INTROITUS

Rodeado de silencio me detengo

y es el eco de la mente,

indomable viento,

quisquillosa impertinente,

aquello que me llama.

Curiosa inquietud,

fugaz y exquisita.

Remolino atrayente

horizonte ausente.

Libros subrayados,

grabaciones neuronales.

Látigo hostigador

y erupción de orgasmos.

Es el eco de la mente,

lo indeciso que busca verdades,

la duda de amores

y ausencia de absolutos.

Mil creyentes

afirmadores de dogmas

matan sinceridades

y gimen que los manden:

manás, órdenes y una verdad,

aunque sea a medias

por encima de todo

entre salarios y medias tintas.

Es el eco de la mente

lo que ahora os llama.

A ti, Amor.

A ti, Muerte.

Amor y Muerte

en la misma sangre,

sístole y diástole

de un latido que nace.

Inspirar la vida

y espiración que agoniza.

Amor y Muerte,

¡os invoco a que vengáis!.

Quiero laudar

vuestra esencia

y en silencio escuchar

vuestras sentencias.

Arrebatar,

sin humildad alguna,

a ti Muerte, la muerte.

A ti, Amor, el amor.

¡Orgullosa mente!

pendenciera sanguinaria,

conquista inasequible,

volcán de frases y angustias.

.

 

ALMA DE POETA 

POETA:

Muerte, eres la respuesta.

Desde tu balcón

dime,

¿fue Ella quien parió

las entrañas de mi alma?

Amor, eres pregunta

de preguntas

que no respondes.

¿Quién podrá separarnos?

Traidora Muerte

¿Sirves a Dios o al Diablo?

¿Al Hombre o a la nada?

Y tú, Amor,

delator de quimeras desnudas

que desvisten la esencia.

Muerte glotona,

insaciable de momentos.

Con Ella estaré siempre,

pero tú, Amor, eres insondable

aun desertor y vencido.

¿Qué sentido ofreces

cuando lanzas las quimeras?

Y tú, Muerte,

¿hay felicidad fuera de ti?

La lucha que acontece

es entre Ella y yo,

el secreto y la poesía.

Batalla ¡a vida o muerte!

cuyo aroma es el amor.

Su triunfo, de belleza

y escultura de aire

es mi victoria,

un saber del más allá

y quiero conocer quién vence,

tú, Muerte. O tú, Amor.

¡Batíos pues ante mí!

que quiero ver el duelo

entre el Amor y la Muerte. 

MUERTE:

Humano incorregible,

sólo puedes llamar a la puerta

para quedarte en el umbral,

la vida en mi no cabe.

¡Cobarde!

Sólo puedo ofrecerte el viaje

a un vacío oscuro,

cuando cierres los ojos

entre las palabras.

Ideales traducidos de olvido

se hacen luces que deslumbran.

Y verás a tus seres queridos.

Ella es una unidad contigo,

pero tú eres alma distante.

Ella y tú,

os unís en la poesía

y en mis pechos sois bruma.

¡Abrid las entrañas ante el mundo!

si queréis que rime el amor

con la vida.

Los mortales paren muertos

y los muertos vuelven a mí,

inofensivos, inocentes

de vivir entre balas y cruces.

¡Vomitáis miedo y palabras!

peregrinos de estelas.

Los hijos son piezas de la especie

y se amontonan cadáveres

en las fosas del Telediario.

Sin mí no habría esperanza

ni puerta de huida.

Hago de tus momentos con Ella

partituras de instantes

que danzan hacia mis entrañas.

La Historia es un vientre de cristal

y la noche los corales

de horizontes y llanuras.

Os hago sentir lo que sin final

aplastaría al alma de las alturas

que inventan vuestras miradas.

Soy metafísica de lo metafísico,

el viaje más bello

cuando la unión carnal

se convierte a estela,

arenilla que se hace de barro.

Quered,

como el último beso soñado,

buscad siempre un final,

para hacer del fin un encuentro.

Sed la última gota de un sueño.

Las entelequias muertas renacen,

para quedar aferrados a lo intangible

y convertíos en almas sin vuelo. 

AMOR:

¡Ay!

