La información ha desaparecido sin que nos hayamos dado cuenta, al menos que yo sepa, pues a nadie he oído quejarse de ello o comentarlo. Queda su espectro y la deriva hacia el abismo, como si nada pasara porque no hay luz. Algo de lo que nos advierte José Saramago en su “Ensayo sobre la ceguera”.
No son metáforas lo que desvela este escritor portugués, sino retratos de la realidad. Algo que en la modernidad adquiere una nueva dimensión que hay quien la cataloga de posverdad, ante la incapacidad de gritar ¡es mentira!
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No es nuevo lo que sucede, pero sí la nueva forma tecno-virtual que adquiere y que además no sólo modifica nuestros pensamientos, conductas, emociones y demás, sino nuestro propio ser. Por tal razón no lo vemos, si no es desde el pensamiento lateral o la medio locura, sea por la inmersión en el arte real (el que se hace no el que se vende) o en una visión profunda, pero sensata de lo que las cosas son.

Por ejemplo: Asistimos impertérritos a las primarias del partido de la derecha en España, tras la condena como tal por corrupción sistemática. Lo que se presenta como unas primarias, a modo de un ejercicio democrático y todo lo demás no es sino publicidad, con la que se tapa todo lo que han hecho con palabras de renovación, siendo los mismos y sin modificar nada, pero llenan los espacios televisivos, las radios y prensa en un vacío que nada dice, pero genera sensaciones.¿Información?
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No se trata de desinformar, sino de eliminar la realidad. Se presentan partidos liberales, cuando no lo son. Contrarios incluso a las tesis clásicas del liberalismo como saber que en esta corriente de pensamiento económico no hay problemas de nacionalismos porque se resuelven con un referéndum. Al fin y al cabo en un mundo global no es algo determinante. (Von Mises, Milton Friedman, Friedrich A. von Hayek) La izquierda no es tal, ni por asomo. Las fuerzas del cambio nada cambian. Los nacionalismos se guían por criterios de partido sin tener en cuenta la nación a la que dicen representar, por ejemplo la nación catalana son nueve provincias, pero se cuenta con la circunscripción en la que operan los partidos que se disuelven sin ideas en lo irreal.
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Lo que no existe crece como la espuma a modo de imágenes vacías. Pero sólo quedan éstas. Lo real ha sido desplazado ante la no-información. La publicidad sustituye el mundo real por su imagen, vacía de contenidos. ya no construye un mensaje sino imágenes virtuales a las que nos desplaza como ciudadanía. Basta ver los telediarios para darse cuenta que son presentados por actores, no por periodistas, al menos sin cumplir esta función. Se forman tertulias baladíes para reforzar este mecanismo.Todo gira en torno a este juego.
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Hace años se manipuló la información, pero la hubo, aunque fuera deformada. Más atrás se ocultó la realidad en la estética del arte o en la grandiosidad arquitectónica para imponer psicológicamente las creencias que se trasmitieron en todas las culturas a través de bellos cantos, imágenes y edificios grandiosos, como luego las ideologías cuando se querían asentar en un país.

Pero en la actualidad hay un paso más, y es que la información no se tergiversa, ni se da la que interesa, simplemente se deja a un lado y se la hace desparecer. Funciona porque ha coincidido con la extensión del mundo tecnológico de la imagen y mensajes en la que la palabra es también una imagen de sí misma, en donde las redes esparcen lo irreal como si fuera algo propio. Además se ha generado una adaptación al impacto visual a través de pantallas a las que estamos pendientes y lo real queda ausentado. Grupos de amigos que no hablan, mientras que wasapean. Comunicación por redes sociales sin ver qué sucede en nuestra calle. Llega un momento en que lo que importa es el medio no el contenido, sin percatarnos de esta cambio sibilino al que se ha adaptado nuestra mente. Los filósofos se dedican a hacer malabarismos con las palabras.
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Hace poco se puso un balón en la esquina de una calle con un letrero en el que se leía: “Regalamos este balón a quien lo coja”. Ahí quedó. ¿Desconfianza? Casi nadie lo vio y quien lo hizo no le interesó. Pero al mismo sitio llegaron miles de personas de todas las edades cuando se anunció por las redes y mensajes masivos con su foto, el mismo mensaje e indicando el lugar. Es una calle céntrica por la que mucha gente pasa. Alguien se lo llevó y los demás pensaron que llegaron tarde. Es sólo un ejemplo.
