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PERSONAJES:
* Tur
* Federico
* Maru
* Josu
* Adol
* Michel
* Gabina
* Mara
* Ányelo (Sacerdote.)
* Francisca (Mujer barbuda y embarazada.)
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I ACTO
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Escena primera
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(Un barco encallado en un puerto de cualquier mar u océano. Un hombre adormilado, grande y de cierta edad, está en él. Es Tur. Ronca. Tal sonido se mezcla con el del viento. Llega corriendo un joven. Viste con una camisa de colores. Entra. Mira a un lado y a otro. Ve al señor que dormita. Pone un gesto de desprecio.)
FEDERICO: ¡Me cago en Dios! No puede uno estar tranquilo ni siquiera cuando huye. ¿Qué hace este tío aquí?, ahí tirado, dormido. ¡Eh! (Le da con el pie para que se despierte. Tur sigue dormido. Otra patada ligera) ¡Eh, tú!, ¡despierta! (Tur cambia de postura, sigue dormido.) ¡Oye!, que a mí me da lo mismo quién seas. Pero me estás mosqueando, ¿sabes? No me gusta que adonde yo entre haya alguien durmiendo. Porque no. ¿Vale? ¡Mira que te tiro al mar!, que conmigo no se juega, conmigo se acabó el cachondeito. (Se queda mirándole.) Ahí te quedas. Para mí como si no existieras. (Pasea por la cubierta del barco inspeccionándolo.)
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Escena segunda
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(Llega una chica que se acerca al barco. Lo mira con cara soñadora.)
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MARU: ¡Eh, tú!
FEDERICO: (Pendenciero) ¿Es a mí?
MARU: ¿A quién si no?
FEDERICO: A ese (señala al hombre dormido.) ¿O es que yo tengo monos en la cara?
MARU: Está dormido. No le había visto.
FEDERICO: Pues que se despierte.
MARU: ¿Ves?, ¡es lo que realmente veo en este barco!: ¡El despertar! Me ha traído hasta aquí mi corazón. Es maravilloso: ¡Despertad hijos del pueblo!
FEDERICO: Pues éste duerme como una marmota.
MARU: Hablo del despertar de la Humanidad. Vamos a cambiar el rumbo de la Historia.
FEDERICO: ¿Y eso no es muy grande?
MANU: Es grandioso. Por ello pongámonos manos a la obra, ¡navegando al horizonte!
FEDFERICO: ¿Tú estás bien?
MARU: No me duele nada.
FEDERICO: A ver si se te va el barlovento. Pero déjame en paz, que tengo mucho que hacer.
MARU: ¿Qué haces?
FEDERICO: ¿No lo ves? ¡Hay que joderse!, está uno ocupado y viene la niñata a tocar (calla) ¡las narices!
MARU: No me has dicho lo que andas haciendo.
FEDERICO: Nada.
MARU: ¿Nada?, ¿nada nada?
FEDERICO: Nada especial.
MARU: ¿Y en general, más o menos?
FEDERICO: ¿No lo ves? ¡Estoy inspeccionando el barco!
MARU: ¿Puedo subir?
FEDERICO: No, no es tuyo.
MARU: ¿Eres su dueño?
FEDERICO: No, no, ¡no!, ¡joder! Si no, no lo inspeccionaría.
MARU: ¿Y de ese señor?, (le señala) el dormido.
FEDERICO: No creo. Si fuera suyo no estaría dormido, sino vigilante.
MARU: Estará soñando.
FEDERICO: O durmiendo la mona. Pero a mí no me importa lo que haga. Sea lo que sea, es su problema.
MARU: Es importante soñar.
FEDERICO: Pues sueña y vete. Aquí no haces nada.
MARU: Quiero viajar.
FEDERICO: Y yo. Irme cuanto antes.
MARU: ¿Adónde?
FEDERICO: No sé. Me da igual.
MARU: ¿Eso es viajar?
FEDERICO: Es escapar.
MARU: ¿Huyes?
FEDERICO: A ti ¡qué te importa!
MARU: ¿Huyes de ti mismo? Viajar a ninguna parte tiene su encanto. Es poesía. Puedo ir contigo, si quieres. Puedo ayudarte.
FEDERICO: ¿Adónde quieres ir?
MARU: A ¡Utopía! El mar está rodeado de horizontes. Podemos ir a un lado o a otro. Tú puedes ser un corsario, un marinero, un náufrago, un Peter Pan, ¡lo que quieras! Yo Campanita, o Wendy, o una sirena. Princesa no, porque mis principios son republicanos. Pero, ¿porque no?, ¡presidenta de la República de los sueños! Rescataremos a Alfosina Storni, enredada entre las olas.
FEDERICO: Déjate de gilipolleces. ¿Vale? Pareces una cultureta. Tengo que poner esto en marcha. Y tirar a este imbécil al mar, a ver si se despierta y se que no se quede acá.
MARU: Podemos ayudarte los dos. No te preguntaré de dónde vienes, ni adónde vas. Simplemente seremos olas, ¡olas sobre las olas del mar!
FEDERICO: (Pone un gesto de estar harto.) Busca otro barco. Aquí no pintas nada. Te diré una cosa: El oleaje marea. Marea mucho.
MARU: ¿Cómo que no pinto nada? He llegado hasta aquí por algo, siento una misión en mí, el despertar (piensa) ¡el despertar del mar! ¿habías pensado en un fundamento tan revolucionario? Si no eres el dueño, yo también puedo subir.
FEDERICO: (Saca una navaja)Y yo puedo abrirte en canal. ¿Vale? ¡Vete, vete! No quiero verte más. No voy a aguantar ni un minuto a niñatas. Vete a jugar con las palabras a tu casa.
MARU: ¡No pienso irme!, ¡yo lucho por la libertad! No me das miedo.
FEDERICO: Mira que como baje te arranco la cabeza.
MARU: No hace falta que bajes. Me subo al barco. (Entra.)
FEDERICO: (Atónito) ¡Me cago en la puta que te parió! ¡Aquí mando yo!
MARU: Quien manda es el mar. Iremos adonde él nos lleve. La luna será nuestra capitana y el sol nuestro camarada.
FEDERICO: Estás loca.
MARU: Ahora ya no es el mar. ¡Es la mar! (Abre los brazos) ¿Es estar loca abrazar el viento?
FEDERICO: Loca de remate.
MARU: Ojalá este barco tuviera velas. Así el viento sería nuestro aliado.
FEDERICO: Ojalá funcione esta nave en ruinas, para escapar de aquí.
MARU: A mí me gustaría pintarlo de color rosa.
FEDERICO: (Mira a Maru con ojos incendiarios.) Y así no llamamos la atención. Dirán “el barco de los maricones”.
MARU: ¡No tiene que ver con eso!, ni con que yo sea una mujer. El machismo no cabe en el nuevo mundo.
FEDERICO: ¿Qué nuevo mundo?
MARU: Por el que luchamos. Conquistaremos un mundo de igualdad, en el queb la libertad se palpe, sin homofobia, sin violencia, en el que impere la justicia social.
FEDERICO: ¿Por todo eso luchas tú? A mí me da lo mismo un mundo que otro. En cualquiera me voy a tener que buscar la vida y ganar las habichuelas.
MARU: Este es el barco de la ¡libertad! Cabemos todos. En el mar no hay fronteras. Hoy con la tecnología las habichuelas las tenemos que conquistar como un derecho. Como algo inalienable para hacer de vivir una obra de arte.
FEDERICO: Vamos a revisar el motor.
MARU: El motor de la Historia. (Se sube a una caja. Mira al cielo.) Kropotkin, ¡nosotras también vamos a luchar por la conquista del pan!
FEDERICO: Setenta céntimos la barra. Y como no nos vayamos pronto vamos a estar a pan y agua varios meses. (Guarda la navaja.) No podemos partir como si este cacharro fuera una patera.
MARU: Somos indómitas, rebeldes. (Se baja) Seremos ¡panteras del nuevo mundo!
FEDERICO: rebeldes sin causas, ¡no te digo!
MARU: Viajaremos por todo el mundo. Pararemos en cada puerto y haremos asambleas para explicar nuestra lucha a todo aquel que se acerque.
FEDERICO: Al barco de las mariconas. En cada puerto una mujer, seguro que habrá en cada uno un puti club.
MARU: ¡No seas ordinario! ¡Arranca de tu cabeza lo viejo! Vamos a nacer en una sociedad nueva, sin prejuicios, sin diferencias raciales ni de género. Hablaremos en cada lugar al que lleguemos de la sangre derramada por la clase obrera al luchar por sus derechos, de la sangre de los justos cuando lucharon para que hubiera justicia social. Y de la paz. Una paz basada en los derechos del ser humano y no en la que silencia la explotación, ni de la que se erige como coartada de corruptos. Una bandera con el blanco de la no violencia y el rojo de la lucha. Contaremos nuestros ideales en cada puerto donde arribemos. (Se coloca frente a Federico) Agrupémonos todos. Empecemos nosotros, camarada. Vamos a cambiar el mundo de base. (Tur, dormido aún, sonríe ostentosamente) ¡En este barco pondremos la razón en marcha! Será el fin de la explotación, te lo aseguro.
FEDERICO: Lo que tenemos que poner en marcha es el motor. (Hurga en la caja de mando. Se oye un estrépito.) ¡Por fin!
MARU: ¡Rumbo a la utopía!
FEDERICO: El caso es salir de aquí. Y que sepas que yo en cuanto pueda me las piro.
MARU: Llenaré el barco de revolucionarios. Y construiremos cientos, miles, ¡millones de barcos rosas! Rodearemos a los barcos militares y se rendirán.
FEDERICO: Hasta que te den un sillón.
MARU: Jamás me verás en viviendas de lujo, ni cabalgando de un lado para otro en la burocracia. Nadie verá mi rostro en las televisiones, ni oirá mis palabras en entrevistas de radio. Mi voz es susurro. Soy marinera.
FEDERICO: MI abuela hacía una salsa marinera con harina, ajo y perejil. Se la echaba a todos los platos, fuera carne o pescado. Por eso cogí manía al mar. Sin embargo ¡aquí me tienes!
MARU: Mientras quede un pobre en tierra firme no comeré pan.
FEDERICO: No podrás saborear la salsa.
MARU: ¿La marinera?
FEDERICO: Ninguna.
MARU: No hace falta. Lo que importa es acabar con el hambre.
(Deja de oírse el estruendo del motor. Federico vuelve a maniobrar entre las bujías. Vuelve a oírse el sonido del motor.)
FEDERICO: Eleva anclas.
MARU: ¿Cuál?
FEDERICO: Es lo que se dice. Alguna habrá. Suelta esa cuerda que nos tiene atados. ¡Por fin!
TUR: (Sigue tumbado Abre los ojos) Da lo mismo. Este barco no navega.
FEDERICO: ¿Qué?
TUR: Que este barco no funciona, no sirve para nada.
MARU: ¡Haremos que dé la vuelta al mundo!
TUR: ¿Qué vuelta? El mundo es plano.
FEDERICO: ¡Me cago en la hostia! Ya podías seguir dormido y no dar la murga.
TUR: ¿Qué más da?
FEDERICO: ¿Qué haces aquí?
TUR: Dormir.
FEDERICO: Eso ya lo veo Pero podías estar en tu casa.
TUR: Pero estoy aquí.
MARU: Queremos recorrer el mundo, circunvalar su superfiecie de norte a sur y de este a oeste.
TUR: (Se levanta. Se despereza.) No es posible. Ya os lo he dicho. Ni la tierra es una esfera ni este barco funciona. Es todo una mentira. ¡Todo! Hacen que os lo creáis. Pensáis que sois libres, pensáis que podéis escapar. ¡Ja! Todo está controlado. Quienes tienen el dinero fabrican la sumisión. Nos hacen esclavos de sus negocios y creemos que eso es la libertad.
FEDERICO: Pues yo me voy a escapar, sí o sí, que lo sepas. Y sigue durmiendo, que no aportas nada. Y ten cuidado porque si te pasas de listo te tiro al mar.
TUR: Da lo mismo lo que hagas.
FEDERICO: Pues a ti no te va a dar lo mismo. Como venga alguien a detenerme ¡me lo cargo! Y tú irás detrás.
TUR: Haz lo que quieras. No importas a nadie.
FEDERICO: Me importo a mí. (Coge un cigarro de la cajetilla del bolsillo. Lo enciende.)
TUR: No se puede fumar en el barco.
FEDERICO: (Da una calada con ostentación.) Hago lo que me da la gana.
TUR: Incumples la norma de navegación.
FEDERICO: Me da lo mismo
MARU: Puedes quemar el barco
FEDERICO: ¿Para qué queremos un barco que no funciona?
MARU: Arderemos todas.
FEDERICO: Tampoco funcionamos ninguno, por lo que se ve, así es que (silencio.)
TUR: A mí me da lo mismo.
MARU: A mí no. Toda revolución exige un mínimo de disciplina.
