Gotas de un canto son
¿qué son?
elegancia vestida de llamas.
Galopante en el cielo va
¿adónde va?
rincones de suspiros son.
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El ardor de la dulzura
será sueño de palacio,
bruma perenne
a la orilla del río,
niebla que se hace caricia.
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Demos vueltas sin parar
para hacer que el mundo gire
sin detener el baile,
que música que no se baila
es música que no sube al cielo.
.
.
En silencio he hablado
y gritado la hermosura
en una ausencia que es lago
con los juncos de ribera.
Engalanada de cisnes
es pedestal de los sueños,
trono de dulces poesías.
Besos de espuma
con una estrella mirada.
Cofre de guirnaldas infinitas,
huellas de eternidades rotas,
cortina de seda ante el umbral
sin tentaciones burdas.
Son las musas
cocineras de las rimas,
carne y hueso
de quimeras y versos.
.
.
Murmullos al final del camino,
mezcla de cantos y carcajadas.
Farolas cada vez más solas.
Demasiada hambre
que alimenta a los gusanos.
Y sobre una luz otra luz
a la que nadie se acerca.
.
Mientras que se prefieran
los techos al cielo
seguirán cerrándose sepulturas
y se parirán sombras
que eligen besos
antes que el naufragio
de un corazón puro.
Los charcos sustituirán
a los mares y galanteas,
los bolsillos llenos
a estrofas y versos.
Demasiada felicidad fatua,
demasiado viento sin aire.
.
Cuando ya no se vieron las hadas
ni tampoco trovadores
se abrió una puerta
y una señora sentada
apareció siempre en el mismo lugar,
siempre con el mismo gesto
el mismo ritmo de su respirar,
siempre esperando,
siempre con la sonrisa difusa.
Siempre, como lo es el amor.
.
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Vestida de trapos añejos y agujereados
fue reina de las vagabundas,
pétalo de flor cerrada,
aroma de nieve y verso,
comienzo de infinitos vallados.
El asfalto se hace alfombra a su pisar
de seda y algodón.
Porte de gestos y andares,
sauce a la orilla del río,
silencio que se mece,
vuelos de vencejos sobre la plaza.
Su mirada: una bola de cristal.
Su sombra la de un ciprés.
Cubierta de canosa plata
¡orgullo del viento!
sus vasallos los versos.
¡Estrella perenne de un cielo fugaz!
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Es difícil confesar lo inconfesable
y más lo es pecar.
Vergüenza da
ser inocente ante uno mismo
y dejar la mano extendida sin limosna
a la vera de un destino que se esconde.
Temí acercarme al fuego
y tiré al vagabundo de Kalil Gibrán,
cual soldadito de plomo a la calle
y salí corriendo sin bailar,
huyendo de tinieblas cobardes.
Las espigas crecen en el estiércol
y no fui capaz de coger el fruto prohibido.
Tirité de frío con nauseas de flaqueza.
¡Qué difícil es caminar sobre un sueño!
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A veces,
sólo a veces,
la vida es un misterio
que se quiere conocer.
Pero otras tantas veces
se conoce demasiado
y se prefiere ignorar.
Así, de esta manera,
se transforma
en un sí y un no.
Quizá éste sea el Sino
de todo Hombre que vive,
que a veces busca o huye.
A veces, sólo a veces,
la muerte es un deseo,
pero otras tantas veces
es miedo que espanta
y uno se tiene que rendir.
.
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Niña gitana
que corre y canta,
ríe y llora,
mira y pide.
Semilla de flor
y pétalos
llevados al viento.
Descalza y llanto
de gestos de piel.
Es lava de un volcán,
sombra de raza,
menuda y calé.
Cruza los charcos
y al mar disminuye
su horizonte y orilla.
De ojos negros
¿qué sabe de la Bolsa
y Wall Street?
No se pregunta
el sentido de la vida
porque es torrente
de vitalidad.
No ha leído
a Cervantes ni a Sakespeare
y nada sabe
de filosofías orientales
a no ser que su abuela inventa
adivinaciones y lecturas de manos
para ganar unos eurillos.
Tristezas canta el payo
con el corazón aullido
mientras que su gente baila.
Demasiados focos de folklore
y palmadas que callan la gracia.
La niña gitana es coro
de la plaza y de la calle.
Su madre pide pan
a quienes lavan sus lágrimas
con el hipócrita lujo.
Absurdidad y versos
en la verbena del Pacharán.
Revolución y retórica
de laberintos sintácticos.
Peldaños de misioneros,
escudo de gritos rebeldes
y doctrinas que mienten.
