El pacifismo avanzó como ida y acción a mediados de siglo XX, sobre todo a partir de la II Guerra Mundial, cuando en los años 60 se convirtió en un referente ideológico de la juventud. Creó una identidad estética y una ética como impulso de una nueva mentalidad, cada vez más necesaria en la actualidad.
Ha calado en la sociedad, aunque no lo parezca, hasta el punto de que los actos violentos y las guerras se tratan de ocultar, sobre todo con el lenguaje. No se dice “reprimir”, sino “establecer el orden público”. No se hace una guerra para invadir un país y apoderarse de sus riquezas, sino para «defender a su población». Se catalogan como «guerra humanitaria y las consecuencias de bombardeos indiscriminados se llaman “efectos colaterales”. O se llama «misión de paz» a bombardear una ciudad.
Ni los poderosos defienden la guerra, cuando anteriormente se jactaban de hacerlas. Es un paso, que ha entrado en el cinismo, pero es un paso que no debemos desdeñar para dar más.
Cuando una organización mata en nombre de una idea contra el Poder se la define como grupo terrorista y sus actos se llaman atentados, asesinatos. Si hace lo mismo el Poder se dice que son defensores del orden o que hacen justicia. La prensa dice que ha muerto un terrorista cuando pierde la vida por un disparo, mientras que cuando un soldado es abatido se dice que ha sido un asesinato o que lo han matado.
El pacifismo ha quedado como un eco lejano, basta una explicación social dentro de lo que es la estructura informativa, para que la sociedad acepté aplicar la violencia, como algo necesario, aparentemente excepcional. Hasta el punto de que partidos ecologistas, de carácter pacifistas, EQUO, apoyaron la intervención militar en Libia (2011), así como determinados partidos verdes la intervención armada en Yugoslavia (1998), lo que hizo que asambleas como la de León dejasen el partido Los Verdes.
Sucede este engaño porque el pacifismo ha quedado desactivado, cuando es el eje vertebral de un cambio social , sobre supone todo una nueva dimensión en una lucha que todavía está por venir. Es necesario activar el pacifismo, impulsarlo como método de lucha, porque la no violencia no es no hacer nada, sino actuar desde el convencimiento y con estrategias de acción colectiva, lo que se conoce como no violencia activa.
Un logro del pacifismo ha sido que el servicio militar no sea obligatorio, desde la objeción de conciencia primero y luego con la insumisión, negándose desde este planteamiento hacer servicios sustitutorios. Y en esta lucha se paró el pacifismo. Ahí quedó la lucha. Luego sucedió la gran paradoja, el ejército profesional ha participado en guerras, en ocupaciones de países cuyo único delito es tener petróleo, o han actuado contra quienes defienden sus riquezas que son expoliadas sistemáticamente en el mar que les corresponde por el derecho internacional y en sus tierras se imponen las multinacionales, pero les llaman piratas y les atacan, en lugar de ofrecer un desarrollo económico a estos pueblos y que dispongan de sus inmensos medios alimenticios y energéticos con el fin de crear riqueza para sus pobladores y no para hacer con ellos grandes beneficios de unos cuantos accionistas.
Lo que ha implantado el Poder es la lógica de la guerra, amparada en la necesidad de la misma para generar seguridad, riqueza, bienestar, porque se cree que sólo mediante la fuerza se va a mantener, cuando es justo lo contrario. Un ejemplo es el asesinato a Bin Laden. No se ha reflexionado sobre por qué surge el fenómeno de la violencia global, de hacer atentados en nombre de una creencia, sino que se ha llevado a la población a celebrar una victoria y sobre todo a justificar matar a alguien, al jefe de los terroristas.
Pero sólo yendo a las causas se podrá evitar nuevos fenómenos de violencia brutal y cambiar el modelo de sociedad que se fundamenta en la violencia, que «necesita» las medidas coercitivas, el control y el sometimiento, así como la anulación de la conciencia. Porque precisamente se hace todo un espectáculo informativo en torno a la «eliminación» del líder de Al Qaeda, para no ver que actuó en relación a una serie de hechos de guerras patrocinadas por los intereses estratégicos y económicos de las potencias occidentales, que se ha humillado a los pueblos del Tercer Mundo y amparado dictaduras para negociar con éstas el Poder y las riquezas de sus países dejando a la mayor parte de la población en la miseria. Y esto sigie exactamente igual, más aún los fundamentos de todo este fenómeno terrorista no se dicen, no se comentan. Simplemente «les hemos dado», sin que esto solucione nada. Pero la sociedad en su mayoría lo acepta alegremente.
