Se trata de una obra que está sin finalizar porque su autor, Robert Musil, falleció (1942) cuando estaba redactando los últimos capítulos, algunos en fase de corrección y otros presentados para imprimir, los cuales son conocidos como los de las galeradas. Traducido y comentado por Pedro Madrigal.

¿Qué aporta esta novela? Desde mi punto de vista más que la historia argumental es sobre todo una reflexión sobre el amor, especialmente al final cuando el protagonista, Ulrich, rubio, se relaciona con su hermana Agathe, con la que se encuentra, debido a la muerte del padre, después de muchos años de no haberse visto, él con 32 años y ella con 27. La relación de ambos es un acercamiento a través de largas conversaciones, de abrazos, de estar juntos, donde la relación sexual queda flotando en una ambigüedad calculada, porque la intención del autor pienso que es reflexionar sobre el amor y de paso describe el ambiente y la mentalidad de la época en que vive.

Aunque la historia se refiere a lo anterior de la I Guerra Mundial, el horno de la guerra, la escribe en los prolegómenos de la II, durante la etapa álgida del nazismo, es por lo que ayuda a comprender cómo fue posible que se formara aquel monstruo de un estado de guerra basado en principios raciales, con estados totalitarios cuyo final hace que comience un nuevo periodo que, sin embargo, va a arrastrar algunos de los principios que llevaron a la debacle de toda una sociedad, de ahí lo interesante de su lectura, también porque Musil huye a Suiza y escribe con cierta perspectiva sobre su mundo.

Portada de El hombre sin atributos

Sus obras fueron prohibidas por el gobierno nazi. Es de nacionalidad austriaca donde sucede la historia que cuenta, una nación que llama Kakania cuyo contexto está claramente definido en Austria, siendo la verdadera Austria todo el mundo, algo que parece una parodia del imperio vecino, el germano, que amenaza su país. Habla de la familia de los Estados Europeos. Leemos una observación de su época que más de medio siglo después parece que se repite de manera muy parecida: guerra turca, la cuestión de Bagdad, intervención en Libia, problemas del Adriático y tensión serbioaustriaca, Sarajevo, el petroleo, la potasa, la industria bélica. Se pregunta Musil  ¿para qué necesitan los burgueses una raza?. Para el espíritu burgués el superhombre de Nietzsche es un escándalo. Considera a los griegos el pueblo nietzscheano. Asocia a este filósofo el águila, dice después que todo ser humano tiene un animal que indica su destino. Lo ve como el fundamento del tótem.

Describe al estado de Kakania como el de la paz mundial. Los kakanienses se sienten humillados por sus hermanos del Reich, por lo que Acción Paralela prepara un complot antialemán basado en la inteligencia, puesto que no pueden armarse, lo cual por otra parte nunca sucederá porque la realidad va por su propio camino. Parece que el pueblo espera que aparezca un mesías. Se preguntan si existe un mito austriaco, ya que las grandes razas se alimentan de sus mitos, por lo cual la conspiración ha de ser, no sólo contra un régimen concreto, sino contra el espíritu alemán.

El protagonista es un matemático, aunque no tiene intención de serlo toda su vida, lo que no quita que su mirada matemática flote sobre sus vivencias. El autor es ingeniero. Estudió también psicología por su curiosidad de saber sobre el ser humano, lo cual hay que tener en cuenta porque en la obra aparecen muchas definiciones al estilo matemático aplicadas a los sentimientos, lo cual es una gran aportación de esta obra. Ya antes había escrito “Historia de tres mujeres”, en la que cuenta situaciones diferentes sobre las relaciones de un hombre y una mujer. Musil aplica un modo matemático a la literatura: una fórmula matemática puede ser la imagen de un proceso natural. Aporta una visión matemática de los sentimientos sin necesidad de números, pero sí de abordar la narración sobre la base de definiciones, pues en las matemáticas hay verdades por definición y otras por demostración. Es una novela con poca historia, pero mucha reflexión en su contenido. Musil en esta novela da una pista sobre la historia que narra cuando dice que los novelistas narran excepciones.

Define los sentimientos y la modernidad y la relación de ambos aspectos. Se ha querido traducir sin atributos como “sin cualidades”, también como el hombre sin riquezas. A lo largo de la obra se refiere a varios aspectos que no quedan claros en relación al personaje sobre el que gira toda la trama, por lo que me atrevo a plantear que lo de sin atributos es a la relación de Ulrlich con su hermana, hombre y mujer, pero que por su condición de familiaridad fraternal carece de una vinculación sexual, carece de atributos, al menos como un tabú que ellos se plantean. Uno y otro sienten deseos sexuales y poco a poco se va produciendo un acercamiento, el encuentro que de una manera clara no culmina, aunque sí se puede interpretar, sin que la culminación sea lo importante, porque llegan a abrazarse, a yacer uno al lado del otro, ya que Musil aprovecha en esta situación sentimental y de deseo ver el amor y la relación de pareja desde un punto de vista que se coloca de lleno en el tabú de nuestra sociedad y civilización, para desde él ver cómo este sentimiento se relaciona con el mundo en el que viven las personas, las cuales aman. Más adelante dirá que no hay que creer nunca que amamos más sinceramente a aquellas personas que abrazamos. Para el protagonista el mundo no mejorará mientras que no haya amantes felices. El mundo a su vez no está regido por la razón, sino por una lógica férrea.

Fotografía de Robert Musil

En una época de sucesos tan convulsos, como son los tiempos que anteceden a la II Guerra Mundial y el comienzo de su desenlace, tal vez el impulso de la destrucción sean los sentimientos por un lado y la moral como criterio colectivo para el control de los individuos, por lo que la guerra y el exterminio de minorías se llegue a ver como una necesidad moral. Plantea que en manos de diletantes el fascismo puede ser un peligro y habla de los rusos como pacifismo de especialistas. Advierte que nada hay más peligroso que la paz a cualquier precio. Sobre estos temas trata esta novela.

