Tras la publicación del cuadernillo sobre la tasa Renta Básica, como fórmula de financiar esta propuesta, muchos han sido los debates y análisis al respecto. Es de destacar el empeño por resolver esta cuestión de Jose Miguel Sánchez, que ha raíz de sus propuestas permiten completar un modelo óptimo de recaudación del dinero necesario. Hubo un interrogante que planteó José Manuel Sánchez Ribas, ante etapas económicas en que sucedieran minusvalías, con lo cual al no haber plusvalías no sería posible mantener la Renta Básica. En cualquier caso es una hipótesis que se daría en plazos cortos, pues el modelo económico depende del incremento de los valores, lo cual forma parte del sistema económico y monetario, a no ser que hubiera una crisis de orden mayor, en caso de una guerra global o la devastación de infraestructuras por sabotajes terroristas. En cuyo caso la Renta Básica quedaría desplazada y sería el trabajo lo que fundamentaría la recuperación económica durante unos años.
Pero a raíz de la reflexión referida, vimos que es necesario un modelo de financiación que no dependa tanto una única vía. La propuesta que referimos se basa en un trípode.
A.- Por un lado la reforma del IRPF en función de la solidez y lograr una mayor eficiencia del gasto público. Consolidar este recurso sin interferir en otras partidas que podrían mermar y poner en peligro el gasto social. Porque es a partir de sus prestaciones que se puede establecer la medida de la Renta Básica sobre el umbral de la pobreza. Sin esta base, resultado de la conquista de derechos sociales, la propuesta Renta Básica sería inviable.
B.- La tasa RB, sobre la que ya argumentamos en el trabajo anterior. Sería una tasa sobre la revalorización de los valores tanto de mercancías, como del dinero. Incluye y amplía la llamada tasa Tobin y modifica, pero parte del principio de Henry George sobre un impuesto sobre el suelo, sobre lo cual se explica más adelante en un anexo de Mario Cordero, georgista de EE.UU. Cabe recordar lo que escribió el filósofo y político Thomas Paine en su obra «Justicia agraria» (1795): «Los hombres no hicieron la tierra… es el valor de los mejoramientos solamente, no la tierra misma. Todo propietario debe a la comunidad un alquiler por el terreno que tiene» y propuso establecer un Fondo Nacional con un impuesto sobre el suelo, con lo que se pagaría una suma a cada persona. La tasa Renta Básica incluiría la revalorización del valor del suelo en una tasa específica, pues hacerlo sobre el valor del suelo pudo ser lo idóneo en EE.UU a mediados del s. XIX, pero en la Europa actual, daría lugar un mercado insostenible y sin control, ante la falta de rentabilidad económica de terrenos que sin embargo tienen una función social y ecológica importante. El impuesto suelo haría buscar una rentabilidad mercantil, que sin embargo puede ser aprovechada socialmente sobre su dinamismo. Gravar a pequeños propietarios de terrenos agrarios o urbanos sin revalorización de su propiedad no parece muy apropiado, al contrario de cuando se extendían los colonos y el crecimiento de las ciudades en EE.UU. con grandes concentraciones de suelo en propiedad. La base de la tasa Renta Básica recaería sobre la fiscalidad financiera, necesaria para su propio desarrollo y que en la actualidad al operarse mediante programas informáticos es posible registrar las transacciones, lo que dará lugar a la transparencia financiera.
C.- Homologar el IVA europeo, de forma que se aumente dicho impuesto sobre el consumo hasta llegar a un nivel medio en toda la UE, especialmente gravando la demanda de productos que en alguna fase de su desarrollo atentan contra la sostenibilidad, lo cual va a permitir el desarrollo de una economía menos agresiva desde el punto de vista social y ecológico, a la vez que es una fuente importante de financiación complementaria a la tasa Renta Básica.
Desarrollemos la argumentación sobre estos tres pilares. Antes ahondaré en la cuestión de la RB, para ver que es el resultado de una serie de hechos que se suceden sobre la economía en los últimos tiempos.
Enseña Joan Sardá Dexeus en su obra «La crisis monetaria internacional» que el equilibrio general depende sobre todo del movimiento comercial y de capitales. Me permito observar que no se puede resolver la pobreza del Tercer Mundo sin flujos de capitales ni haber economía financiera, lo cual no es posible desplazar, sino crear las condiciones de que el eje de la economía productiva bascule hacia aquellos países y no tengan necesidad de emigrar en condiciones inhumanas. Se logrará la capacidad adquisitiva media, mediante la industrialización y el empleo, hasta que fuera posible implantar la Renta Básica. hace falta la capitalización de las zonas empobrecidas, pero no como un modelo colonial, sino de desarrollo, lo que exige además una capitalización social, en inversiones públicas que den lugar a la creación de infraestructuras, despliegue tecnológico y un modelo político basado en la democracia. . Lo cual permitirá un equilibrio global y la estabilidad que hoy necesita el proceso de globalización, lo cual exige la supresión de la pobreza.
