La Renta Básica no es una medida social sino fundamentalmente económica. Cubre los gastos mínimos de los individuos. Se valora respecto al umbral de la pobreza, para aplicarse en una zona monetaria. En la zona euro vendría a equivaler a 421 euros mensuales.  Es para todas las personas. No es a cambio de hacer trabajos o cursos obligatorios.   Es personal, no familiar. Se propone como un  derecho, no como una asistencia social. Al ser una medida económica forma parte de la estructura del desarrollo económico, por eso ha de entenderse como una reestructuración del capitalismo, que sucede dentro de la evolución del mismo y la Renta Básica viene a ser una medida de adaptación de la economía a los nuevos cambios de la realidad, como el progreso tecnológico y la globalización.

En la actualidad la función del trabajo ha dejado de ser un medio para resolver las necesidades de una sociedad y se ha convertido en un fin, prioritario, de las políticas económicas de los países desarrollados, creando una serie de necesidades para la consecución de tal fin, mantener y crear empleo. A su vez muchas medidas necesarias desde el punto de vista medioambiental y para lograr el desarrollo sostenible se ven frenadas ante la necesidad de no aumentar el paro. El empleo ha dejado de ser una realidad absoluta de la economía y se convierte en una función relativa, para lo cual es preciso reordenar los criterios económicos desde la ciencia de la economía. Este proceso de adaptación es el que estudia la Teoría Alternativa.

Una situación en la que la creación de empleo es un fin que justifica los medios, hace que proseguir en esta línea pueda poner en juego el modelo democrático de sociedad en que vivimos de cara al desarrollo sostenible y a la circunstancia de la globalización en el que estamos inmersos.

No son los medios que desarrollan diversas las políticas económicas para tal fin, lo que ponemos en cuestión, desde nuestra teoría alternativa, sino el mismo fin, el empleo. Precisamente porque entendemos que éste es un medio que ha de ser usado, que es imprescindible usar en su justa  medida. Lo cual ha de regular el mercado laboral, sin que para ello se vea afectado el poder adquisivo mínimo de ningún ciudadano. La esencia de nuevos empleos se caracterizan por ser precarios, temporales, pero nuestra economía no está adaptada a esta nueva situación laboral. Lo que tratamos de resolver es la manera de encajar esta nueva característica y el bienestar social, incluso ampliarlo en un modelo global y sostenible, algo que es posible y necesario.

Necesario para que funcione mejor la economía de la sociedad del bienestar y se haga extensivo a otras economías. Pero es posible en una sociedad con una gran riqueza y en la que el motor económico ya no es el modelo productivo ni de consumo, sino la economía financiera. Ante lo cual proponemos un modelo de financiación específico de la Renta Básica, que no afecte a los Presupuestos Generales del Estado ni se desarrolle a través del IRPF, sino mediante una tasa RB, que supone la evolución fiscal en la nueva economía y la conversión de la tasa Tobin en la Tasa Renta Básica. Las mediciones que se han realizado sobre modificaciones del IRPF y la sustitución de determinadas subvenciones por la Renta Básica (José Iglesias, Luis Sanzo, Daniel Reventós, Enrique Pinilla)  demuestra que es posible, pero no suficiente  Para establecer un criterio de aplicar la Renta Básica, es preciso encuadrar la Renta Básica como teoría económica, no reducir tal medida a una idea benefactora, de justicia social o fundamentos meramente éticos. Vemos que la falta de análisis estrictamente económica hace que la renta básica, aplicada como salario social en Euskadi haya llevado a un déficit presupuestario, o en Alemania, lo que hace que sea replanteada antes o después, con una carga fiscal que hace que sea insostenible y se mermen otras prestaciones públicas. Por ejemplo el Departamento de Bienestar Social del gobierno de Navarra se ha visto obligado a recortar y cancelar diversas actuaciones constatar un déficit en su dotación económica, en los presupuestos del año 2005. La medidas afectan a la renta básica (a las familias sin medios de subsistencia y otros servicios sociales).