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Hemos adecuado nuestra mente y percepción a las pantallas, y lo que no sea a través de ellas no existe. Con lo cual se ha sustituido lo real en donde estaría la información de los hechos. Queda la motivación y el invento de lo «real», su imagen desnuda sin más. Lo vemos en el arte que se convierte en un negocio, donde se especula y negocia con la literatura siendo la conocida aquella que sale por la pantalla, sea o no realmente literario lo que se escriba, a veces bodrios y obras lamentables convertidas en el ejemplo de lo que es escribir, con entrevistas a los autores que darían ganas de llorar, pero sin embargo incitan a la compra del libro.
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Con la pintura otro tanto, donde vale más el discurso añadido o colateral y la imagen de la imagen que lo pintado o realizado. La obra a veces ya no se pone a la vista, se supone. El deporte otro tanto. Nada. Queda la imagen de lo que sale en los medios de comunicación como un negocio, en donde en sus campos o recintos ya no se ponen publicidad, son publicitarios, incluso los mismos jugadores o “deportistas” convertidos en marcas de productos.
Hemos pasado la línea de lo que Umberto Eco advirtió en su obra “De la estupidez a la locura”. Hace poco escribí una obra de teatro, fruto de una experiencia en la que todo lo que se dice y sucede en ella lo he escuchado por irreal que pueda parecer: “El barco de los desesperados”. Convertido, claro está, en una historia inventada para ver la realidad de lo irreal.
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No hay información, tampoco se ha sustituido por algo a cambio. Se ha eliminado al hacer las nuevas tecnologías que desaparezca el emisor, el receptor (la conciencia de los mismos) y el mensaje. En definitiva ha quedado fuera la comunicación. Todo consiste en fabricar sensaciones y estructuras de Poder que manejan lo irreal, que a su vez han generado estos mecanismos.
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¿Que hacer? Reflexionar. Mantener la calma sin dejarnos arrastrar. Descubrir la manera de funcionar y cómo en la novela de “La historia interminable” de Michael Ende (curiosamente ya no se lee, tras ser un mensaje de advertencia muy leído hace treinta años sobre lo que se estaba fraguando, pero se «vendió» como cosa de “niñas y niños”, lo mismo que su otra novela sobre la falta de tiempo: “Momo”.) Resistir para que aguante el poco espacio de la realidad que queda por ahí perdido, incluida la imaginación que sin realidad desaparecetambién, quedando imágenes provocadas que interiorizamos. Y seguir en la palabra escrita, la conversación, las tertulias y demás actos de cercanía.
Ser como las plantitas que crecen en el asfalto o en las rocas aprovechando las grietas. Suerte.
Sr. Pinto Cañón, el motivo de mi comentario está relacionado con el tema que ha anunciado respecto al Juzgado de Instr. nº.1 de León, dado que yo me encuentro en estos momento en una situación similar dentro de una entidad bancaria que se destaca por sus continuados fraudes a sus Cliente, me refiero a Bankia, donde tiene que intervenir la perfecta policía del gobierno y tras tener que exigir a la directora de la entidad que atienda mis derechos, al mes recibo una cuidada notificación con tipo de letra 6, como mucho, en el que se me anuncia que soy sancionado con multa de 100 euros por insultar a dicha policía del gobierno y, lo que descubro en estos momentos es, que el procedimiento es totalmente diferente al que ha debido disfrutar Ud, lo cual me plantea una incógnita que puede entrar hasta en lo geográfico, dado que si el asunto denunciado es similar, como los procedimiento judiciales son diferentes, dado que León es una zona geográfica y política diferente a la de Granada, que han de tener normativas legales diferentes.
Dejado el comentario, desearía, si no tiene inconveniente, y para que me sirva de guía, la amabilidad de que me remitiera copia normal del procedimiento del que ha publicado su inicio, pero le ruego que no sea en PDF, para que pueda trabajas con esos textos sin impedimentos y si es de su interés, yo me comprometo a tenerle al tanto de desarrollo de mi caso.
Muy agradecido.