El coronavirus ha desatado una pandemia psicológica muy superior a la enfermedad que ocasiona la partícula infecciosa, como son la histeria (alteración emocional) y la psicosis (pérdida de contacto con la realidad) que ha desencadenado la manera en que informan los medios de comunicación sobre los efectos del virus COVID-19. Hemos pasado de un hecho biológico a otro social, que no tienen mucha relación si no es porque se han incrustado mutuamente. Lo cual es algo preocupante porque deforma la realidad y nos conduce a un callejón sin salida.
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