Contexto Histórico
Lo primero que debemos aclarar es el contexto actual de la gnosis, para no llevarnos a engaños por el mismo nombre que usan, “gnósticos”. Nada tiene que ver con la continuidad de diversas herejías gnósticas que aparecen a partir del s. III d.C. Consisten tales planteamientos en lograr la salvación a través del conocimiento (gnosis) de los misterios, lo que se puede obtener mediante un proceso iniciático para quienes estén preparados. Por este motivo sus enseñanzas se consideran esotéricas, internas, frente a los ritos y ceremonias que son revelaciones exotéricas, externas, para hacer asequible una creencia a las masas. Tales ideas fueron consideradas herejías por la iglesia católica oficial. Se clasificaron en diversos tipos: paganas, alquimistas, mandeístas, maniqueas, etc.
Hubo otras vías gnósticas basadas en el misticismo extremo, cuyo objetivo fue lograr la salvación renunciando al mundo. Estas herejías amenazaron a las religiones de salvación, que proponen este camino mediante la fe y los actos morales. Marción elabora una gnosis que consiste en una amalgama de conocimientos. Otros divulgadores del gnosticismo fueron Basílides, Valentín. Algunos provinieron de la escuela de Porfirio.
Durante los primeros siglos del desarrollo del cristianismo surgieron corrientes gnósticas y neoplatónicas que se disputaron la hegemonía del mundo antiguo. Siguiendo los estudios de Henri Charles Puech sabemos que para los gnósticos entre el hombre y Dios no hace falta ningún intercesor. En 1945 se descubrieron los textos de Nag Hamnâd, que recogen una buena parte de aquella tradición gnóstica. Uno de los filósofos que más combatió el gnosticismo fue Plotino. Para los gnósticos la salvación es por el conocimiento, al cual tienen acceso exclusivamente los escogidos. Se trata de un conocimiento verdadero. No necesitan seguir ninguna norma. Las diversas corrientes van de un ascetismo extremo a un libertinaje amoral.
Sobre la gnosis histórica hay abundante documentación. Desde los textos de los primeros cristianos que advierten de su peligro, desde un punto de vista religioso, a textos que les critican o hablan de ellos como Hipólito, Ireneo o autores paganos como Celso, Plotino, Porfirio y aparecen también referencias en los escritos coptos.
Los gnósticos reaccionan contra el judaísmo. Los primeros autores de esta herejía son Dositeo, Simón el mago, Menandro. Se trata de una herejía del cristianismo porque surge del seno de éste, pero se aparta al incluir mucho de la filosofía griega y de las ocurrencias de sus autores. Forman parte del ambiente de la época. Ireneo llega a afirmar que las sectas gnósticas pululan como criaderos de setas: “un humus anónimo e indiferenciado del que brotan y se reproducen sistemas al mismo tiempo diversos y diferenciados”.
Siguiendo las lecciones de Puerch, el gnosticismo es exterior y anterior al cristianismo. Surge en Egipto y Babilonia. Fue Stornil el primero que introdujo a Jesús en el sistema gnóstico. Es en esta relación cuando se hace herejía, según la interpretación de los católicos. Tal proceso histórico de la gnosis desaparece a partir del s. VI. No hay posteriormente rastros históricos al respecto. Nada tiene que ver con lo que se autodenomina la “gnosis” a finales del s. XX. Se ha querido llenar este vacío en el tiempo con que se han mantenido en secreto durante siglos, y que reaparece por la inminente necesidad de dar un mensaje a la humanidad, debido a la urgencia que supone vivir el final de los tiempos.
El profesor de fenomenología religiosa de la Universidad Pontífica de Salamanca, Xabier Pikaza, diferencia, y pienso que es conveniente hacerlo, entre esoterismo vulgar, que es el deseo de conocimiento inmediato y milagrero de las cosas., de otro que es el esoterismo alto, con cierta profundidad filosófica. Ahora bien, ambos son un fenómeno diferenciado de las sectas. En los dos casos puede suceder la manipulación, la emocionalidad o el sentido de misión para actuar sobre los demás. Para este profesor la gnosis es el conocimiento, que se aplica al saber secreto y salvador de las religiones. Sucede en los s. II y IV de nuestra era, y es más una actitud espiritual que da lugar a comunidades esotéricas y que ha impulsado múltiples herejías.