La niña gitana:
espejismo de letra y papel
¡palabras que ni el viento se lleva!
.
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Tengo sueños a raudales,
ilusiones infinitas.
El dinero me escasea
como a buen hombre sin ley.
Ayer, en vela, sin dormir
pasé la noche oscura,
manto de estrella y luna.
Hoy amanece,
vuelve la vida a brotar.
¡Qué alegre es mi palpitar!
con segundos para sembrar,
fruta y flores a recolectar.
Mañana es pues mi alimento
que fue ayer mi cicatriz,
el hoy mi casa, mi hogar.
El tiempo sabe a pecado
y el instante me aprisiona.
Eternidad y soledad
y entre ambas la amargura.
Navego en un velero
abierto sobre el horizonte
al que algunos llaman «Dios».
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.
¡Cuántos errores! Dios mío,
cuántos errores.
Uno tras otro
y al final de un error
el inicio de otro error.
¡Cuántos errores
que fueron horrores!
Pero he aprendido a salir
¡de tantos!
y a pedir perdón,
y a evitar equivocarme.
Miro hacia atrás
y una sombra
y una sonrisa vuelan
desde el más allá.
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Veo el palacio
con mirada de cristal,
envuelto en luces de cristal
y con alma de cristal.
En silencio.
.
Un corazón frágil
se incrusta en el aire,
se rodea de un aura
llena de sueños
y cuerpos astrales
y canciones de cristal.
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Tumbado en campos
de topacio ingrávido,
enamorado de amores
voy volando a cielos
de cristales rotos.
.
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Alguien llama a la puerta
¿Quién será?
¿El cartero real con una carta de amor?
¿La invitación a un banquete ceremonial?
¿Será acaso un ángel?
¿Una mujer enamorada de mí?
¿Un millonario que me deja su fortuna?
¿Será quizá un amigo?
¿Un payaso que me contrata para su circo?
¿Quién es?
¿Quién es?
¡Ah! es un mendigo que pide pan.
Entrad, entrad,
las puertas están abiertas
para que entre la luz.
Dice un refrán popular:
«Más vale pájaro en mano
que cientos volando«.
Replica un poeta al soñar:
Vale más pájaro en vuelo
que muchos enjaulados.
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CONVERSACIONES PROFUNDAS CON UN PIANO
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Una nota musical,
otra nota musical,
el piano suena ya
al compás de doña Blas.
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Una idea sin igual,
una idea singular,
el piano suena pues
al son de doña Inés.
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Un jilguero canta allí,
una flor nació aquí,
el piano suena, sí
al teclear de doña Anís.
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Un aniña va de gala
y la flauta le regalan,
el piano suena así
al ritmo de doña Solís.
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Una estrella se va al cielo
y una gota es del infierno,
el piano suena aquí,
al acorde de doña Gil.
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El piano sueña
¡sueña!
Una letra cambia
el concepto.
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Quiero danzar al son de tu silencio,
escuchar ajado el clarín de Luzbel
flor de fuente brotada por él,
agradarte y ausente alma lacia.
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Exquisitamente lejos, en Babel,
el seno argento es sol topacio
incrustado en oleajes de cansancio
aspiran sonsonajes de cascabel.
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Aún inmenso el dolor del alma impura,
el día se hace angosto de silencio
sin ondear banderas de mar de calma.
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Los suspiros diamantinos, en pecho
de horizontes, columnados de ramas,
hacen la oquedad allende mi lecho.
.
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Suenan, redoblan las campanas,
anuncian la aurora y el mañana.
Din don, don din don dan.
Miren la estrella con sotana.
Din don, dorín don dan.
.
Son mis pupilas campanadas,
hacen de mi alma una balada.
Din don, don din don dan.
Transforma a tu musa en una hada.
Din, don, dorín don dan.
.
Son mis risueños campanales
odas de ausentes rituales.
Din, don, don din don dan.
Mis canciones fraguas tonales.
Din don, dorín don dan.
..
Será mi cráneo un campanario
de caminos tan solitarios.
Din don, don din don dan.
Murmullos del lobo estepario.
Din don, dorín don dan.
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Id Hombres todos al destino,
es una brecha en el camino.
Din don, don din don dan.
Con antorchas le ilumino.
Din don, dorín don dan.
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Volad «mimusas» al Parnaso
donde la luz se bebe en vaso.
Din don, don din don dan.
Hay aquí estáis vos de paso.
Din don, dorín don dan.
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Tengo una idea soñadora,
vale una mirada a la aurora.
Din don don din don dan.
Cerrad la caja de Pandora.
Din don, dorín don dan.
.
Una esperanza brota hoy,
dadme la luna y ya me voy
din don, don din don dan.
