.

.

La noche se viste de blanco,

telas orladas de amapolas blancas.

Aullidos desnudan la aurora

y la sinrazón se hace eco.

.

De luz firmamentos bordan el alba.

Resuenan corazones y burlas

cuando los párpados caen.

Sucumbe el telón de la piedad

para que actúen los magos.

.

Hay una cueva de estrellas,

un lago de vuelos,

olas de sueños

donde las perseidas navegan.

.

El cráter de la vida se abre

y se estremecen los ruiseñores

mientras que vuelan las golondrinas.

.

El amor respira conciertos

de primavera,

florecen pensiles

y flota el verso.

.

Los ojos planean sobre el recuerdo.

Se marchan las amapolas

sin dejar el rastro.

Huellas de ayer y hoy,

huellas invisibles

de mañanas inciertas.

*

*

Javier Marín Aráez

Para convertir el miedo

en surcos de silencio.

Las manadas siguen moviéndose

con la tarantela

en lugares inciertos,

inhóspitos a la conciencia.

La oscuridad se hace madre

sin conquistas ni conquibus.

Los chupacirios andan

y regatean la virtud

a las puertas entreabiertas.

Los rayos del Olimpo

fulminan las fratrías,

los jismeros inmaduros gambetean

e inhalan aromas de amaranto.

Se dibujan las caricias

entre soberbia y codicia.

Ya no se clavan estacas,

pero los corazones se incrustan

en almas que vuelan al raso.

La belleza del momento

recoge partituras

de alimento al fuego,

ave del tiempo,

para escapar al más allá.

Más allá de la nada.

*

*

No lloréis en el lamento de la sepultura,

ni finjamos unidos lo que ignoramos

fuera de lo terrenal.

Bailemos en la dimensión poética,

al son de la muerte

y que las sonrisas se lancen al Averno,

porque apagaremos el fuego y la luz.

Ya no valen para nada los catervarios

en un mundo de metal y frío.

.

La aljaba está vacía,

mientras, las manos de Arjuna

sangran y Eva ha desnudado

la caspia para sembrar

nuevos paraísos,

celestes y terrenales.

Marcianos y calaveras

atraviesan la imagen del confort,

algaba de farolas y rascacielos,

montones de basura y cibernética.

.

Suena misericorde

la campana del Apocalipsis

en los templos hueros,

sin columnas ni bóvedas.

La caída está cerca,

pero el levantamiento

del alma tiene un precio:

amar y amar,

libertad y libertad

y si no que todo siga como está.

.

Los mortales tienen un lugar en el olvido

y los creyentes adoran espejismos rotos

Flotan jinetes y fantasmas,

naves voladoras y mitos gamados.

Es la verbena del caranganal.

Y si no hay amor y libertad

¡venga entonces la poesía!

para dibujar quimeras

y escribir palabras que lloren versos.

Ha nacido un niño en el hospital,

un nuevo llanto se suma

¡a la verbena y al verbo!

*

*

Mi poesía no se rinde.

¡No se rinde!

No dejaré que la devoren

los chacales del destino,

ni que sea humillada

con desprecios de cartón.

.

Salvaré mis rimas de los titiriteros de estrofas

y, aunque llueve cada vez que gotea el alma,

en palabras esculpo letras sin sentido.

Seguiré arrancando metáforas al aire

para poner herraduras al Cosmos,

porque el camino es largo

y las huellas de nadie.

Van a las puertas del infinito.

.

¡No dejaré que mis palabras se entierren!

¡ni que se apolillen!

y defenderé la sinrazón de seguir escondido

entre silencios de porcelana,

entre renglón y renglón,

entre la aurora y el día,

entre la ola y la barca.

.

Entre el recuerdo y el sueño: un amor.

Entre el olvido y el sol: una pausa.

El incienso de poemas rotos

huele a muerto.

Descanse en paz la libertad.

*

*

He preguntado por Dios

y me ha respondido la pradera

llena de cruces y espadas.

En cada esquina un símbolo

y garabatos llenos

de explicaciones indigestas.

Los locos de Dios están vacíos,

de sí mismos y de los demás.

¡Oh! ¡Esclavos de mensajes divinos

y de dioses que escupen sangre!

¡Dios!

¿qué pasa? ¿Abracalabra?

Los adoradores de templos

se someten a su miseria mundana

y gritan palabras huecas que retumban.

Sus doctrinas espurrean los cerebros de laberinto

porque no ven a Dios mas que en batallas fugaces,

estalla en ellas la hondura

que se cubre con banderas intrascendentes.

