La desidealización platónica

He pensado mucho sobre no pocas conclusiones, últimamente, contra la democracia por parte de intelectuales, filósofos y teóricos que sirven de fundamento a muchas fuerzas totalitarias cuando pretenden imponer modelos fuera de lugar con presuntos «argumentos».

n171p02

¿Cómo es posible que personas tolerantes, abiertas a nuevas ideas acaben aportando razones contra la democracia? Hace un año realicé una crítica al libro «¿Quién es filósofo?», del profesor de filosofía, Miguel Ángel Castro Merino, observando por mi parte que se deslizaba a planteamientos despectivos, que no críticos, sobre la democracia. Ahora está preparando un libro más en consonancia aún con este asunto, que como buen amigo me comentó y hablamos al respecto. Le llamé días después para advertir de un error de base que descubrí dando vueltas a ese deslizamiento sibilino, que cuaja porque es aparente en cuanto a que puede convencer en una primera lectura.

Me di cuenta de que filósofos del entorno de la asociación «Catoblepas» caen en este posicionamiento, como su fundador y maestro filosófico Gustavo Bueno, que escribió el libro «El fundamentalismo democrático». ¿Provocación?, no. ¿Sentido común?, nada más lo parece. De ahí la dificultad de razonar más allá de la descalificación o el simple rechazo ante defender o no un determinado modelo. la filosofía debería enseñar a entender cuál es el razonamiento que usamos cada cual.  En definitiva, enseñar a pensar, no qué pensar.

Me pregunté por qué llegan a estas conclusiones personas que desde el amor al conocimiento luego trasladan a la política, a la sociedad en general, sus criterios. Me di cuenta de que todo parte de un error que afecta a otras cuestiones, como el concepto de nación, de patria o país, incluso afecta a sentimientos personales. Es algo que viene de lejos y no se ha tenido en cuenta: La desidealización platónica. He aquí la cuestión.

n095p02
Libro del fundador del materialismo filosófico.

Pondré el ejemplo en relación a la democracia, para luego observar que se puede aplicar a otros campos. La confusión viene en la idealización de las cuestiones, que son convertidas en ideas, las cuales definen la esencia de las cosas. Cuando algo no responde a ese modelo ideal se desbarata, o se critica, pero no buscando los límites de dicho concepto, sino que se desidealiza y entonces se rechaza. Una parte del materialismo filosófico que defiende quien fuera profesor de Filosofía de la universidad de Oviedo, no es sino deidealizaciones de conceptos, mal aplicados los razonamientos, pues convierte sus disquisiciones en  argumentos contra «ideales», por decirlo de alguna manera. Deja la idea creyendo entrar en lo material de algo, cuando lo que hace es crear otra idea mediante una contra idea, a la cual idealiza, sin darse cuenta.

Veamos el error, en el cual cae el mismo Platón, que arrastra a la Filosofía a lo largo de su historia, según mi corto entender. El mismo Aristóteles deja las ideas, los conceptos y parte de la observación, pero siempre buscando un ente, el Ser de las cosas. Dualidad metodológica que llega al mundo actual y empaña la ciencia, la economía, la política, la Historia y demás. El mismo Sartre queriendo romper con el ser, haciendo de lo ontológico algo secundario a la existencia, hace de ésta un algo, que se ejerce, pero que llega a ser, cuando equipara el mismo Ser a la Nada, desidealiza el Ser, pero construye otro sin querer. Si quemo una silla lo que existe ES un montón de cenizas. Pero ni la silla es, porque construyo, fabrico una silla, igual que realizo un montón de ceniza.

Analizamos las cosas como si fueran algo, seres en-sí, o creyendo que son conceptos, más cuando teorizamos al respecto. Pienso que hay ocho palabras que nunca se deberían de usar en el lenguaje ordinario, ni en el filosófico, y sólo ellas apoyadas por preposiciones y conjunciones sirven para hacer ontología. Una de ellas es el verbo «ser». Pues esa referencia al «ser» (nombre y verbo, y ente) ha contaminado las palabras, los pensamientos y demás al deslizarse fuera de su significado y da lugar a otros que nos convencen porque no hemos advertido que ese su ser no se hace (es) ser, pero lo admitimos como tal.