¿Y tú qué hubieras hecho?, es la pregunta trampa que sitúa de manera directa en la lógica de guerra. Lo importante sería poder elegir entre matar a Bin Laden o acabar con la pobreza y las injusticias en el mundo. Porque en este camino Bin Laden y los fanáticos y quienes actúan desde la violencia quedarían desarmados, sus acciones y proclamas se atrofiarían por sí mismas, cuando de la otra manera , matando al enemigo, adquieren más consistencia y un sentido hacer más atentados y aumentan los seguidores de la violencia contra el Poder. Ya lo dijeron los primeros cristianos: «la sangre de los mártires es semilla de nuevos creyentes«.
La cuestión fundamental que hay que responder, y que no se ha planteado en absoluto, es si queremos actuar sobre las causas que promueven y expanden los atentados violentos, el terrorismo, o mantenerlas y no dejar de responder permanentemente los efectos de las mismas con violencia y mediante ejercer el terrorismo de estado. Lo que se llama la lucha contra el terrorismo global es la avanzadilla de la dictadura global que se perpetra.
Matando a Bin Laden no se ha resuelto el problema de ataques violentos, sino que se ha ejercido el poder y de manera brutal, por el hecho en sí y por el regodeo de grabarlo y presentarlo a la sociedad como un espectáculo. saquen o no la imagen de Bin Laden muerto, lo cual sería ya el colofón final. Parece que quienes ordenaron tal acción dicen «aquí estamos», ¿y qué?, ¿quién será el siguiente?. Un principio contrario a la ética es que el fin justifica los medios. Y como ha dicho Gaspar Llamazares, de Izquierda Unida, se trata de un acto de terrorismo de Estado, que una gran parte de la población aprueba.
Es necesaria una lógica de la paz, de no violencia, como lucha y como relación entre colectivos humanos. Porque hace falta reaccionar frente al Poder. Y no se puede justificar la violencia, porque ésta genera otro poder igual o peor al que ha querido derrocar. Tanto en la acción como en el discurso es necesaria una nueva dimensión que rompa la lógica de la guerra. Y aplicar la no violencia como protesta, en actos puntuales así como forma de luchar por una justicia social necesaria y fundamental para acabar con la dominación del Poder y de las reacciones violentas contra él. Desde los medios de comunicación y los partidos políticos nos quieren situar en un bando, el suyo. Lo cual hace que consintamos todo lo que éste haga, tal es la trampa en la que nos hacen caer.
La imagen del presidente de los EE.UU., sus asesores y colaboradores del gobierno, viendo en directo el ataque a la vivienda de Bin Laden es repugnante, sobre todo que además se presuma de ello. Y es significativo porque da una idea del poder despótico que nos representa y nos domina. Esa actitud forma parte de una expansión de su poder y una muestra del mismo. Se ve que son gente despiadada, que luego son felicitados por otros mandatarios que carecen de escrúpulos. Una vergüenza que se vende como algo bueno y positivo.
Al ver la imagen de los gobernantes de EE.UU. viendo cómo disparan a unas personas , y darlas a conocer para más regodeo sentí náuseas, la misma que al ver los atentados de las Torres Gemelas, y saber que representan a mucha gente del mundo rico que gobiernan. Me vino a la cabeza el título de la obra de Dostoievsky, «Humillados y ofendidos«, y comprendí que estas dos palabras son el fondo de lo que sucede en el otro lado del mundo, y recordé un pasaje en el que la madre de Nelly le dice antes de morir enferma y sin tener para comer: «sé pobre, sé pobre toda la vida, tú también podrías estar ahí y ser rica y tener buenos vestidos, pero no quiero que eso ocurra. Los ricos son malos y crueles y esto es lo que te ordeno: quédate pobre, trabaja y pide limosna«.
Lo que perpetró Bin Laden fue atroz, deleznable, una canallada, y un horror, pero igual que cuando el ejército de EE.UU. y de la OTAN han atacado otros países, o han promovido guerras a lo largo y ancho del planeta, ¿o es que si se mata a miles de personas, muchas más que en las Torres Gemelas, pero en casas bajas son menos muerte y menos horror?. Quinientos millones de personas mueren al año como consecuencia de intereses económicos, en guerras, por el hambre y enfermedades fácilmente curables. Esta situación es un caldo de cultivo para el fanatismo y para socializar la violencia fanática.