No creen en el más allá del más allá,

porque sólo miran a los muros

que crecen frente a sus ojos,

ciegos de ideas y amor.

Hay locos del silencio

que lloran las imposturas,

ríen y lloran,

pero las almas de hierro

con sus manos de pistola

tampoco ven: son despiadadas.

¡Gritan y asesinan!

no crean mundos universales

sino espejismo que verberan.

El fanatismo destruye la vida

y lo que queda del alma.

El dinero también.

 *

*

He aspirado a lo más alto

y llegando al cielo de las risas ebrias

me encuentro en los rincones de la nada,

donde el arte y la vida se cruzan.

He construido un castillo de aire

que se ha llenado de piedras del camino

y de plumas de cisnes que vuelan

y de aliento que respiran

los labios de una rosa blanca.

.

Cae el lamento al alma

y forma ondas expansivas

que se hacen versos,

entre tanto las palabras se derriten.

¡La sangre del alma se llama «poesía»!

Transcurre entre los apriscos de sueños.

*

*

Del barro y la azuela ha surgido la forma

y del aire con plumas las luces que vuelan.

Ya no cantan las cigarras,

no trisa la golondrina

ni crotoran las cigüeñas

del campanario.

Ya no baila la avutarda.

.

Son las doce en el reloj de la noche

y las once y las diez,

de la mañana y de la noche,

porque el tiempo se ha parado

en las páginas de lo sacramental.

El símbolo se transforma en máscara,

las oraciones son fumata blanca

de incendios de alma.

.

«¡Socorro!» gritan las neuronas ateas

y calladamente viene una nube densa

de pasiones e incertidumbres.

Advierte y profetiza la auruspicina.

Otra vez los brazos de lanza amenazan.

Otra vez hay que mentir

para que sobrevivan los Estados.

.

Una bomba no vale más de cien vidas

y mueren millones de seres al estallar el hambre.

Brota la desolación y las «armas en pena».

Acechan al barro íntimo del ser Hombre.

Se abren las puertas de un nuevo Edén,

pero caen las miradas que se dirigen al cielo.

.

¡Cuidado mi ruiseñor!

que fuera del aire las balas se cruzan

y unas con otras tejen la historia,

sin dejar que las redes atrapen la aurora.

 *

*

Cristina Núñez

¡Y la luz!

para que florezcan anocheceres blancos.

Y llantos para cantar «penas en gloria».

Se han caído los pétalos de las azucenas

en el viento de Abril.

Las aguas del corazón arrastran pesadillas

y laten recuerdos de sobremesas de estío.

Un silencio de cristal se rompe,

el tiempo da vueltas sobre sí mismo.

*

*

Huellas del viento me llaman

y sangran lágrimas las mariposas.

El corazón se hace eco de las catacumbas

porque las cruces desfilan

entre claves secretas y huecas.

La vaciedad del ser se hace leyenda

entre «el ser y la nada»

y «el tiempo y el ser» .

Y nace de nuevo la Historia

abriéndose paso entre el estiércol.

Las flores huelen a chamusquina,

a balas y tratados de paz.

La catinga forma nubes

que se alimentan de inmolaciones.

Se fabrican Apocalipsis de plástico y cartón,

se venden salvaciones extraterrestres,

pero el hambre, pertinaz, gime

en gestos y arrugas

aplastadas por las botas que bailan,

por las voces que murmuran

y, sin embargo, hay esperanza.

Esperanza para vivir y ser uno mismo.

Esperanza para escribir aromas y versos,

porque un niño se columpia en el parque

y se ríe cuando un señor le saca la lengua,

y llora cuando se cae.

Vale la pena mirar, aunque sea al tendido,

sin intermediarios ni negocios interpuestos

que hacen de la palabra exégesis a su antojo.

Las cuchillas se afilan y las plumas blanden.

La Mahabarata es siempre la misma,

sea el Corán, o en los Vedas, Cábala o Biblia,

razón o ciencia, Wittgenstein o Kierkegaard.

parnasos y edenes se dibujan en las dioramas

y la otra cara es la realidad:

la misma imagen,

el mismo amor que se repite

en las hoyadas de la vida,

desde el amor de Menelao

al de Forrest Gump.

*

*

Vencerán los versos

en las noches de amor,

y palomas mensajeras

llevarán sonrisas al corazón.

No dejaremos que arrastren la conciencia

ni que entierren al espíritu rebelde.

Siempre hay caminos que volar

con luces, con libertad.

La garrocha no puede

ensangrentar a las palabras

y sin embargo con la voz

se erosionan las mentiras,

pero también las verdades.

Y se escarmienta a los locos con el desprecio.

