Cuando el humo se congela
aparecen los versos.
El amor es amor
al soñarte.
El recuerdo hace amar,
aun no volvamos a pasear juntos,
como dos juncos
y aun no volviéndote a ver
ni estar más a tu lado
me basta saber que un día te vi.
Y tú seguirás tu camino,
yo el mío
y, tal vez, nos volvamos a ver
en otros mares
inciertos de oleajes,
acuarelas de colores.
*
Una gota de rocío,
el amanecer salpica,
el niño que corre
a orillas del mar,
así son tus gestos
que juegan y embellecen.
Tus años aumentan tu niñez,
de sonrisa estrellada,
mirada sirena,
dulces palabras
que se hacen recuerdos,
mezcla de sueño
y brisa, horizonte amable.
Late el amor
con los quereres del alba.
Adiós a los amores inciertos,
versos y poemas
se hacen columnas
de palacios transparentes.
La palabra construye almas.
Almas de cristal
de palabras inconclusas.
*
Cuerpo de espuma,
besos de cristal.
Derramada en la boca
eres cascada.
Zambulles el aliento
en caricias de volares.
Manos de gaviota
zurces el mar,
el mar,
a hiladas de golondrinas
en la plaza llena
de esquivos y versos.
Tu mirada es estrella,
reflejos mecidos,
huella del aire,
burbuja de petunias
y duendes que sonríen.
Mi piel construye sueños,
esculpe geranios
de colores
y cada vez que sonríes,
cada vez que me miras,
cada vez que te sueño,
cada vez que no estás
mi alma se evapora.
En la nube solos:
tú y yo.
Sé que no existes,
pero eres de verdad.
*
Ya no existe el tiempo,
se va.
Sólo lo eterno permanece,
junto a la mentira
hecha versos,
más allá de fronteras
sin palabras ni poemas
que no sean tu nombre.
Aunque no sepa cuál
es fantasía y un parasueño
fundido el ocaso a Eolo
en un recuerdo
de quimeras escondidas.
No existe el ayer,
sí la rima y la leyenda,
grito y silencio,
libertad y pasión,
versura del tiempo.
Y, sin embargo, te amo.
*
Mi cuerpo es tuyo
sumergido en vasos rojos
translúcida el alma.
Brindemos cuerpo a cuerpo,
alma con alma
queriéndote amar.
Cada beso una semilla,
cada caricia un camino,
gesto de sueño,
deseo de miel.
El alma llena
composturas irreales,
se viste de ti,
abrazada y querida,
madriguera de clavel,
beber el instante
con lamentos y olvidos.
¡Qué fugaz es lo eterno
cuando se rompe la poesía!
*
Ya no hay amor,
ya no hay amor,
sólo tus besos,
sólo tus besos.
Ya no hay amor,
hay tus caricias,
tu cuerpo de luz,
tú eres amor.
Mis labios se derriten,
viertes tus mejillas
en laderas del sol.
Llueven besos
que se hacen versos
en tormentas de pasión
para regar quimeras
en sementeras de silencios,
de silencios,
y flores que bailan.
Sólo existe el amor,
solo existe.
Lo demás el resto.
*
Formamos un lazo
a la vida y al amor.
El tiempo duele
cuando la herida
arranca tu ausencia.
Siembro lo eterno
con poemas rotos,
rotos de auroras,
asomado al balcón
con vencejos
que patinan el cielo
y surcan la mirada.
Volveré a empezar
para olvidar el final.
Todo termina,
menos la muerte,
ella sólo comienza,
cuando nacemos.
*
Viento sobre el que cabalgar,
línea abierta en el sendero,
el tiempo estalla
cuando se espera al viento.
Y el aire se hace pasión,
escultura de un delirio
que incierto desemboca
más allá del pensamiento.
Eres cielo de una sombra
donde se esculpe la aurora.
*
Ya sólo respiro gestos,
me alimento de ver
pasar la gente.
La distancia es abismo
que hace dulce a los mares.
Espuma y almizcle
en el roce caluroso
de las calles vaciadas.
Un suspiro,
un suspiro se hace brisa,
un suspiro que se esculpe
es la palabra.