El profesor Pikaza diferencia las religiones en dos grandes grupos: las proféticas o históricas (cristianismo, judaísmo e islam) y las gnósticas (hinduismo, budismo, taoísmo) que se basan en conocerse uno mismo. Debemos sacar de este contexto el tema de las sectas, ya que lo que nos ocupa es el fanatismo. Cómo sucede este fenómeno y porqué. Tratamos de ver por dentro un despliegue de ideas delirantes, cuya falta de pruebas y de conexión con la realidad se refugia en la excusa de lo secreto.
¿Y la revelación? Para quien no crea en una religión su mensaje inicial puede suponer una invención y por supuesto nada que ver con lo divino. Al tratarse de la fe se da un paso más allá de la razón. El problema de las sectas es que no pasan por la racionalidad. El fanatismo religioso suprime el razonamiento, previo y posterior a la fe, para convivir en y con la realidad, de uno mismo y de los demás. Los textos de Víctor Gómez, Samael Aun Weor, carecen de cuerpo doctrinal, no hay teología. Consisten en una superposición de ideas anacrónicas e inconexas que se enlazan entre sí para vestir un delirio.
La teología, tal como la define Xavier Pikaza, es la fe razonada. Un esfuerzo racional de aquellos que a sabiendas de que Dios ( más bien diríamos “la idea de Dios”) les supone aceptar su revelación quieren expresar con razones y palabras (logos) lo que implica el ser y la acción de lo divino. Para el profesor de fenomenología de las religiones: “cierto esoterismo actual puede parecer una simple comedia burlesca: ingenua, engañosa actitud de iniciación de quienes deciden evadirse del mundo real”. De esta manera considera peligrosa la curiosidad por el esoterismo sin una preparación teórica consistente.
En el caso de las sectas no podemos pensar que quienes caen en una dinámica de fanatismo “decide”, sino que es embaucado. Los adeptos en una cadena de proselitismo inducen, empujan y arrastran a sus víctimas. No es pues un acto voluntario, ni una huida decidida, es un proceso manipulativo y en gran medida inconsciente. El profesor Pikaza, también indica este aspecto cuando define ciertos ambientes esotéricos como: “mezcla de engañados y engañantes dentro del gran supermercado de necesidades y evasión psicológica”.
Si analizamos el contenido de los postulados de la gnosis originaria nada tiene que ver con los de la actual que surge de la cabeza de Víctor Gómez. Recoge elementos tradicionales, elucubraciones con retazos de otras teorías ocultistas, pero nada más. El conocimiento que trasmite, la gnósis, es una percepción subjetiva, por la cual va a lograr que se pueda ver a Dios cara a cara. Para ofrecer una credibilidad inventa su contexto histórico que hace creíble mediante la coacción psicológica. Afirma Aun Weor que la iglesia gnóstica es la continuación auténtica de los viejos cristianos de Galilea.
El fundamento de lo que es el origen de la gnosis, como conocimiento, evoluciona hacia lo que luego, siglos después, será la ciencia. Su objetivo es conocer la verdad, pero su desarrollo exige un método que corrobore y compruebe los conocimientos. El profesor de química de la Escuela de Ingenieros Industriales, Gabriel Pinto, explica que el origen de la química es la alquimia. La posibilidad de conocer la formación de la materia, de trasmutar los metales es lo que luego va a desarrollar la rama de la química.
Lo que ha hecho posible el progreso material de la sociedad. El saber científico es el resultado de siglos de transmisión de saber y de investigaciones. Remontándonos a siglos atrás el lenguaje usado para canalizar tales inquietudes fue de índole espiritual, una mezcla de querer conocer y misticismo. Si en algo evoluciona el conocimiento es en la ciencia. Pero tengamos encuentra que la sabiduría a medida que ofrece respuesta abre nuevos interrogantes, nuevas preguntas, hace consciente nuevos campos sobre los que nada se conoce. Plantea dudas cada vez más profundas.