Se puede observar que relaciono la Renta Básica con su repercusión positiva respecto al Tercer Mundo y a la sostenibilidad, pues se trata de una medida incrustada en la globalización, que es el contexto económico en el que sucede. Sin esta perspectiva no se entenderá el proceso de formación de la RB y quedará como una idea o ideal fatuo. Para lograr su implantación es necesario conocer el funcionamiento de la economía y evitar lo que crítica Sardá: «no caer en la milagrería económica, que siempre ha sido una trampa en la que caen las mentalidades simples«.
La palabra «crisis» de la obra mencionada de Joan Sardá, una vez que se lee el libro, hay que entenderla en el sentido orteguiano de «cambio«, o mejor decir «resolver los problemas necesarios para que suceda un cambio necesario». Cuenta este economista, fundador del monetarismo en España, que en 1969 la economía mundial estuvo sujeta a una atmósfera irracional en materia monetaria que podía derrumbar el edificio económico más sistemáticamente construido en la Historia de la Humanidad. Sucede una gran revolución monetaria en 1973, cuando el sistema monetario deja de basarse el oro. A partir de ese momento, como si se hubiera quitado la faja constrictora a la economía sucede un crecimiento sin precedentes. En contra de lo cual están muchos economistas liberales como, Friedrich A. von Hayek, L. V. Mises, etc. Las previsiones es una catástrofe a largo plazo pues las medidas monetarias y la economía desembocarán en un callejón sin salido, al que se está llegando. Sucedería lo que previó Joseph A. Schumpeter, en cuanto que el capitalismo se destruiría debido a su propio éxito. Y sin embargo el desarrollo de aquella revolución económica que fue eliminar el patrón oro, nos lleva a otra revolución como es la Renta Básica, la cual nos permite superar fractura del modelo.
Desde 1973 el dólar deja de ser la referencia material de la moneda y surge un nuevo sistema monetario internacional, que da lugar a un crecimiento general continuado, y que para su mantenimiento depende de este proceso, al que se adapta el desarrollo financiero posterior. Las condiciones tecnológicas, explica Sardá, permiten la liquidez internacional, lo cual se basa en la capacidad de comprar dinero, tener recursos financieros y condiciones tecnológicas, lo cual se ha ido desarrollando hasta nuestros días, en que llega a un tope. Discutir las razones de este proceso es un debate bizantino, pues como dice Óscar C. Altman (1964) : «El sistema actual no es lógico. Es un producto más de la Historia que de la lógica. es un producto de intereses personales y nacionales y de los conflictos y soluciones de estos intereses».
Para Joan Sardá el dinero no es una riqueza en sí, sino un elemento para moverla y ordenarla. Por eso la función de la RB forma parte de tal proceso en forma de dinero que adquiere valor como utilidad marginal al llegar a todos los ciudadanos, lo cual es posible hoy en día en que el dinero se ha convertido en una riqueza en sí, ya que la evolución de aquellos cambios de los setenta, han hecho que el dinero se produzca como riqueza desvinculada del factor trabajo. Si como reconoce este autor para no sacrificar la expansión económica hubo que romper viejos mitos, como el patrón oro, hoy hay que romper otros para consolidar ese crecimiento económico.
Para todo esto que comentamos es necesario acertar en el modelo de financiación. La fórmula que propone la Red RB, con economistas como Jordi Arcarons, Alex Boso, Antonio Noguera, David Cassasas, Daniel Reventós y otros puede resultar un espejismo engañoso que va a deformar la posible aplicación de la RB. Han realizado un estudio de viabilidad e impacto de la RB en Catalunya, lo cual es válido como ejemplo, no como modelo, pues la RB o se aplica en una zona monetaria, o creará problemas insalvables. Se trata de una medida que si se inicia gradualmente no llegaría a su consecución pues perdería fuelle en el camino. El estudio que hacen puede ser muy interesante para mejorar y hacer más justo el modelo de recaudación y servirá para mejorar las inversiones públicas, pero no para financiar la Renta Básica. Plantean una reforma del IRPF, de manera que aumente el grado de progresividad en los impuestos. Lo cual el economista Rafael Pinilla desarrolla con varios modelos a través de aplicar simuladores. Con este trabajo se demuestra fehacientemente que aplicar la Renta Básica es posible. Pero ahora es el momento de ver cómo se implanta de la mejor manera y cuáles son los medios acertados para su consecución.