Siempre susurro a tus oídos

de terciopelo y pétalos de amapola.

Viste en mis suspiros locuras.

Me zambullí en tu mirada

y el sueño se apoderó de ti.

Al querer tocar mi piel aplaudiste

y encarcelaste números y papeles.

Soy el presente,

de la mano de Antes y Después.

Evito el fango del pasado

y acojo caricias de luz.

Quise evitar caer al futuro.

Pero fue Ella

quien derritió tus versos.

Bailarina de fuego celeste.

La muerte se asusta conmigo,

pues su presente es perenne.

Abro las puertas del tiempo

para derramar lo eterno.

Ella vaso.

Tú agua.

Ella vacío,

yo plenitud.

Me adoraste

sin yo querer.

Me disecaste en un mito

y sufrí la tortura de la estupidez. .

Cuando el primer amor

es el único,

para siempre,

pero no el último,

es estar enamorado.

Un latido se funde a otro

como la llama al fuego.

Entonces el corazón tiene alma.

Cada emoción es un roce

una fuente

en la que borbotea sangre.

No dejes de amar

¡nunca!

Los labios de musa

son pasos de poeta.

La belleza es un beso.

Sus ojos: cielo.

Su mirada penetra

y flota en el alma.

Sus brazos de fuego

y de lágrimas estrellas.

El Absoluto es un juego

y la palabra el regazo del miedo.

Cuando la miras a ella

me llamas a mí.

Cuando la sueñas también.

La primera visión

se guarda en el corazón,

lo demás andaduras son.

La dejé nacer,

nada más.

Que lo primero

sea siempre la última vez.

SANGRE DE POETA

POETA:

¡Amor y Muerte!

Sois aliados

del engaño.

Agua y fuego,

lumbre que se apaga,

olas que saltan al sol.

Amor,

anzuelo de soldados.

Y tú, Muerte,

eres el final

que engalana a generales.

Saldos y rebajas,

ventas y contratos,

de tropas y forofos.

En el camino hay polvo

y cenizas,

y mil sentencias

en las túnicas de asfalto.

Preámbulo y final

de lo que somos.

Amargura

de dulzura

para mártires.

Dolor en el consuelo,

y santidades

de cristales rotos.

Cera y humo

de llamas quemadas

redobles que mueren

con héroes a sus pies.

Himno de la opulencia

que degüella dignidad.

Arena y espuma

del libanés que cantó

flores del desierto.

Trampolín de glorias muertas.

Sois eternidades pasajeras,

piropos de barro

y alabanzas de jardín.

Vanidades y orgullo

con honores disecados.

Esqueletos que ensalzan

la incógnita irresoluble.

Amor,

eres veneno mezquino

dentro de la libertad.

Y tú, Muerte,

¿qué escondes?

¿Acaso el amor se derrama

y lo recoge el útero de Thanatos?

Demasiados filos de navajas,

oblitos por los que se va la vida.

Y desfilan

quienes van vestidos

caminando

para cumplir horarios

y perseguir un amor

sin descanso.

Brotan lirios de pasión,

tulipanes amarillos

y hortensias en un rincón.

¿Acaso es la revolución?.

Cuadro que es portada del libro "La perestroika del capitalismo". Pintado antes del derrumbe de las Torres Gemelas.
Cuadro de Vier.

MUERTE:

Demasiado inocente,

o tonto.

Sólo yo doy sentido a la lucha.

A la quimérica

y a la final.

No es la guerra un pasatiempo

y menos sin esplendor.

Es el vivir de quien desprecia

aquello que no es suyo,

la vida misma.

¿Tiene la vida un dueño

y la lleva adonde vaya?

¡Romped aquello que se ha de romper!

No esperéis a que se acabe.

Bebed la juventud

al trago de las péndolas

y no dejéis que marchite.

Sin mí todo se vacía

porque conmigo las luchas

dejan de ser mundanas

y juegos florales

para ociosos aburridos.

La espada se hace trascendente

y la nada trasparente.

Demasiadas luces de colores,

demasiado espacio

biológico y tangible.