Puede parecer paradójico pero las medidas sociales salen caras y deficitarias, mientras que universalizar una renta básica, puede dinamizar  el desarrollo económico desde la sostenibilidad medioambiental. Este criterio es el que expone la Teoría Alternativa. En el Museo Nacional de Ciencia y Tecnología, de Madrid, se puede contemplar un experimento que consiste en ver como un objeto “cae” rodando hacia arriba. Nos lleva a pensar que es un truco, que se trata de un imán  o algo que lo mueve. Hasta podríamos interpretarlo como algo mágico. La explicación a éste fenómeno es el desarrollo de las leyes de la gravitación y tiene una explicación científica que se conoce como paradoja dinámica. Se trata que una determinada forma, dos conos unidos por la base adquieren una forma que hace que su propio peso genere una fuerza que le haga rodar por sí mismo, por la fuerza de la gravedad, hacia arriba. La economía actual ha adquirido una nueva forma que hace que su dinámica sea de una manera diferente a la de años y siglos atrás. Por tal motivo podemos entenderlo como un cambio cualitativo, que responde al desarrollo de las leyes económicas en la sociedad actual.

¿Como entenderíamos que un carpintero se quedase en paro porque fabrica mesas para un poblado y llega un momento en que todos los habitantes tienen ya una mesa y el alcalde decide subvencionar la compra de una mesas por hogar para resolver la situación de desempleo del carpintero? Llegaría un momento que no cabrían en las casas de los vecinos más mesas, ni más sillas si diversifica la producción.  Y si introduce tecnología en lugar de hacer una diaria puede realizar diez al día. ¿Será buena idea proponer que usen las mesas como leña para la calefacción? Podría ser, pero ¿en verano? ¡Ah! Una genial idea de nuestro alcalde, mantener encendida la calefacción, sólo que para no perder el bienestar incrementar el uso de aire acondicionado para refrescar la casa, lo cual sería un gran avance económico al llevar otra industria al poblado, como alternativa a los parados del sector agrario. Lo que indica que el carpintero no pude trabajar las tierras, porque están ocupadas. Tampoco se puede ir, pues en otros poblados sucede lo mismo que en el suyo. Pero ¿en invierno, qué se hace con los aparatos  de aire acondicionado que dan trabajo a un técnico de averías, cuando ya se han instalado en todas las casas? Que sigan funcionando, lo cual da empleo y genera riqueza a las compañías eléctricas y hace que se incremente el consumo de mesas para la calefacción, con lo cual es más necesario el trabajo del carpintero y podría incluso llegar a necesitar otro ayudante. Este ejemplo de Perogrullo retrata la economía actual.

Desde el marxismo analítico Gerald A. Cohen critica el liberalismo igualitario de Rawls. Frente a la justicia social rawlsiana de restringir la justicia social a la estructura básica, propone una base social de dignidad. Ambos planteamientos son modelos teóricos de carácter valorativo.  Los economistas y pensadores sociales, lo mismo que los funcionarios de organismos internacionales pretenden responder a cómo resolver el problema de la pobreza, a nivel mundial, o en el ámbito de un Estado determinado. A lo más que puede llegar este planteamiento es a ofrecer un salario social, que acaba siendo insuficiente e ineficaz.  La pregunta a la que hay que buscar solución es cómo solucionar el problema económico de la pobreza, cuyo desarrollo nos lleva a la Renta Básica. Responder a esta pregunta es lo que me ha llevado a elaborar en su conjunto la Teoría Alternativa. Parte del modelo de economía de mercado, pero logra establecer un ámbito propio de actuación para favorecer el desarrollo económico.

Hay que diferenciar el capitalismo económico como modelo que instrumentaliza el capital para crear riqueza, del capitalismo ideológico que utiliza el capital como un medio de dominio, en cuanto que hoy se entiende que el poder económico controla al poder político. Este aspecto es lo que la Renta Básica suprime.  No logra la igualdad absoluta, pero da prioridad a la libertad del individuo, a partir de un modelo en el que se supera el estado de necesidad. Quienes quieren tachar de mero reformismo este planteamiento lo reducen a una idea que se queda en eliminar la pobreza extrema, pero  cuando la Renta Básica se engloba, dentro de un modelo económico es una medida revolucionaria porque logra unificar esta medida con el proceso histórico de nuestro modelo económico, o sea permite la superación de una realidad que se transforma.

Teoría Alternativa

La Teoría Clásica que surge con Adam Smith, cuando crea la ciencia económica, aplica un método de análisis basado en la observación, pues llega a conclusiones verificables. La escuela clásica de economía viene marcada por su libro “La Riqueza de las naciones”, publicado el año 1776.  Año de la independencia de los Estados Unidos de América. También se considera esta obra la base del liberalismo económico. La conclusión es que la riqueza deriva del trabajo. En relación al empleo sus fundamentos son  aplicables a una circunstancia económica en que sea factible de antemano la ocupación plena. En la escuela clásica se inscriben además David Ricardo, John Stuart Mill, Malthus y Karl Marx.  Los neoclásicos no parten del pleno empleo, sino que aplican las recetas correspondientes para llegar a él. Según la teoría clásica no existe desocupación involuntaria. La oferta crea su demanda, lo que se plasmó con la ley de Say. El salario real corresponde a la desutilidad marginal de la ocupación.