Vamos, amigo, a ser sinceros

para desnudar al Verbo y sentir la vida.

*

*

Estocadas y puyas

atormentan la cabeza

y dañan al cielo.

Las letras dan vueltas

y los objetos se aplanan

mientras que el cerebro

quiere estallar.

Martillos invisibles golpean

para dar forma y volumen al dolor.

Las espadas atraviesan el grito,

los ojos empujan el cráneo.

Dolor, dolor.

¡Dolor! y dolor.

*

*

Peregrinos de libertad

sombras son de primaveras inquietas

en las que hay flores que vuelan.

Vagan las nubes

de las lluvias de colores por caer

y los cielos se surcan

mientras que se desertizan los versos.

.

¡Hogueras de estrofas que no se publican!

La nieve se derrite

en los rincones del alma.

Suenan los cascajos,

los arlequines ríen y lloran

al mismo tiempo que la polvareda se hace humo.

.

Los secadales se abren

en las manos rotas del labrador

que, soledoso, busca raíces de plata

y encuentra sopas, vino y pan.

Al otro lado de la cratícula

cabalgan los señoritos

que siguen el rastro del Grial.

.

Las anagramas esotéricas construyen gavias

y cruces gamadas y engalanadas.

Las hoces y los martillos se han fundido,

pero queda la esperanza de no volver.

Y vivir, siempre vivir.

¡Pûtot la vie!

Vivir y vivir,

como lo hace el recuerdo

roto del chamán.

.

Han traído las razones y las noticias

aquellos que soñaron con saber,

cuando la locura se llevó el sentimiento.

Queda la tángana entre matorrales de llamas.

.

Los tambores de guerra suenan en la lejanía

porque la paz está cerca del cielo

y allí se juntan las miradas vagabundas

cuando los besos disparan caricias y amores.

*

*

He llorado tu nombre

¡tu nombre!

Pérgola de lágrimas y pétalos

capaces de guardar amores,

eternidades perdidas

y promesas pasajeras.

He llorado tu nombre

y he cantado solo

¡con mi guitarra!

.

Con mi perro provago el sendero

y he querido sentir la dicha imposible

¡imposible!

Pero volveré a empezar

y un ramo de viento

¡de viento!

llevaré a tu alcoba

otra vez.

¡Otra vez!

Para llorar a tus pies

y sonreír juntos

mirando a las estrellas.

*

*

Quedó lejos la algarada

al caer silencio y hervir la noche.

Pintan conceptos los taumaturgos

para dar sentido a la alquimia

en tanto que el corueta

se transforma en funcionario.

Nietzsche se cegó por culpa de Selene,

quiso usar la razón para leer los Vedas.

La ciencia embaluma los estantes,

forja arcángeles que dan forma al vacío.

Mientras, la tierra se mueve

¡gira sobre sí misma!

Danza alrededor del sol,

dialoga enloquecida con los astrólogos

que recomiendan los contornos de la creencia.

Los puños han dejado de gritar

y la sandez se hace razón de Estado

porque las revoluciones han terminado.

Las utopías se han convertido en zurretas

y las risas estremecen las conciencias.

Se ha devaluado el pensamiento,

queda la expresión, no más,

perdida a los cuatro vientos.

¡Si volviera Antonin Artaud!

gritaría ¡gritaría y gritaría!

más allá del escenario,

donde se disecan los sueños.

*

*

Arragadas las palabras en la mente

espigajos son de verdades sin principios.

Atisbos de utopías resecas

estremecen el corazón de los rapsodas.

La ciencia no necesita cánticos

porque las fórmulas explican todo.

Los negocios funcionan

y hacen del verbo comercio terrenal.

El predicado se hace carne y dinero

y el papel en blanco no vale nada.

Los colores del arco iris se apagan.

A la vez en los libros escurre tinta

que los bólidos del arte desparraman.

La noche está llena de manillas,

los silencios fúnebres se clavan en el aire.

Escribir vale una luna

y, sin embargo, es la vida de un alma

que late entre sollozos

para buscar el arco de Robin Hood.

Aunque se han quemado las leyendas del bosque

vale la pena volver a intentar ser libre,

aunque sea luchando contra la comodidad.

Palabras ¡algaradas son contra el silencio!

*

*

¿Cómo escribir sin auroras

y contar la alegría del abrazo amigo,

si lo que vive se explaya

al mismo tiempo que recorre

la piel de la vida?

Pero cuando beben los poros,

entonces, hay poesía

en la oscuridad del amor,

y sangre en los sueños que flotan

y danzan entre los dedos

para acariciar el sentir de los versos.

