Érase una vez que logré salir de un laberinto que robó mi juventud.
Mientras que mi cerebro se descongelaba gotearon palabras,
que recogí en forma de versos.
Dudé de todo, incluso de mi propia duda.
.
Año 1986
.
.
Y uno
.
Y entre días escondidos
el azar encontró un destino.
Ya no queman las antorchas
para iluminar caminos.
Queda vivir
soledades de locura
ante el logaritmo de un final.
Siempre hay una meta
y es mejor llegar a ella
para mirar y recordar
sabiendo que eso es la vida,
cuando son horizontes
y las manos vacías
están llenas de bruma,
espesura del alma.
.
Somos respirar de un alma,
sin nombre ni vacío,
resplandor de conciencia
que esculpe las entrañas
para buscar por dentro,
buscar algo,
creo.
.
Encontré el Verbo,
un comienzo.
.
No hay salida al túnel del tiempo.
.
Estalla el alma:
Ciencia, metafísica y poesía.
*
*
Y dos
.
Suenan los cantos de la luna
durante la noche verde-azul.
El sol funde los días
que recorren el tiempo
y pasan los velos de luz
cerca del cielo.
.
Hay un no sé qué
que flota y besa el alma
entre expresiones
y versos.
Una lanza se clava
a orillas del Parnaso
y el alma se llena de sí misma.
Misterio es el Hombre,
acróbata de conceptos,
de creencias y de vida.
.
La luna llena
la nada llena
y es creación de la nada
vagabunda y altanera.
Surgen vientos de pasión,
susurran y acarician
lo inmediato y concreto,
lo visible y existente
y cierto
entre horizontes de ilusiones,
canto y polvo en el camino.
.
Maya se convierte en rey
de una red atrapadora
de presentes
que necesitan auroras y mares,
rimas y estrofas,
recordar, ver y soñar.
¡Tan fútil!
*
*
Y tres
.
Dardos envenenados tras la cortina
de alquitrán y nicotina.
.
Cien, son cien los que se duermen
tras la cortina gris de humo.
.
Fueron soldados del alba al amanecer
los que esnifaron las noches,
viajan al Apocalipsis
y vuelven al Paraíso.
.
Ir y venir, y mientras tanto esperar,
que la anciana mendiga pan
y lo demás son ladrillos,
balsas, ladridos y orquestas.
.
Ya llega la enhorabuena del runrún,
pues tocó la lotería
y un coche arranca
para volver al rincón.
A no sé adónde van,
pero algunos ganan
dividendos y divisores,
cuadrados y al cubo,
entre líneas la espiral,
brillo y destellos.
.
Todo tiene un sentido
direccional y recto:
del sacro al chakra pineal,
del Ida al Píngala,
de la fe al Kundalini,
de la autopista a la razón,
de la autopsia a la pista
y usmear:
Tiempo-templo-tiemblo.
*
*
Y cuatro
.
Callar en los altares
y poesía de cristal,
calidoscopio azul
que lo dice todo.
.
Se ahogaron,
sinopsis más,
sintaxis menos.
.
Reflejos de luz.
Una manilla,
dos manillares,
destornillador.
tuerca y tornillo.
.
Construcción mental,
gramáticos e instituciones,
intuición pata entender
los fueros de la teología.
El Arquitecto
construye signos.
Buda, Dios y Alá
son creencias y razón.
.
Ser inhumano
es lo humano del ser.
Soy:
primera persona
y presente del verbo ser
y es el ser.
.
Destrucción de la poesía
en descomposiciones compuestas,
juego y palabras
que buscan lo verdadero
en el viento pasajero.
.
El instinto huye
y fluye
y se aprisiona.
Los versos gritan,
pero no vuelven.
*
*
Y cinco
.
¡Oh reina celeste!
del corazón y el alma.
Alfombra de espuma
y protectora de mil infiernos.
Reina del cuerpo
y del espíritu sangrante.
Es el centro de lo eterno,
de donde emanan
efluvios de cielo,
llamaradas de oración
y llamas de amor
y llamadas.
