LAS FLORES SE ABREN AL AMANECER
Las flores se abren al amanecer…
los sueños al anochecer.
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Hubo un tiempo en el que al pensar en una chica no dormí.
Ha pasado el tiempo, el mucho tiempo,
y al abrir una carpeta polvorienta
encontré estos versos y sonreí.
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I Parte
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CANTOS A LA REINA
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Caminas sobre el mar
y ondulas tus pisadas
en la estela marina,
pasos de olas
recorren caminos,
pasear con tu brillo,
aroma de luz,
es navegar al son
en las huellas de oleaje.
.
¡Qué elegancia caminar sobre la espuma!
de piel aterciopelada,
de hilos de oro cubierta,
que uno a uno cubren tu piel blanca.
.
Guardas en tus labios el atardecer
y en tus dientes estrellas de cielo y mar.
Son tus manchas lunares
reflejos de tu caraluna.
Tus gestos amanecen
y en el brillo de tus ojos iluminas la sonrisa.
Sopla el viento entre tus manos
y tus labios praderas verdes
¡esmeraldas de Oriente
y esperanza!
.
Fue la belleza encarcelada en versos
y los lienzos la hicieron prisionera
y en la torre de los sueños
escondieron cuentos de quimeras.
Fue tu rostro quien liberó lo bello
y hace real la hermosura.
Es tu faz Olimpo,
adonde Venus habita
y en lo más profundo del amor
reencarnas a Cleopatra, al mito.
Son tus facciones Parnaso de las Musas,
belleza hecha mujer.
Reina, la única reina.
¡Oh, reina!
*
*
¿Qué son tus momentos,
gotas del tiempo
que envenenan el alma?
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¿Qué tu recuerdo,
agua de fuente
que bebe alma
y riega el amor?
.
Soñándote, el alma es más alma,
espejo donde aparece tu aura.
Es tu distancia camino de horizontes,
y el sendero se hace quimera
para acercar el lienzo
de horizonte en horizonte.
.
Tus manos gráciles,
donde bailan los cigarros
y se transforman en humo
para convertirse en nubes
y tus roces gotas de lluvia.
.
¿Qué son tus palabras,
himnos celestes,
que elevan el alma
y perdonan los pecados?
.
¿Es tu ausencia,
eternidad dormida?.
Atrapa el alma
y ahuyenta tu presencia.
.
¡Oh, reina!
*
*
El aire que respira mi alma
se llama Olaire
y que mis versos perfumen el aire
y se llamen Olaire.
El aroma poético destila esencia
del aire Olaire
y la fragancia de palabras
coronan el ser tu aire de reina.
.
La fuerza que esculpe metáforas
se llama Olaiento.
Escribo poemas en hojas
que lleva el viento,
transformando el otoño en invierno
y la primavera en verano.
La brisa es tu aliento,
Céfiro tu suspiro
y Eolo tu compañero.
¡Oh, reina!
.
El llanto de tu recuerdo
germina canto
y mis lágrimas rocío
que cubren el alma
y se llaman Olaígrimas.
Y cada una es río,
lago, mar,
océano, nube,
oasis, fuente,
tormenta,
manantial y charco,
una ola.
Mi alma gotea,
gota a gota
olas de ti,
¡olaígrimas de tu amor!
.
Y me duele la distancia
en gritos de Olay.
Es en la lejanía donde cabe ese amor
que se llama Olahay
y habita en ese sueño Olahí
que es ¡una ola de los vientos!
.
Es un amor de dos,
dos horizontes unidos
en la mirada ciega,
vacía y sin sentido
que se llena de ti.
Son distancia y lejanía
que laten deseo.
.
Olay suspira mi alma.
Olhay hay en mi alma.
Olahí, lugar del alma.
El pasado es recuerdo,
se llama Olaire.
El presente momentos,
se llaman Olay.
El futuro un sueño,
Olai.
¡Oh, reina!
*
*
Quiero decirlo,
inundando de palabras tu mirada,
derritiendo caricias con tus gestos.
Adivinar mis canciones con tu sonrisa,
descubrir qué respira tu asombro,
besar mi boca tu boca
en una pompa infinita
y mis manos en tu lecho
enjugando la garganta tu cuello.