TUR: (Sonríe.) Sí, eso es cierto.
FEDERICO: Y después de fumar ¿qué hacemos?
TUR: Si no vas a ninguna parte este barco funciona. Se mantiene quieto.
MARU: No. Se mueve porque la tierra da vueltas y gira alrededor del sol. Parece que está quieto, pero no. la Historia, las sociedades parecen estáticas, pero son algo dinámico. Basta con que empujemos en la dirección correcta.
TUR: Eso es mentira. Ya te he dicho la verdad de este planeta en el que vivimos: Es plano. No se mueve. ¿O es que tú lo ves moverse?
MARU: Las fotos desde los satélites, desde la luna.
TUR: Eso es un cuento. (Ríe.) Es una película, ¡un montaje! La NASA es una productora de cine. Simplemente engaña a la humanidad.
FEDERICO ¿Y para qué nos van a engañar?, así porque sí.
TUR: Sí, porque sí. Como han hecho las religiones. Para dominarnos. Para experimentar con nosotros, para divertirse. Ahora mediante la ciencia y la tecnología. Los seres humanos somos juguetes de los poderosos. ¿Quiénes se hacen ricos?, ¿los que pueden?, no. Los que son de una raza superior. Crearon las ceremonias, los ritos, las banderas, las fantasías comunistas, ahora el conocimiento científico, mañana será el arte como verdad suprema. Nos hacen ver lo que quieren que veamos.
MARU: ¿Por qué un barco si continua su viaje vuelve al mismo lugar, o un avión en línea recta?
TUR: Porque llega al final y sigue el límite. de la circunferencia. Nadie está hacia abajo. Debajo no hay nada, los planetas se apoyan en el éter.
MARU: El espacio es curvo. Lo ha demostrado Einstein.
TUR: Una mentira más. Einstein fue un actor. Nada más. Logró hacer creíble una tontería.
MARU: Los GPS funcionan gracias a tener en cuenta la curvatura que él pronóstico.
TUR: Funcionan por coordenadas. Te han hecho creer un cuento.
MARU: ¿Y el horizonte?
TUR: Muy sencillo. Un plano horizontal y otro inclinado que se juntan. Es lo que ves. Todo lo demás son manipulaciones. Y hacen que quien no se lo crea parezca tonto. A mí no me engañan.
FEDERICO: ¿A ver si el que nos engaña eres tú a los demás?, porque yo no me dejo engañar. Y cuidadito que como me cabree no dejo ni a uno vivo.
TUR: Sigue fumando para fabricar humo. Y tú (a Maru) puedes seguir hablando. Lo que digas humo es.
FEDERICO: Fumo si me da la gana. ¡Tengamos la fiesta en paz!
TUR: Fumas porque es un negocio para las multinacionales que fabrican el cáncer y para las que lo curan, la industria farmacéutica. ¡Negocio redondo! Lo que limitan con no dejar fumar en los lugares públicos es porque no hay tabaco para todo el mundo. Para los que mandan todo es un negocio. Prohíben fumar en los sitios cerrados para domesticarnos y nos obligan a hacer lo que ellos quieren. Hacen apuestas para ver a quien votamos, para comprobar cómo obedecemos, cómo dejamos que haya pobres y más, cada vez más. Para los que mandan la plebe somos galgos que corremos tras una liebre que ellos mueven a su antojo.
MARU: Por eso hay que luchar.
TUR: Da lo mismo. Lo controlan todo. También las revoluciones. Las activan ellos y juegan con la gente. Se matan unos a otros y ellos se divierten. Expolvorean que son una casta para crear cáscaras vacías. Nuestros hijos matan en los juegos de ordenador, ellos en la realidad. Usan a sus mastines y perros para llevar las manifestaciones al redil.
MATU: ¡Sí se puede, sí se puede!
TUR: Se puede ¿qué? (Silencio.) ¿Qué?, ¿qué puedes?
MARU: Eh. Eh. Eeeeh. (Silencio.) Se puede, ¿no? (Mira a un lado y a otro.)
FEDERICO: ¡A ver!, sabiondo. Tú que lo sabes todo y que a ti nadie te engaña. Este barco ¿qué pinta aquí sin funcionar y en el que el motor suena, pero luego se atasca?
TUR: Muy sencillo. Es un decorado. Siempre ha estado aquí. Se usó para hacer una película.
FEDERICO: ¿Y tú duermes en él? ¿Crees que me chupo el dedo? Quieres que nos vayamos.
RTUR: Estoy en él porque es lo más real que conozco.
MARU: Da lo mismo que funcione o no. Ya somos tres que podemos hacer que el mundo cambie.
FEDERICO: ¡Ya te he dicho que me da lo mismo que cambie o que no! Que no me enrolles con tu cantinela.
TUR: Es una evasión más. Pero si te divierte, cuenta conmigo.
FEDERICO: Pues yo, lo siento, no me voy a ir de este barco. Se está de puta madre. Dejadme en paz, fumo mi cigarrillo y si navega que navegue, y si no quietecitos. Pero por lo que veo hasta este lugar no llega la pasma.
TUR: (Ríe) Para ellos esto es igual que una cárcel. Les sales barato. A los peces del puerto nadie los quiere pescar.
FEDERICO: Pues de aquí me voy cuando quiera. A mí jueguecitos no, que me mosqueo, ¿eh?. Cuidadito que no me gustan las pamplinas.
MARU: Sueño con un mundo más justo, igualitario, ¡libre! ¿Estáis de acuerdo?
TUR: ¿Con qué?
MARU: ¿Cómo que con qué? Con que seamos todas las personas iguales.
TUR: Ya lo somos.
FEDERICO: Pues yo no tengo un chavo y mira los de arriba, ¡están forrados!
TUR: Ellos tienen nariz, orejas, piernas, igual que tú.
FEDERICO: No me vaciles, no me vaciles que me mosqueo.
TUR: Es así.
FEDERICO: No dijiste que son de otra raza los poderosos.
TUR: Esos no son iguales.
FEDERICO: ¿A no?, ¿no tienen narices, ni ojos, ni boca?
TUR: Tienen la sangre azul. La gente cree que es un dicho, pero es la verdad. Lo que es cierto hacen creer que es mentira.
FEDERICO: A ver si vas a estar más allá que para acá.
MARU: Yo me refiero a la igualdad de derechos, ser iguales ante la ley. Y que a igual trabajo igual salario y una base igualitaria de supervivencia. Recorramos el mundo, sea plano o esférico, para decírselo a todo el mundo. (Grita y se manifiesta con el puño en alto) ¡Libertad, libertad, libertad!
FEDERICO: Oye, no nos des la lata. No seas pesada.
TUR: ¿Quién te va a escuchar?
MARU: ¡Combatamos la pobreza!, luchemos por el derecho universal de no ser pobres. ¿O es que queréis que haya pobres? (Silencio.) ¿Queréis que haya pobres?
FEDERICO: ¡Pues no!, ¿cómo vamos a querer que haya pobres?
TUR: Los ricos fabrican a los pobres. Por eso este barco no funciona.
MARU: Pero ¿tú quieres que los haya?
TUR: Da lo mismo lo que yo quiera.
MARU: ¿Quieres o no?
TUR: Bueno, pues no, vale.
MARU: ¡Somos una asamblea! ¡Una asamblea contra la pobreza!
TUR: Muy bien.
FEDERICO: Es como el barco, si no funciona ¿de qué sirve que seamos una asamblea o una palmera?
MARU: ¡Claro que funciona!, nos ha unido ser de una misma asamblea.
FEDERICO: (Tira el cigarrillo al mar.) De puta madre tía. ¿Te apetece hacer el amor?, así un ratito que te apetezca. A mí no me importa un rato dedicarte a ya sabes, el gustillo ese que entra. ¿Quieres o no?
TUR: El gustillo que entra sale. (Ríe.)
FEDERICO: No te hagas el gracioso, ¿eh?, que cómo me mosquee no sabes la que se puede montar.
MARU: Si quiero ya te aviso, pero no seas machista.
FEDERICO: Pero ¿que voy a ser machista? Si quieres pintar el barco de rosa y paso de todo.
MARU: Para mí el amor tiene que ser universal. Y la cosa del sexo: libre.
FEDERICO: Pues ya está, yo soy libre y quiero.
MARU: Ya, pero yo espero a un gallardo con espada.
FEDERICO: Espada yo tengo. Aunque sea una navaja.
MARU: Y que galope en un caballo blanco.
FEDERICO: A mí el galope ese, de a caballo, me encanta.
TUR: Hazte un psicoanálisis. Es una mentira, pero al menos hace que no metas la pata cuando sueñes. Los dos os equivocáis. Todo es una cuestión mental.
MARU: Es el momento de actuar. Dejemos de divagar.
FEDERICO: Ole, ole.
MARU: A ver quien es el que mete la pata.
TUR: ¡Ay! Yo he merido el alma en este barco.
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Escena tercera
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(Aparece un nuevo personaje que entra en el barco, Josu. Entra fumando un porro.)
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JOSU: Yo, yo meto la pata, y las narices sí, ¡donde haga falta! Y si hay que meter la cabeza también. Y si es el rabo ¡aquí estoy yo! Como veis yo no me corto. Soy un tío solidario. Me apunto a lo que haga falta.
TUR: ¿Y qué pintas tú aquí?
JOSU: Quiero ser útil.
TUR: ¿En este barco?
JOSU: ¿Y tú?
TUR: Yo dormía.
FEDERICO: ¡Y como una marmota! Y ronca. A ver si ahora todo el mundo va a venir acá. Ni que esto fuera el arca de Noé. Me cago en la puta, ¡me cago en la puta que me parió!, hay que poner este mamotreto en marcha. (Maniobra en el motor.)
MARU: ¡La revolución está en marcha!
JOSU: Pues hará falta una bandera. Yo traigo una. Pero aquí no hay mástil.
FEDERICO: El palo de una escoba, ¡no te jode!, ¡banderitas! (Suena el motor.) Si ya os digo que esto va a funcionar. (Deja de sonar.)
JOSU: No os preocupéis. Podéis ser felices pase lo que pase.
FEDERICO: ¡No!, pase lo que pase ¡no! que ya te veo venir.
MARU: (Se sube a una caja de madera) ¡Agrupémonos todos!
JOSU: En torno a una bandera.
TUR: La turca.
MARU: ¿La turca?
TUR: Tiene una media luna. Podemos unirla a la japonesa, que tiene un sol.
FEDERICO: De color turquesa. O, ya puestos, rosa.
JOSU: Sin fronteras. Yo os ofrezco la mía (La despliega. Es negra con una hoja de marihuana verde en el centro. La cuelga.)
MARU: ¡La naturaleza al Poder!
FEDERICO: El motor me parece a mí que (Silencio. Pone cara de fastidio.)
JOSU: No os preocupéis. En realidad hay dos barcos, éste que es inútil y otro que no existe.
MARU: ¿Dos?
JOSU: Sí, dos. (Prepara otro porro tras apagar lo que queda del anterior y dejarlo en la barandilla.)
TUR: Pura matemática.
FEDERICO: Pues yo debo ser muy ignorante, porque si no existe no existe.
TUR: Luego: ¡cero!
JOSU: (Fuma el porro) ¿Queréis? (Menos Federico, los demás niegan con la cabeza.)
FEDERICO: (Con el porro) Unas caladas y un poco de felicidad. Si no huyo, al menos me evado. ¿O es que alguien puede escapar de su cuerpo.
MARU: ¿Felicidad? No creo en la felicidad. Mientras que haya pobreza, guerras, explotación, bosques incendiados ¡no, no y no! Me niego a ser feliz.
TUR: Cuidado no queméis el barco.
FEDFERICO: Aquí como no se queme la paciencia no se quema nada.
MARU: Está prohibido fumetear en los lugares cerrados, pero aquí estamos al aire libre. Bueno, eso de libre habrá que verlo. Si no hay libertad de expresión ¿qué aire libre va a ser el que respiramos?
JOSU: No os comáis el tarro que os vais a empachar.
MARU: Pero tampoco te coloques.
JOSU: ¿Por qué no?, ¿eh?
MARU: Porque, porque. ¡Porque no! Y ¡ya está!
JOSU: Perdona, pero es que a mí eso de “y ya está” no me va.
FEDERICO: Es verdad, no mola. Porque igual yo digo “tomo una calada y ¡ya está! O el otro se va o se queda y ¡ya está! Así que lo mejor es dar la cara y las cosas claras. ¡Digo yo!, vamos.
MARU: No podemos formar una tripulación de colgados, a quienes les dé lo mismo adónde vayamos.
FEDERICO: Pero, mi niña, ¿tú adónde quieres ir?
MARU: A algún lugar. ¡A la lejanía!
JOSU: Colgados o no colgados esto no se va a mover nunca.
MARU: Entonces ¿qué hacemos aquí?
FEDERICO: Estar.
