Quiero pisar horizontes,
viajar sin descanso
y luchar sin tregua hasta el final.
Quiero ver lo invisible
y hacer lo imposible
en la ruta de los enamorados
adonde sólo se llega cabalgando
en la Estrella de los Vientos.
*
Llevo una piedra de la montaña,
una flor, un camino,
el viento que sopló en tu cara,
ideas para hablar
y un trozo de noche que guardo en la mirada.
Un rayo de sol en forma de beso,
una nube y el vuelo de un pájaro.
Y poesías de pétalos que no se ven.
*
La princesa de aire juega en los sueños
y canta delirios que no se atrapan.
De ojos claros,
que parecen apunto de llorar,
resplandor de marfil es sonrisa fugaz.
Volcán de estrellas,
así son las muecas que han de navegar
en el arco iris del aura.
Semblante de nácar
y manos de cera,
son sus cabellos racimos de sol.
Mas el aire que respire
mi alma en princesa lo ha de transformar.
*
Me han chupado la sangre del alma
que son mis palabras.
No puedo vivir sin el latido de crear.
Cuando han succionado mi existencia
sólo queda la muerte
en el llanto de la vida
y lloro abriendo venas de alma,
esperando al otro lado de la vida.
Si está vacío ¡lo llenen mis palabras!
y si está lleno ¿qué Dios me ampare?.
No existe… el amparo.
*
Sorbo a sorbo,
con la música del bar,
una parcela del alma se inunda.
Bailo con la copa de mistela
al ritmo del ¡charlestón!
Toda decadencia tiene su melodía.
Su dorado resplandor refleja mis sombras.
Llegué a creer que estaba en un barco
de borrachos que ven con el alma y el cuerpo.
La copa se rompió, se resbaló el alma
con un corazón agrietado.
Te quiero ¡oh mistela!.
*
Deshojando la margarita
voy gritando en el camino:
sí me quiere,
no me quiere.
Sí, no…. sí, no,
sí, me quiere,
no me quiere.
¡No puedo arrancar el último pétalo!
no lo puedo arrancar,
y así es el amor: un Sino.
Destino que determina nuestras vidas
y no lo puedo arrancar.
En el último pétalo hay un sí y hay un no.
Es el camino. No es un sí, no es un no.
Es el Sino que recorre la existencia.
La margarita es la flor de la vida
y Margarita el nombre de una ilusión.
*
Semillas de amor
¡ que sean espigas!
que ya sembré flores,
preámbulos de poemas,
raíces y olas de sol
para versos que tienen hambre.
*
Espero tu carta,
que es el eco de silencios,
que retumba de momentos.
Quiero respirar sueños,
ahogado de tanta espera
para soñar y sentir
el resplandor de tu piel
incandescente.
Cien días llevo
y cien noches
en la estación,
a la espera de una carta.
De Correos ya me echaron
por quedarme sin desvelo.
Y se ríen de mí.
Mi alma gotea lágrimas de locura,
delirios de versos,
enigmas de amor
y esnifo pinchazos
de un dolor secreto.
La juventud se pasa, lo sé.
Y que otros gritaron en las barricadas:
¡no pasarán!
y nada pasó,
y se esfumaron nuestras noches clandestinas.
Cristalina piel,
escultura de tarlatana
sin que deje que tu piel se arrugue,
porque mis caricias esculpirán tu belleza
y mis besos van a erosionar el paso del tiempo.
Mis palabras se llevarán las canas
y envejeceremos nunca.
….. espero tu carta
naufragando en olas de vino y coñac.
¿Qué trozo de cielo falta para colocarte a ti?
*
La pecera se ha roto,
las fragancias se apagan
y el barco se hunde.
Un resplandor,
una chispa que se enciende.
Todo destino es un destierro,
Dharma y Karma,
Tao y Ying.
Mantras y equilibrios:
la mente estalla
y se profanan los conceptos.
La vida se queda en la cuneta.
Lo absoluto es relativo
y lo relativo también.
No sé, no sé.
.
.
.