Palabra.
*
Eres distancia y lejura,
horizonte a la orilla del mar.
Montaña y duende,
pradera y sueño,
primavera y amapolas.
Te persiguen gaviotas y delfines,
cual ola con la que el viento juega,
hogar de las sirenas,
corazón de los poetas.
Ilusión de Oriente,
choque de Occidente,
amor y concepto,
ola del cuerpo,
ola del mar.
Eres beso.
Amor y beso.
Eres ternura.
Amar y verso
del alma versura.
*
Los besos serán «bersos«
y cada verso un «Veso«.
Vanidades ahogadas,
silencios de amores,
marchitan las nubes
de rebaños que alumbran.
Ya no hay quereres,
ni amaneceres.
Sólo el tic tac del reloj,
el teatro de las sombras
y, cuando pase la noche,
ser habrá parado.
*
Trenzan las aguas
con hilos de nubarrones
en una tarde de lluvia
en el cuadro sombría
y en el reflejo fría.
Junto a la ventana
el recuerdo de las cartas
que tú me escribías.
Y en cada gota
un trozo de mar
y un poco de río.
Cada gota de lluvia
pétalo del tiempo
en un cofre de sirenas
cuando la luna es de miel
y en el fondo del arca
el arco iris de papel,
puerto de atardeceres grises.
En cada palabra un gesto.
*
Hilos de sombras
tejen olivos,
viajes de amor
y de olvidos olvidados.
Arranca el alma tu adiós,
se agrieta el espacio,
las estrellas se fabrican
con sombras chinescas
y con cuentos de encantos
y amores escondidos.
No queda la magia,
ni majestuosidad.
Quedan las ruinas
y horóscopos de latón.
*
¿Qué le queda al Hombre
en el Paraíso terrenal?
Sin frutos prohibidos
¿qué nos queda?.
Higiene y geometría
para matar al alma
y prohibir el fruto de ser humano.
El confort lo perfora todo,
úlceras de trabajo y llanto,
dolor invisible,
muchedumbres de hartazgo
cuando yo quiero tragos de alma,
amarga o dulce
¡qué mas da!
pero quiero alma,
alma de sol y luna,
de incandescentes formas.
Y lucharé, lucharé
¡porque tengo alma!.
*
¿Adónde vas?
que no sé si miento,
sincero y farsante
entre el instante y lo eterno.
Tan sólo soñar,
perdido y naufragio,
sandalias de mar.
Descalzo voy al amar.
¿Adónde vas,
si en los versos no hay alas?
Hay alelíes y jazmines
escritos en ramilletes de letras,
en auroras que se tocan al mirar
y aromas de recuerdos y olvidos.
*
A de quien de cuyo nombre no quiero acordarme.
Que bueno es vivir luchando y morir en paz,
como aquel que vivió loco y murió cuerdo,
lujo del recuerdo,
cantinela animosa y gestos de bella faz.
En la muerte desemboca el pasado,
incansable sendero de largas andaduras,
montes y llanuras,
recuerdos por siempre añorados.
Quiero incrustar en alma inmortal
a no muera y descanse recorriendo
cada rincón. Yendo
de eternidades lujosas a la vida total.
Morir es el broche de ciernes momentos
perdidos en recovecos al descender.
Quiere así prender
el espíritu alegre y contento.
*
Quiero impregnarme del verdor
de tus hojas en las ramas,
perennes, caducas… verdes.
La hierba, los tallos tan tiernos
alfombras parecen de Dios
envueltas de cielo, de albor.
Quiero pegarme al cielo
de tonos azules que son
las aves que vienen y van
al vuelo que hacen al son.
Lazos en el aire, espirales,
trinares que van al cielo.
Quiero recordar, borracho,
el amarillo de otoño
de aquellas tardes hastiadas.
Inundarme de llanto
que hace cascada y sacia la sed
en un paraje cuyo sonido es la paz.
Quiero olvidar hoy mis gritos
clamados ayer con pasión,
efervescencia del alma
que sangra a la orilla del mar.
El rojo tupido que excita
es flor de amapola marchita.
