Guión representado por el grupo “ConTesta Teatro” mediante una adaptación como obra colectiva en la que han participado todos los miembros que lo forman. El borrador se ha realizado a partir de la idea de Sandra Sánchez sobre hacer una obra de teatro para la defensa de las Juntas Vecinales. Con textos de “Ver crecer el maíz”.

Se estrenó el 20 de diciembre de 2013 en el Ateneo Varillas. Se ha representado en varios pueblos.
– Esta obra es fruto de la fantasía y cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia –
Personajes:
- Vaca: Eduardo González – Alfonso Morán
- Campesina: Elena Fernández
- Gallina: Sandra Sánchez
- Mabel la del casco: Nadia Dunas
Directora técnica: Yolanda Prieto
ACTO I
Escena primera
(La vaca está haciendo las maletas. La campesina está sentado junto a la mesa, con el codo apoyado en ella y la cabeza en la mano. En la sala hay un montón de mazorcas).
VACA: ¡Que pena!, que pena. (Se lamenta, medio llora). No me lo puedo creer.
CAMPESINA: (Mira a la vaca). Ni yo. ¡Cómo lo íbamos a pensar!. Yo te quiero vaca mía. Has dado de comer a mi familia y… ¡no me lo pudo creer!.
VACA: ¿No vas a hacer nada?.
CAMPESINA: ¿Qué puedo hacer?. Es una ley que viene de arriba.
VACA: Pues ¡manda a la mierda a los de arriba!.
CAMPESINA: No se puede. No se puede, vaca mía.
VACA: Eso es que no me quieres.
CAMPESINA: Sí que te quiero, vaca mía. Pero lo que no puede ser, ¡no puede ser!. (La vaca sigue haciendo su equipaje). ¡Compréndelo!. Toda la vida hemos convivido juntos, pero…
VACA: ¿Pero qué?.
CAMPESINA: Son órdenes. Decretos de esos que hacen los de arriba. Porque ya sabes: de acuerdo con el ciclo funcional sociopolítico el ahorro coincide en coyuntura como recurso creador de lógicas repercusiones en la dinámica estabilizadora y por eso no puede haber vacas. Tú no lo entiendes, pero hay unas normas que hay que cumplir.
VACA: O sea que tú me ordeñas a mí y los de arriba te ordeñan a ti, ¿eh?.
CAMPESIMO: Bueno, más o menos. Pero ¡cuidadito!. (Se levanta). ¡Yo no soy una vaca!.
VACA: Por los cuernos nunca se sabe, por la leche que te ordeñan ¡ya me dirás!.
CAMPESINA: No digas tonterías. ¿Te crees muy graciosa?. Pero tienes razón, o hacemos algo, o al menos protestamos o nos acabarán echando a nosotros de los pueblos.
VACA: Ya te digo. Si nos echan a nosotras, ¡a las vacas!, que somos el corazón de los pueblos.
CAMPESINA: ¡Pero como lo razonan todo…!.
VACA: Muuuuuuuu.
CAMPESINA: Sí, mu, mu. (La vaca se sienta en la silla). Yo quiero que sigas aquí, pero…
VACA: ¿Pero?….
CAMPESINA: Los que vivimos en los pueblos somos cada vez menos y a los que vienen de fuera ya sabes, les molesta el olor a boñiga, que las calles sean de tierra, los mosquitos y las pulgas, y ahora os echan la culpa a vosotras… Según ellos hay moscas porque las cuadras están dentro del pueblo.
VACA : Si siempre ha sido así, ¿qué ha cambiado?, ¿qué culpa tenemos?.
CAMPESINA: ¡Ninguna!, pero a alguien hay que echársela… Y encima los de arriba a sacar tajada. Ahora tendremos que hacer naves a las afueras del pueblo, pedir permiso y pagar impuestos, y tasas, y licencias…
VACA: ¿Y no hacéis nada?. Parece que estáis domesticados.
CAMPESINA: ¿Qué podemos hacer?… apoquinar y ¡ajo y agua!.
VACA : Y yo, las maletas. (Se levanta para seguir haciendo la maleta). ¡Pero si hasta nos han echado del portal de Belén. (Se lamenta) Dos mil catorce años dando calor con nuestro aliento, las vacas, al niño y ahora ¡nos echan!, con nuestro compañero el burro, ¿qué hemos hecho sino dar nuestra leche para alimentar a vuestros hijas e hijos?. (Solloza)
CAMPESINA: Si te vas del pueblo esto va a parecer más una casa rural, que una casa de pueblo.
VACA: Si nosotras nos vamos os acabarán echando a los vecinos. ¡Estamos, tú y y, abocados al exilio!.
CAMPESINA: ¡No jodas!.
VACA : Muuuuuu….
ACTO II
Escena primera
(Un despacho, con una mesa y una silla. Mabel la del casco y la gallina están de pie)
MABEL LA DEL CASCO: (Se frota las manos). ¡Esto funciona!.
GALLINA: Cocococoooo.
MABEL LA DEL CASCO: Ni cocoroco, ni kikiriki, ni kakaraka… ¡Nos vamos a forrar!.
GALLINA: ¿Cómo?.
