Después de la II Guerra Mundial, cuando se vio el horror de las matanzas a escala global y el peligro de que volviera a repetirse semejante barbaridad se decidió crear unos mecanismos internacionales que resolvieran los conflictos evitando los enfrentamientos armados y también para acabar con los abusos de poder. Se formó la Organización de Naciones Unidas, ONU, que hoy es una farsa, no media en los conflictos sino que es parte de ellos. Sólo una reacción de los ciudadanos, global y sobre objetivos concretos,  podrá conseguir la paz que ha roto la ONU. Es necesario difundir la lectura del libro «La paz perpetua», de Kant .

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Los cascos azules son fuerzas de interposición, para garantizar que no se mate a civiles y se busquen soluciones de acuerdo al Derecho Internacional, que como dijo un ilustre catedrático al comenzar el curso “voy a enseñaros algo que no existe”. Las acciones por la paz fueron ideadas sobre la base de procesos democráticos que impliquen al pueblo y no solamente a las oligarquías nacionales.En lugar de una Organización de Naciones Unidas hace falta una Organización de Pueblos Unidos.

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Nada de esto se ha realizado, más bien las organizaciones internacionales han sido un instrumento de los ricos liberales que dirigen la potencia mundial en declive, los EE.UU. y sus advenedizos. Permanentemente se están dando golpes de Estado a lo largo del planeta por parte de las potencias económicas para colocar gobiernos que pongan a su disposición las riquezas de esos países sin que la ONU haga nada. 

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Se impulsan altercados y atentados por mercenarios que contratan y entrenan los servicios secretos de los países ricos que provocan la reacción de los gobiernos atacados y entonces se requiere una resolución de la ONU para evitar los abusos de Poder, pero para realizar esta tarea la ONU debería impedir el uso de las armas en ambos bandos, paralizar el conflicto y buscar acuerdos con mecanismos internacionales. Sin embargo no cumple su cometido como ha hecho en el caso de Libia, y se apunta a lo mismo en Siria, se desarma a una parte, al gobierno, bombardean despiadadamente al pueblo y arman a los llamados «rebeldes», la mayor parte de ellos pagados y que han sido contratados como mercenarios con el objetivo de hacerse con el Poder para ponerlo al servicio de las grandes potencias económicas.

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Basta construir una mentira para poderlo hacer ante la opinión pública. Se demostró que los treinta y un muertos en las manifestaciones de Libia fue una falsa información, mientras que sí fue confirmado el asesinato de 11 soldados libios. Y no ha pasado nada. Cuando las fuerzas de ocupación tomaron Trípoli, salieron mujeres y niños desarmados en una manifestación de protesta  y la fuerza de ocupación mató a cerca de doscientas personas, treinta y nueve menores de edad. La comunidad internacional  no hizo nada, la ONU lo consideró una acción de guerra.

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La farsa es tan grande que aplasta en sí misma la conciencia ciudadana. Se supo después de devastar a Irak que la causa de guerra, las armas masivas fueron mentira. Cando Al Qaeda quedó desmantelada en Afganistán se continuó la guerra hasta derribar al gobierno y colocar a mafias de la droga y la corrupción que se llevaron todo el dinero dado para ayuda al desarrollo de este país sin que la ONU intervenga, ni siquiera pide explicaciones. 

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Cuando mayoritariamente se aprobó que la Autoridad palestina tuviera representación en la UNESCO, la potencia mundial económica decide no aportar fondos para este organismo como medida de presión. Es un ejemplo palpable de como se entiende la democracia y la concordia internacional, amparándose en estas dos ideas para bombardear países que no se doblegan a sus intereses.

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Es necesario la movilización global, ya se hizo con el “No a la guerra”, cuando se atacó a Irak sin una resolución de la ONU, para evitar las protestas masivas  la ONU se encarga de aprobar la una acción para proteger al pueblo de un gobierno tirano mediante la acción de  bombardear y masacrar a ese mismo pueblo, que en el caso de Libia ha acabado con el 2´ 47% de la población, un 3% supone la catalogación de genocidio. Se ha linchado y matado a su presidente y hecho público, igual que el ahorcamiento del presidente depuesto de Irak, lo cual forma parte de la estrategia de la humillación del enemigo para atemorizar al resto que pueda no obedecer al imperio, como ya se hizo en tiempo de los romanos, algo que estudia muy bien Wilhelm Reich en su obra “El asesinato de Cristo”, donde analiza cómo la plaga emocional de las sociedades necesitan de estas barbaridades.