El alma aprende de estocadas anatómicas

y los gritos suspiran azufre

y los ritos caramelos

y el rictus es el fin del mundo,

cuando la mirada mata.

La justicia se hace

bajo la cuerda floja.

Es el número siete,

con caretas y cabriolas.

Si pierdes el equilibro

yo te acojo.

La libertad es al borde del abismo.

Es vértigo de revoluciones tardías.

Es pánico que esculpe la esclavitud.

Yo trago el paso del tiempo

y lo guardo en las neuronas.

Soy espíritu de libertad,

fabricante de quimeras absolutas,

pero no construyáis burbujas,

ni caudales con esponjas secas.

Cuando se derrama el sudor

se coagula la sangre

y las venas estallan.

Al adorar el templo

Fanus enjuaga la boca

con sangre de nata y fresa

para hacer pasteles

con glóbulos de cordero.

Sólo yo soy piedad.

Os alojo más allá del tiempo.

Soy juez de conciencias,

de triunfos y derrotas banales.

Las almas rancias me temen

y los ideales se drogan a mi vera.

Hay quien se lanza a mis pechos

para mamar lava

y danzar un baile onírico

con aquellos que esnifan cotizaciones de Bolsa

y unos a otros se matan sin conocer

el rostro del enemigo.

Para el fanático soy reliquia,

para el estúpido un sedante,

para el cruel un castigo.

Y todos son esculturas de Babel,

sapos que se alimentan de mosquitos.

Para el Estado soy trono,

para el zombi trueno,

corona y fe del luchador,

reto del filósofo

y mentira y cuento de un narrador.

Hay una esfera de mármol

y una pompa de jabón

que se rompen al caer.

Y su propio peso las destruye.

La corona se transforma en rey

y los mendigos piden pan.

Los teósofos me quieren tocar

y se convierten en vagabundos

que fabrican espejismos

de humo, paja y cartón

y tejen entre ellos adivinanzas estelares.

Las plumas cuentan los delirios de un Amo

cuyo trono se ha roto sin plumaje.  

AMOR:

Quise navegar en vuestra sangre

¡oh! humanos.

Mas la ventisca de las pasiones

y el vendaval del deseo

me hacen naufragar

cada vez que lo intento.

Me dais un pedazo de tierra,

un puñado de sal

y unas gotas bajo el firmamento.

No soy retórica de Apocalipsis

que sirve para disfrazar carcajadas

y esculpir himnos patrios.

A mis suspiros distéis la espalda

a cambio de unas sirenas.

Impulso a vivir

como torbellino y molino

que tritura el grano.

Escucho los gritos

de las olas muertas

en los acantilados.

Acerco vuestra alma a los poros

y en la brisa llevo arenilla de los montes.

Cercáis mi existencia con palabras,

cuando veo cabalgar cuerpo sobre cuerpo.

Veo volar la hoja que salta del árbol

y en todos se apoya la espada flamígera.

Me apena ver al hombre arrodillado

a los pies de un amo de cartón

que ni siquiera es de barro.

Me adorasteis con oro,

pero no soy aroma dorado.

¿Por qué me compráis y vendéis

sin que sea mercancía de cambio?

Aunque yo mismo dudo de mi lealtad.

Lucháis unos contra otros

y todos contra todos

es el enfrentamiento global.

¡Oh! ¡oh!

No soy castañuela

de acompañar bailes fúnebres.

Soy para amar

sin cultos,

ni quepo en la oquedad de la vida.

No amamanto a vendedores de almas

ni emborracho a reptiles venenosos.

No soy niñero de estados,

ni criado de sermones fatuos.

No huella de razas o clases,

ni bandera de patrias o mercados.

Tampoco alma de escarabajos

ni luces de cobalto

en la pecera cuadrada.

Vive el pájaro en su nido

y su volar en el cielo,

la abeja en la flor

y su vuelo

entre una y otra

que sin pisar tallo y corola

hace de su aroma industria

y bebe la fuente de la dulzura.

Soy manantial, no un grifo.

Enseño a volar sueños

y mi regazo incuba utopías.

Al volar la primavera

se romperá el cascarón.

Lo juro. 