Forma parte todo esto de la inercia de la historia, cuyo eje central es la violencia. Un pacifista inmerso en la II Guerra Mundial, Romain Rolland, que gritó sin descanso que se unieran los pueblos contra la violencia y parar la acción bélica llegó a la conclusión de que «la humanidad quiere ser engañada, se siente dichosa de deshacerse de toda responsabilidad y fugarse a la esclavitud de una ilusión colectiva«. Fue seguidor de otro pacifista que inspiró también a Gandhi, León Tolstoi. Éste autor ruso advirtió del error de combatir la maldad con la fuerza y propuso la revolución de las almas y no la de los puños. ¿Qué pasa que hoy estos autores no se leen, no se habla sobre ellos?.
El pacifismo debe actuar, para coger las riendas de la protesta y ser un referente de la lucha social. Por ejemplo cuando no se deja presentar a algún partido, especialmente cuando es por los organismos de la justicia deberían boicotearse esas elecciones, incluso hacerlo otros partidos que no deberían presentarse por falta de democracia real, porque no son un referente de libertad, ni de elección democrática y no se puede participar en esa pantomima. O boicotear determinados medios o productos que implican un peligro para la naturaleza. Pero es algo que queda en algo testimonial porque falta empuje, fuerza para iniciar una presión colectiva, perseverante y no violenta.
Hay dos millones tres cientos mil parados sin ningún tipo de cobertura y no se hacen manifestaciones por ellos, ni huelgas. Nada. Porque no se ve el elemento pacifista, no violento de estas acciones, que han quedado relegadas a ser una mera presión estratégica y puntual por intereses políticos. Ante una guerra como la de Libia, fundamentada en falsedades demostradas, no se hace nada porque se admite la lógica de la guerra.
¿Y el pacifismo hoy?. Forma parte nada más del inconformismo. Y es que es algo que no se puede ejercer con la tecla del ordenador, porque implica a la forma de vivir y de relacionarse con los demás. Exige debates y tomar decisiones. Y actuar en la realidad. No hacerlo ha propiciado que el pacifismo se atrofie y no sólo desaparece como opción de lucha, sino que es asumido por quienes representan la violencia, para tergiversar su método y hacer desaparecer la opción no violenta como forma de lucha social.
Los que ocupan cargos en los gobiernos y ejercen el Poder son personas crueles , que por eso son colocadas en tales puestos y les pagan para que ejerzan su labor, pero las campañas de imagen y publicidad sobre les hacen parecer personas honorables, éticos, amantes de la libertad y la democracia, cuando es sólo una imagen, un espejismo. Es necesario quitarles la máscara, lo cual sólo puede hacer el pacifismo, porque cualquier respuesta violenta refuerza su ocultación y su falso discurso.
Dos referentes de la no violencia han sido Mohandas Gandhi, cuya perseverancia, resistencia y, sobre todo, con la desobediencia civil logró levantar a un pueblo para luchar contra la ocupación de la India por parte del Imperio Británico.
Otro fue Martin Luther King, para quien la violencia lo único que hace es crear más odio. Luchó contra la discriminación de los negros, estableciendo una lucha desde la no violencia que implicó a una gran parte de personas de piel negra y luego de piel blanca. Pero su lucha fue mas amplia: por los derechos civiles, contra la guerra del Vietnam y contra la pobreza.
Los dos impulsores de la lucha desde la no violencia fueron asesinados.
La no violencia implica una lucha activa, de enfrentamiento al Poder y hoy es más necesaria que nunca. Porque no actuar desde el pacifismo es dejar que la violencia se imponga cada vez más.
¿Pacifismo hoy?, sí. Es posible. Es necesario. Por eso no es una utopía. Es una cuestión pendiente.
Cada vez es más necesaria la paz.
Sólo conozco esa obra de Kant (y cualquier otra obra de Kant) por artículos y resúmenes, pero sé que Kant creía en la política de Estado. Creía en el buen gobierno y en gobiernos mejores y peores, pero no en la posibilidad de que el ser humano pudiese vivir sin violencia.