MARU: ¡Pues vaya! ¿Para qué queremos el barco?
TUR: El barco es una entelequia. También lo es el mar. Nosotros somos una entelequia.
MARU: Yo os veo, estoy con vosotros, ¡sois reales! Soy una soñadora, sí, pero reconozco la realidad.
TUR: ¿Qué realidad?
FEDERICO: Pues la realidad, la realidad es la realidad, ¡y no hay otra!. ¿O me vas a decir que sí que la hay? ¡Mira que como sigáis con vuestras historia me voy a cabrear!
JOSU: Tengamos la fiesta en paz. Calma.
TUR: Calma chicha. (Sonríe.)
JOSU: Calma interior. ¿Sabes por qué se dice que quien toma esto (señala a su porro en la otra mano) se coloca? Porque te montas en la felicidad. Yo defiendo el derecho al placer material inmediato. Lo defiendo sin fisuras. Estoy dispuesto a rebatir a cualquier filósofo que diga lo contrario. Os hablo de la felicidad biológica, no de la que necesita que mi equipo meta un gol, o de la que depende de me haya tocado la lotería, o por comprar. Yo sé bailar sin música. (Mueve el cuerpo con cierto ritmo. Quiere que los demás le sigan, pero hacen gestos de que eso es una chorrada.) A mí no me hace falta beber. (Deja de bailotear.)
MARU: Tenemos que cambiar el mundo.
FEDERICO: Empieza. (Maru le mira.)
TUR: Da lo mismo empezar que no. Todo seguirá igual.
FEDERICO: ¡Como este barco!, ¡no te digo!
TUR: Por mucho que cambie todo, todo va a seguir igual.
MARU: ¡Pues vaya!, pero no hay que ser tan pesimista.
(Pasa Adol a un lado del barco.)
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Escena cuarta
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ADOL: Disculpen. Les he oído hablar.
FEDERICO: Aquí somos bastantes, así que ¡largo!, ¡aire!
ADOL: Hay algo que me dice que debo entrar en este barco. Una voz interior.
MARU: Este barco no va a ninguna parte. No navega.
ADOL: No me importa. Sólo quiero pensar y comunicarme con vosotros. (Entra.)
JOSU: A mí me parece algo extraño. No sé. Parece que tuviera esta nave cierto magnetismo para atraer a capitanes de barcas destronadas.
FEDERICO: Es la única nave que está en el puerto.
MARU: ¡Claro!, no puede zarpar.
TUR: O no queremos.
MARU: Yo sí que quiero.
ADOL: A mí me da lo mismo. ¡Conozco la verdad! (Todos le miran fijamente. Tur se levanta y se acerca a él, da vueltas a su alrededor mirándole de arriba abajo. Adol le sigue con los ojos fijos en él.) Pero no la puedo decir. No la entenderiais.
FEDERICO: Menos vacile. La dices o no, pero no nos dejes con la intriga.
JOSU: La verdad es relativa.
ADOL: De eso nada. La verdad es la verdad. Y muy pocos la sabemos. (Tur sigue dando vueltas a su alrededor.)
MARU: Deberíamos arreglar el barco y recorrer los mares, ¡navegar al horizonte!
ADOL: Los mares esconden muchas historias.
FEDERICO: Y peces.
ADOL: Si cuento la verdad, no la vais a creer. ¿A que no veis submarinos?, pues las profundidades marinas están plagados de ellos. Son un mundo aparte.
JOSU: Un buen porro no deja de ser una buena verdad.
ADOL: Esto que dices es una tontería. La verdad tiene mucho que ver con lo que sucede en nuestros días. Lo que cada cual opine son tonterías. Por eso la democracia no tiene sentido. Es una falacia.
JOSU: O sea que tú impones una verdad sin que nadie la elija.
ADOL: Pues todo lo que pasa en el mundo se impone. ¿Alguien ha votado a los que viajan en submarinos? ¿Quién será capitán de este barco?, ¿quien lo sepa manejar o a quien votemos?
JOSU: Yo no me entero de nada. Soy un demócrata de toda la vida.
MARU: Sé que “habrá un día en que todos al levantar la vista veremos una tierra que ponga libertad”.
FEDERICO: Mucha libertad con el barco encallado.
TUR: (Deja de dar vueltas en torno a Adol) No existe la libertad.
ADOL: La verdad os hará libre. Lo dijo alguien que sabía mucho. ¡Demasiado!, por eso lo crucificaron.
TUR: Por ser el diablo, por eso lo mataron. Pero han vencido. (Los demás miran asombrados, menos Adol)
ADOL: Eso creéis.
TUR: La verdad puede ser un engaño.
FEDERICO: La verdad es que yo tengo hambre.
MARU: Compartamos. (Saca de su mochila unos bocadillos. Algunos comen.)
ADOL: Os voy a contar la verdad, pero no se la digáis a nadie. No quiero que me crucifiquen. Soy ocultista, por eso sé lo que está oculto, bajo el velo de Maya.
FEDERICO: Conozca a un oculista que se quedó ciego.
JOSU: ¿Quieres una calada? (Ofrece el porro a Adol.)
ADOL: No, soy una persona muy formal. Cuando conoces la verdad no puedes desviarte del camino. Tentaciones no me han faltado.
FEDERICO: ¿Qué camino?
ADOL: El de lo verdadero.
FEDERICO. Ah.
ADOL: Y de lo que realmente importa en la vida. Yo me considero una persona rica, porque conozco la verdad. Y soy generoso. La quiero compartir con vosotros.
MARU: Yo tengo una fortuna porque dispongo de tiempo, por eso estoy aquí. De otra manera me encadenaría a un horario. Sería una pobre de tiempo. (Tur ríe.)
ADOL: Ser rico o pobre no depende de uno. Es el destino.
TUR: El Karma.
ADOL: Llámalo como quieras.
MARU: ¿A ti quién te ha contado la verdad?
ADOL: La he averiguado a lo largo de muchos años. He estudiado lo suficiente como para descubrir sus claves. He viajado y aprendido de grandes maestros que no puedo decir quienes son. Es un secreto.
FEDERICO: A mí todo esto me parece un rollo y me voy a cabrear como se sigan diciendo tonterías.
JOSU: ¿Alguien quiere una calada? ¿O queréis que líe otro porrito?
FEDERICO: Lo que faltaba.
ADOL: ¿Sabéis?
MARU Y JOSU: ¿Qué?
ADOL: No sé si contarlo. No lo vais a creer.
FEDERICO: Ya me estás mosqueando con tanto misterio y que si lo cuentas o no. Dilo o vete por donde has venido.
ADOL: Hitler era un extraterrestre. (Se extraña de que nadie se asombre.)
MARU: ¿Hitlé?, qué es eso. (Adol mira con ojos como platos a su interlocutora.)
JOSU: Un tío que mató a mucha gente.
FEDERICO: Fue un cabrón, uno que tenía un bigotito ridículo.
ADOL: Tuvo un plan, que no se lo dejaron hacer. Pecó de soberbia. Pero su plan continúa. De hecho no murió, se fue en un submarino y falleció con noventa y tres años. Bueno, le vinieron a buscar en una nave interplanetaria. Cumplió una misión que fue depurar a la especie humana.
TUR: ¿Estás seguro?
ADOL: Lo sé de buena tinta. Yo sé muchas cosas, pero no puedo contarlas porque no las entenderíais.
TUR: ¡Ah!
ADOL: Los que dominan el mundo no quieren que se cuente la verdad.
TUR: La Historia, la ciencia, el arte ¡todo es mentira!
FEDERICO: Y ¿a mí qué?
JOSU: Hay que ir al grano de la felicidad.
MARU: No demos tantas vueltas a cuestiones que no están en nuestra mano conocer ni podemos hacer nada. Preocupémonos de poner en marcha este barco y demos la vuelta al mundo. ¡No os parece apasionante!
FEDERICO: Yo tengo ganas de partir. Pero ¿quién entiende de barcos?
JOSU: Yo he remado en canoas.
ADOL: Este barco tiene una misión. Lo sé.
MARU: ¿Cuál?
ADOL: Es una misión esotérica.
MARU: ¿Y eso qué es?
TUR: Que a este barco no hay quien lo mueva.
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Escena quinta
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(Entra al barco Michel. Lleva un tornillo en la mano que enseña a los demás)
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MICHEL: He encontrado este tornillo en el suelo del puerto, debe ser de este barco.
FEDERICO: Más de un tornillo debe de faltar aquí. (Michel echa un vistazo por el barco.)
MICHEL: No hagamos hipótesis. Hay que ir a lo concreto. (Levanta la mano con la que sujeta el tornillo para enseñarlo.) Y hay que poner especial énfasis en los aspectos materiales. (Otea la cubierta del barco.) Los clavos están oxidados.
JOSU: Y el motor no funciona.
MICHEL: Haré una auditoria para ver qué cosas hacen falta. (Recorre el barco tomando notas de los desperfectos.) Es necesario que nos organicemos.
FEDERICIO: ¿A usted quién la ha invitado a este entierro?, ¿se puede saber?
MICHEL: Soy inspector del puerto. Es mi trabajo y es mi obligación. He de controlar los barcos que estén acá.
MARU: Nostras y nosotros queremos el descontrol. Seamos espontáneos y descubramos nuevos mundos, ¡nuevos horizontes!
MICHEL: En ese caso, bájese y lo mismo quien piense como usted. O controlamos el barco o éste va a la deriva y naufraga.
MARU: ¿Y no es emocionante?, llegar a islas desiertas, encontrar tesoros. Navegar entre las olas sin rumbo, para recoger a los inmigrantes que van a la deriva en balsas precarias, para buscar un mundo mejor ¿No es algo maravilloso? (Michel mira a Maru con un gesto de cierta sorna y extrañeza de oír lo que ha dicho.)
JOSU: Yo creo que todo es compatible. (Da una calada.)
MICHEL: Para empezar en un barco no se fuma. Hacerlo es una temeridad.
JOSU: Yo es que sé que no me va a pasar nada, lo intuyo. Soy una persona con una inteligencia lateral muy grande. De pequeño fui superdotado. Los maestros y las maestras no me entendieron.
MICHEL: Menos mal.
JOSU: ¿Qué?
MICHEL: Que o nos tomamos las cosas en serio o no podremos zarpar nunca.
MARU: No0 hace falta. Nos basta soñar.
ADOL: (A Michel) Usted tiene una visión científica del mundo y de la vida.
MICHEL: Sentido común, nada más.
ADOL: Este barco tiene una misión. La ciencia es una parcela muy pequeña de la realidad.
MICHEL: Este barco está lleno de carencias. Le faltan hasta los permisos de atracar en el puerto. ¡Esto es un descojone y no puede ser! Ustedes no tienen ni títulos de navegación ni experiencia ¡ni nada!
MARU: ¡Tenemos todo un reto por delante! Y una brújula que late en nuestros corazones.
ADOL: Yo conozco muchas cosas de las que no debo de hablar.
JOSU: ¿Y qué más da que sea verdad? Si no se puede conocer.
MICHEL: ¿Cómo que qué más da? ¿Sabe lo que está diciendo?
JOSU: Sí. Que no pasa nada.
MICHEL: ¡Eso lo dirá usted!
FEDERICO: ¡Vaya un escondite que me he buscado! ¡Os voy a mandar a la mierda a todos!
MARU: A todas y a todos. Considero que discriminas a las mujeres con tu lenguaje.
FEDERICO: A-la-mier-¡¡¡daaa!!!
MICHEL: Haré una lista de lo que haga falta.
MARU: Para empezar: Respeto
FEDERICO: ¿Para qué?
MICHEL: Respeto para hacer lo que hay que hacer. Lo que sea necesario para que el barco cumpla con todos los requisitos que exige la ley.
TUR: ¡Vaya tropa!
ADOL: (Levanta el brazo para pedir la palabra) Este barco es especial. Sé porque lo es. Pero si os lo digo no lo vais a creer. Lo sé porque lo intuyo. Bueno y porque tengo contactos.
FEDERICO: Contactos en la tercera fase, ¡no te jode!
ADOL: Sí, lo puedes llamar así. Me comunico por telepatía.
JOSU: Anda, da una caladita.
ADOL: No, tengo que tener la mente muy despierta.
MICHEL: Si no arreglamos el casco no podemos ampliar la tripulación. Ni podremos zarpar. Estoy haciendo una lista de cosas que son imprescindibles.
ADOL: No te preocupes. Nuestro viaje va a ser muy importante.
MARU: Por fin haremos la revolución, ¡cambiaremos el sistema!
ADOL: Sí, por supuesto. Y de planeta.
FEDERICO: Pero ¿qué has tomado?
JOSU: A ver si coges a la maría a escondidas.
ADOL: No me conocéis. Soy una persona muy seria. Todo lo que digo lo medito mucho. También pienso mucho lo que no os trasmito. Hay cosas que no se deben de saber hasta que la gente preparada para recibir los mensajes. Tengo pruebas de todo lo que afirmo.