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Lo curioso es que para llevarlo a cabo domestica la acción social contra la guerra, fruto del engaño, para lo cual actúa con cómplices que son el punto de apoyo de la mentira, como es que colectivos pacifistas, que defienden la no violencia como método de actuación, que se declaran en contra del belicismo apoyan las resoluciones de la ONU, entonces ya son serios, la prensa les da espacios informativos, así ha hecho EQUO ante la destrucción del pueblo libio (2011), Los Verdes en el conflicto de Yugoslavia (1998), lo que hace observar a muchos analistas que tales organizaciones están minados por los servicios secretos que usan a estas formaciones pacifistas para definir las guerras justas, humanitarias y necesarias en pro de la democracia.

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Pero todavía se da un paso más y se impulsan plataformas que convocan manifestaciones a favor de una intervención armada contra los gobiernos despóticos, con el apoyo de formaciones pretendidamente de izquierdas. Es el resultado de la mentira totalitaria que lo abarca todo. Las acciones violentas se presentan como una respuesta de las sociedades democráticas que actúan de manera totalitaria y brutal a nivel mundial bajo el dictado implacable de los podres financieros que fabrican la opinión pública para que los gobernantes y una parte de la población, sobre todo con su silencio, hagan de comparsas.

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Hay una obra que estudia desde la razón como lograr una paz mundial, “La paz perpetua” de Inmanuel Kant, donde se plantean  pautas razonables y necesarias para lograr la paz. Bastaría usar este tratado de la paz para empezar a establecer procesos con este fin y acabar con el engaño de la ONU que se ha convertido en la coartada de las guerras más atroces. Pienso que es una exigencia conocerlo y defender su puesta en práctica, porque en el mundo actual está pasando justo lo contrario:

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* Ningún estado podrá ser adquirido por otro. Ya no sólo lo adquieren otros estados, sino organismos económicos.

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* Ningún tratado de paz debe considerarse válido si se firma con reservas mentales capaces de provocar otras guerras en el porvenir,  como se está haciendo en la actualidad, donde la paz queda condicionada a los intereses económicos de la fuerza de ocupación.

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* No se deben contraer deudas para sostener la política exterior. Hoy todo es una deuda en sí misma, lo cual es un impulso más a las guerras de manera interminable y sin causa beli.

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* Los ejércitos permanentes, militares perpetuos, deben desaparecer por completo por ser una amenaza permanente, un gasto intolerable y acaba siendo la causa última de las agresiones. Tener hombres que matan o mueren por un estado es considerarlos máquinas. Esto no lo dice un pacifista ni un objetor de conciencia, sino el filósofo de la razón. 

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* La razón niega reconocer la guerra como proceso jurídico, para lo cual Kant propone un derecho de ciudadanía mundial.

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Lo contrario es lo que ejerce la ONU como herramienta de disfraz del imperialismo económico, con un resultado palpable: la guerra perpetua.

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Al final Kant se pregunta si la revolución, violenta, es legítima para liberarse de un opresor. Él fue un apasionado de la revolución francesa y hace varias reflexiones, pero finaliza diciendo que se suele caer en la escuela jesuítica, interpretar las cosas según se quiera, para plantear finalmente la creación de un estado de derecho público universal, que podría empezarse como una federación de naciones unidas para la paz y ya que no lo hacen los gobierno deberíamos hacerlo el pueblo, luchar por una constitución mundial para la paz y defenderla cada día, cada momento con tres pilares fundamentales:

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* la Renta Básica (siento meter siempre este tema, pero es así, no veo otra forma de establecer una base de igualdad que garantice la supervivencia de cada persona y ser un cimiento para la paz);

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* la participación del pueblo en las decisiones concretas, por ejemplo la declaración de guerra o participar en las mismas, ¿las votarían los pueblos?, no.

* Y enseñar en todas las escuelas el idioma universal, pensado para un mundo de paz, el Esperanto.

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La paz no es una meta, es el camino. La no violencia es luchar en cada momento desde la razón inmersa en el movimiento ciudadano, siendo capaces de generar nuevas ideas y de crear una nueva realidad. No basta gritar contra la guerra, hay que actuar en favor de la paz apuntando medidas concretas.