POESÍA DEL POETA

POETA:

Quisiera renunciar a la palabra,

a la escrita y a la oral,

para sentir y sentir

sin concepto ni argumento.

Quiero saltar de la metáfora a la imagen,

sin pensar

y reclinarme ante el brillo de la luz.

Adorar al sol

y cazar lo que coma

en lugar de ir de copa en copa.

Quiero ahogarme

sin entrar en mundos inflamables.

La Historia es hoguera

en la que arden noticias

que no se conocen.

¿Dónde el hambre y la hoguera del pobre

fuera de la última hora de ayer?

Nerón no fue tirano,

sino existencialista,

que forjó la existencia

en moldes de utilidad,

sobre todo la de los demás.

La razón práctica es pagana

y también pagada

para esquivar una lucha a muerte.

Volveré a luchar

contra verdades absolutas

y recitaré las de Perogrullo

para mentir y ser mentido.

Quise corromper la sangre amable

con la dulzura del ingenio

pero me envenenó el trajín y la duda.

Viajé al fondo del espíritu

para contemplar la esencia

y saber de qué color

es la sangre del verdugo,

sin mirar jamás al espejo,

por si acaso.

Y destilé justicia, fraternidad,

en el lodo de representaciones y teatro

y fui arlequín y bufón de una corte sin ley

que hizo al más tonto grey.

Te buscaré, Muerte,

para servir tu retrato

a quienes te sirvan.

¡Infame!

Te juzgaré por traición

y al sol arrastraré para verte.

Amor, eres la jaula del destino

y no puedo volar a lo impenetrable.

Encontré una entelequia

de una realidad indomable.

Eres eco de la mente.

He de fabricar rimas,

entre el Amor y la Muerte,

en un recipiente

y en el presepio.

Es el eco de la mente.

Con el sudor haré salsa

que alimente a los ilotas.

Y una pócima

que haga explotar en mil pedazos

los conceptos de la alquimia.

El resultado será ¡la poesía!.

MUERTE:

¡Qué orgullo!

Cuanto más se eleve el alma

más duro será el golpe,

más rápida la caída

y el miedo más eterno.

Fuera de mí

se imagina el panjí,

rodeado de brujas y fantasmas.

Huís al mirar mi cara

y las piezas mentales,

son el eco de la mente.

Hacen cábalas

con las que encajar

puzles incompletos.

¿Cómo se ve al poeta

desde la estrella más cercana?

Diminuto.

Así sois.

Pero os creéis gigantes en la bagatela.

Construís imágenes, nunca observadas,

de la Historia que os convierte en polvo

y deja en su andadura

átomos de un Todo y una Nada

que se unen

en rebeldes energías

aferradas a los límites de lo creado.

Pensar es atadura

y no hacerlo también.

Cada cual tiene su trono y muerte,

su precio y altura.

Y moranos de impostura.

En la cumbre de mentiras

tocar es ruido,

cascajal de púlpitos de soledad

junto a obras de arte.

La locura es una religión sin Dios.

La creación es intento

de parir la inmortalidad.

¡Maldecid, gritad y llorad!

que seréis arrastrados.

La culpa es expiada

por quienes empujan a despeñarse.

Los fuertes suben

serenos y tranquilos

en monolitos de rascacielos.

Los poderosos miran

y los demás bajan,

sin llegar al fondo.

No hay banderas en las chabolas.

El tótem lo puede todo

cuando la esencia flota en el umbral,

donde las conchas y caracolas

marcan la frontera de la esclavitud.

Cuando se deja de preguntar

es cuando surgen respuestas.

AMOR:

¡Crédulos de pacotilla!

El silencio os atormenta

cuando en la noche hay niebla

y el frío se hace hogar,

la lumbre enciende

hambres de pieles vecinas.

Yo os arropo.

Cuando relámpagos y truenos

amenacen tormenta

los valles inundan sus suelos

de hierba incandescente,

sin puertas ni ventanas

que cerrar.

Os escucho.

Miedo de hablar

porque mirar es poesía

y la mirada verso,

versura del alma,

cara a cara

con los ojos clavados

en pupilas de otro.