TUR: Las pruebas siempre se pueden falsificar. La ciencia es a lo que se dedica.
ADOL: Lo vais a comprobar: Esta nave va a ser abducida.
FEDERICO: Abdu… ¡qué?
JOSU: (Mira por dentro un saco de tela que saca del bolsillo) No falta nada.
ADOL: Nos van a estudiar como una muestra de la humanidad. Y sacarán conclusiones. Hay extraterrestres infiltrados entre los humanos. Si somos una especie fallida nos eliminarán. Por eso se ha creado, bueno, han colocado tanto arsenal nuclear. Las guerras las ordenan ellos.
MARU: Ellos, ¿quiénes?
ADOL: Los Alfa-Omega de la galaxia PX.
MARU: Ah.
TUR: ¿En ese planeta hay judíos?
ADOL: No, ni religiones. Se comunican con Dios por telepatía, como yo con ellos, con los enviados a nuestro globo terráqueo. Usan el telestrasporte.
TUR: Entonces es otra patraña. (Queda absorto, contiene la respiración. Ve algo que le causa asombro. Los demás se acercan a él.) ¡Dios, Dios, no puede ser!
ADOL: ¿Crees en Dios?
TUR: No, pero lo que veo es más que Dios.
ADOL: Empieza la abducción.
FEDERICO: ¡Me voy a cagar en todo!, ¡me cago en Dios!
JOSU: Si Dios no tiene la culpa de nada.
ADOL: Sí que la tiene. Se ha equivocado al crear una especie como la nuestra y darnos la conciencia. Por eso nos va a eliminar. Pero si salvamos las pruebas que nos hagan cuando nos abduzcan entonces seguiremos, con ciertos arreglos. Por eso ha de venir la reencarnación de Hitler. Pero esta vez no traerá armas, tan sólo la esperanza y un ejército de seres de luz.
TUR: Veo el amor, y mi culpa, y mi pena. Estaré soñando. (Una señora merodea alrededor del barco. Tur se da la vuelta, no quiere verla.)
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Escena sexta
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JOSU: ¡Eh!, señora. ¡Señora!
FEDERICO: ¿Es que no somos ya bastantes!
GABINA: ¿Es a mí?
JOSU: Sí, es a usted. ¿Qué busca?
GABINA: El amor.
JOSU: ¿El amor?
FEDERICO: ¡Otra! ¡Ya empezamos! (Tur, de espaldas, tapa su cara con las manos.)
GABINA: El amor perdido.
MARU: El amor nunca se pierde.
GABINA: Es verdad. Nos pierde a quien buscamos un amor no correspondido.
ADOL: El amor es la señal de que ya vienen. (Josu hace gestos de dar caladas sin parar, a modo de señalar ¿de qué va éste?)
MICHEL: Va a subir ¿o no?, porque tengo que preparar la infraestructura de la nave. No es lo mismo para seis que para siete.
ADOL: ¡Seis! Debería subir. Seis no es un buen número.
GABINA: No. Yo deambulo, zozobro, naufrago, camino en el aire convertido en viento, y el viento es poesía. Nada más. Soy como una gota evaporada que queda flotando en el aire mecida por un tayo del sol que se va a su ocaso.
MARU: ¡Qué bonito!, ¡cómo me gusta lo que dices!
GABINA: ¡Ojalá no te gustara y todo fuera un sueño! Pero la pena, la distancia, el abandono forman parte del amor que aún siento.
ADOL: ¡Sube! Y nos cuentas la historia. Lo ideal será ser doce, ¡como los doce apóstoles!, ¡los doce meses del año!
MICHEL: Cuidado que el presupuesto sube. Tendríamos que hacer una campaña de promoción, o buscar publicidad.
FEDERICO: He venido acá para huir, no para ser un guinda. ¿Vale? Me queréis volver loco, pero sé lo que quiero. A mí no me vais a engañar.
JOSU: ¡Como mola, cómo mola! Me encanta el amor, la Coca Cola, el viento y el presupuesto. ¡De puta madre! (Da otra calada.) Voto a todo que ¡sí!
GABINA: Me voy. Hasta que un día me lleven las olas. Son ellas mis lágrimas, es el mar mi llanto. Buen viaje. Adiós.
TUR: (Se abre paso entre los demás, se coloca en el balaustre de la cubierta) ¡Gabina, no te vayas, por favor Gabina!
GABINA: (Se asombra, se extraña) ¿Qué oyen mis oídos?, ¿qué ven mis ojos? ¡Un sueño!, o pesadilla tal vez después de tantos años. Dije “adiós” y digo ¡adiós!
TUR: ¡No, Gabina, no! Espera. Yo te explico. Te suplico.
GABINA: ¿Explicar el amor?
TUR: (Lloroso) Gabina, por favor. (Baja a tierra firme. Gabina le da la espalda. Él se arrodilla a sus pies.) Perdón, te pido perdón Gabina. (Los demás miran desde la cubierta del barco.)
GABINA: ¡A buenas horas, Mangasverdes! (Se vuelve hacia él mirándole a los ojos y le señala con el dedo índice.) ¡Te fuiste! Tu rastro desapareció y yo quedé como una boba, esperando, rechacé a los intrusos que quisieron arrebatar mi corazón, cuando no mi (se da la vuelta presumidamente,) hermosura. Ni una carta, ni una señal. Pero ¿y si llegabas? Más perdida la esperanza quedó el recuerdo, la quimera. Y.
TUR: ¿Y? (Se pone de pie y sujeta su cabeza que le va a estallar.) Gabina, ¡por Dios Gabina! Deja que te explique.
TRIPULACIÓN: ¿Explicar el amor?
TUR: (Abre los brazos para hablar al cielo) Explicar mi vida, mi historia, mi ser, mi amor. Mi verdad. Mi amor, Gabina, sí. Ahora, al verte, al encontrarnos casualmente todo adquiere sentido.
GABINA: (De espaldas) Tú lo has dicho: La casualidad. De otra forma yo seguiría vagando, atontada de no saber qué paso. (Mira hacia él volviendo la cabeza.) ¡Golfo!, ¡malandrín!, mal hombre y mala persona.
TUR: Y todo lo que digas. Tienes razón. Mas te ruego el perdón. La casualidad no existe, es el amor un destino.
ADOL: La casualidad no existe, sino la causalidad. Pero tú (a Tur) has sembrado muy mal Karma.
MICHEL: No debemos meternos en asuntos de faldas. Es algo muy personal e íntimo.
MARU: Pero queremos saber qué pasó.
TUR: Que me juzgue el mundo, y tú me condenes, aunque sea inocente.
GABINA: Inocente, ¡ya, ya! Te conozco muy bien. Eres un teatrero, un zalamero. Conquistador de corazones que beben la soledad.
TUR: Un marinero que navega a ti. Un pordiosero que mendiga tu amor.
GABINA: El amor de cualquiera. Que el mío lo tuviste, entregado mi corazón al tuyo y tú lo supiste cuando ¡huiste! Malo.
TUR: Viajé. Quise recorrer todos los mares para ponerlos a tus pies.
GABINA: Ja, ja. Viajaste con otras. Y en cada puerto ya se sabe.
TUR: No lo niego.
GABINA: Y ¿ahora qué?, ¿el perdón? ¡Pendón!
TUR: (Llora) No, no. El perdón a secas no. Perdón a mi penitencia. A mi dolor. En todas y cada una de las mujeres te veía a ti.
GABINA: ¡Glotón! Por no decir cosas más fuertes. Un sinvergüenza, ¿O qué decir? ¿Acaso hay palabras?
FEDERICO: No seas tan dura.
JOSU: Es un pobre hombre.
FEDERICO: Es un hombre, ¡joder!
MICHEL: También lo fue don Juan.
ADOL: ¡Y mirad donde acabó! En los infiernos. Al final salvado por doña Inés.
TUR: (Seca sus lágrimas.) Don Juan que apurar cielos pretendió. Yo mares. Pero son historias muy distintas.
GABINA: Yo no soy una monja. Mujer y muy mujer, pero marchita en los lúgubres años que han sido clavados en mi alma en pena.
ADOL: Don Juan no fue ese apuesto caballero, al que los actores deforman y no dejan ver su alma, ni el halo de sus palabras. Fue un señorito calvo, gordito, bajo, que con su palabra conquistó y con su espada llegó donde otros mejor alcanzaban. Pero él necesitó del verso y con él enamorar.
GABINA: Otro lisonjero. Pero a mí ya no me engaña, ni engatusa, ni me ablanda. Me rodea una coraza.
TUR: Gabina. Llegué a este barco destrozado. Me di cuenta de que viajé siempre hacia ti.
GABINA: En los brazos de otra.
MARU: Tampoco pasa nada. Aventuras. Y amores. Pero al final ha llegado a ti. Dale una oportunidad.
JOSU: Ahora que está viejo y cascado.
TUR: Ahora que sé de la vida, al menos de mi vida y del amor. De ti. Tú eres mi amor.
GABINA: En mi casa te esperé. Mis padres ya murieron. ¿Qué me queda sino el tiempo convertido en una estela?
TUR: Lo siento.
GABINA: Y ellos sintieron verme tan sola y (silencio) abandonada.
TUR: Con cada beso que no te he dado te pido perdón. Si alguna vez de mis labios tomas un beso será de perdón y amor.
GABINA: Que bonitas tus palabras Y yo ¿qué decirte? Bribón.
TUR: Soy culpable de mi cobardía, de mi lujuria, de mi ambición.
JOSU: ¡Culpable de ser humano!
GABINA: ¿Y Yo qué soy?
TUR: Una flor.
GABINA: ¿Lo ves?
TUR: Perdón, perdón. No he querido (se atormenta) ¡No he querido clavarte un puñal más!
GABINA: Ya no puedes. Me clavaste todas las espadas convertidas a estocadas. Crees que soy la jovencita que dejaste. (Saca del bolso un abánico. Se da aire con él.) He aprendido. El desamor enseña y la vida aconseja. He escrito ¡tantas poesías! que son olas del viento. Tú quisiste mi flor. Nada más. Una entre mil.
TUR: Sí, lo reconozco. Pero no fue eso, fue un arrebato lo que me hizo marchar. Quise el horizonte.
GABINA: Y en tal yo me quedé. Mi flor iba a ser para ti, pero cuando fueras jardinero del jardín. Tú, de flor en flor. (Se abanica con rapidez.)
TUR: De ti en ti.
GABINA: Ya, ya. Ahora, cuando nadie te quiere, que yo te recoja. Tus padres ya no existen. La casa se la llevaron tus hermanos. No has ido a ver a nadie.
TUR: No me atreví. Cuando llegué al puerto, me escondí en este barco.
MARU: Es un barco de amor. ¡Es un barco de utopías!
TUR: No. Es un barco. Nada más. Mas convertido en una puerta para entrar en un sentimiento que nuca debió de huir.
FEDERICO: Una nave que no se mueve.
ADOL: Yo sé como hacer que navegue.
JOSU: Pero hemos de esperar a que vengan con nosotros o se queden.
ADOL: ¿Los extraterrestres? Ellos primero nos observan.
JOSU: No. Me refiero a ellos dos. (A Gabina y a Tur.)
TUR: Es un barco y nada más.
GABINA: Yo una mujer sin más. No sé que ves de especial en este cuerpo que guarda un alma desolada. Y con tantos años que han pasado.
TUR: ¿No lo ves? ¿Acaso no ves lo invisible?
GABINA: Veo el dolor de la distancia.
TUR: Para mí una esperanza.
GABINA: Mi jardín está en otoño.
TUR: Mi bosque incendiado de ti.
MICHEL: Esto se pone caliente.
FEDERICO: Ardiente.
GABINA: El fuego se apaga.
TUR: No si (le interrumpe Gabina)
GABINA: No ¿si qué? Mejor calla.
TUR: La llama surgirá de nuevo cuando el combustible alimente la pasión.
JOSU: Este barco no funciona.
ADOL: Y combustible tiene. Es cuestión del motor.
TUR: Me escondí en este lugar flotante. Me oculté. Avergonzado.
GABINA: ¿Hasta cuándo?
TUR: Hasta rendirme y adquirir el valor de ir a verte.
GABINA: Mi jardín entra en el invierno guardando en él su primavera.
TUR: Fui un impostor. Amé, gocé, pero a ti (silencio) en otras. Me he engañado a mí mismo. Sólo vivir en tu mirada me hará resucitar.
GABINA: ¿En otras flores?
TUR: No me atormentes. En otras mujeres fui. Floreadas, sí. Y quise ser jardinero, pero no pude. En ellas estabas tú. Mentí. ¡Mentí a todas y a ti! (Tapa su cara con las manos)
GABINA: Te amé. Aun lejos.
TUR: Hablas en pasado.
GABINA: En él vivo, sueño y amo.
TUR: Perdona una indiscreción, una pregunta atrevida.
