Habéis insistido en que comente algo respecto a este tema. Ya lo realicé hace catorce años y, por desgracia, se cumple el vaticinio que predije. Pero todo sigue igual en cuanto a las causas que no se quieren apreciar. He evitado entrar en juegos dialécticos porque son falsos debates y manifestaciones (que no argumentos) absurdos que harían reír de no ser el dramatismo que van a provocar a lo tonto y para nada, en un callejón sin salida como en el que estamos.