El protagonista narrador de la obra “En busca del tiempo perdido” quiere ser escritor y a lo largo de la obra se hacen referencias a ello. Su padre se opone a que se consagre a la carrera de las letras. Un escritor que aparece, Norpois, no le ve actitudes para escribir. Se pregunta si sus deseos de escribir eran importantes. Se muestra escéptico con respecto a los poetas, “si creyeran en todo lo que dicen, algunas veces son más interesados que nadie”. Considera que es una injuria decir que un escrito sólo tiene talento. De sí mismo este personaje dice que pertenecía a aquel género de los que no tienen disposición para escribir, por lo cual renunció a la literatura, a pesar de los ánimos que le dio Bloch, pues se encontró vacío de su pensamiento.

Podemos leer: “no se debe conocer a los escritores más que por sus libros”, lo cual comparto y en relación a los mismos sin sacarlos de contexto. Por ejemplo algo que salió en la tertulia por parte de Tere fue que es una obra machista, sobre todo la parte que se narra en “La prisionera”, cuando no es eso lo que refiere, sino cómo funcionan los sentimientos, de posesión en parte, de deformaciones del amor, pero sobre todo un amor burgués, cuando empieza el despuntar de esta clase social que lo compra todo, hasta el amor.
Comenta que gracias a los libros la ciencia hace que un obrero deje de ser obrero cuando acaba su trabajo. En «La prisionera» dice «… ese siglo XIX cuyos más grandes escritores han fallado sus libros, pero mirándose trabajar como si fueran obrero y juez, han sacado de esta autocontemplación una belleza exterior nueva y superior a la obra». Afirma: «la literatura rebela una verdad profunda».
Como comentó Miguel Ángel la época en la que sucede lo que escribe Proust es el paso de la decadencia de la aristocracia, en las que muchas cosas son mera apariencia, y el despunte de la burguesía, como lo es Swann, operador de Bolsa, o el padre del narrador que es diplomático. También hay unas referencias a la plebe cuando están en el hotel y Francisca, se relaciona con los trabajadores de aquel lugar. No en vano hace referencias de Saint Simon y de Proudhon. También comentó que ¿por qué es una obra literaria y no un tratado de psicología?. Le respondí que porque está escrita en forma de novela, pero que realmente enseña mucha psicología y bien pudiera incluirse. El escritor literario nos hace ver las cosas. Desde el ensayo lo que se pretende es hacer comprender un tema. El escritor hace que quien lo lee se posicione a favor de un personaje u otro, porque nos implica emocionalmente con lo que narra o expresa.
“La belleza de las formas de los grandes escritores es imposible de prever”, escribe. Y más adelante explica: “los productores de obras geniales no son aquellos seres que viven más delicado ambiente, sino quienes son capaces de cesar bruscamente de vivir para sí mismos y convertir su personalidad en algo semejante a un espejo”.
En otro párrafo: “los poetas pretenden que volvamos a encontrar por un momento lo que en otro tiempo hemos vivido”. Comenta «únicamente después de su muerte un escritor se hace célebre».

