(Una mujer piensa en suicidarse. Aparece un ser vestido de negro que revolotea a su alrededor. Se detiene).

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MOSCA: Hola.

MUJER: ¿Qué es esto? ¿Una mosca de mierda?

MOSCA: Soy yo. ¡Soy el que soy!

MUJER: ¡Blasfemia!

MOSCA: Soy la mosca hecha Hombre. Dios se hizo Hombre ¿Una mosca va a ser menos?

MUJER: Blasfemia número dos.

MOSCA: No soy de Balcebú. Hay quien lo traduce como «el rey de las moscas». Lo confunden con Ballcebú. No obstante soy republicano y, metafísicamente, mosca.

MUJER: Blasfemia número tres.

MOSCA: No te mosquees. ¿Por qué no hacemos un pacto?. Podemos ser amigos.

MUJER: ¡No soy política! Eres un ser blasfemo.

MOSCA: (Enfadada) Hoy ya no hay blasfemias. El lenguaje ha dejado de existir, también la expresión. Hoy hay gilipolleces. Algunas elevadas al cubo y al éxito.

MUJER: Estaba pensando en una manera de ser feliz.

MOSCA: Gilipollez número uno.

MUJER: No entiendo qué es todo esto que me rodea.

MOSCA: Gilipollez número dos.

MUJER: No quiero seguir como hasta ahora. Todo me aburre. Y escucharte me da miedo. Acabaré creyendo que eres una mosca de verdad. ¿O estoy soñando?

MOSCA: Eso ya lo planteo Segismundo, Jacob… Freud. Y tú. Porque estás desquiciada.

MUJER: Pero yo sólo quiero ser feliz.

MOSCA: (En tono pesante) No. La felicidad es demasiado banal y fácil. O es metafísica, artificial y compleja. Tú quieres ser tú misma y en ese anhelo de mismidad egoica, que no ególatra, de egoísmo generoso, que no de vanidad, has querido librar una batalla contra mí, «mosca de mierda».

MUJER: Perdona. Tú lo has dicho. Estaba desquiciada.

MOSCA: No te disculpes. Es mi primera batalla con una persona. Es todo un honor para mí defender a la especie. Siempre nos tienden trampas. ¡Nuestras patas quedan pegadas en substancias venenosas! ¡Morimos de hambre y dolor! Otras veces con esos «frus-fris» nos aniquilan en una guerra química contra las moscas. O nos irritan con limón y clavo. ¡O nos aplastan con los mata-moscas!. No hay todavía ninguna asociación ecologista-conservacionista-naturalista-medioambientalista para la defensa de las moscas y sus derivados, que permita nuestro desarrollo y esplendor.

MUJER: ¡Qué cosas tienes! Tampoco sois tan importantes.

MOSCAS: ¿Qué es importante? ¿Una vaca, un cerdo, una bandera, unas monedas, una pistola, un poeta, una teoría físico-nuclear, una catedral? Lo que os reduce a moscas, ¡eso es lo importante! Yo soy una mosca hecha Hombre. Con perdón de las feministas, pero son exigencias del destino. ¡Vosotras sois personas hechas moscas!

MUJER: Eres una farsa grosera y muy poco respetuosa.

MOSCA: (Se ríe a carcajada) ¡Moscas del mundo, uníos!

MUJER: ¡No! ¡Hombres y mujeres del mundo uníos!

MOSCA: (En tono seductor) Me apunto. Las moscas somos obscenas. ¿Sigues buscando la felicidad?

MUJER: No estoy pensando en eso.

MOSCA: Entonces, todo depende de lo que piensas. ¡Hasta tu vida! Me he creado en tus pensamientos. Pero puedes llagar a depender de mí.

MUJER: ¿A qué viene tu responso? Creí que se trataba de un juego.

MOSCA: Un juego tántrico-metafísico-existencial-consumista ¡interruptus!

MUJER: Eres un cerdo, perverso, cínico y asqueroso.

MOSCA: Soy una mosca.

MUJER: No eres nada.

MOSCA: Todo depende de lo que pienses. Pero te diré una cosa. Yo no tengo dinero, ni Poder. No tengo prestigio. No te daré placer, ni seguridad, ni compañía.

MUJER: ¿A qué viene todo esto?

MOSCA: Ha sido una broma. Un devaneo. ¡Personas y moscas del mundo, uníos! Ya no hay pasión. Todo se piensa, se mide, se calcula y se vacía. La higiene y los riesgos, el arte y la palabra. Es el reino de las moscas sin moscas verdaderas.

MUJER: Y nuestra conciencia es vuestro alimento. ¡Te he descubierto!

MOSCA: No entiendo de política, ni de arte, ni de religiosidad. Lo siento. Sólo sé de mí.

MUJER: ¡Ah! He apostado demasiado contra mí misma.

MOSCA: Lánzate a ti misma, busca a los demás.

MUJER: ¿Cómo?

MOSCA: Ve al teatro. Busca unos actores y un escenario para la vida.

MUJER: Tal vez lo haga. Antes voy a pasear.

MOSCA: No te olvides de apagar el televisor antes de salir.

MUJER: Claro.

MOSCA: Adiós, muñeca.

MUJER: Adiós, mosca.

FIN


 

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