Os llamarán locos

quienes ahorcan con la norma

y sólo ven del contrato su reverso.

Necesito la música de vos sentimientos.

Si el alma no vuela, flota.

Si no corre, camina

sin ir a ningún lugar,

sólo llevado por el aire.

Volemos pues

y si llama sois

encendamos el corazón

a la vez que se incendia el Parnaso,

terrenal y celestial,

para no volver

a pisar serpientes

que repitan la Historia

cuando se alejan del final al fin.

La mercancía terrenal se hace inmensa

en la extensión infinita.

Abarca sueños,

presos de lo imponderable,

de lo tangible y rentable.

El sentido de la vida tiene un salario.

El verbo se conjuga en sindicatos

mientras que lo banal se cotiza.

La lujuria escancia existencia,

con marcas de yogur

o camisetas del Che,

playeras a juego

y empanadas de revolución.

Los besos se cubren

de un manto invisible

la palma de las manos

y el placer con sábanas

de día se hace pantalla

en forma de felicidad

anunciada en la radio

¿Quién da más?

Me esfumo en la subasta

de meteoros de letra impresa.

Entre renglón y renglón

y una falta de mirada.

Ortografía entre dedos

sin nadie que asga la mano.

Hay grietas

por las que se escapa la vida,

cuando se quiere coger.

POETAS DE POETAS

POETA:

Creí, que erais,

Amor y Muerte,

poseedores del Arcano

con respuestas definitivas.

Sois lo absoluto reducido a ser humano,

sollozo de cielo cubierto de mente.

Asomo los ojos al alba

y una línea etérea se difumina.

Habéis conspirado contra lo racional,

infiltrado el pensamiento humano,

llegados a estar incrustados al corazón.

Ya no sé qué es palabra y qué el aire.

¿Quién sopla cuándo surge el viento?

¿Es la ciencia?

No lo sé.

¿Cuál es la fórmula del Bien y el Mal?

¿Cuál la del laberinto?

Se sabe la del botijo

de barros aritméticos.

¿Cuál la de meandros

que encauzan la inspiración?

¿Quién es mar?

¿Quién naufraga en lo profundo?

¿Quién es luz?

¿Cuál es la imagen de la palabra?

¿Cuál la etiqueta de lo apalabrado?

¿Quién cumple?

Los nombres santifican los siglos,

los versos hieren la inocencia.

El actor sucumbe

entre Diderot y Stalivnasky.

Los adjetivos y demás signos

parodian tragedias

e interpretan vanidades.

Volvemos a lo inmediato

para caer una y otra vez

al infinito.

El principio de lo nuevo,

la salvación de resplandores

son ráfagas de recuerdos,

gritos y sombras.

Las ideas son función cerebral

ausentes de cualquier hazaña.

Las alas del Dragón

son miseria y salvación,

vuelan a glorias mundanas

y, a veces, a Dios.

¿Por qué cuanto más aspiro al cielo

más camino hacia el infierno?.

AMOR:

No soy el secreto que buscas,

ni velo que cubre las claves.

Carezco se símbolos

que atribuyen esotéricos

a ocultistas y arribistas del saber,

cuando fueron columna del Sapiens.

La semilla de un árbol

no se mide por su altura

sino en la esperanza del fruto.

Hay que esperar,

aprender a pararse

y contemplar.

Los ojos no cogen el agua del río,

no se mojan al verla.

Acompañan y dan sentido a su ser.

No hay dialéctica.

Vagamos expresión.

Hegel se vengó de la razón pura.

Transformó la poesía en prosa

¡Venganza! ¡venganza!

Sin lo pequeño no hay grande

y el ser humanos fue creado

y se escribió el Tao Te King.

Del Árbol de la Vida

salieron semillas de Apocalipsis.

Las biblias cobijan extraterrestres

y salvaciones impuras.

Las espadas florecen

y arden las mariposas.

¿Qué pasa?

Soy nieve cuando pienso en Dios,

charco cuando sumo y resto.

Con los salmos se derrite la noche

y los caminos se cierran.

Del ocho se pasa al seis

y del seis al veintitrés.

¡A las barricadas!

¡a las barricadas!

