La respuesta es no, porque en el mismo instante en que se incorpora a un puesto institucional recibe una cuantiosa paga, de manera que nunca va a representar a quienes “representa”.
Esta cuestión puede parecer baladí, pero es una cuestión esencial sobre la que es preciso reflexionar. Es la causa del “olvido” de las medidas necesarias para resolver el problema de las personas en paro, (no del paro, que carece de solución y no está en manos de los cargos electos so pena de arruinar más al país en beneficio de unos pocos.) Por eso los aladiles de las causas justas contra las desigualdades han dejado a un lado la Renta Básica y la palabra «casta», pues agora forman parte de la castidad democrática.
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Prueba de esto es que a la hora de negociar los presupuestos las fuerzas que emergen del 15M, del 22 M y las Marchas de la Dignidad que irrumpieron en la escena institucional con la Renta Básica como eje de sus planteamientos, la han dejado a un lado. Ni siquiera han exigido que se cumpla la Constitución: Art. 41: garantizar las prestaciones sociales suficientes ante situaciones de necesidad, especialmente en caso de desempleo. Art. 40: Promover un proceso económico y social para una distribución de la riqueza equitativa. Art. 128 – 1: Toda riqueza del país está subordinada al interés general. Art. 47: Derecho a una vivienda digna. O el cumplimiento de la Carta Social europea: Nadie podrá recibir una prestación o pensión por debajo del umbral de la pobreza (688 euros.) Se constata de manera oficial que 12’9 millones de personas viven en este país por debajo del umbral de la pobreza.
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Sin derogar la reforma laboral se plantean medidas fantasmas, como la de subir el salario mínimo, cuando la mayor parte es empleo temporal, a tiempo parcial o se hacen contratos a autónomos. Todo para hacer publicidad y un brindis al sol.
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En ninguna reclamación sindical se plantea el tema de los seres humanos en paro. Todo queda en convenios, negociar los despidos o usar dinero público para mantener empleos y beneficios astronómicos de las empresas respectivas. Una vergüenza que asumimos sin ruborizarnos.
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Vemos que quienes se presentaron en favor de los de fuera de la casta, de los más desfavorecidos hacen trucos sobre fraccionar la pobreza como el cheque energético, vales de comidas, etc, que no resuelve nada, sino perpetuar la pobreza, como ellos mismos dijeron antes de tocar moqueta. En este mismo momento el elegido deja de ser alguien desempleado. No es posible ser parad@ y diputad@.
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Una vez que cobran de las instituciones les cambia la voz. Repiten la palabra “responsabilidad”, que los demás no sabemos cómo funciona por dentro el mundo de la política, que bla, bla, bla… Entran en la curva del cuervo, van variando sus pensamientos, su ambiente social, ya no tienen tiempo para recibir y hablar con quienes antes lo hicieron, pero sí “responsabilidades”. Es tremendo. Caen en lo que Ortega y Gasset decía sobre la beatería de los radicales, fingida o no, se manifiesta en que sólo saben hacer aspavientos. Sobre actúan en los medios de comunicación y en sus intervenciones parlamentarias.
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A quienes se les pagó los viajes para asistir a reuniones, a quienes se les alojó en casas de compañeras y compañeros ahora se les ve con buena ropa, coche, que necesitan, cuando no un “liberado” chófer. Tienden su red clientelar con asesores, periodistas, secretarias / secretarios, “expertos”, etc, a su disposición. Y todo esto se consiente y se paga con dinero público. Dicen que es para hacer su trabajo. ¿¿?? Una sentencia judicial exige que nadie cobre un subsidio por debajo del umbral de la pobreza y miran para otro lado: Es su labor.
