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D. Miguel Ángel Castro Merino es profesor de filosofía, y licenciado también en psicología. Ejerce como profesor en  el IES Padre Isla y prepara un bolg de reflexiones propias para abrir caminos de reflexión.

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Advierte Ramiro Pinto que el libro que tienes en tus manos es una lectura del enamoramiento desde la perspectiva masculina. Ello, si eres mujer, te pudiera interesar tanto o más que si fueras varón por una doble razón. La primera: no está de más conocer al «enemigo». Y la segunda: conviene conocer la parte anímica complementaria y, de este modo, poder ya no sólo entendernos mejor sino complementar nuestro proceso de individuación. Jung en este proceso dice que tiene que producir las yerogamias o bodas sagradas en el Mito del Héroe; la unión de lo masculino y de lo femenino. La unión del pensar, del sentir, de la intuición y de  la percepción.

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            De alguna manera, el ser humano es un signo indescifrable, pero en este libro se nos presenta una clave válida para seguir desvelando nuestros resortes más profundos.

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             Particular interés tienen algunas hipótesis que el autor nos plantea. Si el enamoramiento fuera física o química, el «misterio» estaría ya desvelado. Ocurre que no es el caso y es aquí donde las conjeturas de este libro nos invita a un camino no trillado y, por lo tanto, novedoso.

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             Acaso ¿alguien dijo que fuera sencillo distinguir lo bueno de lo malo, lo verdadero de lo falso y el enamoramiento del auto-engaño?

             El camino para la iluminación no es asequible a todos y no por un sectario elitismo. Muchos no quieren prestar oído atento a las pulsiones de la vida y se conforman con una existencia de paso. Quien quiere comprender se introduce en su propia experiencia, pero también en las «apariencias» del mundo (sean éstas las canciones de Julio Iglesias, la poesía, la fenomenología de la religión, etcétera).

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            Hegel, igual que muchos otros pensadores rompieron barreras convencionales de las metáforas del tipo «dentro-fuera». Estamos dentro, ¿de dónde?. Y fuera, ¿de qué?.

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            Cuando se produce la experiencia de estar enamorado el «objeto amado», ¿está en nosotros? o ¿fuera de nosotros? Quien crea que es sencilla esta aparente simple cuestión que la reconsidere desde una mayor madurez que sólo puede ser fruto de la experiencia vivida.

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             Dejamos apartados los grandes temas de la infancia y de la adolescencia, verdaderas Facultades de aprendizaje del deseo humano. Por ese distanciamiento, hemos perdido la capacidad de curiosear por dentro «a lo Quevedo». Así nos va en consecuencia. Creemos estar enamorados de Laura o Pedro, pero no sabemos cuáles son las fuerzas que nos ponen en movimiento.

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            La televisión, la propaganda, los miles de libros y de películas apagan nuestras preguntas y respondemos por voces de otros. Así nunca hay tiempo para lo realmente importante.

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             Tenemos la gran suerte, casi todos, de estar o de haber estado enamorados. Contrastemos nuestra propia experiencia, la que más a mano tenemos, con la que nos proporciona Ramiro Pinto y así, acaso, podamos redescubrir las sendas perdidas de nuestro pasado y de ese modo recomponer nuestro yo más auténtico de cara al porvenir.

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             El libro pone en jaque muchos movimientos de la sociedad capitalista: el reducido tiempo de ocio, la pasión de la fama, el triunfo todopoderoso y el consumismo vergonzante y deja en tablas a cuantos quieren ver todo tipo de enamoramiento como si fuera un concepto unívoco.

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            A ti, lector, te toca seguir jugando nuevas partidas y hacer tus propios movimientos. Enrocarse es sencillo, pero en el enamoramiento no valen tantas murallas a pesar de que el poder reinante ya nos ha hecho colocarnos fuertes corazas para defendernos de lo erótico en la civilización.

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             Del mismo modo que la abundancia de dinero no es riqueza y el precio de una cosa no es su valor, es poco prudente confundir un enamoramiento con otro.

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             ¿Qué tipo de enamoramiento es el tuyo?