Cudr m. A
Cuadro de contenido filosofal pintado por Miguel Ángel Castro Merino

La democracia  no es una idea, ni siquiera un concepto. Al ser definida, llevada a convertirla en una idea, adquiere el rango de algo idealizado, que se rompe en su misma concepción y al aplicarse. El mismo Platón en su diálogo «la República» hace ver que se corrompe aquello que elige el pueblo, que es ineficaz al enfrentar a los ciudadanos y propone un modelo de gobierno asesorado por filósofos y que se fundamente en la verdad. El problema es ¿cuál? Las diferentes visiones o intereses en función a la verdad, o a la razón lleva a guerras, enfrentamientos, conquista del Poder por la fuerza.

La democracia no es nada en sí misma, sino un método de decisión colectiva. Consiste en la construcción de una herramienta. Si hay varias ideas, si hay diversas propuestas, si cada cual propone sus soluciones votemos y elijamos la que nos parezca mejor, de manera temporal hasta ver si funciona o si es preferible otra. Lo determina la mayoría.  Se trata de un método. Nada más. Que no logra lo mejor, ni propone una verdad, sino que evita un conflicto de intereses y lo lleva a un terreno no bélico.

Este medio se usa con mecanismos que imponen criterio o convencen con técnicas publicitarias, da lugar a grupos de presión y demás. es denunciable, pero no puede suponer la eliminación de una forma de hacer mediante un criterio conceptual. Lo rechazable son éstos mecanismos incorporados, no la democracia, que previo a ser denostada la convierte el filósofo en idea y se rechaza de plano o es vista negativamente y se proponen otras formas al desidealizar la misma democracia, cuando ésta no es una idea. Tal es el error, que luego usan organizaciones totalitarias y modelos que se han ejercido en la Historia anulando la democracia, aunque sea desde ella misma. Miremos la forma de esquivar la corrupción, las influencias y presiones de quienes dominan los medios de comunicación. O las leyes añadidas (método D’Hont) para que las minorías no sean representadas, o señalemos el corporativismo de profesionales de la política que evitan los debates fundamentales, pero no la democracia ante su desidealización, porque da lugar a planteamientos y soluciones erróneos.

3 gracias Cristianín
Cuadro de Cristian Pinto Ferré, a los 14 años

La desidealización, que llamo platónica porque este filósofo (que pienso que no dialogó lo suficiente con su maestro Sócrates) propone el mundo de las Ideas como creación de esencias, se aplica a construcciones sociales, tanto del sentimiento como históricas y demás; lo cual hace que se hagan propuestas que nos llevan a callejones sin salida, desembocando en la violencia para someter el conflicto a una de las partes que lucha por su «ideal» o se difunden razonamientos irreales, inmateriales, pero que se hacen desde postulados «tangibles». Por ejemplo sobre una nación o país o un estado. El mismo Gustavo Bueno escribe el libro «España descarrilada» y muchos de sus seguidores defienden la unidad de España como una idea madre, como algo idealizado, que cuando desidealizan determinadas poblaciones da lugar a la idealización de otro territorio que se quiere separar. Sin ver ambas partes que un Estado o una nación no es una idea, ni «una unidad de destino en lo universal», lo cual raya lo obsceno del pensamiento, sino que son construcciones sociales a lo largo del tiempo, ni siquiera de la Historia, la cual es una huella de ese tiempo vivido colectivamente.