La teoría clásica no funciona para situaciones de desocupación involuntaria. John Maynard Keynes, planteó, ante esta nueva circunstancia una auténtica revolución. Su teoría parte de la demanda como motor de la economía y no de la oferta. Asume la realidad del paro involuntario, de manera que se plantea como objetivo primordial el pleno empleo, a través del gasto público. Propone una expansión de la demanda global de manera que mediante un efecto multiplicador, descubierto  por un compañero suyo en Cambridge, Robert Kahn, permite el aumento de rentas y empleo. Inicia lo que se vino a llamar la revolución keynesiana que se sustenta en la Teoría General, en contraposición a la teoría clásica. Defiende el intervencionismo económico para evitar el colapso. Se admite y desarrolla su teoría, sobre todo tras la II Guerra Mundial, como forma de salir de las crisis y para frenar la avalancha del comunismo que se afianzaba y adquiría fuerza en situaciones de conflicto y necesidad dentro de las sociedades capitalistas avanzadas, en el contexto de la guerra fría. Ante semejante presión política se acogió la nueva forma de entender el capitalismo como un sistema protector y benefactor. Se entiende como una forma de socializar parte de la riqueza que genera. Lo que más tarde un representante de la escuela austríaca, F. Hayek,  vino a desmontar y  a descalificar tal teoría en su libro “Camino de servidumbre”. El ocaso del keynesianismo sucede cuando la deuda pública de los gobiernos no puede crecer más. El déficit presupuestario supone un peligro. Los nuevos criterios retoman lo que vino defendiendo la escuela austríaca, que había quedado arrinconada. Se impone el criterio de  reducir el gasto público a los recursos disponibles, lo cual es la base del neoliberalismo actual y que afecta, con más o menos rigidez, a gobiernos de derechas y socialdemócratas.

Para Keynes el nivel de empleo no depende de los salarios sino de otras variables, como son la capacidad de consumo y de inversión. Pes en ésta en la que propone incidir desde la política económica. Cuando el consumo y la inversión se saturan  los incentivos se solapan a la práctica del mercado, favoreciendo la bajada de salarios y el aumento de beneficios. Lo cual va a ser posteriormente la clave de la política monetarista que sustituye al intervencionismo. Para evitar los conflictos sociales, se mantiene una subida de salarios en las negociaciones colectivas con los sindicatos, pero se crea una población laboral, que supone un 32% de los trabajadores a finales de los años 90, cuyos salarios medios bajan ante la contratación temporal y en precario.

La Renta Básica es una intervención en la sociedad, pero no en la economía ni a través de ella. Es un punto de partida que da forma a una nueva economía que evoluciona del modelo actual.  Optimiza los recursos tecnológicos y permite conservar la riqueza ecológica y las constantes vitales del medio ambiente. Fomenta un modelo de desarrollo que acopla, adapta y convierte en una simbiosis la tecnología más avanzada y la ecología. Al tiempo que permite que el mercado funcione por sí mismo y sea  accesible en lo más necesario para todas las personas. Nos encontramos con las bases económicas del desarrollos sostenible.

Desarrollo sostenible

El Tratado para una Constitución para Europa en el artículo I-3,3 que se refiere a la definición  y objetivos de la Unión Europea establece que obrará en  favor del desarrollo sostenible basado en una economía social de mercado. Pretende hacer compatible el progreso social con la calidad del medio ambiente, la competitividad y la estabilidad de los precios. En su preámbulo  señala que se propone avanzar en la senda del progreso y la prosperidad por el bien de sus habitantes, sin olvidar a los más débiles y desfavorecidos.  Para lograr estas metas se establecen una serie de disposiciones que pueden quedar en mera retórica si no se ponen unos fundamentos económicos que hagan posible este marco de buenas intenciones.

