¿Para qué?. Los regadíos son ¡mentira!. ¿Dónde están?

 

Y no tiene nombre
ni altura ni alcurnia.
carece de ser
en la noche sin sombra.

La silueta oscura
emerge de la mentira
y arrastra la mirada
que no tiene dónde,
carece de tiempo
sin ayer ni hoy.

Espera la altura,
espera la alcurnia
que vio su nacer.
¡Y no tiene nombre!
a la espera de volver.
Ahí están tus manos,
tu nombre y tu ser.

 

Una institución judicial de máximo nivel ha sentenciado que se ejerció el terrorismo de Estado

 

Esa es tu historia.
Es el valle, es el aire,
son sus gentes, su lugar,
es el humo, el recuerdo,
el mañana y el ayer.
Son sus gestos
y sus gestas de papel.
Los caminos andados
entre barro y con las vacas,
es el aroma y la piedra,
la lluvia otra vez.

 

Es la vida en cada rincón
arrancada y hundida,
ocupada y tragada
por la mentira,
la mentira del precio,
la mentira de no ser
entre la nada y el bucle
la mentira almidonada
que sí tiene nombre,
la que la altura
y la alcurnia
han de vomitar
para ser hoy,
para ser mañana
y tener un nombre
agarrado al viento:
Riaño, volverás a tu ser.