Paradigma energético, paradigma económico.

Japón ha sufrido una tragedia anunciada. Son tremendos y devastadores el tsunami y el terremoto, pero a eso se ha añadido el peligro de las centrales nucleares, las cuales han  multiplicado los efectos dañinos de la naturaleza. Lo que no se analiza es que han sido de tanta gravedad debido a la acción humana y sobre todo por la ambición y ceguera de los gobernantes de Japón y también de los países más ricos del planeta. ¿Se les pedirá responsabilidades?.

 

Unas semanas antes varios científicos alertaron en la ONU sobre el peligro de seguir emitiendo CO2 a la atmósfera, al ser causante del cambio climático. La subida de la temperatura absoluta de la tierra se debe en gran medida a la acción del CO2 en la atmósfera y su efecto más inmediato es que se derriten los polos, que ya han perdido una gran parte de su superficie de hielo, de manera que se convierte en agua líquida, que hace que sea más alto el nivel del mar,  lo cual hace que que en caso de una ola gigante llegue más lejos y con más fuerza en su caída tierra adentro. Y este efecto se ha dicho muchas veces, lo mismo que la pérdida de costa, cada vez más en determinadas partes del planeta.

Siempre ha habido terremotos, muchos de ellos devastadores, y tsunamis, pero es la primera vez a lo largo de la historia de nuestra civilización que suceden con tanta frecuencia, y nunca han generado desastres en cadena como hoy en día poniendo en riesgo a todo el mundo, cuando se puede evitar en gran medida.

 

Cuando aumenta el nivel del mar al derretirse los polos la distribución de la masa de los océanos  también cambia y aumenta el peso en unas zonas del planeta y es menor en otros, lugares, lo cual rompe el equilibrio  geológico, al afectar el peso al subsuelo, al que las sociedades humanas y los ecosistemas naturales se han adaptado a lo largo de miles de años. Las transformaciones fruto de la acción humana no suceden de una manera lenta que permita un proceso evolutivo de adaptación, sino que se acelera cada vez más. Este cambio de peso afecta a las placas tectónicas e influye sobre los efectos de las olas gigantes que llegan mucho más tierra adentro y con más velocidad.


También se ha advertido sobre los peligros de las centrales nucleares ante este tipo de catástrofes previsibles, sobre las que se ha informado, pero no se ha hecho caso. En cuanto  toca  intereses económicos la ceguera de los poderosos, su codicia, hace que desprecien todas estas evidencias.

 

A quienes avisaron de que son posibles este tipo de catástrofes se les llamó catastrofistas. La de Japón es el principio de otras muchas si no se toman medidas, ya urgentes. A quienes defendieron otros modelos energéticos, que hoy cotizan en la Bolsa, se les llamó utópicos. A quienes advierten de peligros actuales se les llama alarmistas.

 

¿Y ahora qué?. En el año 2009 el informe Stem encargado por el gobierno británico describe perfectamente qué va a suceder. ¿Y qué se ha hecho para evitarlo?, nada. Y esto es lo grave del hecho. Por un lado catástrofes, por otro guerras por controlar las fuentes de energía.

 

Pero hay algo que es necesario recuperar, el discurso ecológico, que no sólo se basa en los hechos dramáticos de Japón. Lo cual no es más que un ejemplo de lo que puede pasar si seguimos en este camino que Naomi Klein define como el capitalismo del desastre.

 

Una cosa que hemos podido comprobar es la falta de escrúpulos de los grupos de presión. Nos enfrentamos a mafias que sólo piensan en su dinero, en sus fortunas, sin importarles lo más mínimo las personas. Para ellos el fin justifica los medios. Muchos “expertos” y “periodistas” han lanzado el mensaje del miedo, de la amenaza, en cuanto a que sin la energía nuclear nos quedaríamos sin electricidad. No es cierto, porque hay otras formas alternativas de energía que pueden cubrir las necesidades de consumo eléctrico. Como se puede consultar con datos concretos.

 

Sin embargo nada dicen de las casas a las que con energía nuclear funcionando han dejado sin electricidad, sin poder usar la calefacción con temperaturas de 5ºC bajo cero, sin poder utilizar la cocina, sin poder vivir porque se han quedado en paro y no han podido pagarlo. Lo que impide el uso de la electricidad no es la ausencia de centrales nucleares, sino su precio, lo que hace que la una parte de la sociedad carezca de  sus recursos básicos para vivir no es que no haya centrales nucleares sino no implantar una base universal gratuita de recursos energéticos como un mínimo de electricidad y agua para todas las personas.