Deslizar mis manos
en el balaustre de algodón,
de blanca piel
y acariciar mis pómulos tus mejillas,
enredar los dedos en tus cabellos,
coger con mi fuerza tu cuerpo
gritar tu nombre,
asir tus manos
y en el fondo los corales
sin caer más al mundo
y no estrellar el abismo
fuera de la ventana sin vida.
.
Quiero decirlo,
cara a cara,
alma con alma,
mundo frente mundo.
.
Quiero decírtelo
al escribir mis palabras
en tus pupilas de cuento,
porque mis versos
serán ritmo
cuando tú los mires.
.
¡Oh, reina!
*
*
Me hiciste soñar realidades
que fuiste capaz de crear
y en los sueños te pude ver,
sólo en ellos te toqué,
sueño que pude soñar.
Entre sueños dejaste
pinceladas de marfil.
Sólo sueño
¡y tan real!
Alojaste mi sueño en tu rostro
y tu cara fue nube.
.
Soñé la piedra
que cayó escondida
sobre un cristal
y se hizo espejo
en una cueva,
sin saber que fueron sueños.
Sé que estás en algún lugar
y seguiré tu rastro,
para buscar entre líneas
y macetas de lodo.
Recorreré almas
y mundos para encontrar tus huellas
y entraré en el palacio de tu oquedad.
.
Cuando te sueño te amo,
cuando te amo te sueño.
.
El amor es un sueño de la realidad
porque soñar es real,
¡tan real!
que sólo puedo construir paredes
con ladrillos de versos
para hacer la escalinata
que me lleve a ti.
¡Oh, reina!
*
*
Sólo puedo versar
para acercar a los sueños
las ondinas de arco iris.
.
Y tuve que marchar al mar
recorrer la montaña
y llegar a Colunga
para poder pintar
la figura de tu ser.
Eres altar de quimeras,
de calidoscopios el color,
fruta de bocado digno.
.
Caminos de arañazos de seda
entresueños de rutas invisibles.
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Laberintos con eternidades rotas,
en largos meandros de azufre.
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Verso a beso en la ladera,
adoquines de nenúfares,
pie con pie
construyo la alcoba flotante.
La poesía sale al balcón,
recorre grutas goteadas
de cal y mármoles agrietados.
Grabo en la cueva
aquello que duerme,
laureles del corazón
y jimelgas de un naufragio.
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¡Oh, reina!
*
*
Dos más dos pueden ser dos,
dos más dos puede ser uno,
dos más dos son infinito
cuando son dos horizontes
aquellos que se suman.
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Hay una poesía que se hace con números
y es el número de tu teléfono,
es el número del portal de tu casa,
del autobús que me acerca a tu barrio,
de los días que faltan para verte.
.
Por eso hay verso pitagóricos,
poesía matemática,
con métrica exacta
cada vez que te veo.
Eres ecuación de mil incógnitas
y el número que más se acerca a ti
es aquel que supera el infinito.
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¡Oh, reina!.
*
*
Existe lo que te miro,
y nada más.
Lo que te escucho,
lo que te sueño,
lo que te amo,
lo que te escribo,
aunque no existas.
No hay palabras para vos.
No se escriben
¡hay que parirlas!
y cuando tu las veas serán
latidos inverosímiles
fecundadoras del alma.
Tu distancia es embarazo
de vuelos rasantes.
Cada recuerdo un volteo,
hambre de soledades quietas.
Tus recorridos estelas
que manan chorros de amor
y gritan tu nombre.
.
¡Oh, reina!
*
*
Estallará mi alma de tan inmensa belleza
desbordada la capacidad de sentir.
¡Que estalle! que no puedo más.
Belleza que forja el sufrimiento
de ser temporal y espacio.
Tu visión aplastó mi alma
y aterricé en Colunga
para volar con las gaviotas
y en su rasura
captar la locura
de tu hermosura.
No puedo más,
la belleza barrena el alma,
gotea sangre de estrellas
y quiero que explote mi alma.
¡Que salte la corteza cerebral!
y ocupe cada partícula del paisaje.
El ruido de la explosión,
silencio de una mirada
inscrita bajo tu nombre.
Luces y campanadas
¡es la feria de arlequines!
de cascabeles que ruedan
y hojas de jara en la lumbre.
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¡Oh reina!
*
*
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II Parte
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CANTOS DE LIBERTAD
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Canción del mi «castillo de aire»
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Mi casa son altas cumbres,
el viento es mi bandera,
allá donde va el viento,
allá va mi alma
que cabalga en el viento.