Quiero recorrer andando
esos grisáceos caminos,
senderos pisados, hollados, caídos
con huellas de tantos otros
que el polvo es barniz y tiempo
de aquilados pies cuyas alas vuelan.
….
Quiero ser del aire polen,
cabalgar con las princesas
de los cuentos que no escucho.
Las hadas que alumbran la luz,
blancor de azucena es la perla
que adorna caricias el rostro.
Quiero trepar muchos troncos,
soportales de altas cúpulas
erigidas como olas que bailan
en praderas, profundas y alamedas
que son torres naturales clavadas
en el destierro y el destino.
Pero quiero, sobre todo,
ser verde de las praderas,
de los bosques,
de los montes.
Verde de vida y sarmiento
que desliza la pupila
sobre un rayo de esperanza.
*
Amo, como la abeja ama las flores,
y las flores embellecen a las musas
que, flotando, engalanan mis dolores.
Voy a hacer del néctar, tus labios, un palacio.
De la ambrosía de tus senos un gran sueño,
tu piel en nacarada cubrirá el sol topacio.
Tus caricias son mi alma, eco del Parnaso,
arrogante vestido. Te haré de mis palabras
¡oh, bella! frenesí, canción tras el ocaso.
Tan sólo eres sino que asciende y desciende,
valladares de los cielos ¡puerta del infierno!
chispa de un verso que ama y al alma prende.
*
No. Ya no quiero mentir más.
La poesía es una mentira
de la siempre larga vida.
No, ya no quiero mentir más,
que los versos hacen ciertas
a las falsas realidades
y mis rimas son mentiras
de una ausente realidad.
Ya no quiero mentir más,
me conformo con los versos
de la vida que me toca.
Si mis rimas y mis versos
no germinan ni florecen
¿para qué vas a leerlos tú?.
¿Habré vivido mentiras
o habré muerto en la mentira?
Tengo miedo a la derrota
del poeta que hoy se agota.
Si la poesía no vence hoy,
decid ¿quién será el vencedor?
*
Sí, quiero
Juntos, hasta que la muerte nos separe.
Que largo parece y a un paso está la vida…
de la muerte.
Que largo camino, que corto destino,
que noches contigo. Que días pensando en ti,
grata mujer.
Cuando no sepamos qué decirnos, tú y yo.
Cuando ya sepamos el uno del otro
¿qué te diré?
¿Qué te diré al conocer ya tu respuesta?
¿Qué te diré al saber cada hora de ti?
Que te amo, amor.
¿Qué silencio ahoga esas nuestras palabras?
¿Qué es el silencio que entre tú y yo se impone?
Eso es amor.
¿Cuál es el lugar donde habrá de florecer?
¿Cuál el cántaro que lo ha de recoger?
¿Tal vez la eternidad?
*
Voy a sembrar una flor que no marchite,
una fruta que al comerla me dé hambre.
Voy a nadar un río que nunca se quite,
ahogarme en lo más profundo del Hombre.
He de volar, más allá de no sé donde,
volveré a buscar lo que encontré hoy en mi alma.
Soñar para que mi espíritu ronde,
¡oh, vida! inventar una vez más mi ser.
¡Ay! saltando de estrella a estrella… a estrella.
Acariciar cielos de humo
y arrastrar el remolino hacia ella.
¿Es mi vida átomo de una eternidad?
¿Es mi alma eslabón de lo absoluto?
Todo son… momentos de soledad.
*
En la noche oscura y profunda,
dejo vagar a lo más hondo de lo oscuro,
adonde el alma se hace voz latente
y perfora la sombra de este mundo.
Partiré en busca de un rincón que Laura,
Laura, ocupó en Sevilla.
Distinta, amarga, con piel de león,
pasea al compás del corazón… ¡chiquilla!.
Un gato atraviesa el tejado en lo alto,
los tiestos adornan los patios de sol,
la flor transparente arranca mi tacto.
¡Cuánta palabra asoma en lo bello!.
¡Cuánta alegría palpita en mi alma-alma-alma!.
Cuánta ausencia al acordarme de Ella.
*
Voy a hacer un castillo de aire con aire en el aire,
para una princesa de aire para el aire al aire.
