Se trata de preparar el ánimo para un objetivo determinado, lo cual no es asunto baladí frente a cualquier asunto, pero más para ejercer el arte, bien sea de escribir, la pintura, hacer una escultura, un guión de cine, componer una partitura. En definitiva crear algo.
Porque para hacer mecánicamente un trabajo hay que estar en forma, si se hace con ganas mejor, pero se puede uno dejar llevar por el horario, la rutina, la mecanización y amoldarse a cualquier labor incluso en campos tan delicados como la sanidad y la enseñanza. Por contra para investigar en ambos casos o en cualquier otro sí hace falta estar predispuesto. Porque exige estar atentos y activar ocurrencias, esforzarse en pensar y en casos sentir, como mínimo la necesidad de que salga lo que uno pretenda y las ganas de comunicarlo.
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En la sociedad del éxito sucede el fraude, el destacar a costa de lo que sea porque la predisposición se sustituye por la ambición, las envidias y, por ejemplo, el debate, los análisis se sustituyen por imponer un criterio o aparentar un estatus. Para sentir es necesario estar predispuesto a ello, de lo contrario reducimos nuestra vida a una conducta aprendida o representada.
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Estar predispuesto es un paso previo a realizar lo que uno quiere desde dentro, siendo lo importante el proceso, el camino mismo. De lo contrario, codiciar ser autor de una obra, un reconocimiento o aspirar a una titulación sin más hace que se plagie, que se compren los méritos, que se copien obras o exámenes, que se falsifiquen currículos y demás.
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Pero no nos educan en estos menesteres de índole interior o psicológicos, sino en actuar, sin ver consecuencias, aprobar sin más, se exige a la juventud que siga, aunque sea sin saber bien qué es lo que quieren, todo da lo mismo con tal de triunfar o encontrar un hueco en la administración o en el mundo laboral o de los catálogos del arte, lo cual da lugar a personalidades vacías, cubiertas de barnices y maquilladas.
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Porque ¿quién se pregunta sobre predisponer el ánimo, o sea tener ganas de hacer algo y que dé sentido a su vida?, ¿algo por lo que merezca la pena arriesgar, nadar contracorriente si hace falta, o sacrificarse? Y sobre todo estar determinado a lograr un objetivo que nace de dentro. En el arte cada vez hay más negocio, más apariencia, más fachada que predisposición y determinación.
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Lo mismo en la política, en los estudios, en la vida cotidiana. Incluso en las relaciones personales, mucho queda de paso y se hace instrumental. La predisposición nos hace luchar en la vida. Lo contrario es dejarse llevar.
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Quizá tengamos que preguntarnos sobre muchas cuestiones nimias, antes que dar tanta respuesta y tantas “noticias”.
El ciudadano corriente está cada vez más «SOLO ANTE EL PELIGRO», como el sheriff de la película…
Sí, el mundo esta lleno de impostores y leo sobre esos masters que están en disputa y bien dice, hacen lo que sea, claro evitando el trabajo para lograr sus sueños.
¿Pero que hace ese vaquero o bandolero ahí?, también querían lograr fortuna con poco esfuerzo.
Saludos, Mario