Es una pregunta extraña, sí. Pero el otro día se la hice a uno de los dos amigos que me quedan a los que escribo cartas a mano. Hace unos años escribí a veintitrés personas de manera frecuente. Este amigo, que «cuando sea mayor quiere ser escritor», llevaba casi medio año sin escribir.
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Escribir por obligación ha convertido la lectura en una industria, donde la escritura produce libros, información, comunicación. Da lugar a un acto mecánico, una técnica, lo cual invade a veces demasiado a la literatura. La creación es otra cosa. Suelen primar más las normas que la relación entre las palabras.
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Hay una necesidad que nos hace escribir, que hace querer decir algo al mundo de una manera indefinida. O a alguien a quien no se accede por las miles de barreras que se interponen, entonces convertimos a esa persona en el mundo al que nos dirigimos. Cuando sentimos la necesidad de escribir sí que es una obligación escribir, porque de no hacerlo se atrofia tal impulso. La obligación por la obligación vacía la literatura.
Obligarse a escribir destroza la escritura y el acto de dar forma a las palabras y contenidos a las frases. Lo que si es importante, obligatorio es estar atento a cuando llega el impulso, cogerlo, dejarse llevar y asumir la disciplina de los textos largos, continuar en ellos, cavar y escarbar para llegar al foco de ese empujón que hace querer escribir.
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Una lectura detenida de poetas contemporáneos permite observar la fuerza y belleza de sus poemas iniciales, que crecen… pero llega un momento en que son francamente artificiosos, estiran las palabras porque se ven en la obligación de seguir escribiendo al ser alabados gratuitamente y de la misma manera ganar premios. Lo cual que muy poca gente se atreve a decir a muchos escritores. Es algo que se expande con internet, porque se lee lo actual de los poetas y no lo de antes, ya que escribir se convierte en un acto compulsivo, lleno de ansiedad, más que un acto lento y en calma. Escribir no es pues una, es una necesidad, pero no confundir con la necesidad de publicar o editar o de colgarlo en un blog.
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Cuando escribo algo antes tomo notas sobre cuestiones en las que me gustaría que la gente se fije. Al fin y al cabo comunicar mediante la palabra no es sino establecer las coordinadas de un punto de vista, de una perspectiva de sentir y también de relacionarse con la vida y con uno mismo.
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Magistral, formato de tu blog!. ¿Cuánto tiempo llevas bloggeando?. Haces que leer en tu blog sea ameno. El aspecto total de tu web es currado, al igual que el material contenido!.
Saludos
Gracias. Llevo dos años, gracias a Adolfo que me metió en este mundo. Es una manera de expresar lo que de otra forma quedaría en un cajón… Me alegra.
Oye, qué fuerte esto que comentas en otro hilo : «Un constructor ha impulsado y realizado el edificio para albergar “La casa del escritor”, con el fondo bibliotecario de Cremer, lo cual va a llevar una fundación. Este proyecto es presentado como un impulso a la cultura, un estímulo para escritores. Recuerdo que acudió a esa fundación, para que me ayudara a difundir la obra “Tratado del enamoramiento” y me encontré que me acabaron pidiendo dinero para una cena. No pude salir de mi asombro. Más cuando pedían dinero cuando su promotor es uno de los constructores más ricos de toda la autonomía y además el presidente de una entidad financiera. De mi obra no me hicieron ni un sólo comentario. Estos detalles están en la base del mundo de la escritura, y nunca se cuentan, no se saben.
Una frase que abomino es esa de «el oficio de escribir». Escribir no es un trabajo; y de convertirse en algo así, pasa a ser otra cosa. Asunto diferente es que te paguen por ello. Y más aun si logras vivir de lo que escribes. El problema viene cuando lo que se necesita es dinero y no tanto escribir.
Un escritor puede tener mucho de artesano, en el sentido de hábito, de amar lo que hace; pero no puede ser un artesano porque se vería obligado a redactar el mismo escrito una y otra vez. Y muchos de quienes se ha obligado a sí mismos a vivir de lo que escriben, mueren como escritores al poco de nacer, sobre todo si les editan cuando aun son demasiado jóvenes.
Escribir no es pues una obligación, es una necesidad, pero no confundir con la necesidad de publicar o editar o de colgarlo en un blog. No lo dirás por mí…. ¿no?…. ¿sí?.
Y no intelectualizarlo todo, escribir también tiene sus límites porque las palabras se quedan cortas frente a lo profundo e intimo , frente a la realidad e irrealidad que se mezclan al mismo tiempo; escribir es deducir la existencia bajo símbolos que hasta el momento sirven , pero creo que se quedan caducos…, Ramiro.
Nuestro lenguaje es triste y limitado…o acaso no es mejor las sensaciones o el silencio intuitivo… o el lenguaje psíquico… o todas otras formas de lenguaje que se expresas en el día a día bajo colores, luces , olores e incluso…sucesiones de acciones…
No lo digo por ti… Es un análisis en general… A veces hay personas que no disfrutan de escribir, sino que sienten ansiedad… Más por ser reconocidos, leídos que por lanzar sus palabras, que lo demás ya vendrá…
En parte va por mí en una etapa de mi vida. hasta que aprendí que escribir soy yo, no los demás.