Durante el año 1997 se redactó el protocolo de Kyoto sobre las emisiones de CO2, con el fin de proponer medidas que disminuyan  dichas emisiones contaminantes, con efectos peligrosos ante un previsible cambio climático.  En la Haya se celebró, en Noviembre de 2000, la Cumbre sobre cambio climático advirtiendo de la gravedad del problema. Se constató  la falta de un punto de vista global, ante la prioridad de intereses nacionales y económicos. En la reunión de Marruecos (Noviembre 2001) se logró el consenso de 180 países para la reducción de emisiones de carbono, en un 8% para la Unión Europea, entre los años 2008 y 2012. Pero en la misma solución se vician los resultados. Por ejemplo se permite la compra de derechos de emisión contaminantes, a cambio de deuda externa. De esta manera se mantienen las cotas de contaminación de los países desarrollados y se priva de la posibilidad de progreso a naciones de escasos recursos.

Debemos darnos cuenta que el problema medioambiental y el proceso de un desarrollo sostenible ya no es un problema de conciencia social ni jurídico, lo cual se ha logrado después de muchos años de movilizaciones y de concienciación por parte de grupos minoritarios. En la actualidad es un problema de índole económico y es en la economía donde hay que  incidir para hacer posible el desarrollo sostenible.

Una de las conclusiones de la Cumbre de Johannesburgo fue  que se supriman las subvenciones que los gobiernos de los países ricos dan a los agricultores, porque distorsionan el comercio internacional e impide el consumo y la producción en los países pobres por carecer de un mercado rentable. Ningún gobierno de los países desarrollados económicamente acepta tal condición, la cual es indispensable para  poder progresar en el Tercer Mundo. Cuestión primordial y base de todo lo demás. No se puede aplicar sin establecer en los países ricos otro modelo que haga posible la supresión de las ayudas agrarias, las cuales  hacen que, por ejemplo, a la reina de Gran Bretaña, Isabel II,  y al Príncipe de Gales les suponga  en el año 2004 ingresar en su cuenta tres millones de euros como subvención.

Al mismo tiempo se ha llegado a un nivel de riqueza y bienestar satisfactorio en amplios sectores de las sociedades ricas. Pero mantener este nivel de desarrollo ya no va a depender del empleo y la inversión, sino de lograr la sostenibilidad del modelo y su expansión global, pero se ve bloqueado por mantener criterios, objetivos y métodos de etapas económicas que han sido superadas.

Significación de la Teoría Alternativa

La Teoría General cambió el método, pero no el objetivo, respecto a la Teoría Clásica. Su objetivo fue que es que no haya paro y que a través del trabajo se resuelva el salario. Según la teoría clásica a medida que aumenta la ocupación baja la tasa de los salarios reales. El planteamiento que hago con la Renta Básica es un giro copernicano, en el sentido de definir la economía en su estado actual: el trabajo a dejado de ser primordial y es en muchas ocasiones perjudicial para la sociedad y para el conjunto de la economía, causando graves daños sobre el medio ambiente, a los trabajadores y consumidores, justificándose en la necesidad teórica de mantener y fomentar la creación de puestos de trabajo. El pleno empleo es un objetivo falaz. Lo mismo que Einstein encontró su teoría de la relatividad al cambiar el modelo de pensamiento sobre el tiempo, que de considerarse absoluto, lo vio como una realidad relativa, así en economía hace falta un cambio de paradigma para adecuarnos a la realidad de los nuevos tiempos y entender el empleo como algo relativo.

Propongo la Renta Básica dentro de la Teoría Alternativa, cuyo significado hace referencia a la etimología misma de la palabra  “alternativa”, “alter natos”, que quiere decir  “otro origen”. O sea partir de entender el trabajo como algo secundario y que no tiene porque seguir siendo la única fuente primaria de un salario o de otros derechos económicos, jubilación, prestaciones etc.  El paro se integraría en el proceso económico y en el desarrollo de la sociedad, cumpliendo una función social, como analicé en el manifiesto “La revolución del paro”.

Keynes entiende que las tesis de Ricardo y de Say, “la oferta crea su demanda”, y la de Marshall, “el ahorro conduce a la inversión”  son ilusiones ópticas. No obstante  él cae en otra idéntica. Los postulados neoliberales posteriores a la era keynesiana vuelven a las tesis clásicas con tres grandes teóricos de la oferta, Coffee, Kempf y Roberts, cuyos análisis ultraliberales les lleva a la conclusión de que la liberalización debe ser absoluta sin la más mínima intervención pública y disminuir las cargas fiscales para potenciar la oferta de productos e inversiones. Sucede que el incremento de la oferta genera riqueza, pero hasta un límite, cuando deja de haber demanda. Por lo tanto el modelo de Keynes es más equilibrado pues la demanda  limita la oferta y si la primera no da para más el crecimiento se estabiliza. Es lo que el mismo Keynes puso de relieve, bajo el efecto que denominó “la trampa de liquideces”: un tipo de interés bajo para hacer ajustes económicos logra aumentar las percepciones monetarias, pero el ahorro y los títulos no rinden intereses desde el punto de vista social, pues el atesoramiento no produce efecto económico alguno.