Como estamos en el siglo XXI y todos los experimentos sociales han fracasado, creo que quizá sería la hora de comenzar a plantearse seriamente alternativas humanistas no-sociales. Si no, nos quedaremos con lo que tenemos, un constante parcheo de las sociedades y los gobiernos actuales.
Y sin embargo no creo que aquello que es aceptado hoy generalmente como normal sea un planteamiento razonable simplemente porque es aceptado hoy como normal. No es razonable pensar que las culturas no van a seguir cambiando y que lo que hoy es normal lo sea dentro de cien años. No es razonable pensar que no habrá cambios culturales profundos en el futuro, puesto que en el pasado siempre los ha habido.
Eternizar lo convencional nunca es racional.
No se puede defender el pacifismo (y menos citar a Tolstoy) desde el punto de vista político. No hay estados pacíficos ni no-pacíficos. Todo Estado, es más, toda sociedad, se basa en una distribución de fuerzas de coerción. De hecho, la creación de los Estados absolutos en el siglo XVI fue lo que permitió una estabilidad política suficiente que dio lugar al avance en libertades.
Condenar la violencia de los Estados más poderosos suele suponer olvidar que la violencia se encuentra en todo comportamiento humano dentro de una cultura social. El auténtico pacifismo sólo puede conseguirse creando una alternativa no-social, lo cual nos pone en un entorno saneado, más allá de las cuestiones políticas.
El entorno del cambio cultural, el cambio del comportamiento humano que suponga una alternativa comunitaria basada en valores no-violentos. Esto ha de plantearse de una forma seria y profunda, tomando en consideración todos los elementos implicados, y no simplemente arremetiendo contra determinadas instituciones muy llamativas.
Debería existir algún lugar donde debatir acerca de una alternativa realmente coherente y profunda acerca de una alternativa cultural capaz de superar la violencia. Ésa ha sido siempre la aspiración del ser humano.
Yo, al menos, hago una propuesta
http://ideaciones.net/foro/index.php?board=3.0
Creo que no hay que confundir la agresividad inherente al ser humano con la violencia que es la organización del Poder.
Es cierto que la Historia se ha construido sobre la violencia, pero es tal su brutalidad que son necesarias nuevas ideas, nuevos modelos para hacer una sociedad más libre.
La violencia construye el poder, no la sociedad, apastada por aquél.
Pienso que la obra de Kant «La paz perpetua» sigue siendo muy válida, es un planteamiento desde la razón.
Lo suscribo, Ramiro, los poderosos hoy intentan ocultar las guerras tras unas supuestas razones humanitarias. La Ministra de Defensa, Carme Chacón, no habla de guerra, parece que los militares son hermanitas de la caridad y los misiles medicamentos y potabilizadoras de agua.
Incluso escuchándola podrías llegar a creerte que los pobres libios que asesinan mueren dulcemente. Todo lo pervierten. Es indignante.
Otro tema es el del supuesto Ben Laden, que ha muerto tres veces y, según algunos indicios, fue un montaje. Ya sabemos, los norteamericanos inventan enemigos continuamente, orquestan campañas mediáticas y atentados. Es su modus operandi desde la guerra de Cuba y «El Maine»…Lo más grave es que la Reserva Federal Norteamericana sea un club de empresarios que son los verdaderos amos del planeta -algunos les atribuyen los atentados del 11-S: Los Rothschild, Rockefeller, Morgan, Warburg, Moses Israel Seif, Lazard, Lehman Brothers, Godman Sach…La R.F. es propietaria de la CIA, del Pentágono, del FM.I. y de gran parte de las agencias de noticias y de los medios de comunicación. Son el crimen organizado, los que deciden las guerras, manejan a la ONU y mandan en la OTAN.
Ahora se han lanzado a por las reservas de oro de Libia, sin desdeñar el petróleo, como lo hicieron con Iraq, y apuntan a Siria, Sudán e Irán…Cuando comienzan con las campañas mediáticas, hablando del «régimen » , en lugar del gobierno,…malo. O de «terroristas», en lugar de gente que defiende su tierra de los invasores…peor. Ellos son el dólar, y como con sus trampas lo han devaluado, hundiendo a toda la economía occidental, ahora se dedican a saquear los depósitos de oro de los países que no son miembros del Banco de Compensaciones Internacionales y, por tanto, no están afectados por la caída del dólar.