La reforma que plantea la Red RB se basa en conseguir un ahorro del gasto público, en pensiones, ayudas, subsidios, etc. Lo que supone en Catalunya la cantidad de 8.000 millones de euros. Conceder la RB en esta sale numéricamente si se eliminan las reducciones y mínimos vitales del actual modelo del IRPF, a la vez que tratar por igual todos los rendimientos de la base imponible general y establecer un tipo y tramo único para todos los rendimientos. Si se establece de un 57´5% sale la cantidad necesaria, quedado el mismo remanente para el gasto público, descontando los ocho mil millones de euros indicados. La conclusión es que afectaría realmente, como incremento fiscal al 10% de las personas más ricas. Un tramo medio de familias quedarían compensadas por lo que reciben como renta básica. De alguna manera podría equipararse a establecer una tasa sobre el 10% más rico de la población, con un grado de proporcionalidad. Lo que, el partido socialdemócrata alemán propone ahora en forma de un impuesto para ricos. Tras haber bajado del 45% al 42% los impuestos desde el año 2000 y no cumplir después el pacto de estabilidad. Se calcula que dicho impuesto significaría en Alemania el ingreso de 1.700 millones de euros, lo que muchos economista consideran que no cambiará la situación financiera de las finanzas estatales y es más un reclamo electoral. Lo significativo es que se empiezan a buscar nuevas fórmulas de financiación, pero falta el engranaje sobre el cual llevarse a cabo. En este sentido la Unión Demócrata Cristiana (CDU) promulga subir el IVA del 16% al 18%. El problema es que aunque se incremente la recaudación si no cambia el modelo no vale para nada, a lo más retrasar un par de años la insolvencia del gasto público.
El dinero para la Renta Básica no puede provenir del mismo saco que el del gasto público, por eso la reforma aludida no es suficiente. La Renta Básica tiene que tener su propio mecanismo de financiación , producto de la esencia misma del modelo en el que es posible y necesario implantar.
Es evidente que cualquier reforma en este sentido si no hay un cambio de referente respecto al empleo no es viable, pero por otra parte si no se hace la tensión social aumentará ante el aumento de la pobreza y de falta de recusos. En este sentido el premio Nobel de economía Edward Prescott, insiste en recortar los impuestos para dinamizar la actividad económica y hacer que se creen más puestos de trabajo, al aligerar la carga fiscal. Para este economista los impuestos altos desincentivan el trabajo, lo cual es cierto desde el punto de vista de la inversión. Por lo cual es necesario optar por un modelo u otro, el de la Renta Básica o el del «pleno empleo».
Abordar la fiscalidad financiera como hace la tasa Renta Básica es una necesidad imperiosa, al ser fruto de la evolución del sistema tributario a lo largo de cientos de años. Julio Caño, en su tesis doctoral de la Universidad Pública de Navarra observa que la tributación por el impuesto sobre sociedades es casi nula, el 1%, lo cual entiende lesiona nuestro sistema tributario basado, al menos en teoría, en la igualdad, progresividad y la neutralidad fiscal. Considero que más que un incentivo fiscal es un privilegio de sociedades y fondos de inversión que gestionan cerca de los 200.000 millones de euros al año, lo que supone el 35% del PIB. Y canalizan el ahorro de pequeños y medianos ahorradores al mercado mobiliario. Según el estudio realizado por Julio caño estas carteras de valores invierten en sociedades inmobiliarias para obtener beneficios fiscales, de manera que no cumplen su función social.
El responsables de la fiscalidad italiana, Mans Marti, hace una llamada de atención para que se aumente la presión fiscal sobre el capital y baje sobre el trabajo, pues se ha llegado a un límite difícil de soportar. Propone un impuesto alternativo mediante un IVA especial para el consumo energético. Hay otras propuestas de impuestos especiales, que pululan en informes y estudios, para la gasolina, el alcohol y el tabaco.