Vienen los herejes de la nueva era.

La victoria pende de versos

para ¡luchar y luchar!

Luchar aspesgados

contra Luzbel y Prometeo

que reducen las palabras a ritos.

No tiene principio ni fin

aquello que es más que silencio.

La falsa libertad marchita,

se pudren teorías conceptuales

que pasan hambre

entre listos que se corrompen

en el drama de Oriente y Occidente.

No hay diferencia,

sólo imitación,

máscara

y papeles jurídicos

que defienden el derecho de la tiranía

dentro de una Demo.

El discurso trascendente

enloquece las sintaxis.

La razón es pasto de llamas

cuando todos los caminos

conducen a la hoguera.

¡Miserere! ¡miserere!.

MUERTE:

 Nunca hablé fuera de la tumba.

Soy eco, yo también,

que retumba en corazones.

Es el eco de la mente,

indomable viento,

quisquillosa impertinente.

Si gritos lanzáis, lo mismo escucháis.

Las ráfagas de odio cargan las balas.

Todo delirio es concepto

de percepciones empíricas.

Los sentidos atacan lo real.

Arjuna siempre apunta con su arco

sin flecha ni diana.

Cupido dejó de existir ayer

porque la ciencia sabe su logaritmo.

San Cristóbal fue una falacia inventada

y salvó muchas vidas.

¿Es engañar una visión de vivir?

¿Qué llave abre las etéreas dimensiones?

La libertad escapa de paraísos mentales

y de los celestiales huye.

La existencia barniza cumbres

alrededor de hogueras

que son cuevas de vagabundo y pastor.

Demasiadas eternidades secretas.

Demasiadas borracheras de hastío.

Demasiados olvidos eternos

y eternidades bordadas.

Son indomables los jinetes del viento.

Ásperas las caricias infames.

Largo el destierro de los valientes,

de aquellos que cumplen códigos de honor.

Y visten de payasos

aquellos que fabrican circos.

El exceso de amor derrama misticismo.

Cuando se rompe el misterio todo se niega.

La duda es norte de baños de palabras

que giran sobre sí mismas

en la noria y el Tío Vivo

de la feria y el festín.

Que nadie olvide las comas de los comensales,

que ponen puntos en los testamentos.

Las cartas de amor no tienen ortografía,

aunque se diluya el vacío en el ser

o la química disuelva el espíritu.

La alquimia inventa el azafrán de los banquetes.

Al tercer día resucitó el Mesías

que reencarnó en profetas de Alá

y aterrizó el príncipe de las galaxias

mientras que Babai y Babaji

claman sus lenguas en las estanterías. 

POETA:

¡Se forman ejércitos de tantarantán!

Columnas de olor a incienso

tejen mallas que atrapan espejismos.

La materia es instante

¡Carpe diem! ¡Carpe diem!

Los segundos se aceleran,

la palabra hace de universo de la mente.

La poesía es real y ausente

y por birlibirloque desapareció.

Al principio fue el verso

y al final la verborrea.

¡Mil torres de Babel se anuncian!

las cotas de audiencia

¡Suenan las trompetas….

No, no … es el despertador.

Sombra y tiniebla

de la noche clara,

de antorcha que sirve de sol.

Hierve la sangre,

el alma se evapora.

Suenan los acordes de la guerra global.

La calderilla mata a los ricos y a los pobres.

El cisma de la indiferencia se acerca.

Los cuerpos desnudos se cubren de bandera

y se maquillan corazones con petróleo.

Los que tosen se uniforman

y los que escriben se afilian.

Cada instinto ancestral

es una posibilidad de vivir.

Volemos, pues, hacia arriba si soñamos

y hacia abajo si añoramos

sin haber arriba ni abajo.

Así es, volemos, volar y voladura

sin dejarnos caer,

que la muerte dé lugar

a que pueda el amor volar.

Son los versos escenas de amor y muerte

que se pueden filmar

para ver el alma

de un poeta que combate

con las manos de la metafísica.

Es el eco de la mente.

Es el eco de la mente.

La mente…

…es la mente y nada más,

una quimera que se hace real

entre la vida y la muerte.

Nada más.

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