En varias tertulias y reuniones he oído un comentario que me preocupa, sobre todo porque viene de personas que han luchado durante mucho tiempo: “la culpa de lo que pasa es la condición humana”, como si esto justificase los desastres que nos asolan.
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«Siempre ha habido corrupción, violencia», plantean muchas personas, como si esta afirmación sirviera para comprender la realidad. También siempre se ha luchado contra estos abusos, pero ¿de qué ha servido?, insisten. Sirvió en su momento, porque al final no es el resultado de la lucha lo que importa, sino dónde nos posicionamos y qué hacemos en cada momento.
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Es cierto que muchas veces no podemos lograr nada ante la brutalidad del Poder, pero hay que plantearse ¿qué puedo hacer para poder hacer algo?. Lo cual nos lleva a la reflexión que planteó Vladimir Ilich, Lenin: no hay acción revolucionaria sin teoría revolucionaria.
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La teoría no puede ser resignarse y hemos de reaccionar contra la acomodación del pensamiento, pues si siempre ha sido así ¿para qué vamos a hacer nada?, para que no sea así. Porque la sociedad no es así, como se suele decir, sino que la hemos construido de una manera determinada y se puede hacer de otra manera, pero es necesario ser consciente del potencial de la acción sobre planteamientos concretos.
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Es necesario evitar soluciones de Poder, porque éste afecta en el pensamiento a quien lo detenta y a su manera de ser, igual que afecta una droga, de ahí la importancia de los mecanismos asamblearios, la coordinación de las acciones y no la estrategia unificada en una burocracia política, lo cual no excluye que haya una organización que impulse las decisiones. Hace años se fundó un partido antipartido, se definió así, pero fueron necesarias estructuras eficaces, por eso los modelos diferentes se pueden unir en la cooperación.
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Otro mecanismo de la rendición intelectual es hacer una especie de barroquismo intelectual en el que se confunden los medios con los fines, las herramientas teóricas con los objetivos y se mezclan citas de diferentes autores con el fin de demostrar estructuras de pensamiento, lo cual desemboca siempre en la metafísica política. Es necesario aplicar la navaja de Ockham en los análisis de la realidad, porque es fundamental intervenir en ella, no sólo mantener una queja continuada.
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No podemos rendirnos ante la evidencia, porque es contra ésta precisamente contra la que luchamos, sin caer en falsas preguntas como ¿para qué sirve?, porque la lucha no tiene precio, no sirve para nada concreto, sino para el desarrollo existencial, por ejemplo conocer a muchas personas de las que aprendes, con las que convives, que formarán parte de tu memoria y que de otra manera nunca habrías sabido que existen. Este tesoro humano es para mí lo más importante de la lucha.
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Luchar es un imperativo categórico, es una manera de ser, de vivir, de apostar y de sentir. La fatiga de ver, por ejemplo, como la policía vuelve a cargar contra estudiantes indefensos no debe convertirse en una idea derrotista, sino en una experiencia. Y seguir, seguir si creemos que tenemos algo de razón en lo que pensamos y hacemos, sin dejar nuestras razones a la deriva, al albur del viento que sople el Poder, el cual necesita la desmoralización, la derrota del pensamiento, nuestra rendición.
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Nadie ha luchado para ser libre, sino por ser libre, pues como dijo Bakunin, la libertad o es de todos o no es de nadie. La libertad se expresa y se vive en la lucha.
Coincido con Enma. Libertad, ¿para qué?. Para que te la administre uno u otro según le interese que la tengas y la ejerzas. Para consumir, para aceptar y ser feliz con la vida tal como nos la dan, preparándonos, tal como ocurría en el libro de Huxley con la hipnopedia, para amar lo que tenemos y no pensar en conseguir lo que queremos. Eso no es libertad.
Coincido con la cita de Bakunin; La conocida frase «mi libertad acaba donde empieza la tuya», dice García Rúa, no es cierta, ya que «yo no seré libre mientras tú no lo seas». Sólo seremos libres si lo somos todos.
Aunque a veces parezca imposible, lo importante es el camino, y, como decían Kortatu «aunque todo esté perdido siempre queda molestar».
Hay que distinguir dos nociones, la de condición y la de naturaleza, lo temporal o circunstancial y lo permanente.
Muchos han sostenido desde hace poco más de un siglo que el hombre no tiene naturaleza, sino historia, y que en vez de naturaleza humana habría que hablar de condición humana. Interpreto que lo importante son los determinantes condicionantes del hombre, que pueden causar un condicionamiento que destierre cualquier ilusión transformadora de la realidad en la vía del mejoramiento personal y colectivo, que relegue al hombre a la apatía, al conformismo.
Los que rechazan la existencia de una naturaleza humana dan la espalda a su realidad biológica, a la importancia del código genético, convirtiendo la materia y psique humana en una especie de plastilina manipulable a voluntad por los tecnólogos psico-sociales.
Estamos en una época abonada para el pesimismo, el desaliento, la impotencia para luchar contra la corrupción. La ideología dominante, como toda ideología, opera como un estupefaciente que nos hace creer que la configuración estructural de nuestro universo humano es eterno, definitivo, que ha acabado la historia.
En nuestro país de humo tóxico, la permanencia ininterrumpida del bipartidismo, del turno de partidos PP-PSOE, de dos chapuzas de alternativas, de dos políticas de espantajo. ¿DE NUEVO EL NIHILISMO? ¿NO HAY SALIDA?.
¡¡ANIMO, RAMIRO!!
Estimado Ramiro:
Durante estos días se publicó en el mundo un articulo sobre los monos, que estos también se enfadan y protestan dejando de colaborar cuando no se sienten recompensados suficientemente (http://www.elmundo.es/elmundo/2012/03/28/ciencia/1332961358.html).
Aunque cunda de vez en cuando el desanimo, esta en nuestros genes la justicia. De ahí toda la literatura y toda la épica por un mundo más justo.
Obviamente existe una tergiversación idiomática y publicitaria de la realidad por parte de quien ostenta el poder.
El partido antipartido, no lo veo. El 15M, se marchita por la lucha de ideales sin liderazgo.
Al final siempre volvemos al mismo sitio, al igual que la libertad de expresión si nadie te puede escuchar porque eres silenciado por los medios, no sirve de nada(dejémoslo en muy poco).
El ser humano se está volviendo un esclavo económico, que no se resolverá hasta que la renta básica se convierta en la democracia económica.
Un saludo
Citando a Lenin en positivo: O
Nadie ha luchado para ser libre, sino por ser libre, pues como dijo Bakunin, la libertad o es de todos o no es de nadie. La libertad se expresa y se vive en la lucha. Me quedo con esto.
Creo que la gente, no toda, cree en la actualidad que tiene libertad de elección y libertad social, pero en realidad vivimos en el espejismo que deseamos porque lo demás exige unas virtudes para las cuales no se está preparado