 

Lo cual nos lleva a ver la relación del paradigma energético con el paradigma económico. Lo que hacen los dueños de la energía es ganar dinero con su consumo, que es el objetivo de su negocio. También el control de la población. Y esto es importante analizarlo.

 

La energía que se produce se pierde si no se consume. Una vez que está en la red eléctrica. En cuyo trayecto  se pierde mucha de ella por culpa de un modelo ineficiente.  Un 30% desaparece  durante su transporte.  ¿Por qué sucede esto?. Porque se ha diseñado un modelo centralizado energético, que controlan unas pocas multinacionales y no permiten el desarrollo de otros modelos, que son posibles y necesarios, pero que para su expansión requieren otro modelo de gestión, un modelo descentralizado.

 

La energía solar o eólica pueden abastecer a pueblos y ciudades colindantes a sus fuentes de producción. Lo mismo en los edificios, a nivel particular, que podrían autoabastecerse con placas solares tanto térmicas como fotovoltaicas. Pero toda la energía que se produce tiene que ir al tendido eléctrico general, que lo pagan, pero de esta manera tienen el control de la energía, hacen que se encarezca y en lugar de que haya muchas fuentes  de energía distribuidas entre la población y que la riqueza de sus explotaciones sea repartida, sucede que son unos pocos capitales quienes se benefician de toda la energía que se produce.

 

Por otra parte no es posible mantener un modelo económico de crecimiento indefinido para que funcione, y que cuando no crece entra en crisis, porque  los recursos son limitados y su desaparición afecta al desarrollo sostenible. Cada vez se necesita más energía, más consumo, más materias primas, más trabajo para que funcione el sistema económico actual, hasta que se esquilme el planeta y destruyamos el medio ambiente.La escasez de recursos energéticos hace que se quieran adquirir por la fuerza mediante guerras, hoy llamadas «humanitarias».

 

Por eso cuando se pregunta ¿hasta dónde y cuándo el crecimiento económico?, no hay respuesta en el modelo clásico de la economía depredadora de la naturaleza.  Parece infinito y funciona como tal. Pero llegará un momento en que no quede nada qué consumir. Desde hace años hay una teoría que responde a esta pregunta: El crecimiento económico es factible hasta que sea posible implantar la Renta Básica. En los países desarrollados ya desde hace mucho se ha podido realizar.

 

Es en este aspecto donde está el fondo de la cuestión. El paradigma de nuevo modelo energético debe ir acompañado de un nuevo modelo económico y viceversa. Tal es la lucha que se debe emprender. No basta denunciar la catástrofe, hay que enfocar nuevos objetivos a los que dirigir la náusea de lo que está sucediendo y abrir nuevos caminos. Otro mundo es posible, con las energías renovables y la Renta Básica.

10 comentarios en “Paradigma energético, paradigma económico.

  1. La energía de fisión nuclear es absolutamente inaceptable. Es mentira que el CO2 de origen antropogénico provoque el «cambio climático» (un gran negocio montado sobre la estafa científica más grande del siglo XX).

    Si se elimina el petróleo/gas barato y las subvenciones, los paneles fotovoltaicos actuales son irrentables. Se pierde energía en su transporte pero se gana rendimiento en su producción a gran escala.

    La única solución sensata es reducir mucho el despilfarro energético aberrante que se hace actualmente en los países desarrollados y que por supuesto está todo viciado por el estúpido modelo económico consumista imperante (energía consumida directamente e indirectamente la incluida en TODOS los materiales producidos).

  2. En efecto: «la Naturaleza no tomó en cuenta quien era explotado y quién el explotador»… La naturaleza es «ciega» y, a veces,no llega siquiera a la categoría de madrastra. ¡Ay! Ahora que estamos en «tiempo penitencial» volvemos a oír el cuento de dar la ayuda caritativa a los pobres, olvidando que «no se debe dar como caridad lo que se debe por justicia». Y, como bien dice Mario, no toda la culpa la tienen las multinacionales… ¿qué nos impide ahorrar?

  3. Hola Mario. ¿qué tal? Aquí Ramiro nos da qué pensar una vez más. En el artículo del lunes pasado te dediqué un comentario al asunto de la Tierra…

  4. Bien Ramiro. Comparto tu filosofía. Me quedo con el siguiente párrafo tuyo: «A quienes avisaron de que son posibles este tipo de catástrofes se les llamó catastrofistas. La de Japón es el principio de otras muchas si no se toman medidas, ya urgentes. A quienes defendieron otros modelos energéticos, que hoy cotizan en la Bolsa, se les llamó utópicos. A quienes advierten de peligros actuales se les llama alarmistas.»…

  5. Bien dice José que si queremos evitar un problema no vayamos a la fuente que lo produce.

    Hay mucho de las convicciones del autor en éste artículo que lo hacen como si todo esfuerzo debería ser en favor de los parados o aquellos en grupos marginales. En esta temporada de cuaresma todas las homilías nos recuerdan de hacer el bien al pobre, de buscar la ayuda para aquellos menos afortunados y quizá a veces se vuelven en contra de aquellos que tienen poder. No creo en un evangelio de culpar a los otros sin ser responsables nosotros.