MABEL LA DEL CASCO: ¡Aaaaaah!, ¡con mi talento!. ¿No he llegado hasta aquí?. ¡A este despacho tan lujoso!. ¡Pues hay que aprovechar!. Progreso, progreso y progreso. Y cuando ya no se lo crean lo llamaremos crisis.
GALLINA: ¡Qué lío!.
MABEL LA DEL CASCO: Tú picotea y calla. Ya me encargo yo. (Se acerca a la gallina y la abraza). ¡Ay!, mi gallinita, ¡que nos vamos a forrar!. (Da un beso a la gallina. Ésta se pone mimosa). Tú vas a ser la gallina de los huevos de oro.
GALLINA: (Se escabulle del abrazo). ¡Qué excitante!.
MABEL LA DEL CASCO: ¡Todavía tienes que picotear mucho!.
GALLINA: ¡Bieeeen!. (Canta) ¡Qué bien, qué bien, hoy comemos…!.
MABEL LA DEL CASCO: ¡Cállaaate!. ¡Pareces una gallina clueca!. No entiendes: con la nueva normativa vamos a echar a las vacas y a todos los animales de los pueblos, ¡que se vayan al campo!. Y para que hacerlo, ¡por higiene!, tendrán que pagar las tasas y yo seré la presidenta de la comisión de recaudación. ¡Y tú la recaudadora!.
GALLINA Y MABEL LA DEL CASCO: ¡Bieeen, bieeeeen!.
MABEL LA DEL CASPO: Y tendrán que hacer naves. Nuevas para las cuadras modernas. ¡Comisión de obras en las afueras de los pueblos!. ¿Y quién va a ser la presidenta?.
GALLINA: ¡¡Bieeeeen!!.
MABEL LA DEL CASCO: Y habrá que crear una comisión de salud. (Se sube a la silla. Habla con tono mitinero). ¡Pueblo y pueblos, pueblos del pueblo y pueblo de los pueblos!, yo quiero vuestra salud y bienestar.
GALLINA: (Corretea) Cocococoooo. Cocococoooo. ¡Y mis huevos tienen que ser de oro!.
MABEL LA DEL CASCO: Sí, lo serán. (Se baja de la silla). Si dices a la gente que te dé dinero, no te lo da. Pero si dices que es por su salud, por su bien y por el del bien común…. pagan y no pasa nada.
GALLINA: Cocococoooo. (Las dos corretean contentas dando vueltas).
MABEL LA DEL CASCO: Y ¡habrá que crear una comisión para el traslado de las vacas!… Y claro una comisión necesita una presidenta responsable. Y hay que poner tasas, para pagar el funcionamiento de las comisiones.
GALLINA: ¡Aaah!.
MABEL: Y lo que yo diga que se hace ¡se hace!. ¡Por mis…!.
GALLINA: No, no, no… por los míos, ¡por los míos!, que los míos son de oro. Me lo prometiste.
MABEL LA DEL CASCO: Que sí. Pero no olvides que tú eres mía. Yo tengo el poder de la gallina. (La gallina se pone muy orgullosa).
GALLINA: Con tanta comisión no te va a quedar tiempo para poder disfrutar.
MABEL LA DEL CASCO: Pero voy a poder cobrar. Y limusinas en Nueva York, esquiar en los Alpes, champán y marineritos a mis pies. Pero ¡lo quiero toooodo!. Esto no ha hecho más que empezar. (La gallina revolotea a su alrededor). ¡Jajaja!.
GALLINA: Los vecinos de los pueblos pueden acabar hartos.
MABEL LA DEL CASCO: No se darán ni cuenta. Jajaja… Todo será por el bien del pueblo, jajaja… Y cuando no se lo crean invocaremos la crisis: (con voz grandilocuente) “son necesidades estructurales que exigen medidas responsables dentro de un marco de acción conjunto que va a permitir un mayor progreso y desarrollo rural”.
GALLINA: ¿No es mejor decir Cocococoooo?.
MABEL LA DEL CASCO: ¡Cómo se nota que eres una gallina!.
GALLINA: ¿Y tú?, una ambiciosa.
MABEL LA DEL CASCO: Sí. Y tú tienes que ir a los pueblos y hacer que cumplan lo que yo mando, ¿te has enterado?.
GALLINA: ¡A sus órdenes!. (Saluda como los soldados).
ACTO III
Escena primera
CAMPESINA: (Lee un papel). Esto no puede ser. ¿Que quitemos los nidos de golondrinas!, ¿a quién molestan?.
VACA: (Con la maleta en la mano). Molestarán sus trisares, sus cagaditas…
CAMPESINA: Y que vuelen, ¡no te jode!.
VACA: Pues sí, sí. Si la gente ve que vuelan pueden soñar.
CAMPESINA: Aquí no hay tiempo para soñar… ¡Todo es trabajo!. No se qué quieren que hagamos. Pagar multas, o tasas, y recaudaciones especiales para el embellecimiento del pueblo.
VACA: ¡Acabarán poniéndonos lacitos en los cuernos!.
CAMPESINA: Y a nosotros ¡bozales!. Ya lo dice el refrán “calladito estás más guapo!”.
VACA: Muuuuu.