GABINA: Ya que estamos. Adelante. Delata tu furia, tus olvidos.
MARU: Esto se pone serio.
MICHEL: Silencio y dejad que hablen.
JOSU: Han de llegar a un acuerdo.
FEDERICO: Mal remedio. Cada uno por su lado y a seguir en el pasado. ¿Qué hacer si no?
MARU: Volver a unirse.
MICHEL: ¿Lo que el tiempo ha separado?
FEDERICO: Dejemos que se expliquen. Que arreglen sus asuntos entre ellos.
ADOL: Lo que es arriba es abajo. Lo que es abajo es arriba.
MICHEL: ¿Y lo que es al este es al oeste?
JOSU: ¿Qué?
ADOL: Lo dice el Kybalión. Pero más enjundias se me pierden.
MARU: Ah.
ADOL: Lo que ellos hagan afecta al universo, al mundo, a la humanidad.
JOSU: ¿Y a los marcianos?
ADOL: También. Por eso es tan importante amar correctamente.
MARU: ¿Cuál es la corrección?
TUR: Dime, Gabina. Tu pasado ¿es imperfecto o perfecto?
GABINA: Válgame Dios, ¡qué pregunta!
TUR: Si es imperfecto queda algo. Si es perfecto se ha acabado.
GABINA: La perfección no existe.
TUR: Me das esperanzas, Gabina. Más, cuando tú si lo eres, como flor, como aroma, como tú.
GABINA: Piropero, que eres un adulador. Siempre lo fuiste y tus palabras abrieron mi corazón. Y mis pétalos quedaron marchitos a la espera de tus hechos. ¿Cuáles fueron? El adiós. Sin despedirte en un abrazo, ni una carta. Ni un adiós dicho a la cara. Te fuiste. Ahora vuelves.
TUR: El amor es hacer o es amar. Aquivoqué la dirección de mis pasos. Volé, sin saber más.
GABINA: El amor es el amor, digamos pluscuamperfecto, pues.
TUR: ¡Ay, Gabina!, no me lo pongas tan difícil.
GABINA: Pensé que lucharías por ese amor, del que hablas. Te escapaste. Ahora pregonas lo que tanto silencio sembró.
TUR: Zarpé para volver, pero circunstancias increíbles y atolladeros de la existencia, hechos, naufragios, peleas, negocios, vaivenes me llevaron. Volver fue para mí una obsesión. No sé cómo sucedió todo. Tampoco el porqué. ¿Para qué? Para estar a tu lado otra vez.
GABINA: (Se abanica) Ni una carta. Que mil veces hubiera leído, a cada instante.
TUR: No pude, ¿qué contar? Sin palabras.
GABINA: Una sola: Espera.
TUR: No supe. Nunca creí que los años pasaran como un disparo. No pude escribir, sino soñarte.
GABINA: Te he esperado.
TUR: ¿Y ahora?
GABINA: Me he acostumbrado a esperar.
TUR: Eres tan bella, Gabina.
GABINA: ¿A cuántas se lo habrás dicho?
TUR: De palabra a muchas. De corazón a no pocas. Pero es que el amor es un caballo desbocado.
GABINA: Pues sigue, que no te voy a domesticar. Eres un ausente. Un extraño.
TUR: Quiero ser sincero, para que descubras en lo que hablo que te amo. Quiero ser tu jardinero, quiero ser tu marinero, quiero ser y no ser, quiero quererte y quisiera no quererte entregado a ti.
JOSU: Amar es lo más complicado que hay. (Los demás tripulantes: pssssssiiii.)
GABINA: Siempre has querido todo. Irte, quedarte. Poseerme y libar en otras praderas.
TUR: Otras que fueron tú.
GABINA: Otras flores. No digas más. Me ofendes, me asustas, me entristecen tus gestos, ese rostro con mirada triste.
MARU: Que exigente.
TUR: Quisiera borrar todo. Empezar contigo de nuevo. Volver a nuestros años mozos y a nuestro corazón primigenio.
GABINA: Lo perdiste. Tiraste nuestro amor por la borda.
TUR: Déjame que lo conquiste.
GABINA: (Le da la espalda. Anda en sentido contrario a donde él está. Se abanica.) No me veo tan guapa ni tan especial. No soy de las que salen en la tele.
TUR: Eres todas para mí.
GABINA: (Coqueta) Una más. Refugio de un pescador, por no decir pecador, que sin redes se ha quedado. Sé que me quieres enredar.
TUR: Para mí la más sirena. No atraparte, sino volar contigo quiero.
Gabina: No exageres, Rubén, no exgeres.
TUR: ¡Rubén!. Ya nadie me llama por mi nombre, sino “El Turco”, y aún menos: “Tur”.
GABINA: ¿Qué habrás hecho?, ¡qué habrás hecho!
TUR: Amarte.
Gabina: A distancia.
TUR: El amor es lejanía.
GABINA: No lo quieras arreglar, que ya quedó allá, lejos. Puedes irte. Si amar es alejarse cuanto más lejos mejor. (Silencio.) Para ti.
TUR: Cuanta más distancia más me enamoré. Es como si al acercarme a ti el amor se hiciera piedra. Fuiste paisaje.
Gabina: ¿Y ahora?
TUR: Orilla.
Gabina: Muy romántico, pero me quedé sola.
MARU: En eso tiene razón.
JOSU: ¿El amor es razonable?
FEDERICO: Dejemos que siga su curso.
MICHEL: Creo que deberían de negociar más en serio. Condiciones y un contrato de por medio. Y que él la indemnice en algo. No parece que haya logrado fortuna.
ADOL: El amor viene de fuera, nos lo inyectan los seres de luz. Esto es un experimento para ver, ellos, cómo funcionamos.
JOSU: ¿Ellos?
ADOL: Sí, ellos. No preguntes. Pronto vendrán.
GABINA: Te ofrecí casarnos.
TUR: No claramente.
GABINA: Es que eras soso, Rubén. Lo dejé caer, me insinué, más de la cuenta. Y tú a por todas.
TUR: ¿A por todas?
GABINA: Sí, que nos conocemos. A que me entregara a ti. Todo a su tiempo.
TUR: Hubiera sido mejor ser modernos, en su tiempo.
GABINA: Ya lo fuiste. Y he aquí tú y yo. Mayores, a las puertas de la ancianidad.
TUR: Gabina, te quiero ¡tanto!
GABINA: ¡Ay! Zalamero, cortesano, canalla.
TUR: Fuera de ti todo es mentira.
GABINA: No será para tanto.
TUR: Para tanto ¡y más!
JOSU: (Colocado) ¡Ahí, ahí!, fuerte dispara la flecha.
GABINA: Y mientras que tú yacías con las modernas yo rezando para que volvieras. Viendo telenovelas, leyendo leyendas de amor que siempre son desamor.
TUR: Pero no es venganza. Nunca odio.
GABINA: Eso queda para la realidad. Gabina, la pobre Gabina rezando y tú con el mazo dando.
TUR: No seas brusca, mi amor.
GABINA: Moderna, ¿o es que no puedo ser así? Yo no me chupo el dedo, que aunque parezca tonta no lo soy. Que si una vela se pone a los santos, otra al diablo por si acaso. O más bien diablillos juguetones.
TUR: ¿Te acuerdas del primer beso?
GABINA: El único, Rubén. No hubo más. Mira que nos están viendo. Recata tus palabras.
TUR: Gabina, se me escapó. No pude aguantar besar tu piel, en la mejilla izquierda. Todavía tengo tu rostro en los labios. Fue un poquito por encima del mentón. Siemto temblar mis labios.
GABINA: Aquí. (Señala el lugar exacto de la cara, donde se posó aquel primer y único beso.)
TUR: Ahí, sí. (Acerca su dedo al lugar. Gabina se aparta.) Te acuerdas.
GABINA: Como para olvidarlo. Pero tú y yo éramos otros que ya no existen.
TUR: Aquí estoy. Y tú ahí. Y lo recuerdas.
GABINA: Menos rollo, que lo traigo a colación porque quiste más. Como que yo devolviera ese gesto con un beso en la boca, que lo sé, pillín. Fuiste un atrevido. ¡Guarro!
FEDERICO: Un hombre y nada más.
MARU: Y ella una mujer, y sí dijo que no, es que no.
JOSU: No dijo que no.
MARU: Tampoco que sí.
MICHEL: Fue un beso.
MARU: Un abuso, un acoso.
FEDERICO: Dejemos que se expliquen.
TUR: Quise que fueras moderna.
GABINA: ¿Moderna? Pues vete, largo, lejos. Gasta tu dinero en putas.
TUR: ¡Gabina, por favor! No querrás que discutamos.
GABINA: ¿Cómo un matrimonio?
TUR: Como tú y como yo. Deseé desnudarnos los dos. Si un matrimonio es discutir hagámoslo hasta saciarnos y atrévete.
GABINA: ¿A qué?
TUR: (Desesperado) A que seas una puta, ¡mi puta!, una amante, mi esposa y compañera, mi amiga, una golfa conmigo, una guarra y la dama del Turco, una princesa.
GABINA: ¡Que te pierdes! ¿Qué modales son? Hablas con una señora. Señorita.
TUR: A la que quiero com. (Se calla.)
GABINA: (Se acerca a él, cara a cara) ¿Qué?
TUR: A la que quiero.
Gabina: ¿Sólo eso?
MARU: Que ambiciosa, ¡que exigente!
MICHEL: Dejemos que prosigan.
TUR: Y mucho más.
GABINA: Mira que abres la flor. Y no, no ¡no!
TUR: Deja que la meza el viento. Quiero que te conviertas en mi cerda y en mi amor.
GABINA: Qué mente tan calenturienta. No has cambiado, guarrindongo.
TUR: Siempre pensando en ti.
GABINA: ¿Lo puedes demostrar?
TUR: Lo puedo sentir.
GABINA: ¿Y si es un cuento?
TUR: He aquí la prueba de un amor sin parangón: “Gabina / la mujer más fina”.
Gabina: ¡Hala!
TUR: “Tu razón siempre atina”.
GABINA: Pues bien que discutes conmigo. Por mí te podías haber ido. Pero sigue, sigue, que me entra recosquilleo. Es el eco de la flor.
TUR: Será su aroma que se expande.
JOSU: Ella se las trae, porque por debajo bien que azuza.
ADOL: El romanticismo es un engaño.
MARU: No lo sé. ¿Nos hace a la mujer objeto o sujeto del amor?
MICHEL: Sujeto sexual. Siempre que sea un toma y un daca es compatible con los gastos de la casa, los hijos y el regalo el Día de san Valentín.
FEDERICO: Es difícil saber quién juega con quien.
TUR: “En ti la mirada patina”.
TRIPULACIÓN: ¡Ay Gabina!
GABINA: Por lo menos rima. No es que sea un soneto, pero algo es, de poesía. Sin ser yo experta en tal arte sí me agrada ser la musa que esas palabras inspiran y a mi nombre desemboquen. Si es que acaso soy yo, porque hay tantas Gabinas en el ancho mundo, que no quisiera pecar de vanidad.
TUR: “¡Ay Gabina!”, ¿quién si no? ¡Eres tú!
GABINA: No quiero ser tu golosina.
TUR: Gabina, ¡por Dios!
GABINA: Rubén: ni Gabina ni pillina, que no has nacido para poeta.
TUR: He nacido para ti. Al menos es lo que siento.
GABINA: Me llamaste cruel. Una vez, ¿no te acuerdas?
TUR: Cruel por no estar a mi alcance.
GABINA: Soy una mujer decente, pero también sé lo que es el mundo. Y soy feminista como la que más. De todo un poco, que todo hay en la viña del Señor. Y sé de biologías y que comprendo que seas un machote, pero todo requiere tiempo. Tu ímpetu te perdió.
TUR: Me impulsó sin yo saber. (Se acerca a ella.) Ahora están las cartas boca arriba. Me perdí y te perdí. Mas ahora quiero encontrar desnudos tus labios en los míos.
GABINA: Truhan. (Se aleja.) Atevido.
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Escena séptima
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(Entra Mara en el barco)
MARA: Perdón. He traído un mapa.
FEDERICO: ¿Un mapa? Si este barco no furrula.
ADOL: Lo hará, lo hará. Yo también tengo un mapa.
MARA: Soy la encargada de hacer el registro de navegación.
MICHEL: Ese es mi cometido.
MARA: No. Usted se encarga del barco, de lo que falte por llevar y cargar. A mí me han encargado que me haga responsable de la tripulación. Soy inspectora. Hace falta una carta marítima.
JOSU: ¿Para qué?
MARA: Para que ustedes puedan estar en el barco. Y para que este navío pueda estar en el mar legalmente.
MICHEL: Ese cometido me corresponde a mí.
MARA: Tiene usted razón. Me excedí en mi cometido.
MICHEL: Suele suceder.
