que ejerce la compasión, a la vez que quita los derechos de ciudadanía, anula loa solidaridad de la sociedad. De esta manera impone sus criterios. Para poder construir el Poder es necesario un chivo expiatorio, hoy el parado.
Muchas veces se dice de ellos que se organicen, que luchen, cuando están atados de pies y manos, no pueden hacer nada. Imaginemos que alguien ha quedo golpeado y varios matones le están dando patadas y le decimos que se defiendan y no hacemos nada porque si le pegan, decimos, que es por su culpa por no responder.
Lo que no se da cuenta la sociedad es que mientras que se fabrica un chico expiatorio, que en general se anatemiza, sobre el resto se cierne un modelo totalitario. Hoy las condiciones económicas, llámese reforma laboral, hacen que los derechos de los trabajadores sean cada vez menos, condiciones más precarias, lo cual es posible porque se amenaza al trabajador con el paro, a donde irá si protesta, si critica las condiciones que se le imponen, porque le harán formar parte de quienes son el chivo expiatorio.
http://rafaparrado.wordpress.com/2011/03/04/intuyo-que%e2%80%a6/
El chivo expiatorio es la base sobre la cual se crean los líderes.
Sin comentar todo el escrito, sólo quiero decir que si el estado tiene la responsabilidad de proveer a la sociedad con sus necesidades básicas, entonces tenemos que aceptar cualquier imposición que el estado nos ponga. Si hay responsabilidad también hay derecho y el Estado podría imponer tazas de crecimiento poblacional o impulsar la unión civil con la esperanza de reducir la población. Si aceptamos la responsabilidad de otros sobre nosotros, tenemos que aceptar las condiciones que nos impone.
Noam Chomsky ha echo su carrera y fortuna atacando al capitalismo. Cuantos libros ha escrito que han producido la revuelta del trabajador sobre la injusticia que el capitalismo crea.
Somos hipócritas cuando manifestamos que debemos estudiar todo lo posible, pero si se nos pone una educación para realizar un estudio entonces somos explotados. Quiere decir la decisión de estudiar es algo natural y no condicionado a ninguna obligación. Gracias que mis hijos ya se graduaron, pues de lo contrario se hubiesen revelado contra nosotros y no estudiado, puesto que los estábamos preparando para trabajar y eso es una explotación de la condición humana.
Sin chivos expiatorios no hay líderes y quizá sin ellos el mundo no tendría un Cristianismo, o el Islam no existiera, creo que quizás sin esas religiones y muchas otras el mundo sería mejor, pues el hombre debería ser justo y el reino de la compasión existir, por el hecho de ser humanos.