

Sobre esta experiencia el monitor del taller, Ramiro Pinto, escribió una obra, «Reyerta«, en la que cuenta una historia de cómo fue aquella experiencia, cómo y porqué terminó, de manera novelada. Una reflexión muy interesante sobre la actualización de los modelos de control y sobre la enseñanza del teatro. A pesar del éxito y del resultado del taller de teatro en la sección de mujeres de la cárcel de León, cuando por ejemplo una presa puesta en libertad volvía para los ensayos, Ramiro Pinto fue sustituido por otra persona encargada del taller. Nunca más volvieron a hacer una actuación. Actuaron para el modulo de chicas y el de chicos. Ésta fue su condición. También hacer una representación fuera de la cárcel, en el teatro de un instituto. Cuando estuvo todo preparado y listo pasó algo desgraciado y «casual» que hizo que todo se fuera al traste.