Sueños que son aire, para volar al aire aire,
flotar en nubes de aire, desde el aire ante el aire.
Un rayo de luz quiero escalar y llegar a Dios,
zambullirme en una flor cuyo aroma es sed.
Navegar en el rocío que al llanto del amanecer
escribe palabras llevadas al viento.
Las razones se alejan, exiliadas a un rincón.
Sentimientos perdidos mendigan,
percepciones engañadas huyen.
Lo demás es fe, inspiración, tal vez un rincón.
¡¡Al aire lanzaré un grito que se incruste al aire.
El aire tiene un secreto contra el aire, de aire.
Con aire hilaré el futuro, con átomos de aire.
De aire lleno mi alma, cuyos rincones son aire!!
*
Vienen y van las gaviotas sobre el mar.
¡Cuánto tiempo hace que no busco de mí!
Canciones que se cantan me hacen soñar
y al ritmo de leer veo a Selma Carami.
Los pequeños momentos sugieren
eternidades perdidas en sueños.
Eternidad y vacío se quieren
como semilla y flor en la pradera.
No te asusten lugares angostos,
la luz es fuerte donde bebe el alma,
la brisa impulsa hacia el horizonte.
Cada rincón es un choque entre dos muros.
Cada trago de alma un chorro de calma.
Cada acto rebelde un paso ¿hacia dónde?
Las palabras son gotas derretidas del alma,
huellas de la vida que dejamos en el camino
polvoroso, nunca recto, recorrido en calma,
abrasado de silencio al grito del destino.
Dejo expandir las velas de mi gran yo velero
impulsado así por la fuerza de la brisa
que susurra, airada, el eco de una sonrisa,
ditirambos, sentencias, son huellas del sendero.
Navega mi yo velero de un buen horizonte
a un rincón escondido sin lugar, ¡a Caronte!
Lejos, sin buscar otra cosa que la lejanía.
Cerca encontramos sólo notas de melancolía.
Pequeño es el mar para una gotita sedienta,
bello el volar de una gaviota, que me afrenta
de olas arrebatadas a los rincones del mar
donde bucean sirenas que buscan a quien amar.
*
Cualquier espacio del alma es femenino
por donde el verso corre su camino.
Todo sueño es de carne y hueso,
esculpido en el brotar de un beso.
Una sonrisa ¡volcán del alma!
La mujer es sustancia sutil
envuelta y adornada en su grácil
contorno sobre la arena solar.
¡Una ola ha parido a orillas del mar!
Palabras, ¡huracanes del alma!
Lanzado al abismo de una espiral
encuentro soñando un pez de coral.
Huye del sol la belleza quimera,
le canto a ella, flor de primavera.
Un beso, ¡remolino del alma!
Calidoscópicas ilusiones
inspiran marinas canciones.
Niña y suelta. Profunda y cercana
es un latido, sueño y nana.
Caricias, ¡terremoto del alma!
De rincones el alma es formado,
moléculas que forman el hado.
Siendo del tren la vida un vagón
la caída del alma es un redolón.
Una ausencia, ¡naufragio del alma!.
¿Como romper con poesía
barrotes que forma el poeta?
Piares de gorriones suenan,
trinares que hacen bailar,
cantares de lejanía
que acercan el camino.
Picotean las migajas,
las ramas revolotean
y el gran secreto revelan
a quien sepa comprender.
Presencia la escena el alba,
demencia del paseante
es locura la fe del poeta
si se acerca a escuchar.
Columpios mecen al niño,
collares engalanan faces,
columbas zigzaguean el cielo
en reductos escondidos.
Mañana será una ilusión,
campanas el sueño de hoy.
Lozana la madrugada
anuncia la eternidad.
Viene volando
al deslizar del aire
patinando en las pupilas,
flotar es recuerdo galán.
La letra inspirada es
que quien pierda la juventud
pierde también lo eterno
que del instante es libertad.
Si ves volar a un vencejo
síguelo con la mirada,
contemplando desde el balcón
como cosen al aire el cielo.
Su vuelo son las columnas
de palabras inconclusas.