CAMPESINA: (Sigue leyendo). Y las palomas, ¡también las palomas!. Si tienes un palomar es una industria cárnica. Si no lo tienes las palomas molestan, estropean las fachadas, ¡y los humos de los coches no!…. ¡claro!.
VACA: Me tengo que ir. Ha llegado la hora.
CAMPESINA: No puede ser, (llora). No puede ser. (Se abrazan). Es la ley.
VACA: No te preocupes. Vendré a verte. (Se dejan de abrazar).
CAMPESINA: ¡No!, no dejan que entréis en el casco urbano.
VACA: Pero ¿qué hemos hecho sino ser vacas?, ¿qué delito he cometido sino nacer para daros mi leche, mi carne, mi piel?… ¿Así lo agradecéis?. (Lloran los dos).
CAMPESINA: Tú al menos has podido despedirte, pero las truchas se fueron sin decir nada, los cangrejos, ¡aquellos cangrejos que tomábamos con la salsita picante!, ¡esos no volverán!, ni las abubillas, ni las mariposas, ni las boinas, ahora la gente va con playeras y chándal y sin alpargatas. ¡Ya está bien!. ¡No hay derecho!.
(Llaman a la puerta)
CAMPESINA: ¿Quién es?.
GALLINA: Cocorococoooo.
CAMPESINA: La de siempre, ¡será mala!, en un momento como éste, de dolor, de pena…. ¡Ya sabemos a qué vienes!.
GALLINA: Cocorococoooo.
VACA: No abras, es la picotera.
GALLINA: Cocorococoooo. (Entra)
Escena segunda
GALLINA: (Entra con el casco en las manos, o sea en las alas. Lo mueve y suenan monedas). ¡Ya estoy aquí!. En su momento vendrá la autoridad competente. (La campesina se tira al suelo asustado). Pero ¿sigue aquí la vaca apestosa?.
VACA: ¿No ves que me estoy marchando?.
GALLINA: Vengo a cobrar los impuestos por la salida de las vacas.
CAMPESINA: (Se pone de pie). Pero si nos habéis obligado a que las saquemos fuera.
GALLINA: ¿Y lo que os ahorráis, qué?. Porque vengo a cobrar la multa por contaminación acústica, de malos olores y por atraer a bichos infecciosos. ¡Todo eso supone un atentado a la salud pública!.
VACA: ¡Ni que yo fuera una bomba!.
CAMPESINA: Si nadie ha enfermado ¡nunca!.
GALLINA: Por si acaso. (Mueve el casco, suena a monedas). Y hay que pagar las comisiones de gestión, ¡digo yo!.
CAMPESINA: Pero ¡qué gestiones y qué ocho cuartos!. ¿Adónde van nuestros dineros?.
VACA: ¡Es la leche!.
GALLINA: ¿Qué os importa?, ¿no queréis un pueblo limpio y saludable?, ¿un pueblo con progreso y desarrollo?, pues el que algo quiere algo le cuesta.
CAMPESINA: Algo cuesta, pero ¡si no hubiera tanta comisión!.
GALLINA: Menos darle al palique y tú, vaca, ¡fuera!. (Señala la puerta).
VACA: Me da mucha pena.
GALLINA: ¡Anda! que podíamos llevarte a una corrida de vacas, y eso sí que da pena…
VACA: Muuuuu.
CAMPESINA: (Abraza a la vaca, que luego se dirige hacia la puerta). ¡Alto ahí!. Pero ¿qué es esto?. ¡Si no ha dicho ni mu el concejo!. Yo soy el presidente de la Junta Vecinal, ¡así que no se hace nada hasta que lo diga el pueblo!. ¡Quien se va de aquí eres tú, gallinita!.
GALLINA: ¡Porque tú lo digas!, ¡ojo!, que no soy la gallinita ciega, ¡listo!. Paga y calla.
CAMPESINA: De eso ¡nada!.
GALLINA: Pues ¡prepárate!. (Corre tras la campesina y la vaca para darles un picotazo y con el casco en una mano y saca una mazorca con la otra. Se detiene). Paga u os quito el agua, las subvenciones, os corto la luz y no os hago carreteras.
CAMPESINA: Vuelve cuando haya hablado el Concejo, ¡ya lo dice el artículo 140 de la Constitución!. Buscaremos una solución, pero ¡ya te lo advierto!: la última palabra la tiene el pueblo.
GALLINA: No ves que hay que ser prácticos, eficaces, dar respuestas a los problemas modernos y no perder el tiempo hablando. ¡Además! puedes ganar unos euritos si se callan los del pueblo.
CAMPESINA: ¡Yo no soy una gallina!.
GALLINA: ¡Ya verás cuando venga con la del casco!.
VACA: (Empuja a la gallina, que sale por la puerta). ¡Toma del frasco carrasco!.
CAMPESINA: ¡Qué asco!, ¿dónde está la democracia?, ¡tendrá que decidir el pueblo!, digo yo!.
GALLINA: La ley es la ley.
CAMPESINA: Cómo sigan así nos despluman.
VACA: ¡Qué mala leche!.
ACTO IV
Escena primera
(Entra la gallina en el despacho de Mabel la del casco. Le da el casco. Mabel ve poco dinero en él, lo coge y lo pone en la mesa. Se coloca el casco en la cabeza)
MABEL LA DEL CASCO: ¿Cómo qué no quieren pagar?.