El autor hace referencias al psicoanálisis, al que considera algo similar a las confesiones de los católicos. También a la obra de Nietzsche en referencia a la dualidad sobre la que se desarrolla la historia. La organización Acción Paralela debate sobre proponer el año de Nieztsche. Considera que la autoridad interna del espíritu es mayor que la externa de un agente. En la novela se afirma que quienes descubrieron el inconsciente fueron: Balzac, Flaubert, Dostoievski, Strindberg y Freud. Mantiene un cierto deje escéptico sobre la labor de los grandes intelectuales porque observa que en su época casi nadie lee.

En relación a los atributos aparecen varias referencias a lo largo de la obra, el hombre sin atributos lo refiere al principio como aquello que define al hombre moderno, el que no hace nada. Lo cual podemos asociarlo a lo que hemos indicado, el hombre que no hace nada en relación a una mujer, en este caso por ser su hermana. En los capítulos que escribió, pero que no había corregido define como hombre con atributos al nihilista que sueña con el matrimonio o con Dios, mientras que el hombre sin atributos es el activista que cree es soñado de Dios. A ninguno de los dos los considera realista.

Quien ha traducido esta obra del alemán al español, Pedro Madrigal Devesa, comenta en su obra «Robert Musil y la crisis del arte» (editorial Tecnos, Madrid- 1987), que la traducción al título de la obra y al termino «atributos» hubiera sido mejor «características». Se pregunta «¿qué es un hombre sin característica?, sin nada que le defina: tiene muchas cualidades, pero sabe que no le pertenecen». No encuentra una dedicación exclusiva. Para Pedro Madrigal toda la obra de Musil es un asalto a la aparente ciudadela del yo.

La trama de esta novela, sobre todo la primera parte, transcurre en relación a una organización, en la que milita Ulrich con un puesto prominente. Se llama Acción Paralela, lo cual hace ver que hay un paralelismo entre los sentimientos y la lucha social: el problema de la civilización hay que resolverlo con el corazón. Los miembros de Acción Paralela se plantean liberar el alma de la civilización. Ulrich propone organizar la ternura para salvar a la humanidad. Desde esta organización se quiere hacer triunfar la verdad. Se pregunta en un momento dado qué es un hombre sin atributos y responde que es igual a nada, y dice que hay millones. También juzga sus experiencias como la expresión de sus atributos y ve el destino como una recompensa o una desgracia. Ve que el azar es precisamente el destino. También dice que la riqueza es el atributo y el carácter, pero veamos que el paralelismo de su obra en un doble discurso, político y sentimental, también calificar sin atributos lo que es la riqueza sentimental, pues un doble lenguaje implica una doble vida. Dice: el verdadero estado de la humanidad es en el que las cosas se convierten en signos.

Sólo quien no tiene dinero ve en la riqueza un sueño, sin ver sus problemas. En la obra se define a Ulrich como hombre sin atributos por no ser musical. Clarisse va a probar su poder con el hombre sin atributos por serlo. Se dio cuenta de que atraía a los hombres con alguna anormalidad, por ejemplo la de ser una idealista. Piensa que hay personas que prefieren ideas locas a las difíciles. Más adelante se planteará la dicotomía de un hombre sin atributos frente a los atributos sin un hombre. Ulrich se pregunta por ¿sus atributos?, y dice que sus amigos lo llaman así, «el hombre sin atributos». Al no poder amar a Clarisse la quiso odiar. Parafrasea a Goethe sobre el final de “Fausto”, “el eterno femenino nos impulsa hacia adelante», pero sin citarlo. Repite esta frase y añade que no sabe en qué dirección impulsa la mujer. Será cuando va en tren al encuentro de su hermana por la muerte de su padre y ver el tema de la herencia cuando  busque ese impulso y quizá lo encuentre en su hermana. Por iniciativa de ella falsificaron el testamento. Su padre le mandó un telegrama poco antes de morir con el mensaje “acabo de fallecer”.

Ulrich se encuentra con su hermana, Agathe, casada por segunda vez. Amó mucho a su primer marido, con el que se casó a los 18 años. El primer marido fue profesor de enseñanza media en una ciudad de provincia. ¿Qué es amar mucho?, se preguntó Ulrich. Casada con su segundo marido, el profesor Hagauer, se quiere separar, sin que haya otro hombre de por medio. Externamente fue un matrimonio perfecto, aunque ya estuvieron separados viviendo bajo el mismo techo. Una mujer superior halla la felicidad en el dominio de su matrimonio. Para Bonadea la mujer fuerte busca la obra de su vida en la monogamia.

Ulrich no entiende cómo aguantó su hermana tanto con su segundo marido. El primero falleció. Agathe desde entonces aniquiló sus sentimientos y odió a su segundo marido, le fue indiferente, por lo que consideró que con él fue una prostituta. Para ella su relación con él fue un apasionado desencanto y reconoció que lo que hizo fue castigarse a sí misma. Lleva el desprecio de quien ha nacido para la rebelión. Llega a reconocer que ha amado con más intensidad a sus muñecas que a ningún hombre. Huyó de la casa de su segundo marido, al que quiso matar. Sufrió una quimérica embriaguez. También pensó después en suicidarse. Cuando una mujer huye de un hombre busca otro mejor. Hubo un momento en que se enfadó con su hermano, pero los pájaros cantaban… Luego la dirá que la puede querer antes que a todas las otras mujeres porque es su hermana, siendo precisamente esto lo que desde el punto de vista moral se lo debería de impedir. Musil leyó a Nietzsche y este filósofo establece una máxima muy interesante en su obra Más allá del bien y del mal, que parece es uno de los hilos conductores de esta novela de Musil: no hay fenómenos morales, sino una interpretación moral de los fenómenos.