Un instinto nebuloso
robado por el celuloide
que atrapa conceptos y amores,
risas e historias.
Queda vivir,
a ciegas,
soñando
y a veces recordar.
.
El amor es la única
realidad del alma
en columnas de cristal
sin techo ni suelo.
Flotante.
Aquello que no se atrapa,
que no se hace imagen
nadie lo puede robar
porque es la nada del alma.
*
*
Y seis
.
Esbirros de la conciencia
duermen en metáforas imperfectas.
El silencio es cómplice y cobarde.
Por eso la noche calla.
El placer grita silencio de soledad.
Mañana no existe
y el presente dinamita lo pasado,
pero el estallido permanece.
Los guardianes de lo oculto
conspiran contra la libertad
inventada, diseñada, poetizada.
La vida antipoética genera poesía.
No es un sueño lo que permanece.
La letra es un pastel de tinta
y los versos se generan a sí mismos,
entre soberbia y locura de exilio.
La dictadura de pensar es avalancha.
Los estúpidos se hacen verdugos
de comparsas para la superstición,
coartada de mercaderes de gestos.
Demasiados jueces
para ningún reo.
Las cárceles de la libertad están vacías.
Todo lo llenan las luces de colores,
las sombras bailan tenues
y el ritmo lo arranca todo:
sueños y sueños,
aún por dormir.
Vuelvo a empezar
y erase una vez
un camino lindo
en el que pasear
detiene el tiempo.
Los pájaros cantan,
los pasos escuchan
y la lagartija aparece,
pero hay que volver
y esconderse.
Demasiado cuento,
demasiado cuento
sin nadie que clame a dios.
*
*
Y siete
.
He tragado saliva
que no se ha bebido un beso.
Aún se atragante mi sangre
con aire de quereres
que ya no respiro
y ni siquiera transpiro
con amores de mil sueños.
Queda buscar el destino,
amar belleza
con la imagen de placer
y ser arte
con las copas de mojel
cuando queman al brindar.
.
Bebí del amor,
embriagado de cenizas
que un viento se llevó.
Se incinera la muerte
y cabalgan los caballos
del Apocalipsis
para acompañar al son
a cada una de las almas
tal cuales ellas son
llamas de guerra y hambre,
de enfermedad y muerte
que salen al alma y vomitan.
Y yo que no me tragué aquel beso
¡qué tonto fui!
.
Vale más la apología a lo vil
que un desamor.
Las víctimas de la metafísica
no cuentan en el cómputo de lo tangible.
La inercia ahoga la esperanza
y hunde las fragatas de horizonte.
Apuntalan las leyendas
en desguaces de una realidad
que gira y se olvida.
El amor no da vueltas ni se va,
queda la flor marchita
de cuyas semillas penden
pétalos para sembrar
nidos de sol y recuerdo.
Tal vez las palabras caigan
queriendo explicar
la belleza en el desván.
Colgados en el tiempo
se oxidan manivelas del arte.
Pende la vida
que sobrevive a la vida,
sobre un hilo de nube
que llueve gotas de azar.
*
*
Y ocho
.
Qué triste mirada
la de la pastora
del cuadro.
.
Qué sucio está el lienzo
perdido en el tiempo,
caído en el desván.
.
Así los momentos
naufragan al pasar,
se fueron y se va.
.
Y yo que quisiera
poder recordar
intento tan sólo mirar.
.
Danzan los flautines,
voltean flecos
en la noche dispuesta a estallar.
.
Estrenan algarabías,
pinceladas de soñar.
A la orilla se derrite el mar.
.
Despertar
para andar
y seguir a aquello que se va.
.
Es un rostro
que acaricia lo eterno,
anuncia amaneceres inciertos.
Los colores se hacen aire,
las formas diluyen la mirada
ante el amor que fenece.
Queda la media noche
a un lado de las campanillas
donde la lógica
bucea en un manantial.
*
*
Y nueve
.
Déjate sentir,
busca qué es lo que sientes
y nunca te sientes en el lugar
que dicen que es el espíritu.