La gente debe conocer lo que está sucediendo en el mundo. Las Plataformas de Indignados son una esperanza de que comencemos a reaccionar ante tanto atropello, ante tanta injusticia, ante tanta guerra.
Estamos rodeados pero cada vez somos más.
Bueno, después de tan buenas razones me planteo la «reconversión» a la no violencia activa… Pero, tengo mis dudas, pues tampoco es cuestión de dejarse matar…
Escribí esto que llamo un lamento después de haber oído un representante de las guerrillas salvadoreñas hablar de las injusticias que se estaban cometiendo en su país. Pensé entonces, como se ciega un ser al ver la verdad sólo sobre su punto de vista y no todo lo que ésta encierra.
A LOS CIUDADANOS DE AQUELLA NACIÓN (aquí me refiero al mundo)
¿De dónde viene el viento cuando sopla de todas las esquinas?
¿De dónde viene el gemir cuando hay dolor en todos los hogares?
¿Acaso puede el poderoso encerrarse en sus amullaradas paredes
y soñar con que no existe el dolor en los que viven casi a la intemperie?
¿Acaso puede el pobre seguir culpando al rico por todos sus quejares?
¿Acaso puede el rico seguir culpando al pobre por toda la violencia?
¿Acaso puede el pobre soñar que las madres de los ricos no sufren cuando sus hijos son asesinados?
¿Acaso puede soñar el rico, o el militar o el guerrillero,
que las madres de los pobres o los ricos, no sufren cuando sus hijos son asesinados?
¿Acaso puede el sacerdote, o el pastor el imán
o el líder político o el maestro ignorar el odio que causan sus discursos?
¿Acaso puede el guerrillero o el soldado o el mercenario ignorar el dolor de sus víctimas?
¿Acaso puedo yo en el confort de la paz y seguridad económica,
ignorar el dolor de los pobres, los ricos o los que fluctúan entre ellos?
¿Acaso puedes tu ignorarlo?
!Pero entonces mis queridos compatriotas del globo!
¿Cómo puede ser que el rico ignora el dolor del pobre pobre
el pobre ignora el dolor del rico y los de en medio ignoran
y odian a los grupos opuestos?
!Me pregunto entonces!
¿En nombre de que paz, que justicia,
que libertad es que el guerrillero asesina
y el soldado ejecuta, o el guerrillero ejecuta y el soldado asesina?
¿En nombre de que paz, la sangre de otro humano es derramada?
¿En nombre de que justicia, la sangre de otro humano es derramada?
¿En nombre de que libertad, la sangre de otro humano es derramada?
No disputo, pues no tengo lo datos, pero que 500,000.000 millones de seres mueran al año por pobreza e injusticia me parece muy grande. Ese número es un 15% de la población actual. ¿Que pasaría se ese grupo significara un aumento de población? ¿Como los alimentaríamos bajo el sistema corriente?. En un mundo de justicia, 10 mil millones tendrían cupo y comida en el actual, sería más hambre y rebeldía.
No se bien el año, creo que en el 1966-67 en una parroquia de Madrid, yo debatí con Victor Manue el cantante a propósito de su canción «el cobarde».
Si recuerdas la canción esa verás que el soldado se va al monte… y espera. No hace nada para construir una sociedad sin armas. Solo espera…
Yo decía entonces que si los que hemos entendido que las armas no arreglan nada los ejércitos de uno u otro signo seguirán a lo suyo. Tu artículo demuestra que 50 año después yo no andaba muy equivocado.
Luther King lo tenia muy claro y otros también. Organizaba a los pacifistas con la disciplina del soldado y todos iban a la «lucha por la paz» en orden, y después de utilizar la encuesta como manera de conocer el terreno donde se desarrollan las «batallas». En España eso lo intentó Gonzalo Arias. Pero no fue posible crear ni siquiera una «compañía»…
Ahora estamos en plena derrota de los derechos humanos y nadie se atreve a tomar la no-violencia en serio. Yo ya te he dicho más de una vez que es nuestro momento. El de quienes hemos luchado en todos los frentes y hemos sido derrotados por no usar el único arma que aún no ha sido probada: la no-violencia activa ¿cuando comenzamos?… Si nadie se une yo comenzaré en Septiembre de este año activando la vieja idea de la «cooperación verde»… ¿crees que se unirá alguien más?
Victoriano