MARA: He de tomar notas sobre cada uno de ustedes. Tanto para hacer un seguro a todo riesgo marítimo, como para saber quienes salen y entran tanto al barco como al mar cuando zarpe. Me he de asegurar de que no haya ningún tripulante ilegal.
MARU: (Corea) “¡Ningún ser humano es ilegal, ningún ser humano es ilegal!”
MARA: Bien, dígaselo a los jueces y a quienes hacen las leyes.
ADOL: Esto no es una patera.
MICHEL: Pero lo podrá ser si no apuntalamos bien toda la estructura de la nave.
JOSU: Acabaremos quietos o a la deriva. (Ríe.)
MARA: Es imprescindible hacer un listado con quienes vayan a quedar en el barco cuando zarpe.
MICHEL: Pero si no es capaz de funcionar.
MARA: También en dicho caso. El desconocimiento de la ley no implica que no se aplique. Por lo tanto el no funcionamiento ante la ley implica que la misma ha de ser aplicada.
FEDERICO: ¿Qué pasa?, que me vengo a escapar y usted me va a fichar, ¿qué se ha creído que es esto?
MARA: Cualquier cosa que suceda exige que la Administración sepa quien viaja. Tendrán que hacer un seguro, ¡digo yo!
FEDERICO: ¡Anda ya!
JOSU: Apunte lo que quiera, pero déjenos en paz. ¡Ya está bien de burocracias!
MICHEL: Lo importante son las condiciones materiales.
TUR: (Desde abajo) El amor, ¿es materia el amor?
MICHEL: ¡Pues claro!, es materia y material. Lo que perpetua la especie, es materia seminal y es cuerpo a cuerpo.
TUR: Intangible ha sido en tanto tiempo.
GABINA: Intangible para mí, aunque es mi flor la que sus pétalos arruga, que algo de materia hay en los suspiros.
MICHEL: Y en los ratos de pasión, que aun siendo de fantasías animadas.
GABINA: ¡Por Dios! Recato, Rubén.
MICHEL: Desembocan ambos en ese latido tan especial. Cada uno a su estilo, no privado de picardías.
MARU: Seguro que tú también, Gabina, alguna vez has tenido del desdén.
GABINA: Alguna vez. Pero confesado ha quedado, perdonado y con penitencia en mis manos. Si bien he sido moderna y admito, no el pecado por ser perdonado en el confesionario sagrado, pero sí liberar tuve esas tensiones, que al fin y al cabo que se coman los humanos lo que se han de comer los gusanos.
TUR: Los humanos ¡no! El que te ama de manera impenitente. ¡Gabina! ¡que me pierdes!
GABINA: Y también impertinente, que mira que temas sacas. ¿No perdido fuiste ya?
MARA: Dejémonos de filosofías. Al menos apuntaré el número de viajeros.
ADOL: Viajeros cuando se mueva esta nave. Que a lo mejor nos llevan. Pero si no se mueve no viajamos, luego no seremos viajeros.
MARA: ¿Los llevan?
ADOL: Nos abducen.
MARA: No me asuste que tal no está en las instancias que hay que rellenar para poder partir o tener el permiso de asentamiento en el puerto. En ninguan ficha viene tal hecho. No hay instancias para semejante descalabro.
ADOL: Lo que está por venir no lo podemos evitar.
MARA: Todo debe estar controlado. Atado y bien atado.
MICHEL: Hace falta comida, ¿para cuánto tiempo? Combustible, ropa, clavos, toallas, lo mínimo para el aseo. Papel higiénico. Lámparas de neón, agua potable. Detergente.
FEDERICO: También cigarrillos.
JOSU: Y gasolina (señala el porro que fuma.)
MARU: Libros.
MICHEL: El libro de bitácora es fundamental.
MARU: Pienso hacer un diario. Aunque una pregunta: ¿Adónde vamos?
MARA: ¿No lo saben?
FEDERICO: Adonde salga.
JOSU: ¡Al mar!
MARA: ¿Y después?
MARU: Al puerto más lejano.
MICHEL: Yo aconsejo ir primero al más cercano.
ADOL: Iremos, con total seguridad, adonde nos lleven.
MARTU: ¿Las olas?
ADOL: Sí, sí, las olas (sonríe.) El destino lo dirá.
MARU: Qué emoción. El destino es el triunfo de la libertad.
ADOL: De eso habría mucho que hablar. Lo importante es el orden universal.
MICHEL: Harán falta zapatillas y guantes para las faenas del barco. Y cañas de pescar y redes. Anzuelos, crema para la piel.
FEDERICO: A mí me gustan los pescaditos fritos.
JOSU: A mí el pulpo bien condimentado con su aceite y pimentón.
FEDERICO: Con su patatita cocida.
MICHEL: Señores necesito veinticuatro horas para comprar lo que hace falta. De momento el dinero lo adelantará la Federación de navieros portuarios. A la vuelta hay que devolver lo que pongan y sus intereses correspondientes, con lo que hayamos ganado.
FEDERICO: ¿Hay que volver?
MICHEL: Al menos para pagar lo debido, ¿no?
FEDERICO: Sí, sí.
JOSU: ¡Oye!, pon en la mochila unas hierbas, que animan la travesía. Que no falte la alegría. Y un ordenador para ver pelis y poner música. Cargadores para el móvil.
MARU: Estaremos conectados al mundo. ¿En el mar hay Internet?
ADOL: Y una tele, ¿no te fastidia?
FEDERICO: Y sirenas, si por haber. Sólo falta zamparnos aquí y ahora una paella.
MICHEL: Todo se andará, pero con un orden. Y concierto.
MARA: Nos estamos desviando del cometido.
TUR: (A Gabina) Te amo y te he amado siempre.
GABINA: Mal lo has demostrado. Bribón.
TUR: No me azotes con tus palabras. Me conformo con mirarte y estar cerca de ti.
GABINA: Has dejado tu fuerza en los caminos.
TUR: He dejado mi vida por ahí. Cada segundo merece la pena si estoy a tu lado.
GABINA: (Se vuelve, da unos pasos) No sé si exageras. No creo que sea para tanto. Lo que dices me desconcierta.
TUR: Me callo si es eso lo que deseas.
GABINA: Que no, que a mí me gusta que digas esas cosas. Pero si una vez dichas ¡te vas!
TUR: No me tortures con lo que he hecho.
GABINA: La torturada fui yo.
TUR: perdón, y mil veces perdón. ¡Lo siento! ¿Cómo te puedo complacer?
GABINA: Lucha por mi amor. ¿O es que no lo merezco?
TUR: ¿No ves que es muy difícil?
GABINA: ¿Difícil? ¡Vaya un caballero!
TUR: No quiero que entiendas que te acoso, ni que por querer besar tus labios abuso de ti. La ley es la ley y he de andar con tiento.
Gabina: Tonto.
TUR: Soy un caballero.
GABINA: Me parece muy bien, pero hay que asumir cierto riesgo, que por mi parte prometido queda aplicar cierta picardía. Sin pasarse. Que a los hombres os dan la mano y os tomáis el brazo.
TUR: El brazo y las piernas, ¡todo! Tu co. (Le interrumpe)
GABINA: ¡Calla, calla! Inmoral. ¡Ay!, que respingón que eres. Dardo, que eres un dardo.
TUR: Lo que tú quieras seré. Sólo te pido, ¡te suplico!, una esperanza. He sido tan castigado con tu ausencia que con ella expiro mi culpa. Déjame estar a tu vera para siempre. ¡Bendita!
MARU: ¿Qué más quieres, mujer?
GABINA: El caso es que para algo he esperado. Si embargo puedes comprobar que ya no soy la joven aquella, a la que dejaste.
TUR: De la que me enamoré.
GABINA: Y pusiste tierra de por medio. Y el mar.
TUR: Para mí sigues siendo esa chica jovial, inocente. Cauta.
GABINA: Cautiva.
TUR: Comencemos de cero.
GABINA: Te digo que ya no.
TUR: Las canas te sientan bien. Tu sonrisa no ha cambiado. Los gestos en tu rostro permanecen.
GABINA: Reconozco que algo tengo. Si no ¿de qué? Otro me lisonjeó. En tu ausencia tuve un novio.
TUR: ¡Gabina!, vaya espera.
GABINA: Apenas fue un mes. Urdió un engaño. Resultó estar casado. Nada me dijo y caí en sus brazos, hasta que me di cuenta. O ella o yo, y se fue con ella.
TUR: ¡Sin casarte!
GABINA: Sin recato ni miramientos. Quise saber qué es eso que tanto atrae a los machos y a las hembras nos distrae, de esta forma me enredé. Un mozo guapo sin duda.
TUR: Te regodeas.
GABINA: Te cuento para que sepas. Dos veces. Mucho abrazo, besos.
TUR: ¿Hasta el final esas dos veces?, ¿en la boca los besos?
GABINA: Pues claro, que lo moderno llega a todos los rincones. Fui atrevida.
TUR: Conmigo no.
GABINA: He aprendido. Tanta ha sido la sorpresa del encuentro que ni que sí, ni que no. No sé, no sé. Me desborda el recuerdo. No es fácil después de acostumbrarme a vivir sola. Las flores nacen en la primavera.
TUR: Hay flores de invierno.
GABINA: Mucho has vivido, que tanto sabes. Más de la cuenta.
TUR: Siento una traición. Pensé que estuvieras casada. Por eso no me acerqué. Pero sola, esperando y sin embargo tal descuido.
GABINA: “Quien se fue a Sevilla / perdió la silla”.
TUR: “Quien se fue a León / perdió el sillón”.
GABINA: Recuerda que quien te fuiste eres tú.
TUR: He vuelto. Nada me importa si empezamos de nuevo.
FEDERICO: Al grano, hay que ir al grano.
MARA: Tengo que saber si vosotros dos vais a estar en el barco o no.
MICHEL: Yo también, para hacer las cuentas. Ha de ser certero el presupuesto.
MARU: Una luna de miel!
JOSU: Todavía nada hay decidido.
MARU: El amor es romántico o no es.
FEDERICO: Eso está anticuado. Hay que ir a lo que hay que ir. ¡Hasta Gabina es moderna!
TUR: Demasiado.
GABINA: Ni demasiado, ni moderna. Soy yo. Una mujer. Desengañada.
TUR: Acepto mi penitencia.
JOSU: Ondead la bandera del placer. El azar os ha juntado, ¡disfrutad! Como con la maría lo hago yo. (Da una calada.)
MICHEL: Para un banquete de boda no vamos a tener.
FEDERICO: Sean ellos su banquete, que nosotros a lo nuestro.
ADOL: Sucederá lo que digan los de arriba. Se comunican con nosotros mediante ondas que se trasforman en nuestros pensamientos.
MICHEL: ¿Tal es su grado de dominación?
JOSU: Parecen la publicidad.
ADOL: Ellos la inventaron para que no se sepa que son ellos los que influyen. Les vendrá bien tener una pareja para sus experimentos. Somos cobayas de civilizaciones extraterrestres más avanzadas.
TUR: Yo no creo en nada. Más una cosa diré.
GABINA: ¿Sólo una?
TUR: Una sola.
FEDERICO: Después de tanto derrame de palabras, bien lo vas a resumir.
MARU: Que el mundo sea una única patria, una sola bandera para que nunca más haya guerras.
GABINA: (A Tur.) Decid esa frase solemne que en la boca os ha quedado.
TUR: Una pregunta.
GABINA: ¡Al ataque!, que sea cual sea cumplida respuesta os daré. Me véis hermosa y sabéis de mí. De ti lo imagino todo. Decir vuestra demanda y me iré.
TUR: ¿Adónde?
GABINA: Depende.
TUR: ¿De qué?
GABINA: ¡Ay!, que tonto. De la pregunta.
TUR: ¿Te quieres casar conmigo? (La tripulación queda expectante. Gabina le mira atónita, con una sonrisa boba. Silencio. Le besa la mejilla. La tripulación aplaude.)
GABINA: (Se aparta) No he dicho ni que sí ni que no. (Cesan los aplausos.)
MARU: ¡No es no, no es no!
GABINA: No he dicho ni que sí ni que no. Que sufra en un minuto lo que yo en ¡tantos años!
TUR: ¡Gabina!
MARU: Si no ha dicho que sí es un abuso. Y tanto insistir ¡acoso! ¡No es no, no es no!
MARA: A todas luces denunciable.
(Gabina se acerca a Tur para abrazarle. Se besan mutuamente. La tripulación estalla en un jolgorio de aplausos, vítores y cantos: “¡Sí, sí, sí…!”; “¡Sí es sí, sí es sí!”.)
GABINA: (Se desembaraza de su amado.) ¡Claro que sí!
TUR: Mi bella Gabina.
TRIPULACIÓN: ¡Ay Gabina!
GABINA: Tenemos que preparar la boda.
TUR: Eso ya no se lleva.
GABINA: De eso nada. No por decencia, ni el qué dirán, sino para lucir nuestra unión marital. Tengo unos ahorrillos, y heredé. Soy también una mujer trabajadora, lo hago de voluntaria en una ONG.
