“Chirimiri. El nido de los sueños”, novela de Ramiro Pinto Cañón

Primero volumen de otros tres que irán saliendo más adelante. Un salto en la literatura del realismo mágico a la magia de la realidad, porque la vida sucede sin que nos demos cuenta, “nada por aquí y nada por allí, y !de repente¡” De improviso buscamos un sentido que a veces nos atrapa porque nos lo creemos, cuando todo cambia en cada uno de nosotros y en el mundo, tanto el que nos rodea como el que nos envuelve.

Una novela entrañable, que no quiere interpretar ni transformar nada, simplemente abre una ventana para ver desde los átomos de lo real, o aquello que consideramos la verdad, cuando nuestra existencia viene definida y delimitada por los sentimientos. El lector que interprete lo que quiera y haga lo que le dé la gana.

Podéis leer una sinopsis de la obra y un semblante del autor en la ficha técnica del libro que hace la editorial.

En todas las librerías. Editorial Amarante.

Las semillas de la globalización con el turismo grupal. Personajes arquetipos: Profesores. Y profesoras Alumnas y alumnos. Lecturas. Amistad. Enemistad. Sueños. Ideas. Etc. Toda una aventura escrita para que leer se convierta en una gran experiencia.

Gracias. Salud al lector.

Un comentario en ““Chirimiri. El nido de los sueños”, novela de Ramiro Pinto Cañón

  1. “C H I R I M I R I, el nido de los sueños” crítica y comentarios por Marc Viader

    Después de finalizar la lectura de esta obra, Marc Viader y Pericas me envía estas palabras, que agradezco. Me alegra saber que hasta ahora seis personas han acabado su lectura del tomo I de “Chirimiri”, y agradezco que me hayan corregido algunos errores y gazapos.

    Las palabras de Marc:

    A partir de las 771 páginas leídas, este apodo de “Chirimiri” me ha generado día tras día un caudaloso río de sentimientos y recuerdos de vivencias; estas últimas son de mi personal realidad y aunque no pertenezcan a la invectiva del autor de aquellas páginas, la cercanía con el tiempo histórico de cuando las tuve aumentan benefactoramente la citada generación.

    Curiosidad creciente sentí a medida que pasé a conocer CHIRIMIRI, no sólo cómo resulta ser sino también sus reflexiones; lo uno y lo otro fueron acicate para que siguiera toda la lectura del extenso volumen. Además, me proporcionó el conocimiento de una rica variedad de circunstancias y sugerentes personalidades con criterios diferentes. No incurro en exageración al afirmar que resulta admirable la gran capacidad de Ramiro por describir todas ellas.

    El intento de mención, aunque fuera una parte, sobre las situaciones que constatan su saber, harían interminables estas líneas. Por consiguiente, sólo apunto aquí cuan múltiples son en CHIRIMIRI las ocasiones de concretas citas de filosofía y literatura junto a las de sus autores a lo largo de la Historia universal.

    Gracias a CHIRIMIRI menciono, sólo a título de ejemplo aislado, que he descubierto la coincidencia del acto de una habitual decisión personal dentro del marco privado con lo que en la antigüedad clásica determinó su denominación: lo que hoy llamamos gimnasia o entonces ejercicio físico con desnudez.

    Tengo la sensación, pero de ningún modo me atrevo a afirmarlo, que CHIRIMIRI en el libro conlleva excesivamente la insistencia de observación mental, a través de comentarios en bastantes capítulos, acerca de meditaciones sobre el paso del tiempo; párrafos referidas a ellas pueden apesadumbrar el seguimiento de los lectores.

    Creo que hay una atención al personaje bastante fanático del profesor, imbuido de la figura de Santo Tomás de Aquino y su vertiente de la “filosofía escolástica”, quizás excesiva, especialmente si se compara con la de otros que opinan de temas filosóficos. Puede que esta observación mía provenga de prejuicios sin fundamento, ocasionados durante la etapa previa a la Universidad, puesto que no tuve la suerte de recibir aportaciones de filosofía como las que se narran en CHIRIMIRI.

    CHIRIMIRI incita a seguir con espíritu crítico la descripción del proceso casi mimético de muchas familias de burguesía media; primordialmente, a partir de la relativa bonanza económica que vino auspiciada por el apoyo estadounidense de la Dictadura franquista. Adquirieron parcelas en zonas del campo próximas a grandes urbes con el afán de edificarlas para habitándolas durante etapas veraniegas disfrutar de un particular progreso, por encima del conjunto social de la gran ciudad y de los pequeños pueblos. La marcha de todo ello, dentro y fuera del marco familiar, unido a los cambios de costumbres sociales, creo que es cuidadosamente tratado mediante la contemplación de los períodos de crecimiento y docencia que van influyendo en CHIRIMIRI.

    Cuando a través de los capítulos de CHIRIMIRI a los que había llegado, barruntaba si podría constituir una obra de mérito literario en el estado español, salvadas diferencias, cual la de, En búsqueda del tiempo perdido, fruto del trabajo de Marcel Proust, tuve la sorpresa y satisfacción de ver explícitas referencias a este gran escritor; en la página 605 aluden a Proust como un autor poco leído, pero alguien hace comentario sobre los sentimientos como impulsores de la conducta humana.

    No pararía de opinar en torno a CHIRIMIRI, deseando que se note el agrado que me ha causado el primer volumen de esta obra, pero prefiero no cansar al lector de este comentario.

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