Expresa tus versos
sin verterlos al festín
de postrimerías clavadas
en espejos de prosperidad.
.
Deja que fluyan los días
y mirar de reojo
la pupila de los versos.
¡Déjate fluir!
*
*
Y diez
.
Ya no quedan sirenas en el alma
ni pinceladas al alba
que den colores al cristal.
Los sueños se hacen piedras
y de las piedras estatuas
para ir al abismo de lo real.
Las princesas se desnudan,
el encanto se hace sexo.
No quedan caminos para cabalgar,
no hay espadas con las que jugar
ni molinos a los que enfrentar.
Todo es real.
El licor se hace veneno.
No quedan amapolas
ni estrellas a las que mirar
porque todo es real.
La salud es una trampa
y caen las notas
en la orquesta del dragón.
No soñaré con ser un príncipe azul
porque las sirenas se han ahogado
en el mar, ¡en el mar!
sí, en el mar y en la mar,
y los mares meran
sin que flote el cielo
sobre sus aguas y ondinas.
*
*
Y once
.
He cumplido con un destino
sin estar escrito.
He tenido que inventar
nuevas palabras
y sentidos
para llegar al final.
He tenido que borrar
y borrar porque los sueños
quedan dormidos
cuando ya no hay despertar.
Todo duerme y espera.
El silencio se ha dormido.
En silencio.
*
*
Y doce
.
EL CAMPANARIO
.
Las campanas del silencio
redoblan el ayer,
y los días de historia se callan.
Las palomas siguen fieles
a su campanario
impertérrito y erguido.
Todo cambia a su alrededor
y el musgo cada vez lo cubre más.
Se fue el campanero, se fue
y le miran los recuerdos.
Todo cambió a su alrededor,
pero él seguirá mañana
con sus campanas
al sonar,
con sus palomas
y a lo lejos palomares
y seguirá el silencio
con la cruz en lo más alto.
Nadie redobla
porque nadie vive para siempre,
sino en lo pasajero.
Queda el silencio
sin trajines
que perturben la paz.
Desde una ventana me quiero acercar,
acurrucarme en su estampa,
sólida que emerge
como lanza del tiempo
que escucha el susurro del aire
y el sonar de las campanas
calladas, inmóviles.
Con su sonido late el corazón
también de quienes no creen en Dios.
*
*
Y trece
.
En la tarde una guinda
en la guinda un color
y dulzura de sabor.
Una vela, una ilusión
de regalos y deseos.
Un brindis del tiempo
y burbujas de hojalata.
.
Un día sonará la puerta
sin que nadie haya llamado.
La fiesta es la fiesta
y hay que olvidar.
.
Feliz cumpleaños,
feliz, feliz.
Bailemos cuando podamos
para no dejar huellas
que vuelen al destino.
Perder es lo mejor
para encontrar ternura,
cariño y encuentros.
Lo demás que lo inventen
los fabricantes de héroes.
*
*
Y catorce
.
Prepara.
Pretensión.
Predestinador.
Pregunta.
.
El pretérito y el futuro se han separado,
los trozos de presente embelesan
cuando las palabras lo dicen todo
y los astrólogos adivinan
porqué se rompe el cielo.
La noche es transparente,
cada vez más,
y la razón una farsa
de aquellos que inventan verdades.
Los sujetos se alían a los predicados
para adjetivar la sabiduría de Wittgestein
sin saber ni leer.
Delirios y la locura son negocios,
el trabajo atadura sin pasión.
La fuente de cristal se ha roto,
sus chorros de diamante
emanan callejones sin salida
en esquinas de agua,
brillo de luz y alcoba.
Perdura lo transparente
en la opacidad de la mina
mientras que la luz
y el sol se miman
a la espera de que estalle
el tiempo a borbotones
cuando brote lo eterno.
Se rompe la fuente de cristal,
sus aguas trozos de mármol son
caídos al recuerdo
y aquello que fue un sueño
yace en mil pedazos.
Los besos no son transparentes,
ni de colores,
ni de besos.
.