TUR: Es que lo tienes todo.
GABINA: Y el ajuar, guardo hasta cosas de mi abuela.
TUR: “Gabina / la mujer más fina”. (Se acerca para besar con pasión a su Gabina, que se escabulle)
GABINA: Despacio, despacio. Todo a su debido tiempo.
FEDERICO: Ahora que te has comprometido ¡te pisa!, te lo digo yo. Tú te lo has buscado.
MICHEL: “Sarna con gusto no pica”.
MARA: Subís u os quedáis.
TUR: Lo que diga Gabina.
TRIPULACIÓN: ¡Subid, subid!
MARU: Haced vuestra luna de miel y luego os casáis.
JOSU: ¿Adónde queréis ir?
MARU: ¡Al amor!
JOSU: (Aplaude) Eso me ha gustado, sí, ¡al amor! Preparo un par de petas y ¡viajamos todos!
MICHEL: Por favor, no podemos trasportar nada que no sea reglamentario. Nos viene una inspección aduanera y ¡se acabó el viaje!
FEDERICO: ¿Qué viaje? Me voy a mosquear como sigáis planteando cosas que no son. Empiezo a estar harto.
ADOL: El barco se puede arreglar.
GABINA: En ese caso ¡subimos! Y que sea lo que Dios quiera.
ADOL: Lo que quieran los extraterrestre. Bueno, para el vulgo os han explicado esas cosas de “dios” y los Ángeles. Ahora dicen que es la ciencia la que va a clonar seres humanos, cuando lo hacen desde que el mundo es mundo los seres de luz. (Pinta en una pared de la cabina una cruz gamada) No es lo que pensáis.
VARIOS: ¿Nooo?
ADOL: No. Es una pieza que usan las naves extraterrestres.
VARIOS: ¡Aaaah!
ADOL: La humanidad está muy engañados. Fijaros que la he pintado dextrógira, es decir que gira hacia la derecha. Si fuera al revés nos hundiríamos.
FEDERICO: ¿Y para qué la queremos ahí pintada?, ¿para que nos confundan y nos tiren un petardo los del desembarco de Normandía?
ADOL: La energía de la esvástica hará que funcione el motor de este barco.
JOSU: ¡Es flipante!
(Suben Gabina y Tur asidos de la mano. Los demás de la tripulación les reciben con abrazos y felicitaciones. Suena el ruido del motor unos segundos.)
MARA: Un milagro.
ADOL: La energía. Las dos partes de esta cruz simbolizan dos semillas, el adn del hombre y de la mujer. Los extraterrestres saben que estamos acá y con el símbolo vendrán a buscarnos. Noé fue un extraterrestre. Quien lea detenidamente la Biblia se dará cuenta. No hay ninguna duda.
MARU: ¡Qué emoción!, ¡semillas de una nueva humanidad!
ADOL: Más o menos, algo parecido.
GABINA: ¡Qué miedo!
TUR: No temas nada. Todo es mentira.
ADOL: Es la verdad pura.
TUR: Sólo aquello que no se dice es la verdad.
ADOL: Entonces me callo.
MICHEL: Si se pone en marcha, podemos comprar lo que haga falta en el próximo puerto. Así vamos haciendo la lista de cosas que nos vayan a hacer falta.
(Vuelve a sonar el motor, con más insistencia)
MARA: ¡Milagro! Es un milagro.
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Escena octava
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(Sale de la escotilla a la cubierta Ányelo, un sacerdote vestido con sotana. Lleva una llave inglesa en la mano.)
ÁNYELO: Esto (enseña la llave inglesa) no son las llaves del cielo, ni las del infierno. Es la herramienta con la que he arreglado el motor de este barco.
MICHEL: ¿Quién te ha llamado a este entierro?
ÁNYELO: Será a la boda. Lo he oído todo. Y sin mí no hay boda.
TUR: Ni falta que hace.
MARA: ¡Otro milagro!
JOSU: Esto es un despelote. No sé si no estará fumao este barco. Por lo menos el curilla sí que le da a la maría, y de la pura.
ÁNYELO: Sin pecado concebida. Purísima.
GABINA: Ya, ya.
ÁNYELO: ¿Qué?
GABINA: Nada, nada.
ADOL: (Señala a Ányelo.) Este un espía.
MICHEL: (Al sacerdote) ¿Qué hace usted aquí?
Ányelo: Llevo años intentando arreglar este barco. Y ¡por fin! A Dios rezando y con el mazo dando.
TUR: Con el mazo dando, siempre con el mazo dando.
MARU: ¡Tengo una idea! ¿Por qué no nos juntamos todas y todos para formar una fraternidad universal? (Ase la mano a Gabina, que a su vez va de la mano de Tur. Maru coge de la mano a Mara. Gabina a Josu.)
JOSU: (Canturrea) Oé, oeoeoé, oe, oe. Oé, oeoeoé, oe, oe.
FEDERICO: Lo primero que vamos a decidir es adónde vamos.
MARU: (Se sueltan de la mano) ¡Adonde nos lleve el mar!
FEDERICO: ¿Quién va a ser el capitán?
MICHEL: Hará falta un botiquín.
FEDERICO: Y preservativos.
ÁNYELO: Lo que hace falta es tener fe, vivir en el temor de Dios y no perder la vergüenza. (Saca de la escotilla una cruz que coloca en en la cubierta.)
TUR: Es un símbolo satánico.
ÁNYELO: Justo lo contrario. La cruz ¡o los teules!
RUT: Vosotros, los curas, habéis inventado la guerra entre los dioses. Lleváis el ascua a vuestra sardina y al hereje a la hoguera.
GABINA: ¡Tur! Tengamos la fiesta en paz.
MARU: ¡Un tratado de paz! Entre nosotras y nosotros respetaremos el trato y con los demás barcos y barcas firmaremos el acta de la paz. (Ányelo bendice el barco y susurra una oración.)
TUR: Ya dije yo que oía ratas en la bodega.
ÁNYELO: (Con las palmas de la mano hacia arriba, mirada al cielo.) Perdónales Señor, porque no saben lo que dicen. Dame paciencia Señor.
GABINA: No me importaría tener un hijo, o una hija. Quiero que de mayor sea poeta. No me importa si es chica o chico
TUR: Para tal cometido hace falta intimidad. Muy lanzxada te veo a la vida. Con gran decisión y dispuesta.
ÁNYELO: Hay que guardar los sacramentos de la ley de Dios.
GABINA: Cásenos si quiere.
MICHEL: El camarote principal debe ser para la pareja.
FEDERICO: ¿Y si durante la travesía yo ligo con una de las chicas éstas?
MARA: Conmigo no. Soy una mujer responsable. No me gusta el devaneo. Tampoco eres mi chico
MICHEL: A quien ligue se le dejará otro camarote principal.
JOSU: Van a parecer los camerinos de la tele.
ADOL: Da lo mismo todo lo que hagamos. Nos van a abducir. Por eso no funcionaba el barco. Y han traído a un cura porque van a cambiar las religiones por ejércitos sin armas. Todos uniformados y ¡a desfilar! Una sola humanidad y el führer levantando el brazo y diciendo que lo hemos conseguido. Los extraterrestres ya no se tendrán que preocuparse por nada. Mucho menos de educarnos.
MARU: Yo no quiero vestir igual que los demás.
ADOL: No importa, te llevarán a una sala de reeducación. ¿No gritaste “¡igualdad!?”
TUR: De una mentira a otra. La Humanidad no tiene arreglo.
GABINA: Calla, calla que de tan listo que eres has sido un golfillo. ¿Quién fue a hablar?
TUR: Gabina, también algo golfina. No hables que tú (le interrumpe Gabina.)
GABINA: Lo mío fue un descuido, un mirar hacia otro lado. Tú ¡un reincidente! Pero te quiero. Van a tener razón los que dicen que soy tonta.
TUR: Gabina.
GABINA: ¿Qué?
TUR: Eres maravillosa.
GABINA: Dime esos versos ¡tan bonitos!
TUR: “Tu razón siempre atina”.
TRIPULACIÓN: ¡Ay Gabina!
GABINA: Gracias, gracias.
ÁNYELO: Va siendo hora de que arregléis los papeles. Sin misa. Iremos al meollo de la cuestión.
MAR: De los papeles me encargo yo.
ÁNYELO: Yo del sacramento, para que vuestra unión sea sagrada y pueda ser bendecida.
FEDERICO: Puede celebrar también la ceremonia el capitán.
ÁNYELO: Ya no hay problema. Si yo la celebro seré también el capitán.
TUR: Siempre hacen lo mismo.
GABINA: ¡Calla, Rubén! ¿Qué más te da? Lo importante es que estemos unidos para siempre.
ÁNYELO: Hasta que la muerte os separe.
TUR: Los humanos no aprendemos.
ÁNYELO: Tur o Rubén,
TUR: Como quiera.
ÁNYELO: ¡Tú!, ¿quieres por esposa a Gabina?
JOSU: La mujer más fina.
ÁNYELO: Por favor, silencio y un respeto.
JOSU: Lo dice la maría.
ÁNYELO: María es la madre de Dios. Lo demás es indecencia.
JOSU: ¡Madre de Dios!
ÁNYELO: (A Tur) ¿La quieres por esposa, sí o no? Y hasta que la muerte os separe. Sí o no.
GABINA: (A Tur.) Sí o no. Eres libre para decidir. Pero no te enrolles, que luego te vas y si te he visto no me acuerdo. Me has arrebatado un besazo y ahora ¿quieres seguir o no?
TUR: Seré tu jardinero, mi flor.
GABINA: ¡No te enrolles!, que te conozco.
ÁNYELO: Sí o no.
TUR: Sí.
ÁNYELO: Y tú, Gabina.
TRIPULACIÓN: Gabina / La mujer más fina / Tu razón siempre atina. / ¡Ay Gabina!
ÁNYELO: ¿Quieres por esposo a Rubén, conocido como Tur, para lo bueno y para lo malo, hasta que la muerte os separe?
GABINA: Que lo malo ha sido ya bastante.
TUR: No te alargues, Gabina, Por favor. La retórica cuanto más breve mejor.
ÁNYELO: Sí o no. Es así de sencillo y de transcendental.
MICHEL: ¡Un momento!, esperen, esperen. Me encargo de la infraestructura del barco ¿no? Suelo ir a cualquier parte preparado. (Se dirige a un lado y coge un paquete de arroz. Lo reparte.) No puede faltar para un acto como éste.
MARU: ¡Claro claro!
MARA: Qué detalle, qué bonito.
ÁNYELO: ¿Alguna cosa más? Si no, no interrumpan, por favor.
GABINA: ¡Ay, padre! Que se me ha olvidado lo que tengo que decir.
ÁNYELO: Pareces tonta Gabina. ¡Sí o no!
TUR: Gabina. Di lo que te salga de dentro. (Suena un pedo.)
ADOL: El motor.
GABUNA: Perdón, perdón. Es que estoy muy nerviosa. Tantas emociones juntas. Esta mañana me levanté temprano y salí, como siempre, a buscar a mi amor de siempre, al puerto por si viniera, en una góndola tal vez. ¡Le he visto!, ¡me ha besado! Me he confesado a él de mis males y he puesto mis bienes a su disposición.
ÁNYELO: ¿Sí o no?
GABINA: Que sea lo que Dios quiera.
ÁNYELO: Cómo sigamos así, ¡no sé yo!
GABINA: A la de una, (con la tripulación de coro) a la de dos y a la de tres. (Silencio.) (Más silencio.) ¡¡¡Sí!!! (La tripulación aplaude, grita de alegría.)
ÁNYELO: Yo, en el nombre del Padre, del Hijo y del espíritu Santro, os declaro marido y mujer. (El padre Ányelo bendice la unión marital. Gabina y Tur se funden en un abrazo. Se besan.)
MICHEL: ¡Un momento!, faltan los anillos. (Todos quedan perplejos.)
ÁNYELO: Eso es un símbolo. El sacramento matrimonio está hecho.
MARA: No, no, no.
ÁNYELO: ¿Cómo qué no? ¿Más papista que el Papa?
MARA: Hasta que no haya ayuntamiento se considera que no ha habido sacramento.
GABINA: Un poquito de recato, que todo lleva su tiempo.
ÁNYELO: Guapa, no enseñes a tener hijos a tu padre. Lo que invalida el sacramento matrimonial es que no haya voluntad de consumar el matrimonio. Además a los dos se les ve muy despiertos en esos lares.
MARA: Si no digo nada, es que todo tiene su orden y ordenanza.
TUR: Ya podemos partir.
ADOL: Cuando vengan los extraterrestres hay que mantener la calma. Hablaré yo con ellos. No os preocupéis.
MICHEL: Propongo hacer una foto de grupo.
JOSU: Mejor hagamos un brindis. Hay que celebrar semejante acontecimiento.
MICHEL: Está prohibido el alcohol en el barco.