    El hecho que el 30% de la energía se pierde no es porque transnacionales controlan la producción de energia, pues al menos la compañía que produce la electricidad que consumo es puramente americana y ellos reportan esa perdida debido a la tecnología y materiales o sea la energía es transmitida en AC o DC, hay diferencias (claro no se cual es cual, pues no se mucho de estos cosas) pero los modelos se establecieron y cuesta cambiarlos.

    Todo argumento tiene dos caras de lo contrario no lo sería y la energía no escapa, claro hay que buscar formas de producción que no afecten al ambiente, pero mientras no estemos dispuestos a pagar el precio, porqué culpar a los que la producen barata y se enriquecen a ese precio ah y además proveen trabajo a los que la producen y a los que la usan. Yo al escribir y transmitir éste mensaje estoy consumiendo electricidad y además tenga una lampara encendida pues de lo contrario no podría escribir esto, claro sería mejor si las techas fueran luminosos, pero para ello tendrían que usar energía corriente o el producto fue creado usando alguna forma de ésta.

    La cultura japonesa con su sentido de obligación y honor ha sido víctima de la naturaleza y del hombre, pero no podemos culparlos pues aun con todos los cuidados, la naturaleza no tomo en cuenta quien era explotado y quien el explotador. Mea culpa, indeed.

  6. Otra gran mentira, quizá las más peligrosa de todas, es contarnos que se puede mantener nuestro ritmo de consumo actual (toda la energía que quieras cuando quieras) y cubrirlo con unos cuantos paneles solares y «molinos de viento».

    ¿Quieres luz de noche? ¿Quieres calefacción en invierno? ¿Y aire acondicionado en verano? ¿Quieres ver la tele incluso cuando no hay viento? ¿Quieres alumbrado público en la ciudad? Ah, ¿y no quieres CO2?

    Es muy cómodo encender el interruptor y que siempre haya luz y también es muy cómodo echar la culpa a otros por los problemas que produce la energía que nosotros consumimos.

    Claro que hay grupos de presión conspirando para construir centrales nucleares. Pero también los hay fomentando las subvenciones a las energías renovables.

    Te voy a contar un «secreto»: Si no consumiésemos energía de noche, no podríamos tener centrales nucleares.

    Ahora en vez contarle a la gente fantasías infantiles del tipo «los malos siempre son otros», convénceles de que se levanten cuando salga el sol, apaguen la calefacción por la noche, se deshagan del alumbrado nocturno de las calles, y nada de aire acondicionado ni de bebidas frías en verano.

    Y así, te garantizo que las nucleares sí dejarán de tener sentido.

    ¿Queréis deshaceros de la energía nuclear? Bien. Dejad de lloriquear, id hasta la caja de interruptores que hay a la entrada de vuestra casa y apagad el interruptor (el grande). No, no vale dejar la nevera encendida. Y tampoco vale ir a por la cerveza fresca al bar, para usar la energía que consumen otros.

    La única revolución ecológica que podemos hacer y que tiene sentido es no consumir energía. Cada vez que sacas una cerveza fría de la nevera, estás fomentando la energía nuclear.

    1. José, el ejemplo que pones es idóneo para ver que sí que es posible, pero no se quiere. Al final es un problema de patentes y de intereses económicos.

      Existen neveras y más aparatos que funcionan con acumuladores y reciben energía de paneles solares. Lo mismo con los automóviles. Yo los he visto en el Fórum de Barcelona, año 2004.

      No se puede caer en la fantasía nuclear porque acaba siendo una pesadilla.

      Y sobre todo se pueden complementar diversas formas de energía no nucleares, las de ciclo combinado, como bien analiza Gregorio Gil.

  7. Lo cual nos lleva a ver la relación del paradigma energético con el paradigma económico. Lo que hacen los dueños de la energía es ganar dinero con su consumo, que es el objetivo de su negocio. También el control de la población. Y esto es importante analizarlo.

    Ya todos , todos sin excepción sabemos lo que sucede, la necedad no puede ser un estímulo.

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