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El sol es mi hoguera,
la lámpara las estrellas,
la luna mi espejo,
paredes el horizonte.
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Mi casa son altas cumbres
¡el viento es mi bandera!
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¡Mi corazón son campanas!
redoblan en el silencio.
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Mi puerta son los caminos,
ventanas son las montañas.
Pajarillos son los sueños
que nacen en primavera.
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Mi casa son altas cumbres
¡el viento es mi bandera!
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Mi casa pintada de flores
adorna miradas,
adorna tus sueños.
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Mi casa son altas cumbres
¡el viento es mi bandera!
.
Mi casa transforma en reyes
a quien lo quiera entender.
Mi casa es un trono de reinas
para quien sabe soñar.
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Mi casa son altas cumbres
¡el viento es mi bandera!
.
Castillos de aire que vuelan.
Castillos que hay que habitar.
Castillos de aire ,
que cuando se mueven,
¡son viento de la libertad!
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Mi casa son altas cumbres,
el viento es mi bandera,
allá, donde va el viento
allá va mi alma
¡que cabalga en el viento!
*
*
El camino es la casa del solitario
sin puertas y sin ventanas.
El balcón una mirada,
La entrada el mismo camino
en el que entra y sale la vida.
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¡Ventana es el peregrino
y la puerta es el camino!
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De riqueza
y posesión
las huellas
de polvo
y barro.
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La sombra es espejo opaco,
el reflejo su reloj,
de caricia la cuneta
y de destino seguir
para grabar su cara en el tiempo.
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Y con la sombra a cuestas
habla, canta y camina
el danzante de olvidos
que chamulla la palabra cortijera1
para hacer notas de celofán.
La piedra, una vecina.
Su amante, un lugar.
De hambre, la sed.
De alimento algo de vino.
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La sombra,
es la sombra
¡recuerdo de un peregrino!
*
*
Mi alma quiere volar,
mi corazón gritar
de alegría y de dolor
que se mezclan
con el miedo y la esperanza.
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¿Por qué tan cerca la muerte?
Y tan distante a la vez,
como Ella.
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Se entreteje,
la vida y la muerte,
el amor y el olvido
en un tapiz
cuyos hilos son arroyos
y entre puntada y puntada
lo que vino y se fue.
.
Inmerso en la fiebre,
deliro versos inconexos,
tiemblan las manos.
El sudor se hace cascada,
el pecho volcán,
el consuelo óxido
y la barca un oasis
entre palmeras huecas
y alfombrillas que vuelan.
.
El siguiente paso se ha de dar,
quiero ser pisada,
fósil del futuro.
¡Quiero vivir,
seguir viviendo!
porque aún hay caminos.
*
*
Ese trozo de mar,
ese trozo de mar es el que yo quiero,
ese que cabe en la mirada,
el que tan grande es
y tan pequeño a la vez.
Grandura de horizonte,
pequeñez de la gota salada.
.
Ese trozo de mar es el que yo me llevo.
Lo llevaré en la mirada,
sin comprarlo ni robarlo.
Ese que se evapora en recuerdo.
Que es calor de mi alma,
mirada de rayo luzalma
que atrapa su ser.
.
Ese trozo de mar
que sólo yo he visto,
y solo.
Ese que llevo
¡me lo llevo!
¡Y lo voy a guardar en la mirada!
*
*
¿Por qué no más loco?
y no sólo lo que permite la razón.
¿Por qué he de volver?
si deseo quedarme a orillas del mar.
.
¿Por qué deja de llover tan pronto?
cuando me gusta correr bajo la lluvia.
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¿Por qué lanzo piedras al mar?
saltando como estoy tan alegre.
.
¿Por qué preguntar?
si las respuestas están grabadas en el corazón
.
¿Por qué no juega nadie conmigo
a coger copos de nieve
cuando no existe la nieve?
Sólo se cogen estando quieta la mano,
para no espantar su figura.
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Nieve es la libertad,
un camino de ida y vuelta,
dos senderos diferentes
en el mismo caminar.
Allá el horizonte,
acá el amor,
tal vez engañoso y escondido.
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La ida es libertad,
la vuelta sonrisa
y cariño y desencanto.
La pasión se quedó
en versos de bravura,
en la orilla de paseos,
que van dentro
con la semilla
y el poso.