GALLINA: Dicen que lo tiene que aprobar el concejo…
MABEL LA DEL CASCO: ¿Concejo?. ¡Pues votarán lo que yo quiera que voten?.
GALLINA: Creo que están un poco hartos, indignados, ya sabe….
MABEL LA DEL CASCO: ¡Pues van a saber lo que es estar harto!. ¡La indignada soy yo!… mira que cantidad ridícula de dinero (señala la mesa donde dejó las monedas). ¿Y quién te lo dijo?.
GALLINA: ¡La presidenta de una junta vecinal!.
MABEL LA DEL CASCO: Ah, ¿sí?. Ya, ya.
GALLINA: La vaca ya se iba. Me dio pena oír sus mugidos, ¡pobrecita!.
MABEL LA DEL CASCO: ¿Qué pobrecita y qué ocho cuartos?. ¡Se van a enterar!.
GALLINA: No pude poner la multa, porque vi a la vaca con sus maletas… Y la tasa les parece injusta. Es usted la que les obliga, como presidenta de comisiones multiusos.Ellos ven que es pagar por pagar y pagar y pagar.
MABEL LA DEL CASCO: ¿Y quién compra mis vestidos?, ¿y mis viajes?. No paro de trabajar por ellos, para que tengan un pueblo limpio, decente. Y los perfumes ¿qué?, como para ir sin perfumes caros esta hoy la vida. ¡Las comisiones son necesarias!.
GALLINA: ¿Para quién?.
MABEL LA DEL CASCO: ¡Pata ti!. Y para mí, por supuesto. Yo no soy una limpia mierdas, soy ¡Mabel la del casco! y a mucha honra. ¡Y necesito dinero!, ¡coño!. ¿Para qué quieren el dinero esos haraganes, esos paletos, esa gente sin estilo, sin alcurnia, ¿para qué quieren el dinero?, ¡dime!.
GALLINA: Yo soy una gallina, no digo nada.
MABEL LA DEL CASCO: Las comisiones son necesarias para mí, para ti y para los pueblos, y para el mundo, pero no para sus habitantes que luego van a los bares a tomar vino. Yo por lo menos bebo champán. ¡Que si les freímos a impuestos, que si pasan hambre los que no trabajan!. Ellos se han condenado. ¡Que trabajen!, ¡que saquen oposiciones como yo!. A mí nadie me ha regalado nada. Bueno, pulseras de oro, collares con esmeraldas, anillos de brillantes… para hacerme la pelota, pero yo también tengo que hacer mis regalitos. Quiero que me vean como soy, bella y hermosa. Y soy justa y soy demócrata, ¡faltaría más!. Es mi negocio ser lo que soy. Y como a alguien se le ocurra criticarme se va a enterar. Y que no vengan con sutilezas de poesías, esos romances romanceros… ¡creen que me chupo el dedo!…. La del casco me da asco… ¿qué creen que no sé por quién va?. (La gallina revolotea). Que no se le ocurra a nadie hacer parodias de la del casco porque meto la provincia entera en un embalse. Primero la quemo y luego ¡la apago con un gran embalse!.
GALLINA: (Deja de revolotear) No se sulfure, no se sulfure.
MABEL LA DEL CASCO: ¿Qué no me sulfure?, si lo hago todo por ti. ¡Mi gallinita, mi compañera de viaje!. Si yo me beneficio, te beneficios tú. Así que…
GALLINA: Estrategia.
MABEL LA DEL CASCO: ¡Táctica y estrategia!, sí señora gallina mía.
GALLINA: No hay nada mejor para quitar el dinero a la gente que darles antes algo.
MABEL: ¡Claro! y luego nos quedamos con todo.
GALLINA: Hay que aprovechar, porque las comisiones duran poco.
MABEL: ¿Y me dices que esos concejos y juntas vecinales ponen pegas?. Bien, bien… seré sutil.
GALLINA: ¿Y yo?…
MABEL LA DEL CASCO: Tú serás la gallina de oro, vas a ser la presidenta de la comisión de urbanismo. ¡Te vas a forrar!. Yo seré tu asesora, por una módica cantidad, ya sabes, para que luego no digan que acaparo todos los sueldos. La Caja de Ahorros y Monte de Piedad ya se acabó, ¡tanta piedad y tanto ahorro!, que espabilen. Y que los de los pueblos paguen que para eso me sacrifico por ellos. Y los de la ciudad también.
GALLINA: ¡Yo presidenta!, no me lo puedo creer. ¡Qué bien, qué bien….!
ACTO V
Escena primera
(La campesina y la vaca hablan)
CAMPESINA: Menos mal que os habéis ido, aquí ya no podéis andar… ¡Han asfaltado todas las calles!.
VACA: Si nos echaron por algo… ¡ya te digo!.
CAMPESINA: Y todos aplauden a la del casco. ¡Hay que joderse!. Como los que vienen al pueblo en verano son mayoría, ¡viva el progreso!. Dicen que así no hay que andar con madreñas. Pero ve a la cuadra sin ellas. Pues a llevarlas en la mano.
VACA: Y nosotras nos resbalamos. Antes nos admirabais, ahora damos asco, somos ordinarias, los chiquillos nos tienen miedo. ¡Nos tiran piedras y palos!