El padre de ambos trabajó en el mundo del derecho, fue un gran aficionado a los caballos, coleccionó sus condecoraciones y fue un pillo redomado. Fue él quien estimuló el matrimonio de su hija con Hagauer. Para ella nada hay peor que sentirse enlazada al destino de una persona a la que no se ama. A pesar de ello está atormentada por la muerte de su padre. Quien desprecia la muerte desprecia la vida y se desprecia a sí misma.

En Agathe su hermano consideró que hay algo de hermafroditismo, una sensación de ambigüedad. La belleza de su cuerpo flotaba en las profundidades del espejo. Ulrich observa que la naturaleza da al hombre pezones y un rudimento del sexo masculino a la mujer. También piensa que su hermana es una reproducción de sí mismo, le lleva a pensar que en verdad son siameses, la relación sexual entre ellos sería buscar esa unión. Entre ambos hay un silencio que los libros y los recuerdos hicieron más profundos. Deberían hacerse estudios comparativos sobre el silencio.

También habla Ulrich de la fisiología del amor. Los recuerdos envejecen junto a las personas. Al iniciar una relación con su hermana les llevó a hablar sobre su unión sexual. Ulrich se sintió como si hubiera descendido de la montaña de Zaratustra. Se sintió superior por seguir un camino prohibido o secreto. Agathe está enamorada, pero no sabe de quién. Urlich no está enterado ni siquiera de su amor, duda sobre si mantener o rechazar relaciones ilícitas con su hermana, pues no hay lugar para el amor de hermanos. Tengo el corazón lleno de amor y al mismo tiempo vacío de amor. Llega a pensar que sus sentimientos por su hermana son imaginarios, ve la posibilidad de que sea un amor seráfico, un amor sin sexualidad. Cuando sólo se ama sexualmente se ama en compañía de la crueldad, algo que ve en su mundo de preeminencia del nazismo. Hace Musil un ahondamiento en su mundo, para verlo por dentro, para entender cómo ha sido posible aquella orgía de brutalidad: la historia no reside en las circunstancias, sino en nuestro sentimiento. Otra observación importante que hace es que los sentimientos duran lo que exige de él las instituciones y fantasía colectiva y no se mantiene por nada.

En su obra «Robert Musil y la crisis del arte», Pedro Madrigal considera que la relación amorosa de estos dos hermanos de la novela, pudiera estar relacionado con la muerte de una hermana de Musil antes de que éste naciera, con sólo unos pocos meses de vida, algo que influyó en Musil. Recoge que en una carta de abril de 1942 , tres días antes de morir, Robert Musil escribe que su novela El hombre sin atributos es la historia de una pasión fuera de lo ordinario, cuyo hundimiento final coincide con el de la cultura. Final que no pudo culminar al morir de repente. 

Plantea Musil que a las ciudades se las conoce, como a las personas, en el andar, en cómo la gente anda por ellas. Describe las nuevas ciudades como supramericanas donde para hacer una más se echa mano del cronómetro creando hormigueros horadados de calles y pisos. Los ascensores velocísimos absorben en sentido vertical a las masas, las cuales se mueven por instinto y necesitan un guía enérgico. Los instintos no precisan más que un mínimo de motivación y justificación externa. Cita a Hölderlin cuando afirma que en Alemania no hay hombres sin profesiones, en el sentido de que todos están controlados, encajonados en una mentalidad que es la que va a forjar su expansión dramática de su país y el peligro que supone para el mundo. Estimula a negarse a aquello en lo que no se ponga toda el alma. El alma sabe por adelantado lo que le sucederá. Para Ulrich lo que sucedió en su época, el surgir del nazismo y su implantación e intento de extenderse al resto del mundo, fue más un proceso psicológico y sentimental que ideológico, éste fue la herramienta. Afirma que si las masas sucumbe ante el éxtasis por la ira y el miedo, surgen alucinaciones, que es precisamente lo que ocurrió en los albores del nacionalsocialismo. Y se da cuenta de que la realidad es tan poco visible como el aire que respiramos.

Fotografía del libro en inglés

Musil define al hombre moderno como aquel que muerde el cebo y no ve el sedal. Añade más características en este sentido mediante la observación de lo obvio: el hombre moderno nace en la clínica y muere en los hospitales, ¿debe vivir cómo en una clínica?, se pregunta. El éxito es lo que da forma al alma en la modernidad. En Kakania al genio se le considera un majadero. Fue un país de genio y esa fue su ruina. Al pueblo le importan un bledo los genios. Considera que el genio tiene la obligación de atacar. El mundo es cómico desde el punto de vista técnico. En una época corrompida el talento puro ha de obtenerse de crear.

Un mundo en el que se amaba al superhombre y se adoraba al sol y la salud, en el que se rinde culto al credo socialista de la humanidad, que dio lugar va lo que el autor llama “espíritu de secta”. Observemos que el nazismo se llamó nacional-socialismo. Ve un ejemplo en el método de Bismark, pues dice que este político alemán enseñó al mundo a hacer política sobre dos bases: el cálculo y la acción. La organización no obstante cuestiona todo atisbo de radicalismo, porque si se le da un dedo querrá acaparar la mano entera. Ulrich define el “principio del Führer” como la afrenta contra las ideas. Lo cual hace que se desarrolle una doble moral y una doble filosofía. Para Ulrich el mundo no existe, es un concepto que ha perdido su significado.

El espejo, creado para el placer, se vuelve instrumento de temor, como el reloj que es un motivo para que nuestras actividades no se plieguen según el ritmo natural. En la organización Ulrich observa que quien mira el mundo por primera vez tiene la excitante sensación de haber sido elegido para algo. Una persona se hace conservadora cuando le incomoda su vida desordenada. El arte es amor y es hermoso en la medida que es amado. También afirma que por eso, porque el amor es más amplio que lo personal es fragmentario. No es el arte lo que une, sino el hambre. De esta manera también se afirma que todo hombre vive con un animal con el que vive de manera inexplicable. El arte pierde contacto con el pueblo.