La literatura para Proust debe lograr el placer de la inteligencia. Aunque apunta que algunas obras magistrales se escribieron entre bostezos. Escribir no siempre es escribir, a veces es esperar. Lo cual no entiende quien considera que para hacer algo útil y ser útil hay que estar siempre haciendo algo. Podemos leer “… lo que resultaba de mis esfuerzos era una página en blanco”. Leer estas cosas nos hace coger confianza en nuestra labor, que no es siempre, ni puede ser conseguir la obra de arte del no va más de la literatura.
En «El tiempo recobrado» hace una reflexión sobre el mismo acto de escribir del narrador que se convierte en una lección magistral para escritores. Plantea «la vida nos decepciona de tal modo que acabamos por creer que la literatura no tiene ninguna relación con ella».
Escribir es un acto sencillo, cuya suma de sencilleces puede acabar en grandes complejidades, que no son laberintos de palabras, sino profundizar en lo que observamos. Para el narrador de la novela «un escritor no tiene necesidad de expresar directamente su pensamiento en su obra para que ésta refleje la calidad de ese pensamiento». Habla también de los semi intelectuales que abundan en su época y «falsos hombres de pluma».
Comenta «los oráculos en que todo el mundo tiene la misma manera de producir, enunciar y por la misma vía de consecuencia de pensar… La originalidad es más vigorosa en los círculos mundanos». Denuncia que se considere una debilidad el que gusten las ideas en la poesía, la poesía en la que hay un pensamiento. Dice: «las formas de talento son tan variadas, tan opuestas no sólo en literatura, sino en la vida de mundo, que únicamente Boudelaire y Merimé tienen derecho a desdeñarse recíprocamente«.
«Un verdadero escritor, es exento del estúpido amor propio de tanta gente«. Afirma: «hay que sacar la poesía de la verdad muy próxima». «El literato envidia al pintor, le gustaría tomar notas, croquis y si lo hace está perdido».
«Un hombre nacido sensible y sin imaginación podía escribir una novela admirable; los conflictos del sufrimiento son materia de un libro«.
«Para las personas del gran mundo los libros suelen ser como una especie de cubos en el que el autor gente que va conociendo«.
«Los grandes escritores no han hecho nunca más que una sola obra, o más bien han refractado a través de diversos medios una misma belleza que aportan al mundo». «Las críticas no tienen importancia ante la belleza secreta de una obra». Continuando con este planteamiento escribe: «¿No están sembradas las cartas de Balzac de giros vulgares que Swann hubiera sufrid mil muertes antes que emplearlos? y, sin embargo, es posible que Swann, tan sagaz, tan exento de todo ridículo odioso fuera incapaz de escribir «Le cue de Torus».
«La impresión es para el escritor lo que la experimentación para el sabio». Y afirma: «no somos libres ante la obra de arte. Tenemos que descubrirla». «Nada de estilo, oyó decir, nada de literatura, ¡vida!. a los que no tienen el sentido estético , es decir la sumisión a la realidad interior».
En una tertulia se intercambian puntos de vista, comentarios y se agranda la lectura de la novela, pero luego cada uno ha de seleccionar los textos que más le lleguen.
«Igual que en el momento en que saboreaba la magdalena desaparecieron toda inquietud sobre el porvenir, toda duda intelectual. Las que me asaltaron un momento antes sobre la realidad de mis dotes literarios y hasta sobre la realidad de la literatura«.
«Muchas veces algunos escritores, en el fondo de los cuales no aparecen las verdades misteriosas, a partir de cierta edad no escriben más que con la inteligencia que ha adquirido cada vez más fuerza. Tienen más fuerza que los escritores en su juventud, pero no tienen ya el mismo aterciopelado«.
Proust define la obra como obra de arte hacer salir de la penumbra lo que se siente y convertirlo en un equivalente espiritual. «En el acto de creación nadie puede sustituirnos, ni siquiera colaborar… ¡Cuántos renuncian a escribir! ¡cuántas tareas se asumen para renunciar a ésa». «Cada acontecimiento, fuera el caso Deyrfus o la guerra, proporcionó a los escritores disculpas para no descifrar aquel libro, no tenían tiempo de pensar en la literatura. Pero no eran mas que disculpas, porque no tenían, o no tienen ya talento, es decir instinto. Pues el instinto dicta el deber y la inteligencia proporciona pretextos para eludirlo».
«El arte reconstituye la vida, en torno a unas verdades halladas en sí mismo que flotan siempre en una atmósfera de poesía».
«Quienes carecen del espíritu del arte creen que la literatura es un juego del espíritu destinado a ser eliminado cada vez más en el futuro«. Hoy podríamos añadir que no sólo eliminado sino falseado, de tal manera que Proust se daba cuenta de adonde se dirige el mundo del arte a manos de mercaderes y de políticos ignorantes.

«Algunos pretendía que la novela fuera una especie de desfile cinematográfico de las cosas. Esto es absurdo». «La literatura que se limita a «descubrir las cosas, a dar solamente una mísera visión de líneas y de superficies es lo que llaman realista, que está más lejos de la realidad, porque es la que más empobrece ya que corta toda comunicación de nuestro yo presente con el pasado cuyas cosas conservan su esencia. es esta esencia lo que el arte digno debe expresar«.»El amor se posa en una mujer porque será inasequible. ¡Qué poco ocupa en la pasión la mujer real!».
En este sentido podemos leer: «El trabajo del artista es ver bajo la materia, bajo la experiencia, bajo las palabras, algo diferente de los fines prácticos que llamamos falsamente la vida… esa vida cuyas apariencias que se observan requieren ser traducidas». Se pregunta ¿qué valor tiene la literatura de notas?. «El deber y el trabajo de un escritor es el trabajo y deber de un traductor«.
«Algunos decían que el arte en una época de prisas sería breve… que el ferrocarril mataría la contemplación, que era inútil añorar el tiempo de la diligencia, pero el automóvil cumple su función y lleva a los turistas a las iglesias abandonadas».
«La verdadera vida, la única vida realmente vivida es la literatura. Esa vida que habita a cada instante en todos los hombres pero no la ven porque no intentan esclarecerla». Y: «nuestra vida es también la vida de los demás pues para el escritor , el estilo es como el color para el pintor , una cuestión no de técnica, sino de visión».
«Solo mediante el arte podemos salir de nosotros mismos. Gracias al arte en vez de ver un sólo mundo, el nuestro, lo vemos multiplicarse».»Son nuestra pasiones las que abocetan nuestros libros». «… la vida se parecerá a la obra, ésta es el recuerdo de nuestros amores pasados y profecía de nuestros nuevos amores».
- El beso de Proust
- La flor de Proust y Joyce.
- El amor en la obra de Proust
- El Arte y la Literatura para Proust
- Los celos en la obra de Proust y en otras muchas
- El tiempo perdido
- Relato de erotismo literario de Proust. Sublime.
- El final de «En busca del tiempo perdido»
- Autores que aparecen en la novela de Proust