*
*
Por praderas y llanuras,
entre el mar y la montaña
hay un beso que transforma
en mujer todo el paisaje.
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Colunga,
mar y montaña
en un mismo viento.
Donde se besan las olas y las cuestas.
Fusión de pinos y helechos,
de caracolas y arena
es remolino de entre unos sueños.
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La mirada desnuda al paisaje
y mil pasos acarician
las barcas que se imaginan.
Gotea alma
y los trozos de brillo
se clavan como cristales.
Se respira la belleza
y las palabras dan vueltas.
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Mujer salvaje,
con nombre de paloma,
de mar y cielo,
es cabello suelto,
desparramado al viento.
Es mujer salvaje
que se hace paisaje
para el amor con estrellas,
luna y cielo.
Vagabundos olvidados,
marginales tropelías
llevan el mar a Colunga
y los lazos de gaviotas a su vera.
¡Colunga, es un trozo de tierra
anclado al cielo
y al mar!
Los dioses reposan
en su mapa de cielo
para dar volar al Hombre.
Nudo de montañas y mares,
de puertos y campos,
balleneros y buques.
Estrella furtiva sobre la que giran
Lastres, Carrionda,
Fito, Pernus y Coceña.
Razón estética
sin miramientos de Kant.
Cubre un velo de lluvia
cada rincón de rutinas
y turistas de ballet
que inventan la minería
de dientes en fila.
¡Colunga, eres
el octavo día de la creación!
*
*
Quiero volver a pararme
cuando me cruce con una muchacha
y volver la mirada para seguir su contorno.
Quiero seguir para que siga cada cual su camino.
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¿Dónde está el camino?
¿dónde los pasos que fueron latidos?
¡Me roban el camino!
derrotado y sepultado en el asfalto.
¿Y mi camino?
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Que no me roben el alma con dioses ni con nirvanas.
Que no me roben mis genes con la herencia.
Que no roben mis pecados con diablos de cartón.
Que no roben mi sinceridad con verdades de plástico.
Que no roben la libertad con revoluciones perdidas.
Que no sigan robando pueblos y culturas con el televisor.
Que no roben las fiestas con el comercio.
Que no roben la tristeza con pastillas.
Que no roben mi alegría con cubatas.
Que no roben la angustia con terapias.
Que no roben el aire con los malos humos.
Que no roben el silencio con los ruidos.
Que no roben la distancia con el avión.
Que no roben el cielo con radares.
Que no roben el hambre con un sueldo y nada más.
Que no roben el sexo con vídeos y dinero.
Que no roben el amor con sermones y doctrinas.
Que no roben el tiempo con las prisas y relojes.
Que no roben la noche con el horario del turno.
Que no me roben Colunga con apartamentos y postales.
Que no me roben los años con la experiencia de la vida.
Que no roben preguntas con exámenes en las aulas.
Que no roben el horizonte con jaulas enlatadas.
Que no roben la razón con intereses rentables.
Que no roben mis respuestas con los test de Rorschach.
Que no roben el trabajo con impuestos para guerras.
Que no roben el amor con ceremonias y banquetes.
Que no me roben el sueño con el despertador de moda.
Que no roben mi cuerpo con uniformes ni trajes de gala.
Que no roben mi rebeldía con la boca de mis hijos.
Que no roben el amor con temores y sospechas.
Que no roben la oscuridad con lámparas de neón
Que no roben el viento con el nanómetro.
Que no roben el amanecer con pinturas y fotos.
Que no roben mi soledad con falsas compañías.
Que no roben los amigos con el trajín de la vida.
Que no roben mis recuerdos con pretendidos olvidos.
Que no roben mis sueños con la realidad imperante.
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¡Oh, mundo ladrón!
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Que no me roben el camino
en el que guardo amigos y recuerdos
cansancio y miradas de una flor.
Que no me roben el alma
donde cobijo alegrías y penas,
versos y nidos de amapolas blancas.
Que no me roben el camino
donde acompaño al viento
y recorro nubes junto al sol.
Que no me roben el camino
en donde late el silencio
y la pisada es el reloj.
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¡Que no me roben el camino!
.
En él tuve ganas de comer,
en el autobús de vomitar.
En el camino no hay curvas,
sino silueta del trazado.
No puedo estirar los brazos
que chocan con la ventana.