El agua dejó de manar
y es preciso un mango
para empujar.
Huele a centeno
y a tierra húmeda
pues recordar
trozos de vivir.
No hay enigma,
no hay misterio
tal que un puzzle
de piezas infinitas
invisibles
y fuera de las fórmulas.
Ni se cree ni se crea
bajo las metáforas que perduran
y sobre saltan en visiones.
.
Persiste,
persigue,
presagia.
Premonición.
*
*
Y quince
.
Se acabó.
La vida se ha ido
dejando el tiempo
entre las manos.
Se escurrió la aurora
y las estrellas volaron.
Mezquitas y catedrales
guardan lo eterno,
tan efímero y fugaz
que nada queda
en los corazones emigrados.
.
Un canario ha cruzado el océano
encerrado en una jaula.
Los extraterrestres invaden las mentiras.
¡No hay piedad ni siquiera en lo falso!
Los dramaturgos bailan sambas
y los hombres de bien usan caretas.
Se acabó.
Ya no sigo una vida perdida,
busco olvidar
para encontrar lo que olvidé:
una noche de Mayo
a la luz de un escaparate
a cuyo reflejo no dejo de amar.
Fue un sueño, silueta de mujer.
Se apagaron las luces.
Los coches volvieron
con sus motores.
Busqué
y fueron versos
lo que encontré.
.
El olvido está entre líneas
la nostalgia no se puede coger.
Dejemos que los peces de colores
sigan atravesando barreras invisibles.
Cuando el agua se derrama
la pecera se ha roto.
Cuando el corazón se hace pedazos
los peces de colores mueren.
¿Será por eso que en los mares no hay peceras
ni en los barcos marineros que lloren?
*
*
Y dieciséis
.
Es la hora,
la que marca el reloj.
No hay otra.
*
*
Y diecisiete
.
Ya no cantan las cigarras,
no cantan ya
dormidas como están
en el cuento de la hormiga.

Los ruiseñores han dejado de volar,
no vuelven, ni trinan en la ventana.
Sólo queda el tic tac del reloj,
el motor de algún coche,
ronronea la nevera
y el bullicio de la calle.
El silencio está enfermo.
Sudan las madrugadas,
en las pisadas que retumban.
¡Ya no cantan las cigarras!
han vencido los del hormigón.
Quedan cantares
que se hacen silencio
en hormigueros de plata.
No fabricaré poemas,
ni un ahorro de recuerdos,
no amontonaré sueños,
ni cargaré con utopías.
Cantaré, cantaré y cantaré.
Aun derrotado ¡cantaré!
*
*
Y dieciocho
.
Pasarán los días y la noches
y las aguas de los sueños arderán.
Cantarán las palomas mensajeras
sin que nadie escuche su volar.
Entre tanto una flor en el camino,
un trago en la fuente
sin que sea domingo
y es un día cualquiera
de cualquier vagabundo.
Al final de la poesía
volverán a sonar las teclas
y los clientes llegarán al portal
sin que me atreva a decir:
¡soy poeta!
poeta y cobarde.
Tengo que seguir escondiéndome
de los demás y de mí,
sin saber decir:
¡vamos a pasear juntos!
La puerta está quieta
y yo también.
Por ella pasan los días,
uno tras otro,
y yo también.
¿Cuántos sueños la atraviesan?
Miles tal vez.
Y aún sigue el arpa en su rincón oscuro
y las cartas de amor mecidas en el olvido.
.
Todos creen que hago números
y cuentas en el regazo laboral,
pero estoy gritando, en silencio
y me río con cara de mal humor.
Cuando suene la sirena cerraré los archivos
para pasear hasta mi hogar
y durante el trayecto
seré vagabundo de ciudad,
cobarde, mezquino y falso
a pesar de ser un honrado ciudadano
un buen marido y vecino
que paga sus impuestos.
Hasta que un día me levante
y lea mis poemas a los cuatro vientos,
y reparta mis versos entre la clientela
y enseñaré mis rimas a los jefes.
Espero, ¡estoy esperando!
a que llegue ese día.