De alguna manera cada descubrimiento científico da un paso para el progreso de la humanidad, pero a la vez hace saber a la humanidad que es más lo que desconoce. Esta situación contradictoria genera angustia, ansiedad y muchas personas buscan respuestas, sin más. Encerrarse en un universo limitado que les ofrezca seguridad existencial. Un paso previo a militar en una secta se comprueba que es querer creer en algo firmemente, acabar con un maremagnum de dudas y zozobra. “¿Qué puedo pensar?” se preguntan muchos y muchas jóvenes. Las sectas ofrecen una respuesta contundente. Nos encontramos con aquella expresión que da título a una obra de Erich Fromm: “el miedo a la libertad”.
A finales del s. XIX se vive un estallido de conocimientos en todos los ámbitos del saber. La ciencia se desarrolla en una cadena de conocimientos que se comprueban y son útiles para el desarrollo económico y para la salud física de la humanidad. Este avance va a hacer que el conocimiento sea cada vez más utilitarista y material. Surge una nueva mentalidad que se expone filosóficamente en el positivismo. Aparece en el mundo occidental un nuevo conocimiento que hace tambalear los principios de antiguos criterios cuyo fundamento ha sido la religión. Desde la asimilación de las teorías de Darwin, a los estudios de Freud sobre el inconsciente y la importancia de la sexualidad en el desarrollo de la personalidad humana.
En política surge el marxismo, como una visión materialista de la Historia y de la economía. Los fundamentos morales entran en crisis y aparecen reflexiones sobre unos nuevos principios éticos. Con Kant aparecen éstos como fruto de la razón. Se quiebra la relación entre el desarrollo material y el espiritual. La fractura entre la religiosidad y la vida cotidiana genera cierta angustia e inquietud en la sociedad. En este ambiente surgen visionarios que tratan en sus disquisiciones buscar un nexo de unión entre ciencia y espiritualidad. Surge el espiritismo, con Allan Kardec, que va a hacer de la relación con los espíritus algo empírico, “científico”, pues mediante los médium se enseña que se pueden comunicar con seres espirituales y el alma de los muertos. Aparece la teosofía de Helevna P. Bavastky, cuya pretensión es conocer la divinidad. No como una creencia sino como algo que se puede saber. Recoge presuntos conocimientos guardados en templos secretos del Himalaya. Se crea una especie intelectual de expectativa que hace que mucha gente culta en un deseo de fundir los nuevos conocimientos y la fe caigan en teorías estrambóticas.
Sucede lo que expresa Friedrich Niestche: “obtener por medios mágicos lo que no se logra con la fe”. Late una angustia en el imaginario colectivo que hace que estas ideas broten y se las dé en ciertos ambientes credibilidad. Pero además se desarrollan como doctrinas y se crean en torno suyo organizaciones que llegan hasta nuestros días. La Sociedad de Investigaciones Psíquicas demostró claramente la falsedad de muchas de las afirmaciones de Blavastky, a pesar de lo cual muchos centros de estudios teosóficos siguen desarrollando sus postulados, en grupos esotéricos, ocultistas o de pseudofilosofías. Siempre queda el recurso de que la crítica o el desenmascaramiento es una labor de los enemigos de la religión o de la ciencia para desacreditar la verdad.
Cada cual tiene derecho a sus propios errores o aciertos incomprendidos. De acuerdo. Pero el problema es cuando surgen organizaciones en torno a tales doctrinas y la creencia se convierte en un instrumento de manipulación. Las sectas abren sus puertas ante la huida de la realidad de muchos ciudadanos y ciudadanas con el fin de atraparles para su causa. Da lo mismo que sean con contenidos y delirios de extraterrestres, de procesos iniciáticos, de saberes ocultos, de seguir al espíritu de Tutankamón o del indio de Dakota, de meditaciones o para el logro de la felicidad cósmica. El contenido es una anécdota, sin embargo es lo único que ve el sectario y lo defiende con toda su alma, y si es preciso da su vida por esa verdad que él ve, siente y da sentido a su nueva manera de ser y existir.
