Es algo que nunca haré, escribir por escribir. Pensando en qué contar, como forma de comunicar literariamente un trozo de presente al lector, decidí no hacerlo, porque escribir por escribir… Sin embargo me ha parecido una reflexión interesante la que me planteé a mí mismo que comparto con quienes se animen a leer estas reflexiones.
La conquista de México según el soldado Bernal (1568) (V parte: conquistadores y Sancho Panza)
La dualidad en la obra de Cervantes, entre don Quijote y Sancho Panza, la vemos reflejada en los conquistadores y refrendada en la obra de Bernal en la cual se marcan muy claramente dos partes. Por un lado hasta llegar a México y durante la conquista de este territorio con duras batallas y por otra después, cuando exigen sus derechos, piden honores y cargos. En la primera parte Bernal se refiere a Hernán Cortés como el «capitán Cortés», el compañero. En la segunda se refiere a él como «Marqués del Valle«.
La conquista de México según el soldado Bernal (1568) (IV parte: conquistadores y don Quijote)
Lo que me motivó para continuar la larga lectura del libro de Bernal fue que es de Medina del Campo, Valladolid. Su padre regidor medinense, igual que Garci Rodríguez de Montalvo, autor del libro “Amadís de Gaula”, que tanto aparece citado en la obra de don Quijote. Se conocieron. Llevé varios años estudiando esta obra de caballería en relación con la que escribió Miguel de Cervantes.
He visto morir a una paloma

Hace un rato asistí a la muerte de una paloma y me he puesto a escribir de inmediato para reposar una sensación extraña, que me emociona sin saber por qué, con la que dialogo y os hago partícipes. (Días después paso al ordenador lo escrito a mano)
El elefante de Saramago
“El viaje del elefante”, de José Saramago es una obra literaria a la que, personalmente, no llamaría “novela”. Hace de la ironía un auténtico arte. Lo que en tierras de León llamamos “la retranca”, que maneja con gran maestría este escritor portugués.
La no escritura
La no escritura no se trata de aquello que no escribimos, no exactamente. Sea porque no nos atrevemos, porque no nos sale o porque «de cuyo nombre no quiero acordarme». No. Es otra idea, o mejor decir que se trata de una percepción que al visitar hace poco una exposición sobre la caligrafía turca, de una de sus modalidades cuyo autor es Murat Kahramon, me he reafirmado y atrevido a escribir al respecto.
Bodoque IV
¡Ay!, ¡lo que me ha sucedido! amigos. Me han entrado ganas de llorar. No volveré nunca más a contar nada de los bodoques. Primero porque ya hay quien sabe a qué ciudad me refiero. Demasiadas pistas. Entonces me preguntan que si Bodoque es el nombre de algún rey y me quedo perplejo. ¿¿??
Las lágrimas de van der Veyden
Vi recientemente en el monasterio del Escorial el cuadro de Rogier van der Veyden “El calvario”. Pintor de los Países Bajos (Bélgica hoy) que representa en esta obra la imagen de Jesús crucificado, su madre a sus pies en un lado y en el otro el discípulo Juan.
Pido perdón
Sucedió el tercer viernes de diciembre del año pasado. Algo terrible desde mi punto de vista que he de exhalar a modo de una catarsis que necesito, no para aliviar mi pena sino redimir el hecho.
No sé nada de arquitectura
Aprovecho las propuestas de exposiciones, conferencias y mesas redondas que hay de manera abundante en la ciudad a la que he llegado recientemente, en la que estaré cada mañana durante un par de años, para asomarme a muchos temas nuevos para mí. Me dejo llevar por el azar a la hora de elegir a qué acto voy. Descubro cosas muy interesantes que nunca me hubiera planteado.
Fronteras III
En el barrio al que me he referido sobre las fronteras grupales, separadas por las costumbres, la religión, las mismas relaciones humanas, la manera de expresarse, la mentalidad y demás sin que ninguna ley lo establezca sucede una paradoja:
¿Qué es bodoque? – 3
Una de las acepciones que ofrece el diccionario de la Real Academia española es: “persona de cortos alcances”. Me vino a la cabeza esta palabra, que cuando se repiten situaciones similares es sinónimo de simpleza, pero gente buena en general. Los que son bodoque bodoque son brutos, zafios y prepotentes. Pero una anécdota en cualquier caso que comparto con los amables lectores. Porque es un hecho tras otro. Curioso.