El tren del tiempo va tendiendo sus raíles por delante.

Afirma el protagonista que hay dos sentidos que se contraponen, el de la realidad y el de la posibilidad, entendiendo por éste pensar en aquello que igual podría ser, por lo que no habría que dar demasiada importancia a lo que es, este sentido facilita la disposición creadora que es lo que permite ser un idealista. Toda acción puede ser superada por la siguiente. Considera que el hombre práctico no ama la realidad sin reservas ni la toma en serio.

Sobre la prostitución analiza que esta actividad sexual mercantilizada cambia su forma de ser vista según se mire desde arriba a desde abajo. Se nombra la enfermedad del Lupus. Musil es del mismo país que Freud, las discusiones sobre la teoría del psicoanálisis que nombra en varias ocasiones estuvieron en boga. Escribe: «damos demasiada importancia a la sexualidad, la cual es una cabriola del espíritu, toda sexualidad es una simple cabriola sobre el potro de un gimnasio».

Sin embargo Musil se va a situar dentro del tabú del incesto para ver desde él otro punto de vista, otra arista del amor. Agathe se lanza a los brazos de su hermano, le pareció algo extrañamente fuera de toda fuerza y coacción, “tendidos uno junto al otro deslizando el ardor de un cuerpo a otro”. Dice Urlich “estamos fuera de nosotros”, “hemos trocado nuestros cuerpos sin tocarnos”. La noche acoge en sus brazos maternales todas las contradicciones, acurrucada  en su pecho no hay palabra verdadera o falsa. La fiebre del amor está dentro de los cuerpos. Quieren una vida de noches de luna. Urlich considera que son los últimos mohicanos del amor, ¡la última historia de amor!. Años antes Marcel Proust en su obra En busca del tiempo perdido cuenta una historia de amor entre el protagonista y Albertina de la que dice también que con ellos acababa una forma de amar. Para Musil hay que ocultar el amor de los hermanos tras una aventurada construcción conceptual. Agathe declaró la guerra al mundo, considera que amar es siempre una rebelión de la pareja contra la multitud. El amor de hermanos es una oposición al mundo, y sobre todo es deseo de amor.

¿No somos los dos un solo ser?, pregunta Agathe a Ulrich, su hermano, quien contesta que ser uno encierra a ambos en sí. Agathe dice que lo ama. Su hermano la responde que tienen que vivir el uno sin el otro para el otro. Para ella es una gran unión. Ulrich no tiene ánimos para ello. Agathe finalmente hace la maleta.

Paralelamente a su actividad política Ulrich mantiene una serie de encuentros y relaciones con mujeres. Es inteligente y contradictorio a la vez. Leona, es una mujer guapa y contenta. Otra mujer es Bonadea que es fea y con aversión a su marido que es juez y practica la caza, se convierte en la querida de Ulrich, a la que considera celosa. Le da besos en el vacío abierto entre ambos. Se considera un enfermo de amor, pero que no quiere poseer a quien ame, ni que le posean a él, considera que descubrir el mundo es renunciar a poseer a la amada. Escribe cartas de amor que nunca envió por una especie de mística del amor. A pesar de todo siente pasión por Bonadea, en un mundo, dice, que está tan desprovisto de locura que ante un objeto no sabe si amarlo o no, le parece absurdo y ordenado de una manera monstruosa. Para Urlich los caminos no asfaltados de la pasión es lo que hace que no se dé la civilización del alma. Considera que su tiempo se ha apartado de la pasión amorosa porque es más religioso que sexual, ya que dedica sus esfuerzos al matrimonio. Por otro lado las cartas de amor de hace cinco mil años son iguales a las de hoy. Se pregunta Ulrich si no deberían cambiar alguna vez. Él recibió una carta de su padre.

Portada de la edición española de El hombre sin atributos

Aparece otra mujer, Clarisse, casada con Walter, director de orquesta que además ejerce de profesor de dibujo y de crítico de música, es celoso: en éste penetraba el cuchillo de los celos. Éste tiene celos de Clarisse. A ambos los incluye en ser hombres (personas) sin atributos. Esta mujer chupa las raíces del amor: besos, miradas. Considera que nunca se debería dejar de tocar música. Se queja de que lo que siente no le importa a nadie. No ama a Urlich. Éste se considera una persona apasionada porque algo lo empuja a la mujer. Cuando se casaron Clarisse y Walter,  les regaló las obras de Nietzsche. Clarise considera que tanto este filósofo como Cristo fueron víctimas de su mediocridad. Según Urlich los soldados que crucificaron a Cristo no se sintieron viles y en cambio fueron instrumentos de Dios. Todo giro hacia Dios hay que dejarlo en manos del sentimiento.

Moobrugger es un homicida, un carpintero soltero y solitario, un enfermo mental y sexual. Un asesino. Sin embargo llega a definir la vida ordinaria como el término medio de los crímenes que podemos cometer. El sano tiene todas las enfermedades mentales. El enfermo mental sólo una, los considera seres dobles, son por un lado Dios y por otro un macho cabrío. Los locos saben cosas que los cuerdos ni siquiera imaginan y piensan más. La evolución del espíritu no se detiene ni siquiera en un manicomio. Las cosas fascinantes están fundadas en una locura vetusta e inmemorial. Los jóvenes simpatizan con el mal. Las personas honestas fantasean con el placer del delito. Los criminales pretenden pasar por personas honestas. En la cárcel le hacen un reconocimiento psiquiátrico por haber cometido un crimen sexual. Para Urlich un degenerado no puede ser juzgado por la moral, sino por el daño que hace. Reconoce que los burgueses ven algo demoniaco en el enfermo mental y en el criminal. Para Walter los médicos no tienen idea de los procesos mentales. Una delegación de Acción Paralela visita un manicomio. Cita a Jung: la humanidad tiene que enfermar psíquicamente de tiempo en tiempo para encontrar desde su cuerpo de pecado un nuevo cuerpo de luz. Luego va a matizar más esta frase: la humanidad tiene que caer de cuando en cuando de una enfermedad química para conseguir una salud superior.

