Al ver el cuadro “La extracción de la piedra de la locura” de El Bosco, me vino una pregunta a la cabeza, ¿extracción? Hay varios elementos en el cuadro que me hacen sospechar lo contrario, que se la introducen.
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Quien lo hace con una herramienta parecida a un bisturí lleva sobre la cabeza un embudo, que según varios analista de estos cuadros representa este símbolo la “locura”. ¿Un loco va a sacar la locura a otro?, más bien sería lo contrario.
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Al lado de a quien le abre la cabeza hay un monje atento a la operación y una monja o mujer beata, que tiene un libro en la cabeza, el libro (la Biblia), que en las obras de El Bosco lo que se sitúa de tal manera es lo que obsesiona, como lo es la fruta colocada encima de la cabeza en personajes que sólo piensan en la lascivia, el pecado.
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Sin embargo el cuadro tiene dos frases escritas. La de abajo es “Mi nombre es Luben Das”, pero la de arriba dice: “ Maestro quítame pronto esta piedra”. Luego es extracción, pero puede ser en un sentido también simbólico, es decir que fuera sacar la piedra sobre la que Jesús construyó su iglesia, y lo hace un loco que no sabe lo que hace, y los dos observadores lo quisieran evitar advirtiendo: ¿por qué quitas la piedra de la locura?
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Resulta que tal piedra no es tal, sino una flor, dicen los expertos que un nenúfar… Pero ¿no tiene acaso la flor un sentido que también forma parte de la locura si se extrae, de manera que sacarla provocaa la locura?, luego introducen la locura. ¡Hay tantas flores marchitas y otras de plástico!
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Es esta palabra, “locura”, de “locus”, «lugar», un lugar diferente al de la realidad en el que está la mayoría que sigue las normas más o menos, o más bien con la que se construye la realidad admitida como tal, lo normal. Y en una época de tanta devoción religiosa, siendo El Bosco un beato, ¿dónde está la locura? Quizá como dicen los versos de Carlos Aurtenetxe en su libro “La locura del cielo”: “Sólo hay una elección posible, / entre una locura y otra locura”.
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Pero la piedra siempre es la piedra, ¿la de la locura?, ¿la de la honda?, ¿la de la discordia?, ¿la que se lanza quien esconde la mano?, ¿la filosofal?… ¿sobre la que se construyó la iglesia, y los palacios, y los castillos y las murallas? Las chabolas no, son de plástico y madera, y tierra cuando se hace adobe.
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Hay diferencias sutiles que fraguan las palabras. Hay una anécdota sobre la piedra que dio lugar al cisma entre católicos y protestantes. Me la contó mi primo Bernardino Pinto: ¿Qué diferencia hay entre los unos y los otros? Sus dogmas, sus libros sagrados dicen lo mismo, son una doctrina similar, pero depende de adónde señale el dedo. Los católico entienden que Jesús dijo a Pedro: “Pedro, tú eres piedra y sobre esta piedra construiré mi iglesia”, y cuentan que el dedo señaló a Pedro. Los protestantes dicen que Jesús dijo: “Pedro, tú eres piedra y sobre esta piedra construiré mi iglesia”, pero el dedo, dicen, lo dirigió Jesús hacia sí mismo, señalándose a él.
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La piedra de la locura ¿se extrae a lo largo de los tiempos?, ¿o no nos la estarán introduciendo permanentemente?, aunque sin bisturí sino con la tele, la enseñanza-emprendedora, las redes que enredan y demás donde los nenúfares son virtuales.
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O como dijo Baudelaire: “Dejad soñar a los locos / sus sueños son más bonitos”.
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