Para Keynes los principales inconvenientes de la economía de los años treinta  fueron la incapacidad de procurar la ocupación plena y la arbitraria y desigual distribución de la riqueza y los ingresos. Respecto a la primera parte propone que el Estado asuma más responsabilidad en la organización de las inversiones. En cuanto a la segunda parte de su planteamiento entiende que si se promueve el consumo aumenta el capital y permite redistribuir más los ingresos, ya que al invertirse más hay más trabajo y más gente que gana un salario. Lo que la Teoría Alternativa plantea es que si la distribución de la riqueza debe ser mediante el trabajo y  desde las inversiones públicas o, por el contrario, mediante una renta básica que permita posteriormente que funcione el mercado por sí mismo, el laboral por un lado  y el de bienes por otro. Los críticos de Keynes, desde los seguidores de la escuela austríaca  y quienes siguen los preceptos del monetarismo (James Buchanan, Milton Friedman y Fredrich A. Hayet)  piensan que la única forma de resolver los problemas del paro y del crecimiento económico es dejar que funciones el mercado por sí mismo sin ninguna intervención del Estado. 

Al basarse la Teoría General en el gasto público requiere incrementar los impuestos. La iniciativa privada se ve desmotivada y en lugar de resolver el problema lo que hace es aplazarlo hasta que sucumbe en una crisis de empleo y beneficios, en el momento en que la deuda pública adquiere un volumen  insostenible.  El economista y político británico, William Godwin, llegó más lejos a principios del S. XIX, al afirmar que toda institución social es fuente del mal al ser una forma de control. Ejerció una gran influencia en su época, y aún hoy en día es citado en sus reflexiones desde la derecha, para explicar que cualquier intervencionismo o acción del Estado se cobra un precio en someter a sus designios al pueblo. Este criterio no tiene en cuenta que una democracia necesita dotar a sus ciudadanos y ciudadanas de una mínima base económica para ejercer sus derechos y poder elegir. Algo que hasta ahora se ha venido haciendo a través del derecho al trabajo. La pobreza es fruto de unas relaciones económicas concretas, no un designio de la naturaleza humana o divina.

Keynes pone como límite de las estrategias económicas el pleno empleo. Encaminado en la consecución de tales objetivos pretende  bajar la tasa de interés para provocar una mayor eficiencia marginal de capital, dando lugar a la ocupación plena. Ocurre  que una parte de ese pleno empleo se ha sustituido por la tecnología. Aunque surgen nuevos puestos de trabajo son más los que se desplazan. Por otra parte la motivación estatal fomenta el falso empleo, es decir el que no es requerido por el mercado laboral. Lo que está claro es que el keynesianismo funcionó durante las primeras fases de su aplicación. La socialización de las inversiones  logró aumentar el volumen global de producción. Si bien este modelo desembocó en una crisis de empleo, logró un auge económico, pero fue al mismo tiempo un modelo depredador de materias primas y energía. Cultivó la cultura del consumo derivando en el consumismo. Abrió una vía importante para entender las relaciones entre economía y política, como fue combinar la participación del Estado con la iniciativa privada.  Ocurre que la propensión al consumo como estrategia económica se agota, tanto por la limitación de los recursos, como por la cultura que ha generado que pierde vitalidad y confianza sociológica.

El esquema sobre el que Keynes se basa parte de la observación de pequeños espacios de mercado, focalizados en sectores concretos. Luego lo quiere generalizar y para ello se ha de provocar la modificación de una variable. Si se baja el tipo de interés aumenta la inversión porque el dinero cuesta menos. Se incrementa el consumo porque hay más gente trabajando. A su vez el que se beneficia de las inversiones consume y el que consume motiva otras inversiones, por lo que el crecimiento económico es expansivo. Se crea empleo, el empleo se dedica al consumo lo que motiva la inversión. Sin embargo en esta carrera aparece una variable que es la inflación. Al aumentar la demanda aumentan los precios. Por otra parte al aumentar la demanda de carburantes y de energía hace que el precio aumente también en el transporte y provoque la subida general de precios. El resultado es que llega un momento que para controlar la subida de precios desmedida, que no acompaña la evolución de los salarios, se tienen que subir los tipos de interés, lo que se conoce como enfriar la economía. Se frena la inversión y el resultado es que aumenta el paro.  A no ser que el trabajo sea precario, temporal y fluctúe en una adaptación a una crisis permanente, como sucedió en el año 2000 en EEUU. Un dato curioso es que cuando en EEUU disminuye el paro respecto a Europa aumenta la pobreza, algo que no sucede en el continente europeo.