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Cualquier crítica a esta realidad aluden a la envidia. O si no cuela, que denunciando esto se hace en favor de la derecha y que cuidado que viene la ultra derecha, sin ver que sucede por el fracaso de la izquierda por actitudes como la que ejercen. La Historia así lo demuestra. Ya sucedió con los sindicatos. Se ponen despavoridos para arremeter contra quienes llamamos al pan pan y al vino vino, con gritos o con susurro en las redes de que lo que queremos es desprestigiar a los partidos políticos, a los sindicatos y cargarnos la democracia. Cuando es lograr una acción democrática que ellos contaminan y adulteran. Y es curioso en su ambiente familiar y vecindario son la misma cara del éxito, “mira ¡con las pintas que tenía!, ¡adónde ha llegado!”. «El chico (o la chica) lo vale». Lo que se valora positivamente no por sus ideas que ha disecado, sino porque cobra una buena cantidad de dinero.
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Y es que como se dijo en los años 60 “quien no vive como piensa acaba pensando como vive”. Pero no lo reconocen, sino que se escudan en la burocracia. No son capaces de dimitir tampoco, como los demás, por las prebendas del Poder y la paga a final de mes, sustanciosa. Tampoco lo de rotar los cargos, porque han adquirido experiencia y se perpetúan, con el dinerito también. Los vemos con casas de alto alquiler o en propiedad porque a algún familiar le tocó la lotería o heredó de un tío desconocido hasta entonces. Ni acción directa ni manifestaciones a las que no asista mucha gente y asista la prensa.
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Que desde el Poder se pague tanto a los cargos electos y a su camarilla, es una estrategia, no es para que los pobres se puedan presentar y dedicar a la política, o la clase trabajadora acceda a cargos institucionales. Varios diputados socialistas cuando se habla con ellos aluden a sus orígenes humildes y como si se hubieran hecho a sí mismo presumen de esta circunstancia, cuando viven a todo lujo y no hacen nada por quienes carecen de un empleo ni tienen medios para vivir dignamente. Ni tan siquiera estudian soluciones, ni promulgan debates al respecto. Les importa un comino. Y tienen una coletilla canalla: Que se muevan los parados, cuando este colectivo no puede hacer nada, salvo excepciones, y el deterioro que padecen, que ellos y ellas han sufrido y llorado, no les permite salir de su depresión. Muchas peronas precarias apoyaron a que sus compañeros fueran al menos a reivindicar sus planteamientos y se encuentran que no, que hace fuegos artificiales y para disimular se graban hablando de la Renta Básica cuando no hay nadie en los plenos, cuando es puro teatro. Ni luchan por ella. Al revés se dedican a denostarla para demostrar que son, mujeres y hombres de la política, sensatos y muy preparados.
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Y es que el dinero que ganan les sitúa en una perspectiva que les hace cambiar la visión de las cosas, sienten y realizan elucubraciones en función de esa cantidad que reciben. Se les da como soborno, ya que no cobran, sino que reciben a plazos miles de euros por venderse como mercancía política, para la cual hay estipulado un precio. Ya no hablan de casta. Ahora son estrategas. Cuando se les recuerda señalan que quien les pone en cuestión son radicales, que no entienden, que hay que usar la táctica, eso sí la que nunca explican ni nada.
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Me decía un amigo que nunca medró en la política y que fue honesto en la lucha, que quien lo da todo no recibe nada. Y quien recibe algo es que no ha dado nada. Éstos que son la bandera de los medios de comunicación para controlar que no se expandan las ideas críticas y de cambio real, las arrancan de su vocabulario, de sus propuestas, de sus debates, del programa de su partido. La prensa les marca el camino, quienes han diseñado esta manera de controlara los grupos de lucha social se hacen dueños del rebaño y dejan que actúan los pastores y mastines, que no dejan que nadie se salga del redil, si alguien lo va a hacer le ladran o dan con la vara y otra vez callados a balar políticas de empleo, pero además ¡garantizado! Y cobrando por ello.
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Se les da un puñado de votos y los pobres que se aguamten. Como el chiste que cuenta de dos mendigos que encuentran un billete de lotería. Ven que les ha tocado tres millones de euros y uno comenta que un millón para cada uno y otro a repartir con los demás que están pidiendo. Pero el otro dice que no, que la mitad para cada uno y los pobres que coman mierda. Encima este chiste hace gracia. En fin. Paradojas del destino.
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