Va de bodoque (1)
¡! Sucedió tal cual voy a contar. Hay quien dice que siempre me pasa algo, pero sucede que al narrar cosas de éstas aparecen otros casos similares, no pocos, cuando los amables lectores comentan que a ellos les ha sucedido algo parecido. Cierto que a una mayoría no, porque como ya veremos la filosofía de quienes no quieren líos es “paga y calla”, pero cuando no lo haces y te encaras a una injusticia, por nimia que sea, sucede a veces este tipo de cosas.
¿Quién mira?
Me habéis preguntado algunos sobre lo que es mirar. También, no sin cierta indiscreción, si los escritos de la mirada tienen algo de autobiográfico. Es difícil responder, porque mi contestación sería «sí, en parte, aunque no». Y a la vez «un no rotundo, aunque no del todo».
La mirada introspectiva
Vi un avión de papel que volaba cerca de donde estaba, en el parque de al lado de la estación de cercanías. Me di cuenta de que tenía algo escrito a lápiz. Cuando aterrizó en el suelo lo desplegué con cuidado y leí: «¿Por qué no te miras a ti?» Me quedé pasmado, impávido, absorto. Fue evidente que alguien lanzó una pregunta al aire. Pero ¿quién?
La mirada ausente
Al viajar cada día en el tren de cercanías, siempre en el mismo horario, veo caras conocidas. Si falta alguna de ellas un día la echo de menos. Hay una persona en la que me fijé especialmente. No sé su nombre ni sé quién es.
La mirada perdida
Rememorando el título de la obra de Marcel Proust, “En busca del tiempo perdido”, en la cual el tiempo perdido no es aquel que ha pasado, ni el que se mantiene en el olvido, sino aquel que se hace presente porque le podemos encontrar y revivir, las mayor parte de las veces sin querer. Perdido es aquello que se puede encontrar. Y como diría Jorge Manrique en el pasado queda lo que hemos hecho y lo que no hemos hecho.
La felicidad y un cuento chino
Hace unos días disfruté de una experiencia placentera que muy bien se puede asociar a la idea de ¡felicidad!
Ahora lo entiendo
No podía entender que ante todo lo que sucede, con la cantidad de información de la que disponemos y resortes para hacer algo por mejorar nuestra situación, así como defender parcelas de libertad que perdemos porque dependen de nuestra manera de vivir, muy pocas personas hagan algo. Y éstas a medias, pues lo hace sin dar pasos definitivos.
Una extraña sensación
No es una sensación extraña, sino una extraña sensación, o sea que me resulta raro percibir la singularidad que a continuación os cuento, porque nunca me había sucedido tan intensamente y de manera tan nítida. Me hace pensar que el pasado permanece guardado en alguna parte recóndita de nuestro cuerpomente.
¿Para quién se escribe?
Cuando se ha dejado de preguntar por todo, porque las respuestas están dadas, es necesario hacer como los niños y niñas que insisten en pedir nuevas explicaciones, porque la realidad es, finalmente, como comprendemos que es.
Diario: el ladrón de libros.
Cuando escribo a veces no sé cómo terminar, otras no sé continuar. Ahora no sé comenzar. Varias ideas centrales se atascan. Y me frena no querer crear malos entendidos. Fue hace mucho tiempo.
Diario: Mi amigo Miguel Hernández
No se trata del poeta de Orihuela, no. Es un amigo con el mismo nombre y apellido. Una persona especial, extravagante, que conocí durante el curso de COU en el instituto San Isidro de Madrid. Había repetido en su historial académico hasta cinco veces. Cambió de ciudad, de colegios. Aquel año tenía que aprobar como fuese, sobre todo la selectividad por asuntos familiares de los que nunca supe.
Los pecados de la literatura actual
En una de las tertulias de Amélie, durante el intercambio de opiniones y puntos de vista, planteé la deformación a priori que padecemos a la hora de valorar la literatura y hablé de los dos grandes pecados de la misma.
Diario: tauromaquia y poesía
El título puede resultar equívoco. Seguro que se piensa que voy a comentar sobre la poesía en relación el mundo del toreo. Mi hermana Loly quiere que cite a José Bergamín. Pero no. No voy a referirme a esta relación de literatura y tauromaquía. Sí hablaré de algo que motiva este escrito: el ambiente literario en relación a la poesía.