En la nueva economía se ha llegado a una situación en la que el sistema fiscal penaliza el ahorro y se tributa por el valor nominal de los intereses recibidos y no por la rentabilidad real. Según el estudio Consumer Confidence de AC Nielse, un 17% de la población ha mejorado su economía durante el 2004, mientras que un 47% empeoró. Otro estudio, de Menill Lynch y Capgemini, muestra que en España 141.000 personas disponen de un millón de dólares en metálico. Un 3´5% dispone de entre 5 y 30 millones de dólares, a parte de la que dediquen a activos líquidos para mantener la valoración de sus capitales. El volumen negociado en España de Enero a Junio en el 2055 es de 424.992 millones de euros, lo que equivale a lo largo del año a 1/4 de lo necesario para aplicar la RB. No quiero decir que se use ese cuarto para financiarla, pero es una cifra comparativa que señala hacia donde debe dirigirse una nueva reforma fiscal .
Las sociedades de Inversión de capital variable (SICAV) tributan un 1%, cuando la tributación por el IRPF es de entre un 15% y un 45%. Los dueños de los SICAV no tributan por sus ganancias pues lo hace directamente la sociedad a sólo el 1%. El problema que se presenta, tal como plantea Jose Miguel Sánchez, es que si pagaran un 35% del beneficio, como cualquier otra empresa, la deslocalización de capitales les haría irse a otro país sin problemas de este tipo, ya que toda empresa no tributa sino en su país de residencia. Sin embargo con los modelos informáticos es posible hacer que no se tribute cuando y donde se recibe el beneficio sino en el momento mismo de hacer la operación. La innovación tecnológica debe servir para la innovación fiscal y no sólo para el control de los pagadores de a pie.
Las gestoras de inversión bursátil cobran comisiones de gestión, por depósito y por reembolso, sin que estos ingresos estén registrados fiscalmente. Las entidades gestoras de la Bolsa son empresas privadas, controladas únicamente por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV)
Los pagos en el negocio de la Bolsa van a manos de empresas privadas que cobran un canon por hacer una operación, pero no hay repercusión social de este dinero, más que la ampliación de capital, pero que cada vez repercute menos en forma de empleos. Estas empresas intermediarias pueden cobrar comisiones de un 2´5% a un 6´5% y se cobra directamente al hacer la operación, ¿Por qué no Hacienda? Pues se da la paradoja que desde la perspectiva privada los que más dinero negocian el canon que pagan es menor.
Como las empresas extranjeras no tributan Jose Miguel Sánchez propone establecer un canon por invertir en España. Pienso que es insuficiente y hay que lograr un modelo fiscal de la economía financiera en su conjunto, más allá de tasas por un lado y cobros porcentuales por otro, ya que daría lugar a una dispersión difícil de aplicar.
La fiscalidad sobre el sistema financiero es necesaria por su propia seguridad. Más allá del beneficio rápido y fácil esta la estabilidad del sistema. El endeudamiento de las familias para el consumo, el mercado hipotecario y de créditos hace que cada vez sea mayor el dinero-futuro que estamos gastando y puede llegar un momento en que el dinero presente no dé a basto . Algo que a nivel de economía productiva empieza a suceder, pues la riqueza ya no se traduce en empleo. Lo cual genera un desequilibrio por falta de control sobre los grandes beneficios.
La Organización Profesional de Inspectores de Hacienda ha denunciado que las grandes empresas logran escapar del control del fisco, pues de 3000 empresas que facturan más de 60 millones de euros, cada año sólo pueden inspeccionar 250. Su presidente, José Mª. Pelaez, señala que las grandes fortunas canalizan sus inversiones a las SICAV para gozar de un régimen tributario especial. También que más del 90% de estas sociedades son vehículos de inversión unitaria, cuando debieran ser por ley colectivos, de manera que evitan tributar por el 35%. Muchas no cumplen con el requisito de ser un mínimo de 100 socios y tampoco llegan al patrimonio mínimo de 2´4 millones de euros. También se excluyen del régimen fiscal general las Sociedades de Inversión Inmobiliaria (SIM).
O tenemos en cuenta la fiscalidad financiera o este mercado de valores aplastará al capital productivo y forzará un retroceso en el gasto social, por merma de éste. Lo que ingresó hacienda en el año 2004 equivale a lo que se negocia en Bolsa un día normal. Las devoluciones de hacienda el presenta año 2005 coincidieron al récord histórico de contratación conseguido a mediados de Mayo cuando se produjo el megalavado de cupón relacionado con el dividendo de Telefónica. O empezamos a tener en cuenta este factor o la realidad económica se nos va de las manos.
Pensemos que el pacto social se materializa gracias a las posibilidades que permite el pacto fiscal, lo cual genera bienes públicos (educación, sanidad…) y redistribución de la riqueza (pensiones, subsidios …) Si este modelo se rompe, porque no se adapte a la nueva realidad, corre peligro la estabilidad y la convivencia.