Van Helmond es un pintor. Raquel se relaciona con Gelimán.

El conde Leinsdosff es el impulsor de Acción Patriótica que luego se convertirá en Acción Paralela. Aparecen como miembros de esta organización Diotima y su marido, Tuzzi, un financiero a quien ella ama por un lado y por otro siente repugnancia por él. Le produce dolor dormir todas las noches con su marido. Él es el jefe de la organización y se considera un hombre práctico. Diotima siente una gran amistad por el conde Leinsdosff, para quien los judíos son inteligentes, laboriosos y fieles. Considera que la cuestión judía sería eliminada si hablasen hebreo y vistiesen a lo oriental y adoptasen sus antiguos nombres, de manera que quiere que se devuelva a los judíos su verdadera personalidad. Y afirma que el estado que tiene a su favor a los judíos y al Papa es invencible.

Otro miembro de la organización es Paul Arnheim, un doctor de quien está enamorada Diotima. Tuzzi admite estar con otras mujeres por dinero. Arnheim es un hombre de gran envergadura, tiene conocimientos de economía sobre la que considera que no se debe disociar de las otras actividades del hombre, de filosofía y escribe sus memorias de vida intelectual. Tiene mucho dinero, pero no hace ostentación. Tiene un negocio de venta de armamento. Ama a Diotima, quien siente que ha extraviado el alma. Lee libros sensibles y subjetivos. Todos pululan por la organización, en cuya asamblea reina un equilibrio armónico, aparentemente. Diotima destaca por su belleza, Urlich reconoce que la belleza es más cruel que cualquier revolución política, de esta manera vemos la permanente metáfora de acción paralela: lucha social y sentimientos. También afirma que una mujer hermosa resulta fea cuando no gusta.

Diotima mantiene una relación metódica en su matrimonio, hace el amor una vez por semana, a veces con accesos agresivos, pero lo considera un acto fisiológico, que equivale para ella donar su cuerpo, lo cual ve como una forma de opresión. Dice haber conocido el amor bajo la forma de accesos, y concibe el sexo como un hábito fisiológico que ella hace una vez a la semana. Las caricias de su marido le resultan desagradables, para Tuzzi lo erótico es diferente a lo sexual. Ulrich siente curiosidad por conocerla. Ella está enamorada de Arnheim. Sin embargo a medida que avanza la obra se irá haciendo visible que el hombre moderno es un ser pasivo y en relación a la sexualidad para Ulrich una mujer que permite todo a un varón es también una delincuente sexual. El problema sexual según Urlich consiste en abandonar el aburrimiento, una sexualidad buena exige el conocimiento exacto de la mujer. La vida sexual es la más sublime de las artes. Y considera que es frecuente que la mujer no pueda amar aunque quiera. Y que un hombre dominado por la pasión se comporta con la mujer como un verdugo. Pronostica que vendrá una época de camaradería sexual.

Diotima se volatiliza para su marido, pero sigue existiendo para él como un sueño. Ulrich sale con ella cuando no estaban ni Tuzzi ni Arnheim. Éste quiere tener en sus manos los atributos humanos. Se pregunta si una persona debe actuar de acuerdo a su propio cuerpo. El cuerpo de los hombres es un complemento de la mujer, no un contenido espiritual. A su vez Ulrich piensa que cuando una mujer pierde su belleza pierde su sentimiento.

Para Urlich salir del cuerpo es un delirio que provoca el hambre o el amor. Arnheim considera que su relación con Diotima es metamoral, va más allá de lo moral, en su bello y amplio cuerpo vagaba desamparada su alma, como un espacioso campo florido. Diotima no se atreve a plantearse el divorcio, ve preferible el adulterio. A pesar de lo cual Arnheim la propone matrimonio para evitar el adulterio, algo que le parece grosero, “las almas grandes tienen sed de legitimidad”. Para Urlich se sobrevalora demasiado las cuestiones del honor y el matrimonio. Arnheim quiso casarse con ella porque piensa que el problema del amor se resuelve separándose o casándose. Pensar en Urlich sin embargo fue un consuelo para Diotima, al que consideró amado de su alma, lo cual podemos observar como otro amor sin atributos. Arnheim no hace feliz tampoco a Diotima e incluso se llega a plantear que amar a un hombre es cosa rara.

Según Arnheim las almas se unen cuando se separan los labios. Y la verdad que une a dos personas no se puede expresar. Arnheim no amó ni se dio sin reservas a Diotima, para quien “todo sentimiento que no sea ilimitado carece de valor”, por eso se sintió atraída por Urlich, por él se peleó verbalmente con Bonadea. Para Urlich, Bonadea destaca por la belleza de su rostro, mientras que Diotima por su gracia escultural. Bonadea preguntó a Ulrich si su hermana no le dejaba tener una amante, al ver que está totalmente absorbido por ella, aunque no sepa si hay entre ellos una relación íntima. Él la responde que ha decidido pasar mucho tiempo sin amar a una mujer mas que como una hermana, lo cual tiene claramente un doble sentido, que más adelante va a aclarar en un contexto más amplio, cuando dice que lo que caracteriza a la familia europea es la esterilización del sentimiento fraterno. Ulrich reconoce que le gusta su hermana por encima de toda medida, la define como su amor propio. Reconoció que había tenido amantes con las que las relaciones fueron falsas, “siempre he escogido amantes que no me gustaban”. Las considera parásitos ridículos que comparten la vida del hombre. Observando a las mujeres, dice: pueden ir detrás de ti, pero nunca meterse en ti mismo. Una mujer inteligente es una observadora implacable del hombre. Por otra parte muchas mujeres se dejan fascinar por circunstancias externas. Lo descubre al abrirse al amor de su hermana. Reconoce que los estados de ánimo no se diferencian del mundo exterior.