CAMPESINA: ¡Hasta el olor a boñiga es un encanto!. Pero no lo digas que te llaman atrasado, ¡paleto!. Y venga a llenar el pueblo de coches y de motos.
VACA: ¿Eso no huele, verdad?.
CAMPESINA: Al revés, todos a presumir. ¡Hay que joderse!. A mis nietos hay que comprarles la leche de Tetra Brik, porque la vuestra no les gusta, que si tiene nata, que si tiene mucha grasa, que si sabe a …. ¡a yo qué sé!. Y a tragar.
VACA: No nos teníais que haber echado. ¡Si nos hubiéramos quedado!. ¿Esa gallina va a ser más fuerte que nosotras?. ¡Ni hablar!.
CAMPESINA: Por lo que no paso es porque nos quiten nuestra capacidad de decidir. Pero la gente ya sabes como es. Asfaltan las calles y aplauden: que ya no hay polvo, que el pueblo se parece a un barrio de la ciudad y así somos más importantes.
VACA: Todo empezó porque dejasteis que se fueran los niños y las niñas de los pueblos. Les echaron quitando las escuelas.
CAMPESINOS: No había nadie. ¿A quién iban a dar clase?.
VACA: ¿Qué enseñan?, a vivir como en las ciudades. Se han ido poco a poco. ¿Quién enseña a un niño a ordeñar?. ¿Tú, a qué edad ordeñaste a mi abuela?.
CAMPESINA: (Piensa). A los seis años ya llené mi primer caldero.
VACA: Pues díselo a tu nieto.
CAMPESINA: (Risotada). ¡Ya te digo!. ¡Ni hablar!.
VACA: El médico cada vez viene menos horas. A parir a la capital. Os van a dejar en pelotas. ¿Qué quieres?, ¿que te cure un veterinario como a mí?. ¡Hay que cagarse!.
CAMPESINA:¡No, no!, aquí no, en la cuadra, que si lo haces aquí nos ponen multa.
VACA: (Enfadada). Muuuuu.
CAMPESINA: Si lo pienso bien, sí: es verdad. Ya no podemos bañarnos en el río, pero quieren poner una piscina ¡y a pagar! y todos tan contentos. Y luego, para que no nos quejemos, nos ponen columpios en el parque. (La vaca bailotea en forma de ballet). Y en este pueblo que ¡todo el mundo tiene su huerta!, nos ponen esos aparatos para andar sin moverte, dar vueltas con los brazos. (La vaca se ríe). Yo no quería, pero vino la del casco y ¡toma del frasco carrasco!, o lo tomas o te quitan todo: subvenciones, recogida de basura… que ahora, ¡a reciclar!, cuando en este pueblo nunca hubo basuras. La comida sobrante para los cerdos, lo demás para la hoguera, hasta que empezaron las latas, los plásticos y todo eso que estropea las chimeneas. Dicen los ecologistas esos que el medio ambiente. Pues ¡a pagar por reciclar!. ¿Y quién es la presidenta de la comisión de reciclaje?. (La vaca dice con gestos que ella no). Se reúnen para firmar cuatro papeles ¡y a cobrar!. Pero aquí, ¡todos tan contentos!. ¡Y qué vamos a hacer!. Nos van a poner un aeropuerto, y para que sirva para algo ¡unas pistas de esquí!. Claro que si nieva ya me dirás cómo van a aterrizar los aviones. Y para que todo funcione van a construir también un complejo hotelero. ¡A vender parcelas!, pero si te digo que esto es como el cuento de la lechera. Luego se les puede ocurrir hacer un puerto de mar, aunque no haya mar, ¿qué más da?, si el caso, el ocaso, es sacar dinero. Vamos, ¡digo yo!. ¿O no?. (La vaca asiente). Lo que yo te diga
VACA: A ti te van a convertir también en asfalto. ¿Cómo hemos llegado a esto?. Habrá que empezar la lucha. “Durante todo este tiempo de huida muchos han quedado por el camino, algunos por no aguantar y otros por su avaricia, pero el pueblo sigue en pie, todavía nos quedan fuerzas”. No podemos caer en la desidia, dejar que “un mundo “feliz” nos haga carentes de conciencia y decisión”. “Nos han convertido en monstruosos insectos, pero no insectos naturales, sino mecánicos. ¿Qué futuro nos espera?. Somos números y eso es lo que nos ha debilitado como sociedad. Está siendo insoportable para la gente del pueblo”. ¡Todo para la del casco y sus secuaces!.
CAMPESINA: ¡Convocaré a concejo abierto!. Sí, hay qué hacer algo.
VACA: “Puede ser mejor morir luchando para sobrevivir, o por una causa, que vivir una vida larga, vacía y carente de sentido….”.
CAMPESINA: No es fácil. A unos les gusta tener un aeropuerto en el pueblo y así aprovechan para vender sus tierras. Al menos tienen la ilusión de esas obras. Los de las comisiones han hecho desaparecer pueblos y valles para nada…
VACA: Para regar las cuentas corrientes de los constructores, de los ejecutivos, de las hidroeléctricas y los políticos luego asesores… Pero nadie protesta.