Me duelen ojos y sudores fríos.
me arrancan del camino
sin poder pensar que vuelo.
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Y golpearán mis cartas con matasellos.
Y volverá la vanidad del amor.
Y mis manos apretarán
otras de compromiso.
Y los abrazos me agarrarán.
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Y tras volver otra vuelta
para coger el tren.
Atravieso caminos en la mirada
de los que anduve
¡pero ya no son míos!
¿Dónde el caminar?
No son los mismos árboles.
Las nubes han cambiado.
El mar es otro mar.
No hay lejanía
ni el camino es ya camino.
Otros montes, otros prados.
La brisa se estrella en el asfalto.
Las montañas se mueven
sin quedarse desnudas ante mí.
No hay frío,
la lluvia no moja.
¡Y mi camino!
de sueños y cantos.
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¿Dónde está
sino adentro del alma?
¿Dónde las esperanzas sin final
sino en la espera de no sé qué?
¿Dónde mis cantos
sino en mis pasos?
.
Ya no podré seguir
a las gaviotas con la mirada,
ni correr tras ellas queriendo volar.
No podré mugir a las vacas,
ni balar a las ovejas.
Dejaré de respirar al ritmo de las olas.
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¡Quiero volver!
No me importa que los coches
salpiquen con los charcos.
Ni que piensen que estoy loco
por bailar mientras que corro.
Ni que escuchen cuando silbo y canto.
No me importa volver a maullar
a los perros para que ladren,
ni preguntar cómo se va
a no sé dónde.
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No quiero cambiar la belleza por la felicidad.
Ni la eternidad por el tiempo hueco.
Ni el horizonte por contratos indefinidos.
Ni las sirenas por las prostitutas del puerto.
Ni la poesía por la filología.
Ni los gestos por la pose.
Ni caprichos por salud de oro y marfil.
No quiero cambiar el arte por la fama.
.
¡No quiero cambiar mi camino!
.
¿Por qué no me perdí en él?
La música de la radio no es
la de las hojas en las ramas.
El calor del tren no es el de afuera.
Ya no me siento en el suelo.
Ya no es mi ritmo quien me lleva.
¿Qué pasa?
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Y fui yo quien pagó el billete.
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¿Cómo volver?
¡a mi camino!.
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No hay parada más allá de la estación.
Y volver es la bruma del poeta,
es el trisar de las golondrinas
al borde del campanario.
es el languidecer de una tarde
que flota sobre los tejados.
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Siempre hay un rincón que duerme
a la ladera de cualquier ciudad.
*
*
Cuando el camino no es un viaje,
sino la propia vida,
no hay recuerdos ni regalos.
Sólo lo que se lleva a cuestas
es aquello que se puede dar.
Son las palabras huellas
y las rimas aleteos.
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Copas entre amigos y desconocidos.
Libros sin ton ni son
y siempre Ella como telón de fondo.
Y un trozo de pan
y hablar con la gente.
Adonde no lleguen la mirada
no lo harán mis manos,
ni mis poemas de barro,
a los que daré forma
de latido y vida.
*
*
A la vuelta ¿qué hay?.
Un caminar de alas
con la sangre de un río invisible.
El asfalto se hace espuma
y andar no es ir de acá para allá.
Es flotadura del alma.
Pensando como pensé,
en aquel caminar,
he aprendido la lección,
de ser piedra entre las piedras,
aire con el aire.
He amado otros caminos,
ciertos e inciertos.
La meta es lo de menos
ante un infinito
que termina al volver.
Ser sincero,
a pesar de las togas de alquitrán,
a pesar de los cargos sin carga.
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He escrito notas y versos
para que la palabras anden
entre auroras y manos.
Y a la vuelta hay otras rutas,
otros lugares
en forma de caminos.
Pues volver es seguir,
y seguir.
Y un paso tras otro
hasta volver al mar.
«Que no me saquen del camino».
Y volver es volver.
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Chucu chucuchú.
Chucu chucuchú.
Chucu chucuchú.
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Fin del viaje.
Fin sin final.
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A lo lejos, Ella.
Libertad de soñar,
de construir belleza
en caminos de amor.
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-
1Referida a la inspiración poética del poeta y andarín D. Antonio Cortijo Moro.
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«Pétalos de amor, pétalos de libertad» por Ramiro Pinto se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento-SinObraDerivada 3.0 Unported.
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