La teoría clásica se aplica con la posibilidad real del pleno empleo. La teoría general sirve para conseguir el pleno empleo. Su objetivo es crear nuevos puestos de trabajo mediante el aumento del consumo global. La teoría alternativa prescinde del pleno empleo, para encajar en el mercado laboral el trabajo necesario y el valorado en sus términos correspondientes, decididos por la oferta y la demanda. Para lograr tales objetivos socializa una parte de los beneficios. Deja al mercado el resto para que se reparta como beneficio privado. De ahí que se presenta como una opción práctica. No desarrolla un modelo teórico sobre ideales abstractos que pretenda la igualdad, la libertad o la justicia social con criterios absolutos y por supuestos abstractos son cuando se presentan fuera de la realidad concreta y cotidiana.

La teoría alternativa parte de un mínimo común, porque supone una transformación cualitativa tan grande que la humanidad entrará en otra dimensión económica y social.  No es una medida redentorista ni salvadora. Sino que se propone como un mecanismo realista para la actuación económica y política, en las sociedades avanzadas y permitir el progreso y desarrollo en los países del Tercer Mundo dentro del respeto a las culturas y tradiciones particulares. ¿Hasta donde se puede mantener el crecimiento económico? No hay respuesta. Hasta una próxima crisis, hasta que se produzca una hecatombe energética. Con nuestra propuesta se puede responder que es hasta que sea posible establecer la Renta Básica.  Esta medida forma parte esencial del crecimiento económico, al que define y da forma. La Renta Básica aparece como aplicación de la ley del desarrollo económico y no como una añadido o una idea sui generis de justicia social. Lo que no quita que tenga estos valores añadidos.

Durante la celebración de la Asamblea del FMI y el BM, en Washington, en abril de 2.000, el Comisario Europeo de Desarrollo,  Paul Nielson, declaró que la liberalización comercial necesita una globalización con rostro humano: “ No hay alternativa a una economía mundial abierta y libre. No es la panacea, pero tampoco un fin en sí mismo”. En el mismo sentido ha incidido el presidente del Banco Mundial, James Wolfensohn, sobre su esfuerzo personal por humanizar la institución que dirige.

La pregunta que debemos hacernos es ¿cómo se consigue semejante dimensión humana? El crecimiento económico se acompaña de un aumento de consumo junto a una creciente extensión de la pobreza en áreas geográficas y el desgaste paulatino del medio ambiente. Las nuevas políticas ecológicas embellecen las ciudades, decoran los parajes campestres. Da la sensación de una nueva conciencia que se reduce a una imagen. Los recursos son cada vez más escasos. Por otra parte se extiende la dificultad económica en poblaciones dentro de áreas favorecidas. La herramienta económica para abordar la globalización como un efecto positivo para el conjunto de la Humanidad es la Renta Básica. Sin ser tampoco la panacea ni un fin en sí mismo, sino un paso más, necesario, para el. progreso económico.

La teoría clásica se basa en la oferta. La economía moderna en la demanda, pero al introducir criterios de la economía clásica, el neoliberalismo contemporáneo se ha trasformado en una serie de tácticas que hacen de la oferta y la demanda un juego para especular y arbitrar negociaciones basadas en los intereses bancario del capital y las cotizaciones de Bolsa. El mercado queda supeditado a las estrategias de producir dinero. El mercado queda en fuera de juego para solucionar el desempleo, de no ser que la política forme parte de la estrategia empresarial para bajar los costes de producción, que es lo que sucede con la política del capitalismo occidental a finales de los años noventa. Situación que no se ve al no ser analizada desde la nueva perspectiva de la Teoría Alternativa.  Se atisban síntomas que describen los hechos, sin que se ofrezcan soluciones al estar anclados los estudiosos de economía política en fijaciones históricas de la relación inversión-mercado-trabajo. Ronal Coase, premio Nobel de economía en 1991, afirma: “no falla el mercado sino los derechos de propiedad y transacciones”. Lo que implica que hay una incompatibilidad del sistema mismo.