CAMPESINA: Nos peleamos por gilipolleces. Nos quitan nuestras fuentes y manantiales, y sin embargo ¿qué discutimos?. Que si las fiestas. ¡En agosto para los veraneantes!, otra para la patrona. Al final misa y mesa, pero si tú pones una orquesta, la mía más grande, y la burra grande ande no ande. Puede que no haya nadie en la plaza, pero la orquesta tocará hasta las tantas… ¿Qué les importan a los chavales y chavales de la ciudad las acequias?. ¡Quieren un campo de fútbol con césped!. Y para eso nos quitan los pastos.
VACA: Primero nos encerrasteis y luego nos desterráis.
CAMPESINA: ¿Y qué vamos a hacer?…
VACA: ¡Algo!, lo que sea, ¡pero algo!.
CAMPESINA: Lo primero convocar a concejo. La gente es sabia, sabia en sentido común. Pero si yo digo que tu abuelo atropelló al perro de mi padre, ¡la cagamos!. Ya nos metieron el caramelo envenenado de la concentración parcelaria: que es mejor, que aprovecháis el tractor, que ya no sirve la azada y el arado y división al canto, que si tu finca está inclinada y la mía no… En los despachos no conocen la tierra…. ni el terruño. Adiós a las sebes, a las zarzas; se acabaron las moras, los saúcos. Ahora mi nieto fríe sus flores y las come, por no comer cerdo, que dice que no quiere que lo maten, ¡hay que joderse!. Ya ni tapaculos, y sin ellos no hay pájaros y ¿el resultado?, a pagar por los insecticidas…
VACA: ¿Y quién es la presidenta de la comisión para los permisos a los insecticidas?.
CAMPESINA Y VACA: ¡La del casco!.
CAMPESINA: Nos quitaron los árboles, ahora sin sombras ni naá. Y ¡a tragar!. Pero todo tiene un límite.
VACA: ¡A ver si es verdad!.
CAMPESINA: Ahora vienen los ecologistas con lo del cambio climático.
VACA: ¡Me lo van a decir a mí!.
CAMPESINA: Los de las comisiones nos obligaron a talar los pocos árboles que había. El monte se quema. ¿Quién lo quema?, ¿quién cobra las indemnizaciones, quién vende la madera?. La culpa, al loco de turno. ¿Pero quién le da la cerilla?. Porque quien preside la comisión anti incendios es quien preside la comisión de políticas forestales, donde nada por aquí, nada por allí y ¡de repente!: la comisión de indemnizaciones y la de las cuadrillas forestales…
VACA: ¡Toma del frasco!…
CAMPESINA: ¡Silencio!, porque aquí nadie sabe nada.
VACA: O más de la cuenta.
CAMPESINA: Sabemos que hay que callar.
VACA: Pero todo tiene un límite, decías eso, ¿no?.
(Llaman a la puerta)
CAMPESINA: ¿Quién es?. (Vuelven a llamar con más fuerza). ¿Quién es?. (Cocococooo). ¡Ay! mi madre. ¡Pase, pase sin llamar!, porque va a pasar igualmente, eso sí no será allanamiento de morada, porque quien hace la ley hace la trampa.
Escena segunda
(Entran la gallina, que aparece con plumas de oro, y Mabel la del casco)
GALLINA: (Ve a la vaca) ¡Caramba!. (Canta). “Las vacas del pueblo ya se han escapado, ¡riau, riau…”.
CAMPESINA: Tengamos la fiesta en paz.
MABEL LA DEL CASCO: Así que siempre de fiesta, ¿eh?.
VACA: veo que de gallina turuleta has pasado a gallinita ciega… (la gallina coge una mazorca y hace ademán de querer dar a la vaca). ¡Tan elegante!…
MABEL LA DEL CASCO: Quieta mi gallinita. Primero vamos a ver si pagan o no pagan. Y ¿qué hace aquí esta vaca?.
VACA: He venido de visita.
MABEL LA DEL CASCO: La ley es la ley, y ¡hay quién no se da por enterado!…
GALLINA: (Con la mazorca se da en la palma de la otra mano). Aquí está la ley y… (se ríe).
MABEL LA DEL CASCO: Estamos haciendo cambios estructurales. Ya sabéis que la crisis es muy grave y hay que tomar medidas drásticas. No me gusta, pero no queda otro remedio.
CAMPESINA: Hay que contar con lo que diga el concejo. La Junta vecinal tiene el control de los bienes del pueblo. La ley no puede invadir sus competencias.
MABEL LA DEL CASCO: ¡Síííí!. Vamos a crear medidas de eficiencia, de aprovechamiento de los recursos. Vamos a dar valor a lo que no vale para nada por vuestra incompetencia.
CAMPESINA: ¿Qué queda de lo que habéis gestionado con vuestras comisiones?. ¡Nada!, todo está vendido.
VACA: Al mejor postor. Y con su comisión correspondiente…
GALLINA: (Amenaza con la mazorca). Calla, calla. No provoques.
CAMPESINA; ¿Provocar?. Hacéis una pista de nieve sin que haya nieve.
MABEL LA DEL CASCO: No conocéis el progreso. Hoy la nieve se hace artificial… ¡Ignorantes!.