En un ambiente en el que surgen muchas teorías y corrientes, sobre conocer el mundo espiritual, aparecen las revelaciones de Víctor Gómez. Este iluminado mezcla diversas teorías y las une a sus disquisiciones y percepciones mesiánicas. Su fuerza emocional y seguridad con que emite sus mensajes hace que se forme un núcleo inicial de seguidores, los cuales propagarán las explicaciones de su maestro. Los nuevos gnósticos forman un movimiento minoritario, pero a la familia que pilla por medio cuando es afectada le destroza su convivencia. Sucede que para que cuaje el crecimiento de esta corriente mesiánica, a lo largo del tiempo, hay un caldo de cultivo irracional. Del conocimiento científico, que ha llegado a los límites de la materia para conocer su frontera con la energía, se ha pasado a un mundo tecnológico que todavía no ha asimilado plenamente la sociedad.
Estamos en un proceso de adaptación, que aún tardará años. Ante tal zozobra surgen escuelas psicológicas de desarrollo personal, escuelas espirituales, esotéricas de todo tipo, de meditación, de adivinos, astrólogos, que hacen su agosto, pero dan una respuesta a profundas dudas e inquietudes de las personas. Es en este punto donde hay que ser muy sensible y delicados para no lanzarse a una caza de brujas, sino saber delimitar muy bien y analizar que son factores manipulativos, con los que se anula la personalidad porque sirve para no sentir la angustia existencial.
Los negocios basados en predecir el futuro aparecen, especial y masivamente, en situaciones de crisis social. Se demandan debido a zozobras personales. Un caso llamativo a comienzas de siglo XXI es el de María Duval, que trabaja con la empresa Astroforce, S.L. establece un mercado de esperanzas con las técnicas de mercadotecnia propias de la sociedad de consumo, ajustadas a la oferta de esperanzas y promesas. En una carta de diseño personalizado se presenta esta mujer como “radar humano”, con previsiones que ha hecho “correctas y fidedignas”. Una de las “titulaciones” con las que se prestigia es haber salido en numerosos programas de radio y televisión, ¡como si tal hecho fuera un principio de autoridad, casi académico!. Asegura en su misiva que ha atendido consultas de jefes de Estado y de personalidades muy influyentes. Como es algo secreto evidentemente no se puede comprobar. Advierte sobre la realidad incierta en que vive la sociedad actual: las tensiones del mundo, el paro, las injusticias sociales, etc. todo lo cual, asegura esta pitonisa moderna, está escrito en los astros. Éstos indican, afirma la señora Duval, que entramos en una Nueva Era. Advierte sobre grandes mutaciones que se preparan a nivel mundial y que comprueba que se cumplen las catastróficas profecías de Nostradamus.
Ante lo cual sólo unos cuantos iniciados podrán evitarlo, incluso beneficiarse de estas pésimas circunstancias. Invita a esta labor, ser un iniciado, para lo cual propone una acción telepática dirigida por ella, para el 23 de Noviembre de 20001, a media noche exactamente. Como segunda parte de su acción oferta enviar el libro “Gran manual secreto de los Iniciados”, el cual contiene indicaciones secretas para actuar sobre la suerte, el dinero y el destino. Asegura que quien se deje llevar por estas pautas experimentará una revelación, una voz interior que le guiará. y podrá entrar en contacto directo con las energías cósmicas. El que siga los pasos que ella propone despertará el “tercer ojo” y no sólo podrá actuar sobre el destino propio, sino sobre el de los demás. Todo lo cual tiene un precio, 4.545 ptas., 27´01 euros, a parte de lo que luego quiera aportar voluntariamente el “afortunado”.
El pesimismo de las corrientes existencialistas se compensa con la euforia de crear falsas esperanzas, pero creídas por quien se agarra a un clavo ardiendo. El fracaso de las revoluciones y la crisis de ideas durante el s. XX hace que los grupos mesiánicos cobren fuerza y se expandan. Uno de ellos los gnósticos. Una de las fuentes de las que toma Víctor Gómez sus teorías es el conocimiento egipcio.