Nuevo concepto del valor en economía

Teniendo en cuenta la evolución del concepto del valor, podemos comprobar las nuevas tesis de la Teoría Alternativa, en función a la Renta Básica. El valor ya no lo es solamente de cambio y de uso, de utilidad y de limitación, sino que hay un valor de consumo en sí mismo. Por tal motivo el salario puede resolver la posibilidad de acceder al valor de cambio. El trabajo ha añadido la renta-ganancia adquirida que ofrece el valor de consumo. Pero el valor de uso es restado de las otras funciones que se tienen que sobredimensionar al no ofrecerse la posibilidad de resolver el valor de uso con la Renta Básica, en cuanto y cuanto se usa para resolver las necesidades vitales. Según  pudo observar Marx: “el trabajo es un instrumento para hacer producir valor al capital”. Lo que ningún capitalista ha puesto en duda. Pero esta relación se ha invertido en la práctica y el capital se convierte en un instrumento para hacer producir valor al trabajo. Además la demanda de una serie de productos se convierte en la demanda de un trabajo.

La demanda de una propiedad como demanda de un trabajo fijo, que me abre las puestas para recibir un crédito, de forma que el salario se convierte en capital. Pero la oferta está resuelta independientemente del trabajo que pueda realizar el obrero-consumidor. Por lo que la flexibilidad, la temporalidad y precariedad en que cae una parte del empleo en la actualidad y la especialidad de otros requieren un factor compensador, que es la Renta Básica. De esta manera pasamos del derecho del trabajo a otro más amplio, el derecho económico, lo cual sería el desarrollo concreto de lo que Diego López Garrido comentó en su último discurso en Nueva Izquierda, sobre la idea de democratizar la economía. Sobre todo en tanto y cuanto la persona va a poder decidir sobre su empleo, porque tiene una base que le garantiza la supervivencia. Lo cual va acorde con la nueva organización empresarial en un nivel óptimo de aprovechamiento de la tecnología. Evidentemente surgirán nuevos criterios de valor sobre determinados empleos, pero fijados en la libre relación de un mercado laboral, sin coacciones y que funcionará mejor. Todo lo cual permitirá un mejor funcionamiento de la economía.

A través del estudio de la teoría del valor que hace Carl Menger, podemos llegar a comprobar el valor de la Renta Básica. Un valor económico, de mercado y social. La Renta Básica es lo que da una parte de valor al trabajo en la época tecnológica. Para el fundador de la Escuela austríaca: “el trabajador debe tener suficiente para alimentar al trabajador y a su familia, pues si no, no se podría proporcionar a la sociedad los servicios que necesita”. Al comienzo de la etapa industrial se entendió que el trabajador no puede ir más allá de los medios suficientes para subsistir. Progresivamente la supervivencia ya no es una cuestión de mínimos vitales sino que es algo cada vez más sofisticada dentro de la sociedad de consumo.

Cubrir el mínimo vital con un salario daba por una parte sentido y valor al trabajo. Si no llegase a él ¿para qué trabajar?. “El mínimo existencial se convierte en el principio a tenor del cual se regula el precio del trabajo más común”, apunta Menger.  Y añade: “el precio de las restantes prestaciones laborales se explica por inversiones de capital, por las rentas, el talento, etc”. En una época en que el paro sobrepasa la capacidad de empleo ¿cómo proporciona la sociedad los servicios que necesita? Ya no puede establecerse mediante el trabajo.  Menger observa que una parte del salario es fijado, a partir de un mínimo que es lo que da valor al salario. También indica: “existen prestaciones para los ajustes económicos que son inútiles y perjudiciales”, por lo que  las prestaciones no son siempre bienes  y menos bienes económicos. Lo sucede con muchas clases de trabajo.

El economista austríaco admite que no puede fijarse para toda prestación laboral un precio. Menos un precio determinado, sino que debe ser establecido por el mercado.  Si a través de la oferta y la demanda laboral no es suficiente el salario para cubrir las necesidades básicas ¿qué sentido o valor tiene tal trabajo? Por lo cual quedará resuelto si tal balance del mercado se establece a partir de un mínimo vital fijado para todos los ciudadanos y ciudadanas, la Renta Básica. Al no  quedar condicionada a un trabajo no quita valor al empleo, sino al contrario aumenta su valor de uso y de cambio, como actividad económica.  Lo que entra plenamente en la definición de Menger: “Los medios de subsistencia del trabajador o los mínimos existenciales no pueden ser causa inmediata ni el principio determinante del precio de las prestaciones laborales”. Se determina por su valor, siendo éste, para Menger, la satisfacción de las necesidades. Entonces o bien no cubre esta expectativa o no sirve para una parte de la población. Tal idea a inspirado una serie de medidas para dar valor a determinados trabajos que se fijan según su oferta. Lo que ha motivado, por ejemplo, que se establezca en las universidades un numerus clausus. O en profesiones de élite, como la de pilotos, los mismos profesionales limitan las plazas para no perder valor  su salario.  Vemos que la Renta Básica sin embargo tiene un valor per se. Que da valor al trabajo y mejora el precio del consumo de bienes.