GALLINA: Eso, eso.
MABEL LA DEL CASCO: Mirad esta gallina (la señala, la gallina se pavonea), es fruto de la clonación (la gallina mira con sorpresa y enfado después). Esta vaca, que es más sosa que que unas pascuas, clónala y verás cómo da leche, y así tendrás dinero para pagar y no te quejarás tanto por pagar para el bien común.
CAMPESINA: Sí, sí, como las semillas transgénicas de “montesanto”. ¡Vaya santidad!, nos habéis arruinado quitándonos las semillas, las nuestras, ¡las de siempre! y ahora ¡a pagar por comprar unas artificiales!, que exigen abonos especiales, productos fitosanitarios específicos, ¡y a pagar, a pagar, a pagar y a pagar!…
VACA: ¿Y quién es la presidenta de la comisión de “productos para el campo?.
MABEL LA DEL CASCO: A mí me ha elegido el pueblo. ¡Pazguata!.
CAMPESINA: Pues el pueblo va a hablar. He convocado al Concejo.
MABEL LA DEL CASCO: (Se quita el casco que sujeta en las manos) Y tú ¿quién eres?.
CAMPESINA: Soy el presidente de la junta vecinal de mi pueblo, ¿pasa algo?. Aquí se hará lo que diga el pueblo, ¡ya esta bien!. (Aplausos del público).
MABEL LA DEL CASCO: Precisamente este es el tema para el que vengo. Yo soy el pueblo. Llevo el casco por mayoría absoluta. (Se pone el casco). Y el pueblo no puede contradecirse. Si yo digo que se hace una calle con farolas, ¡se hace!, y si no hay casas en ella, ¡se hace igualmente!, porque son puestos de trabajo, ¿vale?. Y si el pueblo dice que no, ¿qué hacemos?, ¿pacer?.
CAMPESINA: Se hará lo que diga el pueblo, que es quien conoce sus necesidades, quien ha preservado sus riquezas, los bienes que son de todos, no para que se los lleven los listos de turno.
MABEL LA DEL CASCO: Fíjate qué listo… ¿Qué producen vuestras riquezas?. Hay que llevarlas a fondos de inversión, cotizar en Bolsa, revalorizar los terrenos.
VACA: ¿Cuántas acciones tienen mis boñigas?.
GALLINA: ¡Una mierda!.
MEBAL LA DEL CASCO: Eso es lo que valía vuestros pueblo, ¡una mierda!. Hoy las calles están limpias, asfaltadas, con farolas. ¡Da gusto verlas!.
CAMPESINA: Desde que el pueblo no huele a boñiga no hay pueblo que valga. Se ha convertido en un barrio alejado de la ciudad. Y ya es hora de que el pueblo sea lo que queramos los del pueblo, no lo que decidan cuatro desde sus despachos. La Junta Vecinal decidirá lo que quiere el pueblo, también decidirá lo que se haga en sus tierras, ¡porque la riqueza del pueblo tiene que ser para el pueblo!.
MABEL LA DEL CASCO: Yo he venido para hacer cumplir la ley. ¡Desde hoy se acabaron las juntas vecinales, se acabaron los concejos!. Y yo crearé una comisión para gestionar los pueblos.
VACA: ¿Y quién será la presidenta?.
GALLINA: ¡Yo de la de urbanismo!.
CAMPESINA: ¡Hasta aquí hemos llegado!. Queremos que nuestros hijos y nietos vean crecer el maíz, el trigo, la cebada, las patatas y no que todo esto sea un erial de cemento y asfalto. Que los árboles tengan nidos y no cotizaciones de esas que decís, que den sombra y no beneficios. Vamos a defender nuestra vida. (Coge una mazorca). “La lucha no es tan sólo palabras ni encontrar líderes que nos lleven. Somos dueños de nuestras propias ideas y aportamos lo mejor de nosotros mismos para que merezca realmente la pena” salvar las juntas vecinales. Si salvamos las juntas vecinales salvaremos los pueblos, salvaremos nuestra historia y el poder del pueblo.
VACA: Nosotras somos parte del pueblo.
GALLINA: ¡Pestilentes!.
VACA: Nuestras boñigas han dado de comer a la tierra, han sido alimento de los alimentos, ¡gratis!.
MABEL LA DEL CASCO: Os encerraremos en un museo.
VACA: ¿Y la presidenta de la comisión de los museos, ¿será?…
MABEL LA DEL CASCO: Los pueblos serán lugares de veraneo. La despensa de la ciencia y la tecnología, (mira al horizonte). Las parcelas, los bosques, los ríos serán avales de nuestros negocios y prosperará el futuro.
CAMPESINA: ¿Qué futuro?. ¿El de vuestros bolsillos?.
GALLINA: ¡Avariciosa!. (Mabel la del casco abraza a la gallina).
MABEL LA DEL CASCO: La riqueza ¡para quien sabe usarla!. (Quita una pluma a la gallina)
GALLINA: Cocococooo. ¡Ay! que son mis plumas.
VACA: Avariciosa.
MABEL: (La quita otra pluma) Hay que ahorrar. ¡La gallina es de oro!. (La gallina sale corriendo). ¡Quieta!. (La gallina se para atemorizada). ¡Eres mía!.