Todo este juego de sentimientos cruzados afecta finalmente a la organización en la que Urlic milita, el número de asistentes es cada vez menor. Se acabó disolviendo la asamblea. La conclusión para Urlich es que lo que importan son las consideraciones, no los acontecimientos. El conde Leinsdosff quiso que Ulrich dimitiese de secretario honorario. Por otra parte la ciencia sexual fue apartando a Diotima de la organización. Finalizó lo que pretendió ser un acontecimiento de estado a nivel internacional, incluso se llegó a pensar en hacer un Congreso Mundial para la Paz.

De la experiencia de su activismo político Urlich sacó una conclusión, que los diplomáticos simulan ser ignorantes incluso cuando lo son.

Gerda se relaciona con Hams, ella no concede demasiado contenido al concepto del amor. Él sufre de celos. Sin que Musil lo desarrolle aparecen los celos de fondo en las relaciones de pareja, una especie de conspiración sentimental, paralela. Gracias a personas fieles se han descubierto las conspiraciones más secretas. Musil ironiza cuando escribe que Platón reconocería en un periódico la patria celestial de las Ideas. La vida de los intelectuales se funda en un “no sé sobre para qué”. Considera Musil que estamos dominados por la ciencia, la cual existe donde los acontecimientos se repiten. Leemos que para los pensamientos de altos vuelos se ha creado una granja avícola: literatura, filosofía y teología. Con su sorna habitual habla del principio estatal con una expresión muy española, ¡viva la Pepa!. Más adelante habla de soldados españoles. Otra vez ironiza cuando advierte que nada hay más urgente que apartarse al excusado. O cuando dice “no hay un sí que no cuelgue de un no”. “Es más sincero el amor cuando lo despierta un bigote que un automóvil”.

Sigue ironizando cuando dice que un gran escritor pertenece al tiempo de los grandes espectáculos y almacenes, de manera que advierte que ser un gran escritor no es sinónimo de grandes ingresos. El gran escritor es pues quien logra una simbiosis que le une a otros seres humanos. Considera que las novelas reflejan la esclavitud y la sobreexcitación sexual del autor. El genio de escribir no es cuando el autor elige las palabras, sino que es elegido por las palabras. Advierte que los bibliotecarios leen sólo los titulares y los índices de los libros. No hay felicidad grande sin prohibición.

Se plantea en un momento dado que hay que vivir tal y como se lee. Si bien reconoce que en sus tiempos, dice, no hay más que escritores, los lectores apenas quedan, ¿cuántos libros se imprimen cada año?, todo el mundo escribe, cada cual se sirve de sus pensamientos como si fueran suyos, nadie piensa en la responsabilidad del conjunto. Hace una precisión de carácter nominalista muy interesante: cuando ves un coche también percibes vagamente la frase “veo un coche”. Y afirma también: la palabra pronunciada pierde su sentido propio, adquiere otro adyacente”. Para Arnheim es más importante vivir que perder el tiempo en escribir. Considera que esta actividad es como una perla, es una enfermedad, aunque luego se la dé valor y lo compara con una crisis mental. Antiguamente lo que se hacía con los enfermos mentales fue llevarlos al desiertos o aislar a quien padeciese de algún tipo de locura. La borrachera es una enfermedad mental que se cura a sí misma. Afirma que en la creación literaria hay talentos que no superan el término medio y lo mismo respecto a los contemporáneos considerados grandes. Otra ironía es cuando se pregunta sobre qué es más peligroso para el espíritu, ¿los sueños o los pozos petrolíferos?.

Con la lectura de esta obra se observa una serie de opiniones de la época que permiten entender mejor la mentalidad de aquel momento histórico. Por ejemplo que un germano no sólo considera a un judío inferior, sino que igual piensa de  un futbolista de un pianista. Es decir la teoría racial y de jerarquía como modelo social encajó con una mentalidad previa en la sociedad. Por eso advierte que el boxeo y deportes análogos forman parte de un sistema social que reconoce formaron una especie de teología.

Quien piensa se da cuenta de que la sociedad es algo desordenado, lo cual exige captar el límite entre lo personal y lo impersonal. El mundo está configurado en el cerebro, en el que Ulich diferencia su pensamiento lógico del afectivo. Cita a Voltaire cuando éste afirma que las palabras sirven para ocultar el pensamiento y éste para justificar sus injusticias. En la Historia no hay retroceso voluntario. Las ideologías profesionales son nobles, a los cazadores no se les ocurre llamarse carniceros. Los ladrones rinden culto al mismo Dios que los comerciantes. Nuestra época tiene hambre de acción, ¿qué tipo de acción?, se pregunta Ulrich, la respuesta él mismo se la dio: da lo mismo. A lo largo de toda la obra podemos ver el magma social con el que se produjo la erupción del fascismo, erupción completamente volcánica. También analiza que su época tiene algo de interino que no se puede soportar.

Leemos sobre el peligro de las experiencias religiosas por ser un abismo sin fondo. Musil considera que Dios está pasado de moda, por lo que concluye que el hombre moderno tiene la sensación de no tener nada qué hacer. Esto ha hecho que la voluntad sea algo moderno. Compara las religiones a los enamorados que mantienen su realidad primigenia. Habla de la virginidad que preconiza la iglesia. La ve como un error peligroso y observa que sin su burocracia y actuación política del cristianismo no quedaría ni rastro. Ve que el diablo ha construido el mundo europeo y Dios quiere demostrar de lo que es capaz. Las virtudes de la sociedad son vicios para los santos. Se pregunta con cierta retranca si puede un coche circular por el camino de la santidad. El entierro católico es un negocio judío. Para Ulrich es mejor poner el cadáver a disposición de la ciencia. Propone crear un secretariado mundial de la precisión para que los que no van a misa sepan qué tienen qué hacer. Reconoce que hay personas que han concentrado los pecados de los demás. La fe se tiene que adquirir, no es un regalo de cuna. Ulrich considera que la belleza y la bondad vienen de lo que se cree, no de lo que se sabe. La mística es infame porque cree que la naturaleza puede reducirse a una fórmula matemática. Pero más adelante Urlich, un matemático, llega a la conclusión de que una fórmula matemática puede ser la imagen de un proceso natural, una teoría se puede cubrir de realidad. El nombre cuenta entre las imágenes, de hecho se conjura a Dios pronunciando su nombre. Las imágenes se dirigen al sentimiento.