Una de las ideas para aplicar la tasa Tobin es  fiscalizar los beneficios especulativos. La financiación de la Renta Básica consistiría en pasar de la tasa Tobin a la tasa RB, de aplicación general a todo movimiento especulativo, creando una nueva fiscalidad para la economía financiera, basada en la especulación. El beneficio especulativo, al no provenir de la productividad directamente, será más apropiado gestionarlo por la autoridad monetaria, para aplicar de manera directa e independiente del presupuesto del Estado a la Renta Básica. De manera que sea una medida estrictamente económica. La cantidad de dinero que mueven las grandes multinacionales y corporaciones bancarias es similar a la de los presupuestos de los Estados, por lo que un Estado habrá de cubrir su actuación social (sanidad, educación, obras públicas, seguridad ciudadana) con el dinero que recaude.  El pluscapital que se genera con la aplicación de la tecnología da lugar a un nuevo remanente de dinero, siendo una parte de éste la que puede tomar  forma de Renta Básica.  Por lo que el Banco Central ya no sólo articulará su política monetaria en criterios inflacionistas y maniobrando con los tipos de interés, sino que ha de mantener una base constante de economía social.  Los tímidos intentos de abordar esta situación desde 1996 en España con la legislación para el tratamiento fiscal a las plusvalías fueron insuficiente.

El director del Servicio de Estudios de Bolsa de Madrid, Blas Calzada declara: “La especulación es necesaria para que los mercados estén tranquilos”. Junto a otros colegas se oponen a poner trabas a este proceso, pero reconocen que hace falta una nueva arquitectura financiera internacional, apoyándose para este fin en incrementar medidas sancionadoras, sobre todo que eviten casos de corrupción. La idea básica es no entorpecer el libre comercio. Es aquí donde interviene la teoría alternativa sobre la renta básica, en tanto y cuanto que el libre comercio  llegue  al último consumidor, ciudadano y ciudadana, con lo que aplicaríamos el valor de utilidad marginal de la demanda global con la Renta Básica. Lo que se hace es dinamizar el libre comercio desde su utilidad marginal, empleando una pequeña parte del capital especulativo, del pluscapital, para lograr la extensión necesaria.

Ante el debate sobre las medidas neoliberales, basadas en el monetarismo, como antítesis del keynesianismo, la Renta Básica aparece como la síntesis de ambas políticas económicas, superando a ambas e integrándolas al mismo tiempo. Lo cual es el fundamento teórico necesario para enraizar la Renta Básica con la realidad económica de nuestra sociedad y su evolución en la Historia. La Renta Básica no es estrictamente un mecanismo de liberalización ni de socialización, pero abarca ambas propuestas, es decir se trata de una medida que es liberal y socialista, de manera que se convierte en la síntesis  de ambas partes, no como una postura de centro, que se sitúa entre las dos, sino que las abarca a ambas llevando la economía a una nueva realidad desde la dialéctica como forma de construir la teoría de la  realidad, a partir de la Teoría Alternativa. Aplicar la Renta Básica, en su contexto preciso y con la financiación adecuada, construirá una nueva realidad  que se ajusta y adapta al nuevo orden monetario internacional. No se puede seguir eligiendo entre rentabilidad de las inversiones por medio de la inflación o por medio de la devaluación del trabajo.

Es el mercado lo que debe marcar las pautas, pero con una base inicial que resuelve el estado de necesidad, para trasladar globalmente la economía a su realidad:  ser una economía de consumo, que para nada tiene ya que ver con la economía de la necesidad de tiempos pretéritos. Por lo que la Renta Básica es un descubrimiento de gran importancia para el devenir económico y poder enlazar correctamente globalización, tecnología y desarrollo sostenible. Es, pues, una medida que permite un modelo socialista acorde para la nueva economía, al socializar una parte del pluscapital y a su vez facilitar el mecanismo del mercado. De manera que se aplique el liberalismo necesario y la socialización posible. Algo que sin la Renta Básica se hace a trancas y barrancas, sin resultados óptimos en el plano económico.