El avance en los conocimientos arqueológicos desarrollo por entonces el conocimiento e interés por la cultura de los faraones. Pero el despertar de una nueva incertidumbre sobre el pasado es aprovechada por grupos esotéricos para colocar sus peculiares interpretaciones mágicas y fuera de la realidad. El nuevo conocimiento arqueológico sobre la Historia antigua es convertida por organizaciones gnósticas y teosóficas en puntos de apoyo, al deformar los datos en piezas de elucubraciones y fantasías, pero que convencen a un grupo selecto de seguidores de cuentacuentos espirituales, porque ofrecen seguridad y sobre todo porque se monta en torno suyo un sistema técnico de convencimiento paralelo basado en métodos de manipulación mental.
En los textos de Víctor, Samael Aun Weor, recogen referencias de las teorías de Guiseppe Bálsamo, conocido como Cagliostro, que a finales del s. XVIII elaboró una serie de teorías en las que mezcla historietas y leyendas sobre grupos masónicos en Italia. Provocó una profunda crisis en la masonería como expresión social y política, al deformar sus objetivos. Posteriormente fueron descubiertas las estafas de este personaje y fue encarcelado. Como sus planteamientos se formularon desde lo irracional sus seguidores lo consideraron una persecución. A partir de entonces sobre esta figura anecdótica se creó una leyenda, que aún sigue viva en determinados grupos herméticos.
Una cosa es estudiar los textos, analizarlos, y otra es determinar la vida de los adeptos en torno a sus contenidos. Textos demenciales se fijan como creencia en los acólitos, de manera que se inculca el fanatismo y se practican ritos, incluso cotidianos, para alterar la percepción de la realidad. No es un fenómeno nuevo. Si se quiere podemos decir que adquiere nuevas formas. Los estudiosos de la brujería, hace tres y cuatro siglos, comprobaron que la sensación de vivir una experiencia objetiva es placentera. Atrae y causa bienestar, más aún si se vivencia en grupo. Sucede, tal como explica en la obra sobre Pedro Valencia, el profesor de la Universidad de León, Gaspar Morocho Gayo, que se asumen como reales imágenes del inconsciente. En los siglos XVI y XVII esta característica la provoca la represión. Cuatro siglos después se activa una sensación similar, no igual, ante las prisas, el consumo de las relaciones sexuales, que hace que el ideal de un grupo esotérico en auge consista en castrar el acto sexual con practicas que evitan el orgasmo. Se produce un histeria colectiva dentro de estos grupos mesiánicos y apocalípticos que les hace emocionarse con sus conocimientos y se regodean en aislamiento del entorno social. Todo lo cual se racionaliza con sentencias que tienen la aureola de ser una verdad ofrecida en exclusiva para los iniciados.
La herejía fue un movimiento contra la doctrina ortodoxa católica de carácter conceptual. La brujería fue un fenómeno basado en percepciones delirantes, en visiones y alucinaciones que se interpretaron desde un punto de vista religioso, sin entender la naturaleza de sus orígenes psicológicos hasta que se vio que carecían de sentido todos los procesos inquisitoriales. Los cuales arrastraron en el mismo delirio a los perseguidores.
Fray Martín de Castaneja, Pedro Valencia y otros estudiosos en la época ya vieron que todo lo de la brujería se trataba de algo enfermizo y que la percepción de imágenes eran delirios, muchas de ellos provocados por el miedo implícito en la persecución. Cuando se tuvo este punto de vista se comenzó a solucionar tal problema. Por eso es muy importante comprender la naturaleza del fenómeno sectario y del fanatismo en general. Para hacerlo visible y que se resuelva. Por ejemplo la persecución y medidas contra la secta de Falun Gong en China lo que hace es que aumente su influencia en la sociedad y que además adquiera una proyección política que cada vez toma más fuerza. Lo mismo sucede con la manera de perseguir y actuar contra el integrismo islámico, sobre lo que ahondaremos más adelante. Más pronto o más tarde emergerá, si no se actúa en consecuencia, un conjunto de mentalidades que enfrenten modelos irracionales que se refuerzan mutuamente en la pelea, en el combate, por paradójico que pueda parecer.