Sobre el mundo de los sentimientos comenta que de noche el varón viste pijama, debajo está el carácter, no hay nada que lo defienda. ¡Cuántos hay que miran el rostro de la amada!, pero cuando cierran los ojos no saben decir cómo es. Los sentimientos no toleran ser sujetados y menos determinados sentimientos.

Modernidad

Parte del hecho de considerar que la civilización es una enfermedad, “la enfermedad que aqueja al Hombre se llama civilización”, a la que considera un obstáculo del alma, que a su vez define como “pequeño capital de amor”. Según Arnheim lo único que puede hacer frente a la civilización es la emancipación del alma. Ulrich se pregunta ¿por qué favorece el mundo de una manera tan siniestra todas las manifestaciones inauténticas y falsas en el sentido más elevado?. Piensa que ser redimidos es más por la estadística que por el amor, éste ya no lo consigue. También que las máscaras de las danzas de las tribus de negros son la careta amorosa del hombre europeo, en el que reina la teatralidad del amor. El sentido práctico de todo que centra el progreso le hace observar a Musil que cuando un río hace funcionar una fábrica pierde la fuerza de su corriente. Concluirá que toda civilización inicia un movimiento de retroceso. La vida no tiene sentido, por eso aconseja Musil vivirla como una metáfora. Cuando el correo fue más lento se escribieron mejores cartas.

Critica un mundo sobre el que se levanta de manera destructiva un imperio de brutalidad y violencia, pero sucede porque subyace una mentalidad que permite que emerja. Considera a la especie humana la más estúpida y malvada de todas. Plantea que los modernos medios de locomoción sacrifican más víctimas que todos los tigres de la India. Considera que un general que por razones de estrategia manda a un batallón a la muerte es un homicida si se piensa que esos soldados son hijos de sus madres. Todo sufre una invisible, pero incesante transformación, hasta el punto de que el mundo podría tomar en cada momento todas las direcciones. La industrialización empuja a la espiritualidad. Considera que el hombre ha perdido su inocencia natural por culpa de la soberbia espiritual. Cada paso del progreso también es un paso atrás, ya que no sucede en conjunto. Se cuestiona tantos avances, pues se pregunta ¿qué más da atravesar el Atlántico en tres semanas que en seis?. Observa que la población europea con sus avances técnicos olvida que han aumentado los suicidios enormemente y que a pesar del progreso se puede enfermar de muchas nuevas maneras, lo que le lleva a afirmar que las almas libres obran contra los usos y costumbres.

Antes de la decadencia social sucede la crisis moral, si bien afirma que la moral de su tiempo es la moral de la producción. Y que la diferencia entre el bien y el mal pierde su importancia en amores profundos. Nadie busca el amor en sí mismo. El lenguaje del amor es un amor en clave y silencioso… un abrazo. Agathe lee unas notas que había escrito su hermano sobre los sentimientos y el mundo, vemos otra vez que hay un paralelismo entre ambos aspectos, el político y el sentimental. A medida que lee las notas de su hermano deja de odiar a su marido. Para Ulrich hay dos lados del sentimiento, uno externo y otro interno.

Hay una capítulo genial que detalla lo que es la onda expansiva del egoísmo: “¿En qué cree el hombre moderno?, ¿en Dios o en el jefe de una empresa internacional?, la incertidumbre de Arnheim. Considera el egoísmo la propiedad más segura y el dinero la coronación de una existencia moral y razonable, por lo cual los gobiernos acabarán imponiéndose como la dirección de una empresa. Para Urlich la bancarrota del egoísmo sucede con el deseo de vivir para otro. Considera que olvidarse de sí mismo es lo más sano que hay. Ve que el dinero es una forma de dirigir muy parecida a la violencia, sólo que revestido de apariencia de libertad, considera por tanto al capitalismo como el orden más perfecto porque consiste en la organización del egoísmo. Se adora el dinero, de manera que se puede sacrificar el alma, pero nunca el capital. El dinero lo concretiza todo, pues entiende que es una fuerza suprapersonal, mística.

Ya todo depende de las decisiones económicas. Observa que los mayores enemigos del capitalismo son los mejores servidores del negocio. Cuenta cómo las instituciones gastan el dinero en subvenciones y se compran cuadros. Y denuncia que uno puede robar, asesinar y estafar siempre que de ello resulte poder, civilización y esplendor. Para Tuzzi es necesaria una nueva ciencia, la psicología económica, que resulta de unir el alma y la economía. Reconoce que en el mundo moderno hay un exceso de finanzas, pues la cultura no ha sabido mantenerse a nivel del capital. Si el padre es pobre el hijo ama el dinero. Si es rico ama a los hombres. Para Ulrich sin embargo hay una psicología del yo y otra del no yo.

La corrupción es una mentalidad. El libre comercio se convirtió en la cima de la actividad humana en nombre de un espíritu libre, pero deja el espíritu libre en manos del libre comercio, lo cual provocó el derrumbamiento espiritual. El espíritu no se llena como un cántaro, sino que se apropia actuando.

Definiciones

Alma: pequeño capital de amor, siendo éste sentimiento una metamorfosis del pensamiento y de los sentidos. En las entrañas del alma hay la necesidad de adorar y de ser adorado. Tal es el origen del harén. El alma no es una protección contra los sentidos, lo es su eco.

Raciocinio: cólico de todas las circunvoluciones cerebrales. Plantea que la razón debilita el gran pasado y lo reduce a liberalismo.

