.

«La resonancia de aquellas palabras, de aquellos gestos que demostraban que el soldado alemán no era un monstruo
sediento de sangre, sino un soldado como los suyos (franceses)».
(«La suitte francesa» de Iréne Némirovsky, 1940)

.

Esta es la primera obra de teatro que escribí, allá por principios de los años 80. Fue leída, algunas partes en tertulias literarias que hicimos en el bar Lyon. Le escribí antes de participar en Los Verdes y muchos antes de haber leído «Amadís de Gaula» de Garcí Rodríguez de Montalvo, con cuyo descubrimiento redescubrí este antiguo texto de teatro, escrito por un joven de veintitrés años.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

FIN