La pregunta sería, sin idealismo, ¿qué podemos construir?, ¿en qué realidad nos encontramos?, por ejemplo la necesidad de hacer un Estado Europa, no como idea, sino como un medio de adecuación a las nuevas tecnologías que afectan al comercio, a la legalidad. Luego que se organice según criterios que deberán ser elegidos ante las diferentes opciones que disputarán sus razones, su proyecto histórico, sus emocionalidades, intereses y demás. Pero si un territorio con su historia y administración es un ente, una esencia (ideal) no admite nada que no sea tal. Lo cual desemboca antes o después en el uso y abuso de la fuerza. Por ejemplo la idea (ideal) de Catalunya no admitiría nunca que una provincia «catalana» se separe de su «esencia».  La desidealización de un Estado plural hace que se rechace, desde el materialismo filosófico y de otros argumentarios, las mismas autonomías y se toman datos de lo que cuestan, el incremento burocrático sin que tenga nada que ver.

tratado_enamora[1]
Libro sobre el enamoramiento por quien escribe este artículo. artemis@artemisleon.com
Aplíquese a otros ejemplos, a otras cuestiones y se verá el error de desidealizar. Sucede en el campo emocional. El mismo enamoramiento, que se ha llamado «amor platónico», no es una idea, sino una imagen interior, que nada tiene que ver con el amor, ni con la pasión. Por ejemplo Hamlet fue un enamorado, Romeo y Julieta, sin embargo, son dos jóvenes apasionados. Pero ¿qué sucede?  que el amor en tanto una relación de dos personas, en la cual el atractivo es una mezcla de hecho biológico y cultural para construir una relación entre posibilidades factibles, se idealiza y cuando se desidealiza se rompe la unión de (el amor entre) dos personas. Como si fuera una esencia, algo que es un a reacción de los cuerpos y de la sensibilidad en relación a una especie animal, la humana. Tampoco es una conducta, sino que construimos una relación. Pero se idealiza en forma (formalismos) de matrimonio, pareja, que puede suceder, pero como elección mutua, no como esencia de algo que se nos da definido (idealizado)

Otros ejemplos a los que afecta la desidealización es al empleo, a la economía como algo que está supeditado al trabajo por entender que no se puede salir de su esencialidad y nos cierra a nuevos caminos económicos, artísticos, vitales y demás. La cuestión no es si es de una u otra forma el contrato laboral, de sus condiciones, si no de si funciona en una realidad cambiante que da lugar a una nueva construcción social a la que hay que adaptar el mundo económico, en lugar de impedir que surja lo nuevo para someterlo a la idea del trabajo, del bienestar (para algunos) y demás.

Tengamos en cuenta que nada es lo que es, sino lo que construimos en relación a ello, lo cual nos hará ver más claramente soluciones prácticas y teóricas. Lo cual nos exige pensar más allá de las esencialidades y evitar los peligros de la desidealización. Vale.

.

 

 

 

Un comentario en “La desidealización platónica

  1. LA REALIDAD LLAMA A TU PUERTA

    Resulta que no solamente va desnudo el Rey del cuento, obvia decir que es un político muy dejado llevar por el «qué dirán mis súbditos»… También va desnudo su asesor, pongamos que hablo de un filósofo.

    Si en la comitiva de asesores van teólogos, mucho más desnudos yo los veo, de razones, y más si fueran jesuitas. Aún a los más sabios dominicos les pasara, si no se anduvieran con cuidado, y a los frascos…

    Pues, para el teólogo, como filósofo, su vestido de prejuicio es desnudez… Y, en lo tocante a Dios -si es que lo hay- y su relación con el mundo y con el género humano, su saber teológico es mera analogía respecto del analogado principal, en el mejor caso. Todo palabras, divinas palabras, aire.

    Si queremos construir algo más que castillos en el aire, no queda otra que abrir la mente a la verdad de lo real. No queda otra que partir de La Realidad desnuda, o del «nudo evangelio» si es que hubiera, pero no de ideas más o menos ingeniosas, autorreferenciales a su mundo del conjunto, o autorreferenciales a sí mismas, con cierre categorial a otras ideas… Basta ya de encerrarse en las torres de marfil. A la Realidad, de par en par, abrid las puertas.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.