CAMPESINA: ¡Pobre gallina!, pero será de quien diga el concejo.
MAVEL LA DEL CASCO: No hay concejo que valga, las juntas vecinales han quedado abolidas.
CAMPESINA: No podéis abolir la historia, no podéis arrasar la vida de los pueblos aunque los hayáis golpeado. ¡Nooo!.
VACA: ¡Volveremos a las calles para que los pueblos huelan a boñiga!.
CAMPESINA: Las boñigas son para los pueblos como la libertad para las personas.
MABEL LA DEL CASCO: Parecéis locos que inventáis la realidad. ¡Soñad, soñad!, que la ley es la ley. (Quita otra pluma a la gallina, y otra). Los pueblos no valen para nada, ¡fuera!. Ni juntas vecinales ni concejos. ¿Para qué queréis el campo si ya tenéis televisión?, con miles de canales para elegir el paisaje que os apetezca. Hasta os hemos puesto internet para que os metáis en los ordenadores y eso cuesta dinero!.
VACA: Para la presidenta de la comisión de mejoras rurales… (Mabel la del casco coge otra pluma a la gallina).
GALLINA: No voy a poder ser gallina ¡como me sigas quitando las plumas!.
MABEL LA DEL CASCO: No querrás que las plumas de oro estén en una gallina.
GALLINA: Como el gallo de san Isidoro.
MABEL LA DEL CASCO: Habrá que hacer una comisión de patrimonio. (Coge otra pluma. Habla con la campesina). Tienes que firmar tu renuncia voluntaria a ser presidente de la junta vecinal. Hay una comisión, que presido por cierto, para la abolición de las juntas vecinales por el bien de los pueblos. (Quita otra pluma).
GALLINA: ¡Me vas a dejar como al gallo de Morón, sin plumas y cacareando!.
MABEL LA DEL CASCO: Vales tu peso en oro. Como los pueblos.
CAMPESINA: Y nos va a pasar lo mismo.
VACA. Pluma a pluma, decreto a decreto….
MABEL LA DEL CASCO: ¡Por el progreso y desarrollo!.
CAMPESINA: Donde no hay mata no hay patata… ¡Nos estáis desplumando!.
MABEL LA DEL CASCO: (Coge otra pluma) Las patatas ¿qué valen si no las cotizan en Wall Street?. Llegará un momento en que no haga falta ni el cementerio. No quedará ni el tato.
CAMPESINA: ¿No sabes que las civilizaciones nacen en los pueblos y mueren en las ciudades?.
MABEL LA DEL CASCO: (Se ríe). Jajajaja. ¡La civilización de las boñigas!.
VACA: ¡Y a mucha honra!.
GALLINA: ¡Y la de las gallinas!, sin plumas de oro.
MABEL LA DEL CASCO: ¿Qué quieres?, ¿acabar en la cazuela?… ¡Acabarás en mi bolsillo!.
GALLINA: ¡No!. (Corre para que no le quite otra pluma. Coge una mazorca).
MABEL LA DEL CASCO: La gallina de las pluma de oro, ¡me voy a forrar!, para que digáis que los clones son malos. Y con los transgénicos los granos serán de oro, ¡os lo aseguro!.
CAMPESINA: ¿Y qué crecerá de ellos?.
VACA: ¡Meted en la cazuela el oro, veréis a qué sabe!. (Coge una mazorca).
CAMPESINA: ¡El grano es nuestro!, ¡es del pueblo!. Sembraremos libertad y ¡crecerá!.
MABEL LA DEL CASCO: (Mete las plumas en el casco y se lo coloca otra vez). El grano es mío ¡y cada grano será una pepita de oro!.
GALLINA: ¡Devuélveme mis plumas!.
MABEL LA DEL CASCO: Son mías también, ¡son de oro!, quiero oro, ¡oroooo!.
GALLINA: (Va hacia Mabel la del casco y la quiere dar un picotazo). ¡Toma oro!.
(La campesina, la vaca y la gallina con la mazorca en la mano y ésta levantada, corren persiguiendo a Mabel la del Casco que huye. Se van con un griterío).
Escena tercera
(Sale la campesina con campana y toca a concejo)
CAMPESINA: El grano es nuestro. Lo veremos crecer. Es la esperanza y la vamos a defender. Igual que a nuestras juntas vecinales, a los concejos del pueblo. El aire es de todos, como el agua, la tierra, lo que nace y vive. ¡Sembramos nuestro futuro!.
(Salen la gallina, la vaca y saludan los tres. Sale Mabel la del casco, con el casco en la mano y una bandera blanca en alto. Saludan los cuatro)
– FIN –
- Jesús, Zaratustra y yo
- La pradera güis
- Narciso y la cierva blanca
- Con los pies en el Pisuerga
- Margarito, canción del macho cabrío
- Cof, cof
- El barco de los desesperados
- Me voy
- El amor de Joy
- Teatro breve
- Delirios que vuelan
- Eros y Thanatos, la última guerra
- No hay pueblo sin boñigas
- Pepinete
- En busca del algoritmo perdido
- Olas en una taza de café
- Teatro Infantil
- El trapecio se ha roto
- En la sombra de los abedules
- ¡Pandilleras al tren!!!
- Monólogos
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