Miguel Ángel Castro Merino

de un paraíso racional y sincero,

porque en la poesía se piensa,

más de lo que cree

y deduce la lógica.

La premisa se siente

cuando es la intuición que brota

entre el saber y la rima,

de la metáfora sin norte.

*

*

He dejado un poema escrito en el aire.

He lanzado mi aliento para respirar amores

y recorrer unos pasos invisibles.

Quiero seguir la estela de la nada,

de belleza sin par que una vez pasó.

Recorro caminos que desvanecieron

porque esa imagen no existe,

es otra realidad.

Respiro metáforas imperfectas

en las que mi alma navega

y en ellas bailan las sirenas.

¡Si volviera a nacer sería aire!

aire y viento, y brisa y huracanes.

Me abrazaría a «Ella» convertido en eternidad,

porque su belleza está incrustada en el aire,

sus pasos, que respiro, sellan la inmortalidad

y sus gestos, y su mirada,

y su oreja perfectamente modelada,

y sus cabellos de cascada,

y su nariz esculpida,

y sus hombros tan bonitos,

y sus andares de reina,

y su boquita galamera,

y su rostro de pizpita,

y sus manitas de ala

¡y sus gestos!

¡y sus miradas!

¡0h! ¡oh! son auroras

de luces sempiternas.

 *

*

Arambeles que cuelgan de los sueños

construyen la verania de la noche.

¡Nocturnidad y alevosía para luchar!

que no queda tiempo para cabalgar.

Nos persiguen los cuatro jinetes

con el nimbo roto

y coronan sus rostros tapados.

Los catoptromantes miran asustados

al descubrirse a sí mismos

y mercerizan los pensamientos

con que tejen aristas

de cristal y azufre

en jaulas de cartón y fe.

Las hogueras hacen símbolos

y los símbolos fuego

y el fuego teatro

y el teatro realidad

y lo real simulacro

y luego sangre

y luego nada

y luego se olvida

y luego…

luego plus ultra.

Duermen los sueños.

*

*

Se deforman los conceptos

y las creencias emergen.

¡Preocupantemente!

Pensar es un vafo

que busca el cielo

porque la luz mira al horizonte

y los astros se engalanan

con jocalias y esmeraldas.

La luna monta sobre el alcaraván

y se viste con un cambray

en el que se pintan amores

¡amores sin sabores!

La negrura está cerca,

junto a los nigromantes

y profetas de la Nueva Era.

Los hombres caminan despacio

pero dejan huellas

de norte a sur.

El espíritu se hace carne de cañón

y entonces aflora la camándula.

No hay razón que valga,

ni práctica ni pura,

ni idealismo ni pasión.

Sólo la ardentía de los mares

ilumina los corazones.

Volar no deja rastro,

por eso las aves emigran

y los hombres reptan la Historia,

de norte a sur,

de Oriente a Occidente.

La bruma de los mares está cerca.

*

*

Despegaron las pasiones terrenales

para llegar a palacios lúgubres

donde las cataratas se clavan en el tiempo,

al cual Heidegger desveló.

El tiempo no deja huellas tras de sí,

sino semblante

con heridas y cicatrices,

arrugas y surcos,

arroyuelos y diamantes.

Cada segundo es un alacrán

y la vida se engulle a sí misma

para vivir y vivir,

sin tiempo.

Kant insiste en que nosotros le creamos

y luego lo creemos.

Un laberinto de neuronas y sinapsis

hace del recuerdo una favila

y de los sueños cíngaros.

La seroja tapa las huellas

y no deja ver las garambainas

ni las volteretas mortales

que se dan sobre acueductos

de plástico y fibra.

Las prisas gulusmean la existencia,

pero los curanderos de los anuncios

y los armarios de sensaciones compradas

ofrecen nepente para que el frío se borre

y se hagan oraciones de tragafees.

Todo se pierde en distancias abismales

y nunca se llega a la guájara

porque hay que amasar la vida,

heñir el tiempo

sin dejar huellas,

y ver que fermente la conciencia

para comer el pan de ser

y beber vino del Ser.

*

*

He seguido las huellas del amor,

he buscado mis huellas en el mar

y encuentro una dirección sin norte,

una brújula cuyo indicador da vueltas

y un verso, de norte a sur, que desvaría:

S

e

.

h

a

.

z

a

f

a

d

o

.

l

o

.

d

i

m

e

n

s

i

o

n

a

l

.

                                               de la evolución y el arte.

.

.

.

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Huellas de norte a sur por Ramiro Pinto se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento-SinObraDerivada 3.0 Unported.
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