Este libro que tienes en tus manos está lleno de ilusiones, de autores que tienen un denominador común, quieren decir algo y lo hacen escribiendo, escribiendo guiones de teatro porque buscan el aspecto emocional de lo que quieren decir, de lo que pretenden ¡gritar!, lo cual es lo que hace el actor desde el escenario, lanzar al público y, a través de él, a la sociedad, hasta donde llegue, las palabras de autor.
Autores de muy diversas nacionalidades aparecen unidos por el nexo de la palabra. Precisamente este certamen tiene algo de teatral, de pasión por el teatro, porque hace fácil su participar en él, porque no elige un ganador, que ¿cuál sería?. La misma pregunta es una zancadilla al arte. Seleccionar nueve obras que van a ser interpretadas por actores y actrices de Taetro y tres más que son publicadas es una oportunidad para el deseo que tienen los autores de comunicar sus mundos que necesitan salir a lo mundano. No hay ganadores, hay teatro. Y buscadores de textos, ideas escénicas porque saben que hay tesoros enterrados en muchas personas.
Obras que miran a Godot, otras que debaten entre la obligación de vivir integrados en la sociedad o querer realizar los sueños, vivir el arte, que “no da de comer”. A partir de una experiencia concreta un texto nos hace ver hay quien juega con la mente de las personas, que nos llegan a controlar la mente, ¡libertad de pensamiento!. La tensión dramática de una chica, que tiene un bebé, en la cárcel, que habla-piensa con su madre. Los aspectos de la política cuando se hace visible lo que se sabe, pero callamos y, sobre todo, callan quienes tendrían que sacarlo a la luz. Una historia de anti romanticismo, o tal vez el desencanto de los sueños. E imágenes oníricas escabrosas, increíbles, pero que han sucedido en la realidad: quedar con alguien para matarle y comerle. A la vez que una bella historia de amor. Escucharemos a un a presa que además es puta, o a una puta que además es presa, pero sobre todo es mujer, con sus sentimientos, o lo que dice-piensa una hija ante su madre en un hospital. Y ¿qué contestaría Antígona, y en general la tragedia griega, en programas de tragedias trivializadas en la televisión y cosas sin sustancia convertidas en dramas vacíos?, cuando la tragedia es la ausencia de lo trágico.
Y es que el teatro de mínimos no es pequeño, sino intenso, un flash que nos hace mirar dentro de nuestro mundo, con detalles de los que nos damos cuenta por chispazos como obras como éstas. El teatro es un resplandor, forma parte de lo que forma la conciencia social, un afluente más, necesario, que da salida a quienes ven en la palabra una forma de estar y de ser en el mundo.
Cada obra, cada actuación es un átomo de la cultura, por eso es tan importante escuchar y dar la palabra a la palabra escrita y a la que se interpreta. Los impulsores de estos certámenes, de tantas representaciones, de tanta escena, Taetro, forman un campo teatral, que es igual que el campo magnético o los campos eléctricos, porque forman un ambiente cultural de toda una pequeña ciudad, de todo un mundo teatral que acaba siendo una estrella del universo de la cultura, ¡de toda la cultura en su conjunto!. Dan vida a personajes y voz a lo escrito, actores al escenario y escenario a las actuaciones.
En un libro las palabras viajan, van a nuevos mundos, al tuyo, lector, y buscan tu complicidad. Que tus pensamientos se zambullan en otros mundos, para hacerlos más amplios.
Momentos tan breves, tan fugaces, como estos textos y sin embargo tan importantes, porque dan un salto en el corazón de los autores, que hacen visible el arte, tan efímero como una caricia, como un beso. Y eso es tu lectura para cada uno de los autores. Así es de importante lo que tienes en tus manos. Que disfrutes de ¡tanto teatro! y amor al arte. Leer también lo es.