
Aún el viento arrastra las hojas
y mece la hierba de la pradera.
Aún sigue azul el azul del cielo
y lo indestructible no se puede destruir.
Aún matan y golpean unos
y otros aman y resisten.
Pero siempre vence
la sonrisa a la orden,
el baile al desfile,
el corazón abierto
a la razón de Estado,
la mano limpia
a la mano armada,
el trabajo libre
al trabajo esclavo.
Porque vencer es ser libre,
como el viento.
Vencer es amar y luchar,
el resto, recovecos de lo que son:
dinero y hormigón.
¡Ellos son dinero y hormigón!
sombra de la primavera,
ladrones del sol,
la luna y el viento,
destructores de la victoria
que grita silencio.
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En el Norte de Castilla sale el 9 de mayo un reportaje sobre 25 años de Riaño en el que se puede
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