Estado: hotel con derecho a pedir cortesía. El Estado da dinero para cualquier tontería, pero no para resolver importantes problemas morales. Lo considera también como el poder de prevalecer en la lucha entre los pueblos.

Función pública: unidad religiosa del rendimiento humano.

Cultura: situarse por encima de los ingenuos prejuicios antisemitas de la gente vulgar. Considera hay dos tipos de antisemitismo, uno de carácter simbólico, otro de tipo místico. Ambos son de estilo germano. Síntesis de todas las formaciones naturales. Nuestra cultura es un templo de lo que, en un estado de tranquilidad, llamaríamos delirio, pero es a su vez su depósito y no sabemos si lo sufrimos por exceso o por defecto. De toda cultura lo más importante es lo que prohíbe. En las personas cultas suele darse una inclinación a los monstruoso y problemático. Nuestra cultura ha sido contaminada por imbéciles morales.

Europa: espíritu de nacionalismo con una ola de persecución judía.

Los filósofos: opresores sin ejército, someten al mundo porque lo cierran en un sistema.

Exigencia: lo que no encaja en una verdad ni es una subjetividad.

Dinero: potencia extraordinariamente exigente. Tenerlo es una responsabilidad. Lo define también como una potencia espiritual.

Humanidad: inseguridad jurídica.

Activista: busca modos de cambiar las cosas.

Educación: introducción a un sistema de espíritu.

Ciencia: acrobacia cerebral. Es amoral.

Progreso: una pierna resbala para adelante y la otra para atrás. Cada uno de nosotros tiene algo contra el progreso.

Música: fuerza motriz interior. Considera que es vértigo.

Nacionalismo: invento de los proveedores militares.

Comunidad: ley interior, la de los amos. (Lo cual es una referencia a lo que Hegel plantea en su obra “Fenomenología del espíritu»).

Moral: el orden del alma de de las cosas. El más moral de los principios es que la excepción confirma la regla. Todos los estados de la moral defienden una especie de sueño. Los principios morales son concernientes a una sociedad salvaje. Es la coordinación de todos los estados momentáneos de nuestra vida para formar un estado duradero. Sin embargo no está concebida para cuestiones de dinero. La reglamentación del comportamiento dentro de una sociedad, especialmente de sus primeros impulsos internos, sentimientos e ideas. Se acata por la presión y la violencia. La moral ha adaptado los sentimientos a la necesidad moral. Se puede hablar de una imaginación moral. Quien se desprende de la moral se desprende de la realidad. La moral no puede desprenderse del todo de la mística.

Democracia: estado anímico de lo que se puede hacer así o de otra manera.

Bolchevismo: nueva religiosidad.

Intelectualismo: expresión o el instrumento de una vida que se ha secado.

Amor: deseo de proximidad y un intento de hacerse con algo. ¿Existe el amor?. Sí, pero es algo excepcional. Se puede amar a Dios y al mundo, porque no es necesario amar a una persona, pero si se hace, lo corporal atrae hacia sí a todo el mundo. Lo que siente cada uno es el desdoblamiento de la propia persona en la naturaleza contraria. Uno puede enamorase sin deseo alguno, es posible el amor en sombras, sin convicción moral ni una apetencia sexual. Lo cual es el enamoramiento como tal. Se ama a una persona irreal, no a quien creemos amar. El amor es una máquina para hacer coincidir. Tiene el bendito efecto de cegar. El amor materno es un amor de mono, es de antemano. Amar al enemigo es un resto de la antropofagia mágica-religiosa. Amar no es tan fácil como hace creer la naturaleza. El sentimiento es lo de menos en el amor, siendo esto la esencia del mundo, en el cual hay dos estados, el amor y la violencia, ambos mantienen al mundo en movimiento. El amor no es un sentimiento, es un éxtasis. El placer y el disgusto son el alfa y el omega de las doctrinas de los sentimientos. ¿El amor es substancia o cualidad?. Nunca se da un sentimiento totalmente definido. Los sentimientos crean su propio mundo. Los nombres de los sentimientos designan tipos de sentimientos, es por ello que hay “patrones conceptuales”. Tenemos un sentir, pero todavía no es un sentimiento cuando sentimos, sino que es la disposición de un sentimiento, que no tiene por qué realizarse necesariamente. Un sentimiento fuerte difumina la imagen del mundo. ¿Cómo se ama uno a uno mismo?, de ninguna manera. El sentimiento no se orienta al mundo real ni a las personas reales. Es muy violento. El amor es el más locuaz de los sentimientos y su esencia es cambiante. No es objeto de conocimiento sensible. En todo sentimiento hay un hambre y algo que no es hambre, sino querer ser libre y avidez. Cuando el amor no tiene prejuicios está desarmado. Amar es preferir y es pensar sin conocimiento, lo que puede entenderse como contemplación. El reino del amor es siempre una gran irrealidad. A veces el amor tiene necesidad de separación. Entre dos personas solas no hay amor, a lo más compañía. El sentimiento depende del entorno, disuelta la ilusión óptica del alma y la hartura del cuerpo. El secreto del amor: no ser uno.

Personajes citados

Personajes que aparecen citados en la obra, lo cual es una referencia de la dimensión intelectual de la misma: Platón, Byron, Hegel, Scott, Freud, Kant, Schiller, Hölderlin, Balzac, Dumas, Shakespeare de quien dice “grandiosa profusión”, Rousseau (analítico destructor), Voltaire, Goethe por su universalidad, Beethoven, Wagner, Van Gogh, Miguel Ángel, Rafael, Murillo, Tiziano, Comte, Tolstoi (glotón y ávido de placer sexual), Rifke, Dostoievski (de quien destaca su profundidad psicológica), Novalis, Einstein, Napoleón, Alejandro Magno, Aristóteles, Spinoza, Schopenhauer, Jung, Nietzsche.

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