Evidentemente la exposición que hacemos se refiere a las circunstancias actuales en las que vivimos. Cuando se produce el diálogo con algún miembro de los grupos gnósticos siempre se evaden con referencias al medioevo. Comparan sus actitudes con las que tuvieron antaño las grandes religiones monoteístas y se quejan de la incomprensión de la que son objeto ahora ellos, lo que les sirve para compararse y crear una semejanza, que a los adeptos les hacen creer sus instructores que comparan al fundador o líder con grandes personajes de la historia, tanto místicos como legendarios de diversas religiones, o con relevantes filósofos o científicos cuyas teorías se abrieron paso en una lucha contra la mentalidad de la época.
Lo curioso es que nunca utilizan argumentos propios, convincentes en sí. Cualquiera puede decir que el planeta tierra es triangular, y para verificar su afirmación aludir que cuando se dijo que era esférica nadie lo creyó. Hace falta una teoría que lo explique y una experiencia de los hechos que sea comunicable. La táctica de las sectas es ampliar una percepción subjetiva, que puede ser delirante, mediante conexiones con otras teorías a través de técnicas del lenguaje, de ahí su desconexión con la realidad, pero a la vez su capacidad para convencer a no pocas personas. Puede suceder que haya ideas inventadas, o creídas, pero sin fundamentos racionales.
En el ámbito de la fe ocurre la creencia con las doctrinas religiosas, pero en estos casos hay una conexión con lo que es la irracionalidad colectiva, al menos respecto a una parte de la población, que puede ser minoritaria, pero que fortalece las relaciones personales y el desarrollo individual y colectivo, porque la religión elabora unos mecanismos racionales de convivencia, con los que se puede estar o no de acuerdo, que tienen que ver con la mentalidad de la época en que se plantean o se desarrollan, aunque ponga en cuestión el modelo social dominante. Tal es el origen de las luchas de Poder históricas, es decir aquellas que se activan para establecer un modelo de sociedad, dentro de una población determinada y frente a otros modelos de orden social. No quiere decir que este mecanismo sea bueno ni malo, simplemente que forma parte de la realidad. Las sectas, sin embargo, no. Muchas veces el carácter sectario de las religiones, de comunidades nacionalistas o partidarios de alguna ideología ha emergido en la sociedad dando como resultado la destrucción de las personas, de la cultura con imposiciones totalitarias que se han ejecutado mediante la aplicación sistemática de la violencia.
Tomando como referencia la idea de I. Meyerson, sobre psicología histórica, la cual es analizada por Maurice Reucklin en su obra “Historia de la psicología”, se trata de emplear en este trabajo una psicología que estudie y comprenda al hombre concreto y en un determinado lugar, para analizar y comprender el fanatismo actual. Es decir, dentro de su contexto en la sociedad moderna. Con la noción clara de que el ser humano es diverso y que se hace y erige diversamente.
Sucede que igual que se construye a sí mismo se puede destruir, pero no en un sentido apocalíptico, sino en el de incrementar el sufrimiento mediante extender la violencia, la despersonalización y anulación de la conciencia, y otros fenómenos humanos. En adelante iremos viendo cómo sucede esto último en el caso de los seguidores de Víctor Gómez, para descubrir la falsificación psicológica, enmascarada de creencia, de conocimiento supremo o de lo divino, que se genera en sus cursos. Cuya realización se ampara en manipular la personalidad de los adeptos. Este análisis nos va a permitir entender mejor las acciones fanáticas que intervienen en la actualidad internacional.
Contenido
- El uso del lenguaje
- Mensajes emocionales
- Militancia
- Despersonalización
- Sexualidad manipulada
- El fin del mundo
Grupos gnósticos, secretos y mentiras
Contra lo irracional (Prevención ante las Sectas y lo demás)