JOSU: Yo tengo unas botellas escondidas. No te preocupes.
FEDERICO: Una boda sin brindar, ¿qué boda es?
MARU: Y para bendecir el barco.
ÁNYELO: Que sea lo que Dios quiera.
MICHEL: ¿Hacemos la foto o no?.
FEDERICO: Cuando estemos en alta mar. Ahora lo que hace falta es que se ponga en marcha el motor. (Ányelo usa la llave inglesa hasta que suena el motor. Todos aplauden.)
(Adol mira hacia arriba, ve algo. Los demás quedan atónitos.)
MARA: ¿Los extraterrestres?
ADOL: Pero viene sin una nave espacial.
ÁNYELO: Es un milagro. Es la virgen María.
TUR: Es un montaje. Otro más.
JOSU: ¡Una mujer con barba! No cabe duda que es la maría.
GABINA: ¿Una sorpresa?, ¿un regalo de boda?
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Escena novena
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(Baja lentamente Francisca, una mujer barbuda. Está embarazada.)
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MARU: ¿Quién eres?
FRANCISCA: Soy yo. Una mujer. (Deja la cuerda con la que ha sido bajada sujeta a ella. Da unos pasos lentos y ceremoniosos.)
MARA: ¿De dónde vienes? Y ¿qué quieres? (El páter Ányelo hace bendiciones compulsivamente.)
ANYELO: La Virgen no tiene barba. ¡No puede tener barba!, es inmaculada. La barba es de su Hijo.
FRANCISCA: (Habla con el tonillo de sermonear.) Vengo del amor. De la utopía.
MARU: ¡Qué bien!
JOSU: Es maravilloso, es maravilloso. (Baila alrededor de Francisca. El páter Ányelo se arrodilla y reza.)
ADOL: Nos están poniendo a prueba. Nos quieren acostumbrar para cuando bajen en las naves espaciales. Es una Enviada, no me cabe la menor duda.
JOSU: ¡Esto es un momento cannábico!, esto es cannábico en estado puro. ¡Viva la maría!
MARA: Tengo que hacer el listado de los que van a viajar en la nave. ¿Vas a venir?
FRANCISCA: Pues claro. Aquí estoy. He venido para quedarme.
MARU: Ha sido una auténtica sorpresa.
GABINA: Pero ¿de dónde vienes?
FRANCISCA: De las nubes.
GABINA: Ah.
TUR: Otra mentira.
FRANCISCA: Me quedé pensativa y me fui a las nubes. Es allá donde vivo, pero al ver esta nave tan repleta de gente, con tanta ilusión para que funcione el motor he querido estar con vosotras y vosotros. ¿Me entendéis?
MICHEL: No. Esto no hay quien lo pueda comprender. Entre otras cosas porque hay que avisar con tiempo. Soy el encargado del avituallamiento, de que no falte nada para el viaje, ¿comprenderá que aparecer en el último momento?
FRANCISCA: He venido para ayudaros.
TUR: ¿Para ayudarnos?
FRANCISCA: Sí, para ayudaros a viajar a ninguna parte. Hace falta que funcione el motor de la Historia.
GABINA: ¿Tú qué sabes a dónde vamos?
FRANCISCA: Os he estado escuchando.
GABINA: ¡Cotilla!
ÁNYELO: (Se pone en pie.) ¡No vienes del cielo, sino del Averno! Eres el maligno. Una mujer con barba es la señal del diablo.
FRANCISCA: No sé cómo me salió. Fue de repente. Si me afeito vuelve a salir ¡sin más! Me he acostumbrado. Soy una mujer.
MARU: ¡Viva la igualdad! No hay que discriminar a nadie, ni por su sexo, raza o condición social. Y menos porque una mujer lleve barba. Yo no me depilo, porque así quien me quiera ha de ser por mi belleza interior.
GABINA: ¡Qué repelús! Lo interior hay que cultivarlo. Lo que una es por dentro se asoma por fuera.
ADOL: Es una señal de hermafroditismo. No lo he querido decir: Estamos a asistiendo a algo grandioso. Es una prueba de cómo seremos en el futuro los seres humanos. De esta manera se acabará la violencia de género, la lucha entre sexos. Todas y todos seremos iguales.
MARU: ¡Viva, viva!
JOSU: ¿Los hombres también llevaremos barba? (Se ríe.)
ADOL: Naceremos con rostro de mujer, pero con barba. Y con pito y vagina a la vez, en el mismo cuerpo.
JOSU: ¿No habrá pecado de actos impuros?
ÁNYELO: ¿Quién perdonará entonces pecar contra el sexto mandamiento?
TUR: No hará falta abusar de los niños.
ÁNYELO: ¡Haced lo que os digo y no lo que hago! ¡Dios!, ¿cómo tu pueblo, Señor, puede ser tan cenutrio?
ADOL: Entramos en la Nueva Era, ¡Géminis!
FRANCISCA: ¡Estoy embarazada de gemelos!
ADOL: ¿Lo veis? No falla. Todo está calculado.
ÁNYELO: Es una trampa de Satanás. No creáis nada. Tened fe en Dios nuestro Señor glorioso y misericordioso. (Mira al cielo.) Ten piedad de nosotros.
MICHEL: Para mí que los científicos han comenzado a clonar y no saben por donde se andan. Se les ha ido de las manos tanto ADN suelto por ahí.
TUR: Que todo es mentira, ¡es un montaje!
GABINA: A mí no me parece mal que haya mujeres con barba, el problema es que se ponga de moda. A mí no me pega. Pero a ver qué dicen las chicas de las tertulias de la tele.
TUR: Gabina.
GABINA: ¿Qué?
TUR: Te quiero tal como eres. (Se abrazan.)
MARA: Tengo que apuntar a dos más en la lista, porque con el embarazo, en cualquier momento puede aumentar la tripulación.
ANYELO: Creced y multiplicaos, pero no tanto. Y menos en un barco.
FRANCISCA: Yo nací en el parlamento, el día que se votó el modelo constituyente.
JOSU: Tu padre también será putativo.
FRANCISCA: Mi madre es María y mi padre es José.
JOSU: ¡Lo sabía, lo sabía!
FRANCISCA: Pero de la democracia.
JOSU: ¡Perfecto, perfecto! Todo encaja, todo cuadra.
MICHEL: Las cuentas no. No sé si habrá presupuesto para tanta tripulación.
FEDERICO: Pues a comprar deuda. Yo alucino, de verdad. No puedo creer lo que estoy viendo y lo que oigo. Este barco puede servir de aval. No me parece tan complicado.
JOSU: A mí me parece maravilloso. Veo todo normal. (Da una calada al poro y echa el humo despacio)
MARA: ¿Normal, normal?
JOSU: Normal.
MICHEL: El viaje va a salir caro. Habrá que traer material para el parto. Un botiquís. Papillas, biberones, dos chupetes. Algún juguete.
MARU: Sin consumismo innecesario.
FRANCISCA: Son un niño y una niña. Serán grumete y grumeta.
GABINA: Yo he atendido a varias mujeres en el momento del parto. Cierta experiencia tengo.
MARA: ¿Tiene un título que lo acredite?
MICHEL: Harán falta guantes de silicona.
GABINA: No tengo título alguno. En mi casa tengo un gato.
MARA: Lo llevamos claro.
ÁNYELO: El padre, ¿dónde está el padre de las criaturas que van a venir al mundo? Ese tal José, por qué no está presente.
FRANCISCA: Se fue de viaje, hace mucho tiempo.
ANYELO: Mucho, mucho. No hará más de nueve meses.
FRANCISCA: Hace años que se fue.
ANYELO: Entonces menos lo entiendo.
FRANCISCA: Yo tampoco. No hubo trato con ningún hombre más. Lo juro y lo perjuro.
ANYELO: No se puede jurar y perjurar al mismo tiempo.
FRANCISCA: ¿Qué quiere que le diga? Los tiempos han cambiado.
ANYELO: No tanto, no tanto. No es que cambien los tiempos, es que nos volvemos locos.
MARU: Es una señal de esperanza.
ADOL: Es hermafrodita. ¿No os lo dije?
JOSU: De puta madre. De puta madre. (Da saltos y baila.)
FRANCISCA: No sé cómo pasó. Os lo aseguro. Me quedé dormida y cuando desperté ya estuve embarazada. Estaba en las nubes y no me di cuenta de nada. ¡Estaba tan a gusto!
JOSU: ¡Viva el cannabis!
ANYELO: ¡Dios, Dios!, perdona a tus siervos. Señor, ten piedad de nosotros y destruye a tu pueblo ¡Señor!, no tenemos remedio.
MARU: Podemos viajar a otros mundos.
JOSU: Ole, ole.
MICHEL: No podemos abarcar más de lo que no sea posible de financiar. Incluida la deuda, que luego hay que pagarla. Porque ¡a ver qué hacemos si nos embargan el barco en medio del mar!
MARU: Lucharemos contra tan injusto desahucio.
FEDERICO: Por cierto, ¿quién es el dueño del barco?
MARU: ¿Qué más da?
MARU y JOSU: (Canturrean) “El barco para el que lo navega, el barco para el que lo navega”.
MARA: Habrá que alquilarlo.
FEDERICO: Mejor no hacer nada, que luego nos denuncian por malversación de barcos, de una manera u otra.
MICHEL: Entonces seremos prófugos de la justicia. Y eso trae consecuencias. No estoy dispuesto a crear una trama de corrupción. Aunque si atracamos en un Paraíso Fiscal, nadie se dará cuenta del cambio de cuenta.
MARU: ¡Prófugos de los intereses financieros!
FEDERICO: A mí me da igual. Yo ya lo soy.
TUR: Una mentira y otra y otra. Todo es mentira. (Gabina le mira con asombro.) Menos tú mi amor. Mira (señala a los demás.)
FRANCISCA: Esta barba no es postiza, es de verdad. (Josu tira de ella, sonríe.)
JOSU: Es ¡de la buena!, una barba barba. (Canturrea) María tiene barba, maría tiene barba.
FRANCISCA: ¡Que soy Francisca!.
JOSU: (Canturrea) Francisca tiene barba, Francisca tiene barba. ¡El mejor chute de toda mu vida!
ANYELO: Habrá que bautizar a los mellizos.
FRANCISCA: No.
ANYELO: ¡Sí!, ya está bien de tanta condescendencia. ¡Sí!
FRANCISCA: No hace falta.
ANYELO: Hace mucha falta. Lo haremos con agua de mar bendita.
MARU: Está muy contaminada.
ANYELO: Con las bendiciones se arregla.
FRANCISCA: Bueno, si es con agua del mar vale. Pero con agua de las olas.
MARU: Los llamaremos Utopía y Mundo. (Josu fuma y echa cada vez más humo, éste se va extendiendo por el barco a modo de bruma.)
TODOS: Vale, vale.
MARU: ¡Anarquía y libertad!
TODOS: (Cantan y bailan) ¡Anarquía, libertad!, ¡anarquía, libertad!
MICHEL: No encaja. Son un chico y una chica.
JOSU: Pero su madre es barbuda.
MARU: “Anarquía” y “Horizonte”.
FRANCISCA: ¡Qué nombres tan bonitos!
JOSU: (Canta) ¡Anarquía y horizontes!
MICHEL: (A Josu.) No será que has formado tú la nube de donde ella viene. Una nube de humo. Con tanto fumeteo no me extraña nada.
JOSU: ¿Fumeteo? ¡Soy Prometeo!
MARU: Pura poesía. ¡Vivimos sumergidos en los versos!
ANYELO: (Termina de maniobrar en el motor) Ya podemos marchar. ¡Adelante!
ADOL: ¡A sus órdenes mi capitán! Sé que es uno de esos (señala arriba) disfrazado. (Sonríe y guiña un ojo.)
ANYELO: ¡Soy el que soy! ¡Dios! (Levanta los brazos y mira hacia arriba.)
FRANCISCA: Quiero que me votéis. ¡Asaltemos el mar!
MARU: ¡Conquistemos las olas!
FEDERICO: Ya tenemos capitán.
FRANCISCA: Seré la presidenta presidente.
JOSU: ¿Presidenta?
FRANCISCA: ¡Presidenta de barcos a la deriva!
JOSU: ¡Bravo, bien! (Baila.)
MICHEL: No nos falta nada. Tenemos un capitán y una presidenta presidente.
MARA: ¿Y el rumbo?
JOSU: ¡El infinito!
GABINA: ¡El amor!
MARU: ¡Viva la revolución!
MICHEL: Pero ¿cuál?, ¿la material o la espiritual?
(El barco se pone en marcha)
ANYELO: ¡Funciona, funciona! ¡Es un milagro!
TUR: Es mentira, pero da lo mismo. ¡Funciona! (Se besa con Gabina. Los demás gritan “vivas” mientras que Francisca saluda a las olas como si fuera una princesa.)
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FIN
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El barco de los desesperados by Ramiro Pinto Cañón is licensed under a Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional License.
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