Y volver al parque con Aurora,
a jugar al ratón y al gato,
al escondite con los niños
y apagar el televisor.
No quiero jubilarme,
más bien enloquecer.
pero no es fácil,
¡hasta los versos quedan
atrapados en el papel!
*
*
Y diecinueve
.
Érase una vez
unos caballitos de cartón
que daban vueltas sin parar
alrededor de un violín.
Cuando la música sonó
dejaron de cabalgar en el Tío Vivo
y se pusieron a danzar.
Galoparon sin cesar
flotando en el aire
sin llegar a ningún lugar.
Uno es el caballo Tristán
que visita a los poetas
y se alimenta de versos.
Todos esperan, un día,
volver a juntarse
para girar en torno al violín
callado y cubierto de polvo.
Los caballos de cartón
flotan al trotar
sin ir a ningún lugar.
.
Cuando recuerdo la niñez
yo también espero
volver a mi violín callado,
y escribo flotando,
sin ir a ningún lugar.
Cuando voy a la feria
me acuerdo de cuando,
hace poco, fui un niño
y monto en un caballo de cartón
dando vueltas sin parar
en forma de poemas sin escribir.
*
*
Y veinte
.
Esperar
y al fondo un murmullo.
Es el espacio recorrido
por payasos y acróbatas
lo que hay que saltar.
.
Un salto mortal
y el hombre.
.
Se levanta el telón
y empieza el montaje,
pero hay que esperar.
La fe es piel desnuda
sin galas ni mascarillas.
.
Quiero creer,
engañada la palabra.
*
*
Y veintiuno
.
¡Que vengan!
que vengan las amapolas
que voy a saltar las praderas,
a correr por los rincones.
Voy a hacer apología de la idiotez
y a reírme de todo
porque es ¡tan fugaz!
que sólo perdura la risa
y lo que no es risa es llanto
y el que ríe no mama,
por eso hay tantos mamones
que se dan codazos
y coletazos.
¡Que vengan!
que vengan y me encuentren
rodeado de amapolas blancas
y saltando por encima de una madriguera.
.
Érase una vez un idiota
que soy yo
¡ja, ja, ja, ja,!
¡Qué risa!
que risa …
*
*
Y veintidos
.
Érase una vez
el cuento de los cuentos
que para contar
tengo que inventar:
personajes que vuelan,
milagros que son dones,
moralejas medidas al compás
con canciones risueñas.
.
¿Qué pasa con los cuentos
que no viven más allá de la niñez?
Por más que lo intento
ya no sueño con Peter Pan,
ni a Blancanieves espero,
no quiero pelearme con el lobo
ni ver volar un elefante.
Vinieron los números,
las notas y acentos,
afluentes y fichas,
moluscos y los etruscos,
el dibujo de un retrato,
los enlaces de electrones.
pero también se fueron,
sin pena ni gloria.
Luego vino el reloj,
la cascada de timbres,
llamadas y reuniones.
.
Hay un sonido de fondo
que lo une todo
y quiero jugar al corro de la patata,
a pica y a dola,
al rescate y a las bolas.
Mientras tanto paseo,
esperando
imbele conmigo mismo
y los demás.
.
¿Dónde la furia de mi niñez?
Creí en los héroes de los cuentos,
peleé con Andrés y con Javier
y creí saberlo todo,
hasta que se derrumbaron las nubes.
Estoy esperando,
esperando algo
que no sé lo que es,
un amor, un sentido,
una pasión
aunque sea con dolor.
.
Espero al hada madrina,
al amigo de los cuentos,
el final feliz de las historias
que hoy soy yo
quien las tiene que contar:
érase una vez,
en un lugar muy lejano
que existía un rey,
se casó con la princesa
y fueron felices.
.
Érase una vez,
en la tierra del ayer
el niño que quiso ser rey,
princesa su mujer
y, al menos, no ser infeliz.
.
Érase una vez,
una vez llena de versos
entre lo cuales
creció la luz del alba.
.
Y otra vez a empezar,
érase una vez
y otro cuento otra vez.