Bronce de una canción yo soy.
Din don, dorín don dan.
.
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Escanciar el néctar de tus labios,
colmar tu fuente mirada, acrisolada,
en la copa corda de un sabio amor
que al herido verso haces balada.
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Saciar de instantes tu ausencia,
de mis manos los mimbres rozarán,
opalina esencia escondida,
de recuerdos mi alma rasgarás.
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¡Oh, musa! engalanada de auroras.
Musa de burbujas de algodón.
haces eterno el ahora y el después
¡crisantemo de pasión y verso!
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Eres alba de aureola almibarada,
meluza de onoquiles y delirios.
Transformas el océano en ser una ola,
verso derramado a la orilla del fuego azul.
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Raudo y veloz como el viento,
amapolas y contentos,
flores del campo,
flores del viento.
Escribiendo al fuego
cuartillas que son llamas,
mariposas y alas de viento.
¡Y cómo duele el alma!
cantos del alba.
Música es el camino,
de canciones el destino.
¡Campanas de oro,
mar con olas al viento!
huellas caídas sin sendero,
quizá de arena,
quizá en cemento.
Ver volar a cientos
y ser rico de momentos,
arena y espuma,
brisa y viento.
paseos a solas
y noches en vela.
.
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DIÁLOGO ENTRE ÉL Y ELLA
EL: Ni pájaros ni estrella
podrán volar tan altamente
como tú y yo cuando soñamos.
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ELLA: Ningún rincón del mundo
estará tan escondido
como tu recuerdo en mi alma.
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ÉL: Ni palacios ni catedrales
darán tanto cobijo
como el abrazo que nos dimos tú y yo.
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ELLA: Ningún día de mi vida
será tan exquisito
como estos momentos que paso contigo.
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ÉL: Ni trompetas ni violines
melodiarán tanto el aire
como la fusión de tus palabras y las mías.
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ELLA: Ningún aroma del bosque
tendrá tanta dulzura
como esas tus caricias que me estremecían.
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ÉL: Ni cielos ni infiernos
serán tan eternos
como el amor entre tú y yo.
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ELLA: Ningún poeta del planeta
escribirá tanta belleza
como esos tus versos que derriten corazón.
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ÉL: Ni ríos ni mares
saciarán tanta sed
como esos tus besos que nos dimos.
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ELLA: Ninguna distancia del Cosmos
dará tanto vértigo
como esa tu mirada que penetra al alma.
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ÉL: Ni montes ni valles
serán tan contrarios
como esos miedos que tuvimos tú y yo.
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ELLA: Ningún paisaje del campo
tendrá tantos horizonte
como ese sonrisa escondida que adivina tu amor.
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ÉL: Ni antes ni ahora
parirán tanta vida
como esos latidos que nos unen a los dos.
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ELLA: Ningún vagón del tren
viajará tantos caminos
como esos paseos bailando que hicimos los dos.
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ÉL: Ni hoy ni mañana
habrá tanta verdad
como esas mentiras que nos decíamos tú y yo.
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ELLA: Ninguna revolución de la Historia
dará tanta libertad
como esa unión eterna que nos hemos prometido tú y yo.
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CANTOS DEL TROVADOR
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Una vez vi una nube,
la quise tocar,
empezó a llorar.
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Voy caminando
caminos de arena
que no dejan huella.
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Las mariposas revolotean,
germinan las flores,
canta el trovador.
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Está mi sangre formada
por esos pétalos
de rojas amapolas.
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Son mis palabras
suspiros del viento.
Son mis palabras
llamas del amor.
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Cuando sonrío
amanece un nuevo día.
Cuando suspiro
navego en otro mundo.
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Tengo canciones muy bellas,
poesías bonitas
y rimas muy lindas.
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Carece de precio
mecerme en tus brazos.
¡Oh! bella azucena
marchitas en la guerra.
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Sangran mis ojos
derrítese mi alma
que yo sólo quiero
estrellas y cielos.
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¿Cuándo vendrán
las antorchas a alumbrar?
¿Cómo serán
las olas del amor?
¿Cuánto tiempo pasa
después de soñar?
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Yo quiero saber
que hace un rey
delante de otro rey.
Me siento rey
de horizontes,
rey del amor.
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Tengo un secreto
que yo sólo sé,
se lo contaré
a quien se acerque
la próxima vez:
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Hoy fue mañana,
hoy será ayer.
¿Qué será mañana?
¿Dónde está el ayer?
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Quiero ser trovador valiente
que vuele al presente
y traiga simiente.
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Cantos de color,
suspiros y versos,
ecos del Parnaso.
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